25 octubre, 2017

Onagra y Granada para Cuidar la Piel Madura

Si estás entre los 40 y los 50 años o si estás comenzado con la menopausia estarás experimentando cambios en la piel de tu rostro y cuerpo. Y estos cambios, a pesar de ser de lo más natural, no dejan de ser incómodos:


  • Tu piel se irá afinando y será menos resistente debajo de la capa córnea.

  • La capa superficial de la piel se vuelve más rugosa.  

  • La capacidad de hidratación de tu piel irá reduciéndose, por lo que la notarás más seca y menos luminosa.

  • Aparecerán arrugas algo más profundas.

  • La piel estará menos elástica y firme.

  • La capacidad de regeneración se reduce.

  • Notarás que la producción de colágeno y elastina disminuye.

  • La piel se vuelve más clara, puesto que pierde la capacidad de producir melanocitos. También aparecerán manchas, precisamente porque esos melanocitos no funcionan como deberían.


A la vista de estas consecuencias que afectan tanto al rostro como al cuerpo, está claro que es necesario tomar medidas. No hablo de detener el envejecimiento, porque es imposible, pero sí de pisarle el freno y llevar la edad y los cambios hormonales con soltura.


Estas medidas pasan por lo obvio: una alimentación saludable, beber agua en cantidad suficiente,  hacer ejercicio de forma regular (tanto físico como mental), tener una vida social activa... y cuidar la piel.


Y si comer bien o hacer ejercicio cuesta, cuidar la piel del rostro y el cuerpo también. La edad entre los 40-50 es complicada, porque la mayoría de nosotras estamos a pleno rendimiento tanto fuera como dentro de casa. Los trabajos son muy exigentes y los hijos están todavía en casa, porque se tienen cada vez más tarde... o se resisten (por obligación o por comodidad) a independizarse. Eso implica que el tiempo que nos dedicamos a nosotras mismas se recorta. Mal hecho, porque todas nos merecemos cuidarnos, dándonos unos minutos al día para hacer ejercicio, tomar un café con las amigas o poner en práctica nuestro ritual de belleza. ¿Cuándo lo vamos a hacer si no? ¿Cuando tengamos 90 años?


Para animarte a cuidarte un poco más, en este post quiero hablarte de cosméticos específicos para las necesidades de tu piel. Como prefiero que los productos de belleza tengan la composición más natural posible y con una política responsable a la hora de producirlos, no podía dejar de hablarte de dos líneas de la marca Weleda orientadas a pieles maduras: onagra y granada. Ya las conocía por haber leído sobre ellas, aunque hace un tiempo soy usuaria de algunos productos de estas líneas, así que comparto contigo mi opinión. Te aviso que no son apropiadas para pieles jóvenes, así que si es tu caso, puedes echarle un vistazo a otras líneas de la marca como la de iris o rosa mosqueta.


Si quieres saber más, sigue leyendo...



 Onagra y granada para cuidar la piel madura


Onagra


Propiedades


  • Contiene ácidos grasos esenciales (linoleico y alfa-linoleico), que son imprescindibles para formar la barrera protectora de la piel y reactivar la actividad celular, algo importante a partir de los 45-50 años y/o de llegada de la menopausia. 


  •  Hidrata en profundidad.


  • Notarás la piel más luminosa y radiante.


  • Reduce la profundidad de las arrugas, alisando la superficie de tu piel. 


  • Mejora la elasticidad y la firmeza de la piel, por lo que la notarás más firme y con un contorno mejor definido.


  • Reduce la inflamación, algo que se agradece en el caso de desarreglos hormonales.


  • Además de onagra, esos cosméticos contienen ingredientes como la manteca de cacao (crema de noche), centella asiática (crema de día), aceite de semillas de girasol (contorno de ojos) o las semillas de mijo (leche corporal) entre otras.



Crema de día de la línea de onagra
Crema de día de la línea de onagra


Aroma
 

Sensual y delicado, con notas de magnolia, sándalo o cardamomo.


Productos de la línea de onagra


  • Crema de día (1)
  • Crema de noche
  • Sérum concentrado redensificante
  • Contorno de ojos y labios
  • Aceite corporal  


(1) La crema de día es de lo más confortable. No engrasa la piel y se nota más redensificada, suave y luminosa en pocos días.
 


Crema de noche redensificante de onagra
Crema de noche redensificante de onagra. Imagen cortesía de Weleda



Crema de día redensificante de onagra
Crema de día redensificante de onagra. Imagen cortesía de Weleda

Contorno de ojos y labios de onagra
Contorno de ojos y labios de onagra - Imagen cortesía de Weleda

Aceite corporal de onagra
Aceite corporal de onagra - Imagen cortesís de Weleda
























Lo más destacable


La redensificación de la piel.


Granada


Propiedades


  • En las semillas de este fruto se encuentran ácidos grasos esenciales y vitaminas con un gran potencial antioxidante como el ácido punícico, flavonoides y vitamina E. El aceite de las semillas de granada se obtiene prensándolo en frío para conservar al máximo sus propiedades.


  • Nutre la piel.


  • Protege.


  • Mejora el aspecto de las arrugas, alisando tu rostro.


  • Reafirma la piel y la vuelve más luminosa, puesto que estimula la producción de colágeno y elastina.


  • Activa la regeneración natural de la piel.


  • Neutraliza los radicales libres, por lo que ralentiza en envejecimiento.


  • Los productos de belleza con granada además incluyen otras joyas de la cosmética como el argán (crema de noche), aceite de jojoba (aceite corporal), aceite de sésamo (crema de día, contorno de ojos o crema de ducha), áloe vera (sérum reafirmante), etc.



Productos de la línea de granada de Weleda
Productos de la línea de granada


Aroma


Muy particular, con notas de sándalo, neroli y davana. Si lo hueles una vez, lo reconocerás siempre.


Productos de la línea de granada


  • Crema de día (2)
  • Crema de noche (3)
  • Sérum reafirmante
  • Contorno de ojos
  • Leche corporal
  • Crema de ducha
  • Aceite corporal (4)
  • Desodorante roll-on 24 h.
  • Crema de manos
  • Agua perfumada "Jardin de Vie Grenade"


(2) La crema de día se absorbe enseguida y no deja la piel engrasada. Alisa y suaviza inmediatamente y reafirma con el uso regular.

(3) La crema de noche es algo más untuosa, aunque tampoco deja una sensación demasiado grasienta. Aunque reafirma, noto más el efecto en la crema de día que en la de noche.

(4) Es una verdadera delicia, tanto por la textura como por el aroma. Deja la piel hidratada sin engrasar. Te aconsejo que lo uses después de la ducha, con la piel ligeramente húmeda y aplicándotelo con un masaje reafirmante. No abuses, puesto que con unas pocas gotas es suficiente para extenderlo por la piel. Si te gusta el aroma, puedes poner el aceite en la palma de la mano y disfrutarlo antes de su aplicación. Si lo combinas con el aceite de abedul, además de reafirmar tratarás la celulitis y la retención. Aunque lo ideal sería poner uno por la mañana y otro por la noche, puedes aplicarte primero el aceite de abedul y luego el de granada, un todo en uno.



Productos de la línea de granada
Productos de la línea de granada - Imagen cortesía de Weleda


Lo más destacable


Regenerante y reafirmante.


Ventajas


Los productos de la marca Weleda, además de sus beneficios sobre la piel del cuerpo y del rostro, tienen otros valores añadidos que merece la pena tener en cuenta:


  • No tienen conservantes sintéticos.
  • No contienen colorantes sintéticos.
  • Están libres de perfumes sintéticos.
  • No contienen siliconas ni sustancias con origen petroquímico.
  • No están testados en animales.
  • Son aptos para veganos.
  • Son aptos para celíacos (con excepción de algunos productos concretos).


¿Has probado estos productos? ¿Qué te han parecido?







Nota: este post no está patrocinado por ninguna marca.


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18 octubre, 2017

Etiqueta para el Uso Correcto del Paraguas

Aunque no lo parezca, la forma de llevar un paraguas en la calle dice mucho acerca de la educación de una persona. Y no hablo que sea necesario lucirlo como si se estuviese en las carreras de Ascot, sino de utilizarlo con respeto hacia los demás.


Seguro que alguna vez te habrás cruzado con alguien que no se ha preocupado por si podía dañarte con las varillas de su paraguas. Y probablemente has tenido que sufrir a esas personas que lo sacuden sin mirar y que acaban empapándote sin ni siquiera pedir disculpas. O has tenido que aguantar a los que entran con un paraguas empapado en el transporte público poniendo como una sopa a todo aquel con el que se topan.


Todas esas actitudes son una muestra de la falta de respeto y consideración que esas personas tienen por los otros. Y todo ello es cuestión de educación, porque lo mismo que se agrede con el paraguas, no se cede el asiento a una persona mayor en el autobús o se chista al camarero en un restaurante.


Por eso, no está de más recordar las normas de etiqueta más básicas para el uso del paraguas en público, que más de etiqueta son de sentido común. Sé que tú las sabes y las aplicas, aunque siempre te servirán para recordárselas a tu simpática cuñada o a ese compañero de trabajo tan rústico y montaraz


Etiqueta para el uso correcto del paraguas


  • Hay mucha gente que lo desconoce, al caminar por la calle se sigue el mismo criterio a la hora de circular que en el caso de los vehículos. Por lo tanto las personas deben circular preferentemente por su derecha. Esto es básico para circular también cuando se porta un paraguas, puesto que es una forma de ordenar el paso.


  • En ciudad evita los paraguas inmensos, porque te será difícil caminar con ellos por calles estrechas y apabullarás a otros peatones. 


  • No te escondas debajo del paraguas, porque no tendrás suficiente visión y acabarás tropezando o arrollando a otras personas.


Paraguas


  • No mires el móvil mientras caminas, es un consejo obvio, más aún si portas un paraguas abierto.


  • Cuando lo lleves cerrado (si no es plegable), llévalo con la punta hacia abajo; ni hacia arriba ni en horizontal. De ese modo evitarás lastimar a las personas o romper objetos.


  • Eleva el paraguas para permitir el paso a las personas que sean más bajas o más mayores que tú. Eso sí, ten cuidado de no ladearlo para evitar mojarte tanto tú como a otras personas.


  • Bájalo si la persona con la que te cruzas es más alta, así ambos os facilitaréis el paso.


  • Si te cruzas por la calle con alguien que no lleve paraguas, debes cederle la parte de la acera en la que haya cornisa o la zona esté más protegida.


  • Si utilizas el paraguas en transporte público o en aglomeraciones, ciérralo y procura no mojar a los demás. 


  • Al compartir paraguas hay que tener cuidado para que ambas personas estén bien cubiertas.


Paraguas compartido


  • Si bajo el paraguas vais dos personas, conviene que lo lleve el más alto, así ambos iréis más cómodos.


  • Si te encuentras con alguien y vais a recorrer el mismo camino o parte de él, lo correcto es que compartáis paraguas para mantener cómodamente la conversación. 


  • No abras el paraguas en recintos cerrados, porque puede suponer un peligro para las personas y las cosas. Y también porque hay personas supersticiosas que se pueden sentir incómodas si lo haces.


  • Sacude el paraguas antes de entrar en recintos cerrados y transportes públicos. 


  • Si vas a sacudir el paraguas antes de ponerte a cubierto, ten cuidado de no mojar a otras personas o el suelo interior de las casas y establecimientos.  


  • Utiliza los paragüeros para depositar tu paraguas, de ese modo no mojarás el suelo de los lugares cerrados en los que entres.


Perchero con paraguas y sombrero


  • Si tienes invitados en casa y se pone a llover, préstales un paraguas si tienes de sobra.


  • Devuelve los paraguas prestados. Siempre.



Ahora vamos a ponernos a cubierto, que llueve...





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11 octubre, 2017

Consejos para Comprar Prendas de Calidad

Tener un buen fondo de armario es una de las claves para vestir con estilo... y para no perder tiempo buscando un outfit de "10" por las mañanas. Te hablo de esa ropa que resiste más de una temporada, que sienta bien, que es apropiada para (casi) cualquier ocasión y que puedes actualizar con cualquier adquisición de temporada.


Esa ropa la vas a disfrutar durante mucho tiempo, así que es importante que tenga un mínimo de calidad. Eso no implica que debas gastar mucho dinero, por supuesto, pero sí que requiere que tengas cuidado a la hora de comprarla para que te dure varias temporadas, que te siente como un guante y se mantenga perfecta a lo largo del tiempo.


A continuación te doy algunos consejos comprar ropa de calidad. No te los pierdas... 


Consejos para comprar prendas de calidad


¿Calidad o Precio?


Ten presente que el que la ropa sea de marca no significa obligatoriamente que sea de buena calidad. Puede que la marca haya encargado la confección a un taller que no trabaje bien, que haya comprado tela barata a buen precio y quiera darle salida a pesar de saber que el resultado final no será aceptable o que se escude tras su imagen para vender prendas de dudosa calidad.


Ojo al precio. La ropa con un precio excesivamente bajo, aunque parezca de buena calidad a simple vista, tiene truco. Una cosa es que consigas una prenda por poco dinero y otras muy distinta que no llegue ni siquiera al precio de coste. Esto también es aplicable a la ropa de segunda mano, aunque su valor de referencia será menor. Los precios demasiado bajos suelen ocultar una calidad ínfima en materiales y confección, mano de obra en condiciones de explotación laboral o un origen dudoso.


Ropa en un perchero


Etiquetado


Las prendas deben estar correctamente etiquetadas. En España es obligatorio que en la etiqueta aparezca identificado con su nombre o razón social el fabricante, comerciante o importador. También debe incluir la dirección postal, el número de identificación fiscal y la composición de artículo. Además de esta información obligatoria se recomienda que aparezcan las recomendaciones de lavado, planchado, secado y conservación.


Los tejidos


Debes prestar atención a los tejidos con los que están confeccionadas la prendas, porque su caida, durabilidad y mantenimiento dependen de ellos.  Los tejidos de origen natural son por norma general los mejores. Si te es posible, decántate por el algodón, la lana, la seda o el lino; o al menos procura que estos sean mayoritarios en su composición. Estos son más agradables de vestir, suelen durar mucho tiempo si se cuidan bien, aunque en algunos casos pueden necesitar limpieza en seco o ser difíciles de planchar. Los tejidos sintéticos son menos confortables a la hora de llevarlos puestos y tienden a deformarse y decolorarse con mucha más rapidez; eso sí, su mantenimiento es más sencillo, porque se lavan, se secan y se planchan con más facilidad.


Los tejidos que se transparentan, salvo que sean así por diseño expreso, son de peor calidad. Imagina una camiseta blanca de algodón. Si se transparenta, será durará menos y será menos resistente que una con un tejido más compacto. 


Comprueba que el tejido no tiene ningún defecto: hilos fuera de su sitio, imperfecciones en los estampados, manchas sospechosas (puede que no se eliminen con el lavado)...


Perchero con ropa


Estira el tejido en dirección vertical y horizontal, si vuelve a su estado original sin deformarse, tiene todas las posibilidades de ser de buena calidad. Evita hacerlo si se trata de punto o crochet, porque puedes estropear la prenda.


El forro


Las prendas con forro sientan mejor, son más cómodas de llevar y denotan una mejor confección. Eso sí, la tela del forro debe ser de buena calidad, debe acompañar a la prenda sin hacer arrugas, fruncidos o tirar de la tela exterior.  


El patrón y el corte


Corte y talla deben tener coherencia. Por ejemplo, si las mangas de una camisa son pequeñas o cortas sin que eso tenga que ver con la creación libre del diseñador, es que el fabricante ha utilizado un patronaje deficiente o ha intentado ahorrar en tela.


La prenda debe ser simétrica. Presta atención a las solapas, las mangas, las sisas, las perneras, los tiros y las espaldas. Si a simple vista te das cuenta de que hay algo que no encaja en el patrón, seguro que te sentará mal cuando te la pongas.


Comprueba que el patrón de los estampados coincide en las uniones y en las zonas visibles. Imagina una camisa estampada con flores. En una prenda de calidad las flores estarán situadas a la misma distancia, tanto horizontal como vertical, en ambas partes del cuerpo y seguirán ese patrón también en su unión con la espalda. También en las mangas y en los puños se seguirá ese mismo patrón para que ambas se vean iguales. 


La confección


El hilo con el que estén cosidas las prendas debe ser resistente, del mismo color (salvo que se trate de una decisión del diseñador) y las puntadas deber ser pequeñas e iguales.


Los ojales deben ser del mismo tamaño, centrados y bien rematados, sin hilos sueltos ni puntadas en falso.


Las costuras deben estar bien hechas, con puntadas pequeñas y resistentes, que no se transparenten si se toma de los dos extremos y se tira ligeramente en perpendicular a la costura. Deben estar bien rematadas por su interior y sin que la tela haga frunces.


Ropa colgada de un perchero


Los dobladillos tienen que estar bien cosidos. Conviene comprobar que no hay ninguna parte deshecha o con defectos. El dobladillo interior debería tener 3 cm. como mínimo de tela sobrante, por si necesitas sacar el bajo.


Los botones deben ser de cierta calidad, bien cosidos y con un buen remate en la zona interior.


Presta atención también a las cremalleras. Mejor si son metálicas. Comprueba que suben y bajan con fluidez y no se enganchan en ningún sitio. Esto es especialmente importante si se trata de un vestido y tiene costura en la zona en la que se une el cuerpo y la falda, porque suele ser el lugar en el que es más fácil que se atasque la cremallera al unirse varias capas de tela. Esto también suele suceder en los monos que tienen corte en la cintura. Es importante comprobar si la cremallera está bien cosida, sin que haya puntadas en falso o fruncidos en la tela. Recuerda que las cremalleras ocultas le aportan más prestancia a la prenda, salvo que estas formen parte del diseño.




Información de interés:

Reglamento de la Etiquetado
Real Decreto 928/1987, de 5 de junio, relativo al etiquetado y composición de los productos textiles (actualizada a 23/02/2011)


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04 octubre, 2017

Evita las Intoxicaciones Alimentarias en Tu Cocina

Con frecuencia se asocian las intoxicaciones alimentarias con comidas o cenas fuera de casa, pero lo cierto es que también pueden originarse en nuestra propia cocina. Aunque las intoxicaciones se pueden dar por errores en la producción o transformación de los alimentos, muchas de ellas se producen por una preparación incorrecta o una mala conservación. Y estas dos últimas circunstancias también se pueden dar en casa. 


En nuestra propia cocina y en los alimentos que hay en ella acechan las bacterias, los virus, los parásitos, las toxinas o químicos y que pueden dañar seriamente la salud; especialmente en el caso de lactantes, niños pequeños, ancianos, embarazadas o personas con enfermedades crónicas. Y no hay que perder de vista que algunas intoxicaciones pueden ser mortales, así que es mejor no tomarse este asunto a la ligera.


Los alimentos que más fácilmente se contaminan son la carne cruda y precocinada, el pollo, el pescado, el marisco, los huevos crudos, los patés, los quesos cremosos o la leche que no ha pasado por el proceso de pasteurización. Aunque casi cualquier alimento es susceptible de contaminarse si se dan las condiciones adecuadas. 


Por todo ello a continuación te comento lo que no debes hacer nunca en tu cocina para evitar las intoxicaciones alimentarias.


Evita las intoxicaciones alimentarias en tu cocina


La higiene... o la falta de ella


Ciertas malas prácticas relacionadas con la higiene pueden poner en peligro tu salud y la de los tuyos. Aquí tienes algunos ejemplos:


  • No lavarte las manos con agua tibia y jabón cuando comiences a preparar los alimentos (al menos 20 seg. e insistiendo entre los dedos y las uñas) y cuando sea necesario a lo largo del proceso de preparación. También después de tocar alimentos crudos, frutas, verduras, latas y envases.

  • No mantener los estropajos, bayetas y paños extremadamente limpios. Estos elementos pueden contaminar los utensilios de cocina y alimentos si no están impolutos.

  • No cambiar los paños de cocina con frecuencia. Lo ideal sería cambiarlos a diario si les das mucho uso.

  • No mantener las encimeras y las superficies de la cocina que van a estar en contacto con alimentos en buenas condiciones higiénicas.

  • No limpiar la campana extractora con frecuencia. La grasa y otros residuos pueden acumularse y gotear sobre los alimentos que se están cocinando, contaminándolos.

  • Utilizar la misma tabla de cortar y el mismo cuchillo para procesar distintos alimentos crudos y cocinados, sin lavarlos previamente.

  • Almacenar comida con productos de limpieza en el mismo espacio. Los limpiadores pueden derramarse o desprender productos tóxicos que contaminen tus alimentos.


Con las manos en la masa


Las prisas no son buenas...


Cocinar con prisas o haciendo muchas cosas a la vez es muy habitual, pero poco recomendable. Si tu cocina se parece a un campo de batalla, lo más probable es que te olvides de alguna de las medidas básicas de higiene y aumentes las probabilidades de intoxicación.  


Cuestión de temperatura


No cocinar o conserva los alimentos a una temperatura correcta puede ser motivo de una intoxicación alimentaria. Algunos de los errores más frecuentes son:


  • No calentar la comida fría (de la nevera) a más de 75º C durante al menos 1 minuto. Aunque esté fría y cocinada, la comida puede contener bacterias que es necesario neutralizar con calor antes de comer.

  • Dejar comida ya cocinada mucho tiempo fuera de la nevera o el congelador. La temperatura y el oxígeno convierten ese plato tan delicioso en un parque temático para los microorganismos nocivos para tu salud. Nunca deberían dejarse en el exterior más de 2 horas.

  • Dejar alimentos cocinados dentro del horno o el microondas para que lo consuman otros más tarde. Es una mala práctica, sobre todo si se van a exceder las 2 horas que te comentaba en el punto anterior, porque las posibilidad de contaminación se multiplican. Así que si tu pareja o tu hijo va a llegar tarde a cenar, es mejor que saque el plato de la nevera y se lo caliente en un momento. 

  • No congelar el pescado. Aunque pienses que la congelación hacer perder cualidades organolépticas al pescado, lo cierto es que no merece la pena correr el riesgo de verte las caras con el Anisakis entre otras lindezas por un (supuesto) mejor paladar.

  • Descongelar a temperatura ambiente, especialmente si hace mucho calor.


Cocina


Almacenamiento incorrecto


Conservar los restos de alimentos enlatados en la nevera dentro de la propia lata es una malísima idea. Las posibilidades de contaminación se incrementan con esta práctica. Te recomiendo que guardes las sobras en un recipiente con tapa en lugar de la lata.


Guardar en la nevera alimentos cocinados y crudos si hay posibilidad de que se produzca contaminación cruzada te puede poner en peligro. Al cocinarlos los patógenos se eliminan, pero se pueden volver a contaminar si entran en contacto con comida cruda que sí los contengan. La creencia popular es que hay que dejar enfriar la comida totalmente antes de introducirla en la nevera o el congelador, aunque esto no es así. Con que se templen lo suficiente para no dañar el electrodoméstico o el resto de alimentos es suficiente.


Carnes, pescados, mariscos y pollo


Cuidado con estas prácticas, porque son potencialmente peligrosas:


  • Comprar carne picada que no te preparen en el momento de la compra. Este tipo de alimento cuando ya está procesado multiplica las probabilidades de contener bacterias. Mejor pide que el carnicero te la pique en el momento.

  • Cocinar poco las carnes, pescados y pollo, puesto que el calor no llegará al interior del alimento y si hay bacterias dañinas acabarán en tu cuerpo. De hecho, se recomienda que los alimentos se cocinen por encima de los 70º C. Y si es posible, hacerlo entre los 80 y los 100º C para eliminar todas los microorganismos dañinos.

  • Comer carnes, pescados o pollo frescos pasados los 2-3 días dentro de la nevera. Ingerir alimentos cocidos, hervidos o fritos pasados 2-3 días dentro de la nevera. Especialmente carnes, pescados, pollo y verduras. O comerlos pasados los 4-5 días si se han preparado en forma de escabeche o ahumado.

  • Lavar el pollo. Aunque puede parecer una medida básica de higiene, lo cierto es que las bacterias (Campylobacter jejuni) que puede haber en este alimento son capaces de contaminar las manos y todas las superficies durante el lavado, extendiéndose a través de las salpicaduras del agua.


Salmón fresco


Huevos


El humilde, versátil y delicioso huevo es, junto con las carnes y pescados, uno de los alimentos más peligrosos si no se utilizan correctamente. Ten cuidado de no cometer estos errores:


  • Lavar los huevos crudos antes de guardarlos. La humedad reblandece su cáscara y las bacterias que pueda haber en su superficie pueden migrar a su exterior. Si quieres lavarlos, hazlo justo antes de usarlos.

  • Hacer mayonesa y otros preparados con huevo crudo con mucha antelación o conservar las sobras en la nevera. Si va a hacer esta deliciosa salsa en casa, que sea justo antes de comer y solo en la cantidad justa que vayas a necesitar, para que no tengas tentaciones de guardarla para después. El huevo es uno de los alimentos que puede contener diferentes tipos de bacterias perjudiciales, la temida Salmonella entre ellas.

  • No cuajar bien las tortillas y utilizar el mismo plato con el que les hemos dado la vuelta para servir. Si el huevo no está bien cuajado, ocurre lo mismo que con la mayonesa, las probabilidades de intoxicación aumentan.

  • Separar las yemas de las claras con la propia cáscara. Si la superficie está contaminada pueden acabar extendiendo los patógenos al huevo. 


Huevos


Frutas y verduras


Las frutas y verduras también pueden estar contaminadas y darte más de un disgusto. Cuidado con:


  • No eliminar las hojas exteriores de las verduras de hoja verde. Estas hojas son las que han estado en contacto con la tierra y que han sido manipuladas, así que es conveniente retirarlas para evitar riesgos.

  • No lavar las verduras y frutas, incluso si se van a pelar. Puedes lavarlas únicamente con agua, o añadir una cucharadita de bicarbonato o unas pocas gotas de lejía alimentaria y dejarlas en remojo unos minutos y aclarar después. 


Col


Leche


No debes beber leche no pasteurizada, nunca. Por mucho que te guste y por muy natural que te parezca, es un peligro para tu salud. Puedes encontrarte con bacterias tan poco amistosas como la Campylobacter jejuni o la Escherichia coli.


Caducidad


Comer alimentos que hayan excedido la fecha de caducidad no es nada recomendable. Recuerda que una cosa es la fecha de consumo preferente y otra distinta la de caducidad. Si quieres evitar que los alimentos venzan, haz la compra con cabeza, coloca lo que caduque antes a la vista y revisa periódicamente tu nevera y tu despensa.


No te arriesgues...


Finalmente quiero advertirte de otras prácticas de riesgo a evitar:


  • Consumir alimentos de origen desconocido y sin control sanitario es muy mala idea. Comprar comida en puestos callejeros sin control o procedentes de explotaciones agrícolas o ganaderas piratas pueden poner en peligro tu salud.  

  • Consumir alimentos enlatados cuando la lata estén abombada o golpeada. ¿Has oído hablar de la toxina botulínica (Clostridium botulinum). Pues es la que te puedes encontrar en este caso, así que desecha las latas que no estén en buen estado.

  • Consumir un alimento que parece en malas condiciones, por si acaso. Si huele mal, se ve mal y sabe mal, lo más probable es que esté malo, así que deséchalo. No te arriesgues.


Cuidar la alimentación es importante, pero no sólo en cuanto a su cantidad y calidad nutricional, también es importante manipularla y conservala adecuadamente para evitar que perjudique nuestra salud.





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