31 marzo, 2021

Ideas para Contener, Etiquetar y Almacenar Especias

Cada vez somos más las personas que nos decidimos a comprar productos a granel. Y los motivos para hacerlo son muchos. Es un gesto de consumo sostenible que no cuesta esfuerzo. Por otra parte, es una forma de apoyar el pequeño comercio, puesto que la mayoría de establecimientos que venden este tipo de productos lo es. Tienes mucha más variedad que en los estantes de los supermercados. Y en general la calidad es mayor que en el caso de los envasados. 

 

Uno de esos productos que en mi caso compro a granel son las especias. Y las uso mucho, créeme.

 

Como suelo tener una gran variedad en casa, el hecho de contenerlas y organizarlas no es un asunto menor. Las bolsas de papel o de plástico de la tienda no son la mejor forma de conservarlas, así que me veo obligada a buscar una alternativa. Y comprar tantos botes puede resultar muy caro. 

 

También me veo en la necesidad de etiquetarlas, porque muchas de ellas son parecidas y corro el riesgo de confundirlas. 

 

Y a la hora de almacenarlas, tampoco encuentro especieros que sean capaces de albergar tantos botecitos. 

 

Por eso he buscado un sistema para contener, etiquetar y almacenar las especias que quiero compartir contigo, por si te es de utilidad. Te cuento...


Ideas para contener, etiquetar y almacenar especias

 

Los recipientes

 

Suelo reciclar botes de cristal de pequeño tamaño de otros productos como contenedores para las especias.

 

Si hay algún alimento que consumes con frecuencia que tiene un recipiente de cristal que te agrada, ve guardándolos todos, así te harás con un bonito juego de especieros.  

 

Especias en tarros reciclados con etiquetas impresas en 3D
Estos tarros eran originalmente de mermelada

 

Si no tienes botes que puedas reciclar, tienes disponibles en tiendas de todas las formas, materiales y tamaños.

 

Sea lo que sea que elija, siempre procuro que tengan tapa y que cierren bien.

 

La higiene: imprescindible

 

Es importante limpiarlos y desinfectarlos antes de poner las especias en su interior. Yo también lo hago cada vez que los relleno con especias nuevas.

 

Si tú también te animas a reciclar botes de cristal, no te olvides de eliminar totalmente las etiquetas exteriores. Para que te sea más fácil puedes poner los botes en un balde con agua muy caliente y unas gotas de detergente. Luego sólo tendrás que eliminar las etiquetas con un cuchillo que no sea de sierra. Te puede servir uno de los de untar la mantequilla. Si todavía quedan restos de pegamento, puedes utilizar un algodón humedecido en acetona. Algunos adhesivos también se retiran bien con alcohol. En cualquier caso, debes lavar cuidadosamente los recipientes después de eliminar las etiquetas, mejor si puedes utilizar el lavavajillas. 

 

El etiquetado

 

Algo fundamental es etiquetar las especias que vayas a poner dentro, porque hay algunas que se pueden confundir fácilmente. Y utilizar una en lugar de otra puede ser un verdadero contratiempo. Todavía recuerdo cómo alguien confundió a la hora de espolvorearla sobre unas natillas canela molida con... ¡cayena molida! Y eso que se trataba de los consabidos botes comerciales.

 

Especias con etiquetas

 

Yo utilizo un rotulador permanente para escribir cuál es el contenido. Cuando se usa este tipo de rotuladores permanentes, es fácil borrarlos con un estropajo y jabón lavavajillas.

 

Aunque lo mejor es emplear una etiqueta. Mi consejo es que no sea adhesiva. Si metes el bote en el lavavajillas, corres el riesgo de que se desprenda y atasque el filtro. Si si lavas a mano o se desprende en el lavaplatos, tendrás que utilizar el truco anterior de la acetona o el alcohol y raspar luego con un cuchillo.

 

Las etiquetas pueden ser de cartulina o de un material resistente como el acetato. En las primeras puedes escribir con un rotulador o con un bolígrafo. Para las de acetato tendrás que recurrir a un rotulador permanente o indeleble. Esta fue mi primera opción, y me funcionó bien. Pero las etiquetas se doblaban y se manchaban con el uso continuo.


Etiquetas de papel kraft

 

Lo que más me gusta ahora son las etiquetas que se pueden imprimir en la impresora 3D (vale perfectamente una doméstica), con una etiqueta adhesiva pegada sobre ella. Quedan bonitas y son muy resistentes. 

 

Etiquetas confeccionadas con impresora 3D y adhesivos
Estas etiquetas están confeccionadas a medida con una impresora 3D y a las que les he pegado unas adhesivas

 

Para sujetar las etiquetas de cartulina, acetato o plástico al bote uso una goma finita, aunque también sirve una cuerda (incluso las que se usan para atar la carne). 

 

Las etiquetas: claras e inequívocas. Tengo cuidado de que se lea bien el contenido de cada bote.

 

Tampoco está de más poner la fecha en la que has comprado las especias.

 

La ubicación

 

Las especias deben estar a mano, sobre todo las que más se utilizan, aunque no conviene que estén demasiado expuestas a luz, al calor y a la humedad. Por eso he desterrado los especieros pequeños y abiertos.

 

Los especieros con puerta puede ser una opción. Uso uno de este tipo para ciertas especias.


Especiero con puerta de cristal
Especiero con puerta de cristal

 

Aunque creo que la mejor decisión es colocar los recipientes en cajones.

 

Tarros de especias colocadas en un cajón
Especias organizadas en un cajón de la cocina

  

Una buena elección también es colocarlas en cajas dentro de los armarios. Lo importante es que los botes no estén sueltos en las baldas, porque si no nunca estarán en orden y no encontrarás la especia que necesitas cuando la busques.

 

¿Te animas a crear tu propio sistema para contener, etiquetar y almacenar especias?



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24 marzo, 2021

¿Es Necesario Esperar para Aplicar Diferentes Cosméticos?

La mayoría de nosotras ya tenemos claro en qué consiste una rutina facial e intentamos que ésta sea la más adecuada para nuestra piel. Intentamos elegir los productos que mejor se adaptan a nuestras necesidades y aplicarlos correctamente.

 

Aunque lo cierto es que siguen surgiéndonos algunas dudas. Y una de ellas es si podemos aplicarnos un cosmético detrás de otro sin esperar, o si tenemos que dejar pasar unos segundos (o minutos) para que sean más eficaces. 

 

Si es tu caso, en este post encontrarás información acerca del tiempo que se debe esperar para aplicar los diferentes cosméticos que forman parte de tu rutina de belleza. Venga, acompáñame para enterarte de todo...

 

¿Es necesario esperar para aplicar diferentes cosméticos?

 

¿Realmente hay que esperar?

 

No hay evidencias científicas hasta ahora que indiquen que esperar un tiempo entre cosméticos no los hace más eficaces, o que no hacerlo disminuye sus beneficios.

 

En cualquier caso eso es la teoría, porque en la práctica sí que parece positivo esperar un cierto tiempo a la hora de aplicar las diferentes capas de productos. Eso sí, dependerá (y mucho) del tipo de cosmético y de su calidad.

 

Algunas consideraciones generales

 

Según la textura del cosmético, del tipo de piel e incluso de la temperatura y humedad esa absorción será más o menos rápida. 

 

Los cosméticos de buena calidad tienen tendencia a absorberse más rápido y mejor.

 

A la hora de absorberse más o menos rápido también es importante la cantidad que se aplica, por eso (y por economía) es necesario utilizar únicamente lo que la piel necesita.

 

También influye, y mucho, el orden en el que se aplican los cosméticos. La norma es que se deben poner primero sobre la piel los más ligeros, terminando con los más untuosos o ricos. De esa forma, irán penetrando mejor y más rápido.

 

Mujer aplicándose una bruma facial en el baño

 

Y, desde luego, también es decisiva la aplicación en sí. Si sigues los consejos que aparecen en el envase o de un profesional de tu confianza, la forma de extender y hacer penetrar los productos conseguirán que se absorban más y más rápido. No lo olvides.

 

Cuánto tiempo hay que esperar entre productos

 

La referencia básica que puedes utilizar para saber si debes poner una nueva capa de cosméticos en tu piel o si tienes que esperar es de cajón: comprobar si el producto anterior se ha absorbido casi completamente (o que al menos lo parece).

 

Como norma general los tiempos que funcionan entre cosméticos suelen oscilar entre los 30 y los 60 segundos de media.  

 

Mujer aplicándose un cosméticos sentada delante de un espejo

 

Los medicamentos de uso tópico que se ponen sobre el rostro deben absorberse completamente antes de comenzar la rutina facial. Eso puede implicar al menos 1-2 minutos, o más según la untuosidad del producto. 

 

Otra excepción a los 30-60 segundos es la del protector solar. Lo primero que tienes que tener en cuenta es que el fotoprotector debe ser lo último que pongas sobre tu piel, puesto que su función es la de hacer de barrera frente a rayos UV. Para que este tipo de productos protejan realmente, es fundamental que no se mezclen con el resto de cosméticos que se hayan aplicado anteriormente. Eso implica que conviene esperar al menos 1-2 minutos antes de finalizar tu rutina facial con el protector solar.

 

Mujer aplicándose protector solar con un dosificador

 

Y otra más es la del maquillaje. Una vez aplicada la última capa de cosméticos de la rutina facial, sea ésta de fotoprotector o no, conviene dejar al menos 2-3 minutos antes de aplicar prebases o bases. De esa forma el maquillaje quedará más uniforme y mejor fijado sobre la piel. 

 

Esperar o no esperar, esa es la cuestión...


 

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17 marzo, 2021

Evita que Tu Ropa se Decolore o que Destiña

A la hora de comprar una prenda nueva una de las cosas que más me gusta es disfrutar de sus colores. ¿No te ocurre a ti lo misma? Pero eso dura poco, puesto que con los lavados su intensidad se pierde o incluso los colores cambiar porque las prendas destiñen.


Si quieres que tu ropa no se decolore o se destiña, sigue leyendo, porque comparto contigo algunos trucos que pueden serte útiles.

 

Evita que tu ropa se decolore o que destiña

 

Antes de nada


Antes de lavar cualquier prenda es importante que leas las etiquetas, para saber cuáles son las recomendaciones del fabricante en cuanto a temperatura de lavado y planchado, si hay que lavar a mano o a máquina, si se puede utilizar lejía...

 

Clasifica la ropa, y no me refiero únicamente a que separes la ropa blanca de la de color. Lo ideal es preparar las cargas agrupando los colores similares: oscuros, vivos, colores claros y blancos. 

 

Camisetas dobladas de distintos colores

 

Lava la ropa cuando sea necesario. Los lavados demasiado frecuentes e innecesarios acelerarán la pérdida del color y de la textura del tejido. 

 

Dale la vuelta a la ropa para que la fricción entre las propias prendas y con el tambor de la lavadora sea menor en la parte exterior. Por otra parte, esta práctica te ayudará a evitar que los pelos de tus mascotas acaben pegadas por toda la ropa y que se hagan pelotillas.

 

Cierra las cremalleras para que no rocen y enganchen las prendas.

 

Los productos

 

Utiliza detergentes protectores del color siempre que puedas. 

 

El bicarbonato de sodio es excelente para mantener los blancos y los colores más luminosos. Por no hablar de que funciona como suavizante. Con un par de cucharadas por lavado es más que suficiente. 


Poner una taza de vinagre blanco en la lavadora es una buena idea para conservar los colores. Puedes hacerlo cuando laves la prenda por primera vez o de forma periódica como mantenimiento. El vinagre pierde el olor durante el lavado, así que no te preocupes por ir oliendo a ensalada o a encurtidos cuando te la  pongas. Por otra parte, el vinagre también funciona como suavizante.

 

La sal común también ayuda a mantener los colores. Añádela a la lavadora cuando vayas a lavar por primera vez una prenda, porque contribuirá a fijar el color y el brillo. 

 

Bicarbonato de sodio

 

Hay productos para evitar el desteñido de las prendas, tanto a la hora de prevenirlo (toallitas, etc.) como para solucionarlo una vez que haya sucedido. Es importante que leas las instrucciones y que valores los posibles riesgos, puesto que algunos de ellos pueden dañar las cremalleras y botones. 

 

El lavado

 

Las prendas delicadas y de colores vivos puedes lavarlas a manos para ralentizar la decoloración y el desgaste.

 

No llenes mucho la lavadora. Si el agua y el detergente no pueden circular libremente entre la ropa, puede que el lavado sea desigual, y por lo tanto también lo sea el desgaste. Por otra parte, el propio roce entre tantas prendas será mayor.

 

El lavado en agua fría (o incluso tibia) desgasta menos los tejidos y los colores. Si la suciedad de la prenda te lo permite, evita el agua caliente. Ahorrarás energía y conservarás mejor tus prendas.

 

El agua fría tiene otra ventaja: evita los desteñidos, o al menos los minimiza. Así que si no tienes ropa suficiente para poner más de una carga en tu lavadora y vas a mezclar ropa blanca y de color, al menos procura que el agua esté fría (en este caso evita también la tibia).  

 

Lavadora y cesto de la ropa

 

Utiliza el programa adecuado para la suciedad de la ropa que vas a lavar. Si empleas uno más enérgico de lo necesario, estarás desgastando las prendas sin motivo.

 

El secado


Si vas a secar las prendas al sol, evita dejarlas durante mucho tiempo, sobre todo si hace mucho calor. En cualquier caso, siempre dale la vuelta a la ropa para que se seque del revés y los rayos solares no estropeen la parte visible del tejido.  

 

Para conservar los colores más vivos y brillantes, lo mejor es usar la secadora lo menos posible. Ya sé que es un electrodoméstico muy cómodo, pero tendrás que valorar qué es lo que te compensa más.

 

Evita los secados muy prolongados e intensos en al secadora, porque los colores se apagarán más rápidamente.

 

Espero que estos trucos te sirvan para tener tu ropa más bonita y luminosa durante más tiempo. 

 

 

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10 marzo, 2021

Así Puedes Reducir Azúcar, Grasas y Calorías en Recetas de Repostería y Postres

¿Te gusta la repostería? ¿Y los postres? La respuesta a ambas preguntas probablemente es un sí. Aunque es un tipo de comida que no solemos consumir habitualmente, o al menos no lo hacemos sin sentirnos culpables. ¿Los motivos? Obvios. Contienen una gran cantidad de azúcar, de grasas y de calorías, lo que no los convierte precisamente en los mejores amigos de nuestra salud y de nuestro peso.

 

Aunque hay algunos trucos para reducir azúcar, grasas y calorías en recetas de repostería y postres

 

Así puedes reducir azúcar, grasas y calorías en recetas de repostería y postres

 

Lo básico

 

Lo primero que debes tener en cuenta es que este post es una orientación, que parte de mi experiencia personal y que no tiene vocación de sustituir a los profesionales de la nutrición y la medicina. De hecho, te aconsejo que ante cualquier duda consultes a un nutricionista, a un dietista o a un profesional de la medicina. Especialmente si tienes algún tipo de enfermedad (hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, obesidad...), alergias o intolerancias alimentarias.

 

Hay muchas formas de reducir calorías y grasas en las recetas de postres y repostería. En algunos casos estos cambios son apenas perceptibles al paladar, pero en otras sí que notarás que los ingredientes no son los habituales. Lo importante en poner en la balanza si te conviene más renunciar al sabor (al que ya conoces, porque los otros no son ni mejores ni peores) o que lo que comes sea más saludable.

 

En cualquier caso, es importante que tengas en cuenta que, aunque recortes calorías y grasas, los postres y la repostería no son un tipo de alimento para consumir ni todos los días ni a todas horas


Cupcakes

 

Si tomas este tipo de comida de forma excepcional, no tienes enfermedades de las que te tengas que preocupar y el resto de tu alimentación es saludable, en principio no tendrías motivos para preocuparte por el azúcar, las grasas o las calorías que te puedan aportar. Si te alimentas de forma saludable y equilibrada, el hecho de pasarte un día no importará.

 

Toma raciones más pequeñas. Si recortas la cantidad total, también lo harás en calorías y grasas. Obvio, pero conviene recordarlo.  

 

Las harinas

 

Los ingredientes con mucha fibra son más saciantes, lo que te ayudará a comer menos cantidad. Las harinas integrales o la fruta, por ejemplo, te dejarán satisfecho/a antes. 

 

Las harinas integrales, aunque tienen las mismas calorías que las refinadas, sacian más y tienen más nutrientes. También tienen la ventaja de que sus hidratos son de absorción lenta. 

 

Las alubias negras (292 kcal./100 gr.) tienen menos calorías que las harinas (364 kcal. /100 gr.) y son perfectas para preparar brownies, galletas y otras recetas que lleven chocolate.

 

El azúcar

 

Usa menos azúcar (387 kcal./100 gr.). La mayor parte de las recetas indican una cantidad de azúcar mayor de la recomendable. Puedes ir reduciendo el porcentaje poco a poco. Si acostumbras a tu paladar de forma progresiva no necesitarás tanta cantidad de azúcar para percibir su dulzor. 

 

Azucarillos

  

Ten en cuenta que algunos sustitutivos del azúcar tienen menos calorías, pero también menos poder endulzante. Eso lleva a que utilicemos más cantidad para obtener el mismo dulzor, lo que implica que al final consumiremos las mismas calorías que con el azúcar blanquilla. Esto sucede con los siropes de ágave (310 kcal./100 gr.), de arce (260 kcal./100 gr.) o la miel (304 kcal./100 gr.), etc.

 

Hay otros endulzantes que se comercializan como más saludables que el azúcar blanquilla, puesto que tienen (en algunos casos) origen natural y cuentan con nutrientes. Pues bien, esos nutrientes no están presentes en una cantidad que compense el hecho de que son azúcares y que tienen una gran cantidad de calorías. Aunque es cierto que a nivel organoléptico son muy agradables. Algunos de estos endulzantes son la melaza (290 kcal./100gr.), la panela (350 kcal./100 gr.) o el azúcar de coco (383 kcal./100 gr.).  

 

Azúcar de coco

 

Algunos endulzantes incluso pueden ocasionar consecuencias graves en la salud si se usan en exceso, como la fructosa (398 kcal./100 gr.).

 

Hay algunos endulzantes no calóricos que no funcionan bien en repostería, especialmente la sacarina en polvo. Antes de usar uno en una receta, lee la etiqueta para comprobar si es apto para este tipo de recetas. 

 

Si usas productos procesados en la receta, ten en cuenta que pueden incluir endulzantes con muchas calorías o azúcares simples (miel, jarabes de maíz o arroz, dextrosa, fructosa, sacarosa, maltosa, melaza, panela, sirope de ágave, sirope de arce...). Una simple esencia de vainilla, puede contener una cantidad mareante de azúcar, así que te invito a que siempre leas cuidadosamente la composición de todo lo que compres. Esto sumará calorías y los efectos negativos del azúcar en tu salud. Ojo con ello.

 

Combina azúcar con edulcorante. Puedes utilizar la mitad de azúcar y la equivalencia de la otra mitad con estevia, eritritol... Luego puedes ir reduciendo la parte de azúcar y aumentando la de edulcorante poco a poco. 

 

La canela, la vainilla, el anís e incluso los frutos secos también son endulzantes, por lo que añadirlas a la repostería o los postres es una buena idea. Los frutos secos tienen bastantes calorías (según su tipo entre 500 y 600 kcal./100 gr.), pero muchos nutrientes y grasas saludables (rondando el 50% aproximadamente).

 

Las frutas son perfectas para aportarle dulzor a la repostería y a los postres, sobre todo si están maduras. De esta forma podrás reducir el azúcar o incluso eliminarlo de las recetas.

 

También hay hortalizas que pueden conseguir que recortes el uso del azúcar, ya que las zanahorias, la calabaza o la remolacha son dulces de por sí. 

 

Calabaza

 

Los dátiles en puré aportan dulzor de forma saludable. Aunque tienen sus calorías, no nos vamos a engañar (290 kcal/110 gr.), también tienen nutrientes (vitaminas, potasio, magnesio, fibra...) que los hacen muy interesantes. 

 

Los orejones (235 kcal./100 gr.), las pasas (295 kcal./100 gr.) y las frutas deshidratadas (sin azúcar ni aceite de girasol, rondando las 300 kcal./100 gr.) también te servirán para endulzar. Por no hablar de que su sabor y textura son un plus para cualquier recetas.

 

Las grasas

 

Usa menos grasa, independientemente de lo que ponga la receta. Para que el resultado final no se resienta, tendrás que aportarle humedad. Puedes hacerlo con yogur (normal, griego, sin lactosa...), con queso fresco o para untar (siempre que su contenido de grasa no sea alto), con plátano machacado, con puré de manzana, zumo de naranja...

 

Cambia la mantequilla (884 kcal/100 gr.) o la margarina (717 kcal/100 gr. y unas 364 kcal./100 gr. en el caso de las light) por aceite de oliva (884 kcal./100 gr.). Es cierto que su uso cambia el sabor de la receta, pero si empleas un aceite de oliva virgen extra suave, lo notarás menos. Aunque en cuanto a calorías no hay diferencia entre un ingrediente y otro, la calidad nutricional del aceite de oliva es mucho mayor. Por otra parte, no es lo mismo un aceite que una grasa. 

 

Aceite de oliva

 

También puedes usar aceite de girasol (884 kcal/100 gr.), si no quieres que aporte tanto sabor.

 

El aceite de coco (862 kcal/100 gr.) también es suave, pero le aporta un toque dulzon. Tanto este como el de girasol tienen muchas calorías, pero tienen origen vegetal al contrario de la mantequilla o la margarina (salvo las vegetales).

 

Si necesitas usar nata en la receta (y siempre que no haya que montarla), puedes cambiarla por leche evaporada. Ten en cuenta que la nata puede tener entre un 30 y un 55% de grasa.

 

Las bebidas de origen vegetal (siempre sin azúcar) pueden ser el sustituto perfecto para la leche, lo que te ayudará a recortar en grasa. Eso sí, ten en cuenta que puede que tengas que añadir algún ingrediente que te sirva para aportarle más esponjosidad (aguacate, plátano, goma xantana, psyllium...).

 

Si vas a hacer repostería con un color oscuro (como los brownies o recetas con chocolate), puedes sustituir la mantequilla o el aceite por 3/4 de la cantidad de grasa que vayas a usar de ciruelas pasas (o puré de ciruela) mezclado con 1/4 de de agua hirviendo. 


Mousse de chocolate

 

Otra opción es emplear plátano machacado (unas 85-90 kcal./100 gr.) en lugar de grasa, aproximadamente en la misma cantidad que indica la receta.

 

También puedes reducir la cantidad de grasa, utilizando la mitad de mantequilla o aceite y la otra mitad de puré de aguacate (160 kcal./100 gr.).

 

O utilizar un 50% del tipo de grasa que indique la receta y el 50% de tofu (producto derivado de la soja). Incluso puedes incrementar el porcentaje de tofu para reducir más las calorías y las grasas.

 

Otros trucos

 

Si vas a usar chocolate, procura que tenga un porcentaje alto de cacao. Incluso puedes utilizarlo puro y compensar su amargor con un edulcorante. Fíjate en el porcentaje de azúcar que lleva el chocolate y si lleva aceite de palma. En muchas ocasiones te sorprenderá que un alimento potencialmente saludable se puede convertir en una bomba de azúcar y grasas.

 

La ralladura de los cítricos aportan sabor a bizcochos, magdalenas, galletas y postres. Eso reduce la necesidad de usar una gran cantidad de azúcar o de grasa.

 

Galletas

 

Si vas a hacer tortitas o crepes, usa una sartén que realmente sea antiadherente. En lugar de mantequilla, puedes usar aceite de oliva. Para reducir la cantidad, utiliza un espray o una brocha para untar el fondo lo justo para que no se peguen.

 

El agua que queda después de cocer legumbres, tanto en casa como compradas en bote, es perfecta para preparar merengue o incluso para sustituir al huevo en repostería. Por cierto, este líquido se llama aquafaba. Como puedes imaginar, su contenido en calorías y grasas es inapreciable.

 

Para los frostings y glaseados puedes utilizar manteca de cacao, aceite de coco o aquafaba. Ojo con los dos primero ingredientes, que no son ligeros precisamente, hazlo siempre con mesura. Y para darle el toque dulce, puedes utilizar cualquiera de los trucos que te he mencionado antes. 


Donut con glaseado

 

Puedes sustituir el frosting de cupcakes y tartas con yogur griego o queso crema bajos en grasa. Únicamente tienes que escurrirlo ayudándote de unas gasas y un colador para que espese lo susficiente.


Con estos trucos, que nada ni nadie te impida disfrutar de un dulce.



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03 marzo, 2021

Hidratación Vs Nutrición

¿Sabes qué son realmente los cosméticos faciales hidratantes y los nutritivos? ¿Son lo mismo o tienen funciones diferentes? Si tienes alguna duda al respecto, en este post va a encontrar respuestas básicas y sencillas a este dilema.


Hidratación vs nutrición

 

Lo básico

 

Lo primero que debes tener en cuenta es que la hidratación no es lo mismo que la nutrición, por mucho que a veces se confunda.

 

La piel tiene varias capas. La que está en el exterior está protegida por lo que se conoce como manto hidrolipídico. Éste manto está compuesto por agua y por sebo (lípidos). La primera hidrata las células, el segundo las protege. Lo ideal es que tuviese una proporción de 50% de agua y 50% de grasa (en la piel hay entre un 15%-20% del agua del organismo). Si hay más sebo que agua, la piel tenderá a la grasa. Por el contrario, si hay poca grasa (es protectora), la piel se deshidratará enseguida y tenderá a la sequedad. 

 

Hidratación 

 

La hidratación consiste en restaurar los niveles óptimos de agua en la piel. Esto consigue que ésta se vea más llena, tersa, suave y luminosa. La exposición a los elementos, la radiación UV, el contacto frecuente y prolongado con el agua, el uso de algunos medicamentos, de productos agresivos o cosméticos inadecuados generan deshidratación en el rostro.

 

La hidratación llega a las células de la piel principalmente desde nuestro interior, por eso es tan importante beber agua y comer alimentos que la contengan. Precisamente porque esa fuente de  humectación funciona de dentro hacia fuera, cuanto más exterior sea la capa de la piel (y más células muertas tenga), menos agua le llegará.

 

Quizás todas las pieles no necesiten nutrición, pero todas requieren hidratación (también interna), tenlo en cuenta.

 

Crema hidratante

 

Normalmente su base es acuosa (emulsiones de aceite en agua), aunque si la deshidratación es mucha se pueden emplear lociones y cremas hidratantes con base oleosa. Los cosméticos hidratantes llevan principios activos como glicerina, ácido hialurónico, urea, ceramidas, pantenol, niacinamida... También pueden llevar otros ingredientes para tratar necesidades concretas.

 

Las cremas y lociones hidratantes es conveniente utilizarlas durante el día, para aportarle a la piel el agua suficiente. Esto aportará confort, además de protegerla de las agresiones externas (calor, frío, viento, contaminación, UV...) del envejecimiento y de la acción de los radicales libres. Si no usas productos nutritivos, también puedes utilizarlas durante la noche.

 

Las hidratantes no sólo deben usarse por la mañana, cuando pongas en práctica tu rutina facial diurna, también debes aplicártelas durante la jornada si lo necesitas (salvo que utilices una nutritiva por la noche).

 

Si vas a usar hidratación y nutrición, primero aplica el producto humectante y luego el nutritivo, nunca al contrario. De esa forma los lípidos y otros nutrientes sellarán el agua dentro de la piel. La hidratación permitirá que el cosmético nutritivo actúe. Pero si pones primero la nutrición y luego la hidratación, los ingredientes nutritivos crearán una capa sobre la piel, impidiendo que el segundo producto haga su función (captar y mantener el agua).

 

Nutrición

 

En el caso de la piel su significado es el mismo que en el del cuerpo en general: proporcionar los nutrientes esenciales que necesita, alimentarla

 

Al nutrir la piel conseguimos regenerar su barrera protectora natural (manto hidrolipídico), lo que mantiene a raya la deshidratación y la sequedad. Es decir, una deficiencia de nutrición implica también una hidratación deficiente, al perder agua con más facilidad. Por otra parte, la nutrición ayuda a regenerar sus células, lo que ayuda a combatir el envejecimiento y sus consecuencias. Cuando la piel está seca, no sólo se nota deshidratada, también se nota apagada, sin brillo, con arrugas más marcadas.

 

Los productos nutritivos (emulsiones de agua en aceite) incluyen ingredientes emolientes que ayudan a nutrir la piel y a reconstruir su barrera hidrolipídica. Serán aceites vegetales o minerales, mantecas vegetales, ácidos grasos... Además pueden incluir ingredientes como vitaminas, retinoides, elastina, lanolina, escualeno, colesterol, etc.


Crema nutritiva

 

No hay una edad concreta para comenzar a usar cremas nutritivas, puesto que dependerá no sólo de lo que diga tu carnet de identidad, también hay que tener en cuenta cuánto se ha cuidado la piel, la exposición solar acumulada, incluso la genética. Aunque probablemente los 30 pueda ser una edad orientativa para comenzar a usar cremas nutritivas. Con el paso de los años la nutrición debe ser cada vez mayor y mejor.

 

Las cremas nutritivas es mejor utilizarlas durante la noche. Al fomentar la regeneración, es mejor aprovechar el sueño, que es el momento en el que la propia piel realiza el proceso de regeneración y renovación celular durante el descanso. 

 

Consejos imperdibles

 

En general, lo conveniente es usar ambas, salvo que la edad o las condiciones de la piel no requieran nutrición. 

 

Ya sean hidratantes o nutritivas, aplícatelas siempre con la piel limpia, y después del tónico, esencia y/o sérum, si es que los usas. 


Chica con un poco de crema sobre la mejilla y con una cinta en la frente


 Es fundamental que elijas los productos apropiados para tu tipo de piel y tus necesidades concretas. Esos requerimientos pueden cambiar a lo largo del tiempo. La época del año, el lugar en el que vives, las actividades que desarrollas, el paso del tiempo, los cambios hormonales o el estrés tienen mucho que ver con las cremas adecuadas para ti. 

 

Solicita consejo a tu dermatólogo, a tu farmacéutico o a tu facialista de confianza. De esa forma no te equivocarás con los productos.

 

Pide muestras antes de comprar. Es una manera sencilla de saber si ese cosmético es el correcto para tu piel.

 

Las cremas no hacen milagros, por supuesto, y está claro que no se puede luchar contra el envejecimiento indefinidamente, pero sí que ayudan a que tu piel ofrezca su mejor versión en cada etapa de tu vida. Cuídala, al fin y al cabo te acompañará siempre.


 

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Cómo Aplicarse Correctamente las Cremas Faciales 

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La primera vez que apareció el post Hidratación Vs Nutrición fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.


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