29 junio, 2022

Errores a Evitar a la Hora de Lavarte la Cara

Limpiar el rostro a diario es un gesto imprescindible, tanto si te maquillas como si no lo haces. Si deseas una piel limpia, luminosa, jugosa y sana debes proporcionarle una buena higiene. De nada sirve que te gastes mucho dinero en cosméticos si el lienzo no está limpio y preparado para recibirlos.


Y hay muchos productos que te pueden ayudar a dejar impoluta tu piel. Hay muchas mujeres (y hombres), entre las que me incluyo, a las que nos gusta la sensación del agua y el jabón para limpiar el rostro. De hecho, no sentimos que está  impecable si no la lavamos. Es una preferencia personal, por supuesto, porque hay otros productos que también son magníficos para ese fin. Pero hoy quiero centrarme en la limpieza facial con agua y jabón y los errores que pueden echar arruinar este gesto.

 

¿Quieres saber cuáles son? Te los cuento a continuación, y confieso que he cometido algunos de ellos y he aprendido en mi propia piel.

 

Errores a evitar a la hora de lavarte la cara

 

Los primero que debes tener en cuenta

 

Si te has maquillado, especialmente los ojos, un lavado facial no será suficiente para eliminar los productos que te hayas aplicado. En ese caso te recomiendo un desmaquillante y después una limpieza facial, sólo así conseguirás una piel impoluta.

 

Las toallitas desmaquillantes (o incluso las de bebé, que hay quien se atreve con ellas) no sustituyen a un exhaustivo lavado de cara.

 

Errores que debes evitar a la hora de lavarte la cara 

 

No te laves la cara con una frecuencia excesiva, porque puedes desequilibrar su pH al no darle tiempo a recuperarse, deshidratarla e irritarla en exceso. Incluso es posible que generes una mayor producción de sebo, algo perjudicial para muchos tipos de piel, sobre todo las que tienen tendencia al acné. ¿La frecuencia ideal? 1 ó 2 veces al día por lo general. Por la mañana eliminarás los aceites naturales de la piel, así como el sudor. Por la noche retirarás el sebo, el sudor, la suciedad, la contaminación y los restos de protector solar y maquillaje que se han acumulado sobre su superficie a lo largo de la jornada.

 

Y tampoco escatimes con el número de limpiezas, porque estarás dejando que la suciedad, la contaminación, los restos de maquillaje, el sebo y el sudor se acumulen sobre tu piel. 

 

Emplea el producto adecuado. Debe ser eficaz, pero también respetuoso con tu piel. Si es muy suave, tendrás que repetir el lavado varias veces o frotar en exceso. Eso implica que irritarás tu piel, eliminarás los aceites naturales que tiene tu piel y que la protegen (deshidratación, desprotección ante las agresiones externas...), por no hablar de que eliminará también células vivas y sanas, en lugar de arrastrar únicamente la suciedad y las células muertas. Y si es muy agresivo, te ocurrirá lo mismo. 


Persona emulsionando jabón con sus manos debajo del grifo del lavabo

 

Evita utilizar jabones de manos o geles de ducha para limpiar tu rostro. Esto suele ocurrir cuando se termina una sesión en el gym a fin de eliminar el sudor, o incluso antes de comenzar para eliminar el maquillaje. Es una práctica que pone en riesgo tu piel, porque estos jabones están formulados para las manos de forma industrial, por no hablar de que están en dispensadores que no siempre se limpian cuando se rellenan, de forma que se termina formando una capa de suciedad y moho en al parte inferior del recipiente. No tienes más que ver qué ocurre cuando te lavas las manos con este tipo de productos: se deshidratan, aparecen irritaciones y rojeces, las cutículas y pielecitas se levantan... ¿De verdad quieres poner eso en tu cara?

 

No emplees demasiada cantidad, porque te será mucho más difícil de aclarar. Más producto no significa más limpieza, todo lo contrario. Lo que importa es ser concienzuda a la hora de lavar la piel y de aclararla. Y no te olvides de que utilizar grandes cantidades supone un gasto inútil, algo a tener muy en cuenta. 

 

Mujer sosteniendo espuma en la palma de su mano

 

No te olvides de ninguna zona de la cara, el cuello, la mandíbula, la línea del cabello y las orejas también forma parte de ella. Incluso deberías extender la limpieza a la zona del escote (así luego no te olvidarás de hidratarlo y tratarlo convenientemente). 

 

Utiliza movimientos circulares, pero sin ejercer demasiada presión. Procura que los círculos sean ascendentes.

 

Aclárate la cara completamente. Cualquier resto de jabón puede irritarte la piel, que te aparezcan rojeces, que te salgan granitos o que los siguientes productos de tu rutina de belleza no sean tan efectivos, puesto que hay una capa de jabón sin aclarar que funciona como barrera. Acuérdate de aclarar todas las zonas de tu rostro, porque hay algunas en las que es más difícil eliminar los restos jabonosos, como la zona alrededor de las aletas de la nariz y bajo ella, las sienes, la línea del cabello o la parte inferior de la mandíbula. 

 

Mujer aclarándose el rostro con agua

 

Si te cuesta aclarar ciertas partes de la piel de tu cara, puedes ayudarte con una esponjita (que siempre debe estar limpia y seca antes de cada uso).

 

Utiliza agua tibia o fría para eliminar el jabón. El agua caliente elimina la barrera protectora de tu piel, dejándola desprotegida y seca.

 

Después de lavarte el rostro procura secarte con mucho cuidado, utilizando pequeños toquecitos en lugar de frotar, porque terminarás dañando y resecando tu piel. 

 

Evita las toallas de uso común, sobre todo las que se usan para secarse las manos, porque son un parque temático para todo tipo de gérmenes y hongos. Lo ideal es utilizar una toalla limpia y seca cada vez, o emplear un tisú para ello. 

 

Caja de pañuelos de papel

 

Si al secarte ves que todavía aparece suciedad en el tisú o la toalla, repite la operación. 

 

Y no te olvides de finalizar la limpieza con un paso imprescindible: la hidratación. Y también otro tipo de tratamiento, si lo necesitas.


Espero que este post te sea útil a la hora de mantener una rutina de belleza de "10", comenzado por lo más importante: la limpieza.

 

 

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23 junio, 2022

Lee Siempre el Etiquetado Nutricional Antes de Comprar

 ¿Lees el etiquetado nutricional de los alimentos o prefieres ignorarlo? Pues es algo que deberías hacer, créeme, porque es más importante de lo que parece. Si eres capaz de interpretarlo mínimamente, es probable que los alimentos que entren en tu casa sean más saludables. Y es que cuando eres consciente de lo que te aporta ese envase de cereales para el desayuno, ese bote de pisto supuestamente casero o esa lasaña congelada, probablemente no vuelvan a tu despensa nunca jamás. 


Para ayudarte a interpretar el etiquetado nutricional, que no siempre es fácil, en este post quiero compartir contigo alguna información interesante. Lo primero que encontrarás es una somera definición de nutriente, después lo que debe incluir ese etiquetado y algunos consejos para interpretarlo. Venga, sigue leyendo, que esto te interesa...


Lee siempre el etiquetado nutricional antes de comprar

 

Qué son los nutrientes

 

Son las sustancias o materiales que necesita un organismo para crecer, crear nuevas estructuras y mantenerse vivo. Estas sustancias llegan a nosotros a través de la ingesta de alimentos.


Podemos distinguir entre los macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasas; incluso se podría incluir aquí el agua y la fibra porque están presentes en grandes cantidades en los alimentos), que son los que están en mayores proporciones en los alimentos y nos proporcionan energía, mientras que los micronutrientes (vitaminas y minerales) están en cantidades muy pequeñas, aunque imprescindibles para la salud y el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.


Qué incluye el etiquetado nutricional


Dentro de la etiqueta nutricional hay información que es obligatoria y otra que es voluntaria por parte del fabricante. A continuación te lo detallo.


Información obligatoria

 

  • Valor energético (en kilocalorías y kilojulios)
  • Grasas 
  • Grasas saturadas
  • Hidratos de carbono
  • Azúcares (aunque también son hidratos de carbono, se debe informar de lo que suponen dentro del cómputo total)
  • Proteínas
  • Sal (debe aparecer como sal, no como sodio)

 

 

Mujer tomando un producto de un lineal del supermercado


 

Algunas consideraciones sobre la información obligatoria

 

✽ La información debe presentarse ordenada y en formato de tabla con las cifras dispuestas en columnas. Si el espacio no permite esta presentación, se puede disponer en línea.  


✽ Esta información obligatoria debe aparecer de forma clara, legible ( tipografía de al menos 1,2 mm. o de 0,9 mm. si la superficie más grande del envase sea menor de 80 cm2) y en español.

 

✽ A los alimentos no envasados, los que son artesanales y se venden en pequeñas cantidades al consumidor final, el agua, la sal y sus sucedáneos, el vinagre, las especias, los aromas y aditivos alimentarios, la levadura, las infusiones, la gelatina o los chicles y las bebidas alcohólicas que tengan más de un 1,2% de alcohol no les afecta la obligación de introducir información nutricional. Tampoco a los alimentos envasados cuya superficie mayor sea inferior a los 25 cm2 (por ejemplo los envases monodosis que se suelen emplear en hostelería).


✽ Los alimentos infantiles, los alimentos especiales de uso médico, los suplementos nutricionales, los sustitutivos de comidas para controlar el peso y el agua mineral natural tienen su propia regulación en cuanto a etiquetado nutricional.


✽ Esta información debe aparecer en el mismo cuadro, de forma que se pueda consultar de un único vistazo. También se puede repetir en la cara principal del envase junto con otra información adicional. 

 

✽ La unidad de medida en la información nutricional obligatoria se expresará en gramos.  


Báscula de cocina vintage


✽ Las cantidades de esta información nutricional obligatoria (y también la voluntaria), deben ser por 100 gr. o por 100 ml. De este modo, el consumidor puede comparar todos los conceptos con el mismo criterio. 


✽ También puede aparecer la información nutricional por porción, unidad de consumo o valores de referencia de nutrientes (%VRN), pero siempre como dato adicional y siempre de manera voluntaria.

 

✽ Ten cuidado con las recomendaciones de ingesta de referencia suelen hacerse teniendo en cuenta un varón de 70 kg. aproximadamente, por lo que estas recomendaciones pueden cambiar según tus necesidades concretas: mujer, embarazada, lactante, menopausica, corta edad, edad avanzada, deportista, sedentario/a...


✽ Otra opción es añadir (siempre de forma adicional a las cantidades por 100 gr. o por 100 ml.) un semáforo nutricional y otros sistemas similares. Eso sí, el sistema adicional que se incluya debe ser veraz y comprensible para el consumidor.


Información voluntaria


  • Ácidos grasos monoinsaturados
  • Ácidos grasos poliinsaturados 
  • Polialcoholes
  • Almidón 
  • Fibra alimentaria
  • Vitaminas (únicamente si las cantidades son significativas) (1)
  • Minerales (2)


(1) Únicamente se pueden reflejar las siguientes vitaminas; A, B1 (tiamina), B2 (rivoflavina), B3 (niacina),  B5 (ácido pantoténico), B6 (biotina), B9 (ácido fólico o folato), B12 (cianocobalamina), C, D, E, K

(2) Sólo pueden figurar estos minerales: calcio, cloruro, cobre, cromo, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, molibdeno, potasio, selenio, yodo y zinc.  

 

✽ Hay una lista cerrada de ingredientes, tanto los de declaración obligatoria como voluntaria, aunque si hay alguno que no estén presente en ella, pero que sea relevante, debe aparecer en el propio etiquetado nutricional, no en otra parte visible del envase. 

 

Alimento precocinado

 

Recomendaciones a la hora de interpretar el etiquetado nutricional

 

Lee siempre el etiquetado de los alimentos. Ya sé que es algo engorroso y que lleva tiempo, pero tu salud lo va a agradecer mucho. Por otra parte, el hecho de pararte y leer antes de poner el envase en el carrito evitará que compres de forma compulsiva muchos alimentos poco saludables. 

 

Como la letra suele ser pequeña, si tienes problemas para leer de cerca, lleva siempre tus gafas (o una lupa) cuando vayas a comprar comida para no perderte ni un solo detalle.  

 

Para valorar lo que aparece en el etiquetado nutricional, piensa lo que utilizas tú cuando cocinas, en cuanto a cantidades y compara lo que te ofrece el producto que tienes en la mano. Es decir, si cuando haces pan le pones 2 gr. de sal y en el paquete que quieres comprar lleva 12 gr. para la misma cantidad, es mejor que lo dejes en el lineal del súper.

 

Fíjate en todos los valores, pero te recomiendo que pongas especial atención en el contenido en grasas saturadas y trans, en azúcares y en sal. Si lo haces, probablemente te sorprendas de la ingente cantidad que contienen muchos alimentos, incluso algunos que ni te imaginas. Muchos cacaos instantáneos, de esos que toman para desayunar a diario niños (y no tan niños), pueden llegar a tener más de 25 gr. de azúcar por 100 gr. ¡Más de una cuarta parte del producto! Y lo mismo ocurre con la sal o con las grasas saturadas. 

 

Hablando de azúcar, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo de azúcar no sea más del 5% de las calorías que necesitamos cada un de forma individual. Y eso teniendo en cuenta una media de unas necesidades de unas 2.000 kcal. suponen no consumir más de 25 gr. de azúcar. Y hay muchos nutricionistas que afirman que el porcentaje debería ser todavía menor para ser saludable. 

 

Terrones de azúcar

 

 Por cierto, más allá del etiquetado nutricional, si te fijas en la lista de ingredientes, el azúcar no aparece siempre como tal, sino que no encontrarás como almíbar, azúcar invertido, concentrado de frutas, dextrosa, fructosa, galactosa, jarabe, lactosa, maltosa, maltodextrina, melaza...

 

Si cuidas tu alimentación y estás siguiendo algún tipo de dieta, necesitarás también valorar la cantidad de proteínas, de hidratos de carbono y de las calorías que contiene un determinado alimento.

 

Respecto a la sal, la OMS recomienda un máximo de 5 gr. de sal a diario, lo que supone una cucharadita de café, así que haz tus propios cálculos, teniendo en cuenta la sal que utilizas normalmente para tus comidas, más la que indica el envase que tiene el alimento que estás analizando. 

 

Ten mucho cuidado con los mensajes que afirman que un producto es bajo en grasa, porque puede que para que tenga más sabor sea alto en azúcares o en sal. Y por el contrario, si afirma que es bajo en azúcar o sal, es muy posible que esté repleto de grasas poco saludables o que tenga sustitutivos tan perjudiciales (o más) que el propio azúcar. 

 

Valora siempre las cantidades por 100 gr., pero también por porción, porque el tamaño de esta puede cambiarlo todo. Si un alimento aporta 800 kcal. por 100 gr. y la porción que se considera es de 150 gr., lo que se consume supondrá la nada desdeñable cantidad de 1.200 kcal. Aunque las calorías no son lo más importante, pero está de más ser consciente de cuántas se van a consumir.


¿Leerás a partir de ahora el etiquetado nutricional con más detenimiento? Cuéntame cómo ha cambiado tu carro de la compra si lo haces.





 

Información de interés:

Reglamento (UE) Nº 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor

Real Decreto 1487/2009, de 26 de septiembre, relativo a los complementos alimenticios 

Real Decreto 1798/2010, de 30 de diciembre, por el que se regula la explotacion y comercialización de aguas minerales naturales y aguas de manantial envasadas para consumo humano 

Reglamento (UE) Nº 609 del Parlamento Europeo y del Consejos de 12 de junio de 2013 relativo a los alimentos destinados a los lactantes, niños de corta edad, los alimentos para usos médicos especiales y los sustitutivos de la dieta completa para el control de peso


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15 junio, 2022

Cosméticos, Aceites y Perfumes que No Debes Usar Si Tomas el Sol

La exposición al sol en sí misma puede ser peligrosa para tu salud y para tu piel, eso es algo bien sabido, pero también lo es si se combina con ciertos productos. De hecho, muchas manchas, irritaciones y quemaduras aparecen por este motivo.


En este post quiero compartir contigo información sobre los ingredientes fotosensibilizantes que se debe tener en cuenta antes de tomar el sol.

 

Cosméticos, aceites y perfumes que no debes usar si tomas el sol

 

Fotosensible no es lo mismo que fotosensibilizante (o fototóxico) 


Aunque en muchas ocasiones son términos que se confunden, fotosensible no es igual que fotosensibilizante. Te lo explico a continuación.

 

Fotosensible

 

Este término tiene que ver con la relación del propio ingrediente con el sol. Esto quiere decir que con los rayos solares se oxida, se daña o pierde sus propiedades. Esto se traduce visualmente en un cambio de olor, de color y/o textura. En algunos casos este daño por el sol no afecta a la piel si te lo aplicas, pero en otros sí que puede tener consecuencias negativas. Ante la duda, evita exponer el cosmético fotosensible al sol.


Persona sosteniendo un gotero con aceite sobre un libro y unas flores

 

Fotosensibilizante

 

En este caso, la combinación del ingrediente con el sol, afecta directamente a la piel cuando se aplica sobre ella. 

 

Los efectos son muy desagradables: manchas, irritación, picor, rojeces, ronchas, alergias y quemaduras. 

 

Ingredientes fotosensibilizantes

 

Medicamentos


Antibióticos (algunos).

Anticonceptivos orales.

Antidepresivos.

Antihipertensivos.

Antihistamínicos.

Antiinflamatorios. 

Antiulcerosos.

Corticoides.


Lee siempre el prospecto de los medicamentos antes de tomar el sol, pero también si vas a tomar rayos UVA o vas a acudir a una sesión de depilación láser o fotorrejuvenecimiento facial. Si entre sus efectos está la fotosensibilización, evita la exposición solar y los otros procedimientos que te he comentado antes. 


Antibiótico


Cosméticos


Ácido retinoico (1).

Ácido glicólico (2).

Ácido láctico (2).

Ácido málico (2). 

Ácido mandélico (2)

Ácido salicílico (2).

Exfoliantes mecánicos, enzimáticos, naturales o gommages (3)

Hidroquinona (4)

Peróxido de benzoilo.

Retinol (2).

 

El ácido hialurónico se puede emplear sin problemas, porque aunque lleve el término ácido, o tiene que ver con los AHA, BHA y PHA, que tienen propiedades exfoliantes y renovadoras. Sus propiedades lo hacen imprescindible en la rutina de belleza, puesto que mejora la flexibilidad, jugosidad y suavidad de la piel, además de rellenarla. Puedes utilizarlo tanto de día como de noche.

 

La vitamina C sí que se puede seguir utilizando incluso durante el verano y durante el día, puesto que es fotosensible, no fotosensibilizante. De hecho, es importante emplearla para que la piel se recupere de los daños solares y esté más luminosa y uniforme. Si es pura, al ser fotosensible, si se expone al sol, se oxida, por lo que no conviene hacerlo.


Persona probando una crema en su mano
 

 

(1) Es mejor no emplearlo durante el verano. Si es imprescindible que lo hagas (tratamientos para el acné, por ejemplo), hazlo en concentraciones bajas, limpiando la piel completamente por la mañana y aplicando protector solar durante el día y evitando la exposición al sol al máximo.

(2) Se pueden seguir usando, siempre por la noche, limpiando bien el rostro por la mañana y aplicando protector solar (con factor alto) durante el día. No producen manchas, pero al producir exfoliación dejan la piel más desprotegida frente a todas las agresiones, también la del sol. 

(3) Con estos exfoliantes ocurre lo mismo que con los AHA, BHA y PHA (ácidos mencionados antes, menos el hialurónico), no son fotosensibilizantes, pero sí que dejan la piel con menos protección frente a los rayos solares, por lo que conviene evitarlos antes de la exposición al sol. 

(4) Aunque es muy eficaz para tratar las manchas, no se puede utilizar cuando se toma el sol.

 

Aceites vegetales y esenciales

 

Aceite esencial de bergamota.  

Aceite esencial de comino.

Aceite esencial de eucalipto. 

Aceite esencial de jengibre.

Aceite esencial de lima.

Aceite esencial de limón.

Aceite esencial de naranja. 

Aceite esencial de mandarina.

Aceite de rosa mosqueta.

Aceite esencial de verbena. 


Aceite esencial


Perfumes

 

En cuanto a los perfumes, es mejor que prescindas de ellos por completo si vas a tomar el sol, salvo que se trate de brumas perfumadas y que sí estén formuladas para usarlas sin peligro.  

 

Perfúmate mejor tras la exposición solar. Y, si lo haces, acuérdate de ducharte por la mañana para eliminar cualquier resto que haya podido quedar sobre tu piel. 

 

Como puedes ver la lista de ingredientes que es mejor no mezclar con el sol, pero es importante conocerla y respetarla para no llevarse algún disgusto.




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08 junio, 2022

Recetas de Vinagretas para Animar Tus Platos

No me gustan demasiado las salsas, lo reconozco. Son pocas las que utilizo, porque me gusta disfrutar del sabor de los ingredientes de un plato sin demasiadas interferencias, sobre todo cuando son de buena calidad. 


Pero si hay unas salsas que sí que me cautivas son las vinagretas. Será porque suelen ser más ligeras que otras, o porque soy (casi) adicta al vinagre y al zumo de limón. No soy capaz de preparar una ensalada sin una buena vinagreta, aunque ésta sea de lo más básico. 


Así que hoy quiero compartir contigo las claves de una buena vinagreta y algunas recetas que me parecen fáciles y resultonas. ¿Te pones el delantal y nos metemos en la cocina?


Recetas de vinagretas para animar tus platos

 

La base de cualquier vinagreta

 

  • 1 parte de vinagre x 3 de aceite.
  • Sal y pimienta al gusto.

El vinagre puede ser de vino, de manzana, de Jerez, balsámico, perfumado con diferentes hierbas aromáticas, de arroz... Lo ideal es emplear no sólo el que más te guste, sino el que mejor encaje con los ingredientes que estás usando. 

 

Aunque siempre puedes cambiar el vinagre por otro ingrediente ácido, como el zumo de limón, de lima o kuzu. Por otro amargo, como el pomelo rosa. O incluso por jugos de frutas dulces. 


El aceite puede sustituirse por cualquier otra grasa como el yogur, la mantequilla o la nata.


La forma ideal de prepararla es poner primero el ácido (vinagre, limón...) en un bol, vaso de batidora o mortero. Luego hay que añadir el resto de los ingredientes sólidos, líquidos (menos los aceites o grasas), las especias y hierbas aromáticas. Y finalmente hay que emulsionar todo lo anterior con el aceite u otra grasa que queramos añadir. 


Ensalada

 

Con qué tipo de ingredientes utilizar las vinagretas

 

  • Verduras de hoja verde.
  • Endivias.
  • Repollo y col lombarda.
  • Crudités.
  • Verduras al vapor.
  • Verduras a la parrilla.
  • Frutas.
  • Patatas cocidas.
  • Pasta.
  • Pescados, mariscos, salpicones...
  • Carne, pollo, pavo, pato...
  • Huevos.
  • Escabeches de ave o pescado.
  • Encurtidos.
  • Quesos.
  • Para marinar (carnes, pescados, quesos, aceitunas...).

 

 

Ensalada con fresas

 

Algunas sugerencias de vinagretas

 

Vinagreta de pomelo y aceitunas negras

 

1/2 pomelo (zumo)

1/2 limón (zumo)

1/2 naranja (zumo)

Aceitunas negras sin hueso

Almendras en láminas o en granillos

Aceite de oliva virgen extra

Pimienta negra 

Romero seco

Sal


Vinagreta de manzana y anacardos

 

1/2 manzana dulce (en daditos pequeños)

Vinagre de manzana

Pasas sultanas

Aceite de oliva virgen extra

Pimienta blanca

Sal

Anacardos crudos picados (y tostados en sartén)


Manzana y vinagre de sidra

 

Vinagreta de tomate y pepinillos

 

1/2 tomate (en dados muy pequeños)

1/2 cebolleta pequeña (cortada igual que el tomate)

Pepinillos (cortados en rodajitas)

Aceite de oliva virgen extra

Vinagre de vino

Perejil

Orégano seco

 

Vinagreta de tomate y aguacate

 

1/2 tomate maduro

1/2 cebolleta o cebolla morada (pequeñas y cortadas en daditos)

1/2 aguacate maduro (machacado)

Semillas de sésamo tostado

Aceite de oliva virgen extra

Vinagre de vino

Cilantro seco en hojas

Cilantro en polvo

Pimienta negra (si te gusta el picante, puedes sustituirla por jalapeños bien picaditos)

Sal

 

Aguacate cortado en una tabla

 

Vinagreta de sésamo, limón y cominos

 

Semillas de sésamo tostado

Tahini (pasta)

1/2 limón (zumo)

Aceite de oliva virgen extra

Cominos molidos

Sal


Vinagreta con pimientos secos

 

Pimientos secos (ponlos a hidratar con agua durante al menos 2-3  horas, luego retira la pulpa de la piel)

Aceite de oliva virgen extra

Sal

Pimentón dulce de La Vera

Perejil picado

Almendra molida 

Almendra en granillo 


Vinagreta de mostaza y miel

 

Mostaza a la antigua

Miel

Aceite de oliva

Vinagre de manzana

Sal 

 

Miel

 

Vinagreta con wasabi

 

1 cucharadita de wasabi (preparar la pasta en casa con wasabi en polvo y agua)

Aceite de oliva virgen extra

Vinagre de arroz u otro muy suave

Sirope de ágave (una pequeñísima cantidad)

Sal

 

Vinagreta de frutos secos

 

Almendras (picadas)

Nueces (picadas)

Pistachos (picados)

Aceite de oliva virgen extra

Vinagre de Jerez

Pimienta blanca

Sal 


No te indico cantidades, porque éstas dependerán de la cantidad de alimentos que tengas que aliñar y de tus gustos personales. En casa, por ejemplo, nos encanta el vinagre y el limón, por lo que la regla de 1 parte de vinagre o limón por 4 de aceite nos la saltamos (mucho). 


¡Espero que disfrutes de estas recetas de vinagretas!




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Ensalada Fresca y Rápida con Alubias

Ensalada de Col al Estilo de la Meiga

 

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01 junio, 2022

Cómo Mantener Hidratada la Piel del Cuerpo

¿Tienes la piel seca? Si es así, sabrás que no es algo agradable. La piel deshidratada se nota áspera al tacto, opaca, con las arrugas más marcadas, sensible, tirante, sin elasticidad...

 

Si hay deshidratación, la piel tendrá una menor capa protectora de lípidos, por lo que no será capaz de retener el agua.

 

Los ácidos grasos, los triglicéridos, los aminoácidos, la urea, las ceramidas o el ácido hialurónico entre otros, son factores naturales de hidratación de la piel (NMF o Natural Moisturizing Factors). Aunque hay otras sustancias sintéticas que pueden actuar como las naturales para recuperar la humectación.

 

Así que en este post quiero darte algunas claves para que consigas una piel del cuerpo perfectamente hidratada, y que la mantengas.  


Cómo mantener hidratada la piel del cuerpo

 

La prueba del pellizco

 

Si quieres saber si a tu piel le falta hidratación, no tienes más que pellizcarla un poco, si vuelve a su estado normal enseguida, no lo está: Si la arruga del pellizco se queda marcada y tarda en recuperar su forma, le falta agua, sin duda. 

 

La genética, las hormonas y otros factores relacionados con la salud

 

La genética puede ser la responsable de que tengas la piel seca.

 

También hay enfermedades que pueden producir sequedad en la piel.

 

Hay medicamentos que también pueden tener entre sus efectos la pérdida de hidratación de la piel. 

 

Los cambios hormonales son un motivo al que se le puede achacar la tendencia a la deshidratación en la piel. Uno de los más significativos: la menopausia.

 

La edad también es un factor importante en la deshidratación.

 

Superficie reseca y resquebrajada


La alimentación

 

Una mala alimentación tiene efectos negativos sobre todo tu organismo, también sobre la hidratación y salud de tu piel. No en vano la piel es el órgano más grande de tu cuerpo.

 

Las agresiones externas

 

El calor y el frío extremos afectan a la piel, dejándola desprotegida. En el caso del frío, es debido a que ejerce una acción vasoconstrictora, de modo que le llegan menos nutrientes y oxígeno, por lo que se reseca. En el caso del calor y el sol, lo que ocurre es que el agua que hay en la piel se evapora.

 

El viento también contribuye a deshidratarla.

 

El aire acondicionado reseca, y mucho, los ojos, la nariz, la boca, el cabello... y la piel, por supuesto. 

 

Las duchas muy calientes o muy frías, sobre todo sin son prolongadas, reducen la capa protectora de la piel y la resecan. 

 

Los geles de baño y los jabones de manos con ingredientes poco respetuosos para la piel también son enemigos de la hidratación de la piel.

 

Mujer con toalla enrollada alrededor del cuerpo

 

El uso de cremas y lociones que no son adecuadas para tu tipo de piel también pueden contribuir a su deshidratación. 

 

Secarse el cuerpo frotando de forma enérgica no es la mejor opción si quieres mantener su hidratación. 

 

El estrés

 

El estrés afecta a todo el organismo, también al estado de la piel  


Cómo mantener una buena hidratación

 

Bebe agua suficiente. 

 

Si no te gusta el agua, puedes completar la cantidad diaria de líquido con infusiones (sin azúcar), gazpacho, caldos, etc. 

 

Consume frutas y verduras todos los días, procurando que sean frescas y que una parte de ellas sean crudas (salvo que no puedas comerlas).

 

No dejes de tomar alimentos con omega 3 como el pescado azul, el aguacate, el aceite de oliva o los frutos secos.

 

Evita los azúcares y harinas refinadas, y los cereales en grano que no sean integrales. 

 

Las vitaminas son fundamentales para la hidratación de tu piel, sobre todo la A, B, C, D y E. 

 

También son fundamentales los minerales como el calcio, el hierro, el magnesio, el selenio, el silicio o el zinc, entre otros.

 

Y no te olvides de los alimentos que te proporcionan betacaroteno, licopeno, glicina...

 

En resumidas cuentas, come sano, variados y con cabeza. 

 

Sandía y frutos rojos

 

Prescinde del tabaco y del alcohol, o al menos reduce su consumo.

 

Toma duchas templadas.

 

Utiliza agua no muy caliente para lavarte las manos.

 

Sécate con pequeños golpecitos cuando te duches o después de lavarte las manos. 

 

Protege tu cuerpo del frío intenso con ropa adecuada. 

 

Evita las temperaturas muy altas cuando pongas la calefacción. Claro que, al precio de la electricidad y el gas, a ver quién se pasa con el termostato... 

 

Reduce el uso del aire acondicionado siempre que puedas. 

 

Exfolia la piel de tu cuerpo. Hazlo con la frecuencia y el tipo de producto que requiera tu piel.  


Exfoliante

 

Utiliza geles y jabones con un pH respetuoso con tu piel y que tenga ingredientes lo más naturales y suaves posibles. Evita aquellos con detergentes que hagan mucha espuma. 

 

Elige las cremas y lociones más adecuadas para tu piel. Y cámbialas según lo hagan tus necesidades o incluso la época del año.

 

Ten en cuenta que las crema y lociones más ligeras, suelen tener una base de agua, por lo que se extienden y se absorben rápidamente. Las que tienen base de aceite, son más untuosas y son ideales cuando la piel está muy seca. 

 

Los AHA (ácido glicólico, láctico...), el ácido hialurónico, la glicerina, el sorbitol o la urea y otros ingredientes, captan el agua. Los Alfahidroxiácidos también tienen propiedades regeneradoras.

 

Los aceites, las mantecas, la lanolina, las siliconas, las ceramidas y el óxido de zinc actúan como barrera oclusiva para que ese agua no se pierda. 

 

Algunos aceites, los ácidos grasos, el colesterol, el escualeno, la vitamina E (tocopherol) y ciertas siliconas (también son oclusivas), tienen propiedades emolientes. 

 

Aceites, mantecas, cremas, lociones, geles... hay muchísimas presentaciones para que te cuides. Elige la más adecuada para ti y la que te resulte más agradable.

 

Los aceites serán tus mejores aliados, sobre todo después de la ducha. Los de aguacate, sésamo, jojoba, semilla de uva, albaricoque, argán o coco, son algunos de los que te puedes aplicar.   

 

aceite de coco y coco fresco partido por la mitad

 

Cuando hablo de ponerte los aceites después de la ducha, ojo, no quiero decir que salgas de la ducha sin secarte y te los apliques sin más, porque no te servirá de nada. Lo ideal es que te seques por encima, con pequeños golpecitos, para que lo que quede encerrado entre el aceite y tu piel sea esa ligera humedad que ha quedado sobre la superficie de tu piel. 

 

Tanto con la exfoliación como con la hidratación tópica, insiste sobre todo en las zonas más problemáticas: codos, rodillas, talones...

 

Hidrata tu cuerpo todos los días. Y si necesitas proporcionarle humectación más de una vez a lo largo de la jornada, que no te de pereza y dale de beber a tu piel. 

 

También puedes recurrir a los suplementos por vía oral, aunque para ello te recomiendo que consultes con un nutricionista titulado o con tu dermatólogo. 


Espero que estos consejos e ideas te ayuden a tener una piel del cuerpo hidratada y saludable, y a que la puedas conservar así durante mucho tiempo.


 

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La primera vez que apareció el post Cómo Mantener Hidratada la Piel del Cuerpo fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.

 

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