30 marzo, 2022

Cómo Utilizar el Colorete en Barra o en Crema

Si hacemos una encuesta para saber qué productos de maquillaje consideramos imprescindibles cualquiera de nosotras, en los primeros puestos aparecerían la máscara de pestañas, el labial o el lápiz de ojos. Esos que elegiríamos sin dudar si nos pidiesen que renunciásemos a todo nuestro neceser de maquillaje salvo uno o dos artículos. 


Pues bien, el colorete probablemente no sería uno de esos productos de maquillaje, aunque es uno de los que obra milagros sobre cualquier rostro. De hecho, el ansiado efecto buena cara no sería posible sin él. Sobre todo cuando es en formato stick o en crema. 


Por eso en este post quiero comentarte cuáles son las ventajas del blush en barra o en crema, cómo elegirlo y cómo aplicarlo

 

Cómo utilizar el colorete en barra o en crema

 

Las ventajas

 

El blush en crema tiene una textura que facilita notablemente su aplicación. Aunque haya muchas usuarias que nunca se han acercado a este tipo de formatos, porque piensan que su uso es complicado y su resultado artificial, lo cierto es que ocurre justo lo contrario.


Deja un rubor más natural que el tradicional, más jugoso y luminoso, al fundirse mucho mejor con la piel. 

 

Si eliges el tono y la intensidad correctas conseguirás un aspecto saludable y juvenil como por arte de magia. 



Los inconvenientes


Si no se usa bien, es posible excederse en la cantidad y terminar pareciendo una muñeca... o incluso un payaso.


La elección

 

Es una textura ideal para todo tipo de pieles, sobre todo aquellas con la piel seca o madura. El único tipo de piel para el que no funciona bien el colorete en crema es la grasa, puesto que no se fija ni se difumina bien. 


Si tu piel es clara, apuesta por los tonos neutros y rosados. Los colores ciruela también son una opción, pero únicamente si quieres un toque dramático y sofisticado.


Las pieles oliváceas se ven favorecidas por tonos melocotones, anaranjados y dorados. 


Las pieles más oscuras requieren corales intensos, colores teja y rojos profundos como los de las bayas.

 

Los tonos albaricoque, melocotón y los rosas son adecuados para todas las pieles, sobre todo para las maduras. Los rojos auténticos sientan bien a todas las pieles, reavivando su color. 

 

 

Los malvas y los tonos más azulados son complicados, por lo que es mejor que los dejes para los profesionales del maquillaje.

 

Cómo aplicarlo

 

Antes de utilizar cualquier tipo de maquillaje, tu piel debería estar completamente limpia e hidratada, también en el caso del colorete. El hecho de que la piel esté hidratada permite trabajar mejor el blush y que éste se integre con ella.

 

Una vez que tu piel ya esté preparada, puedes aplicarte base de maquillaje, una BB o CC Cream o dejar la piel desnuda si quieres utilizar blush en barra, porque queda bien en cualquier caso. Yo lo suelo utilizar a menudo para conseguir un efecto buena cara sin necesidad de maquillarme y me encanta el resultado.

 

Las prebases o primers, tanto si vas a utilizar base como si prefieres la piel natural, son una manera estupenda de que el colorete se aplique mejor y que dure más.

 

Si vas a utilizar base de maquillaje, lo ideal es que tenga una textura ligera y cremosa, porque el colorete en crema no funciona bien con bases en polvo.  

 

Hay quien prefiere utilizar primero el colorete y luego la base o la BB Cream para lograr un resultado supernatural. 


A la hora de aplicar el blush puedes hacerlo con los dedos o utilizando una brocha. En mi caso, si llevo la piel desnuda, lo extiendo con los dedos, Y si me aplico base o BB Cream, uso una brocha. 

 

En caso de que te decidas por los dedos, recuerda que tus manos deben estar completamente limpias y secas.

 

Si empleas una brocha, primero ponte el colorete en el dorso de la mano y luego ve tomándolo de ahí para depositarlo en las mejillas. De esa forma podrás regular mejor la cantidad de producto que recoge la brocha.

 

También puedes ayudarte de una esponja de maquillaje ligeramente humedecida con agua termal.  


 

Aplícate el colorete en las manzanas de las mejillas. Para saber el sitio exacto, sonríe frente al espejo y verás que hay una zona que sobresale más. Pues ahí es donde debes comenzar a trabajar.  De todas formas, no llegues muy cerca de la nariz, ya que el resultado no será natural. 


También puedes explorar otras formas de utilizar el colorete, más allá de tus mejillas.


 

Deposita el blush con pequeños toques en las mejillas, no lo hagas pintando un circulo muy marcado, porque te será difícil difuminarlo.

 

Difumínalo hacia arriba y en dirección hacia las sienes y las orejas.

 

Si el color es muy natural y similar al de tu piel cuando se broncea, también puedes poner una pequeña cantidad en el puente de la nariz.


Para que el resultado sea natural, es imprescindible que difumines muy muy bien, porque en caso contrario puedes terminar con el aspecto de una muñeca.


Te aconsejo que primero te pongas una pequeña cantidad, que la extiendas y que compruebes si su intensidad es la que buscas o no. Si necesitas subir el color, extiende capas poco a poco hasta que consigas el tono deseado. Es más fácil ir añadiendo intensidad que eliminar el exceso. 

 

Si te has pasado con el color, no te preocupes, porque todo tiene solución. Puedes retirar el exceso utilizando una esponja de maquillaje, aplicándola con pequeños toques para difuminar y eliminar el producto sobrante con cuidado. Evita frotarlo, porque terminarás extendiéndolo por toda tu cara, además de retirar la base de maquillaje que lleves debajo. También puedes utilizar una brocha o esponja, ligeramente impregnadas de base de maquillaje o crema con color para rebajar la intensidad del colorete. 


Puedes sofisticar el maquillaje de tus mejillas utilizando un iluminador y/o un bronceador o contorneador de un color más oscuro. Ambos productos deben ser también en crema, para que el resultado sea óptimo. El iluminador irá en la parte superior de los pómulos y el bronceador en la zona más hundida de las mejillas. Para localizar ese punto, frunce los labios y verás que hay una zona cóncava, pues ahí es el lugar en el que tienes que utilizar el color más oscuro. De esta forma esculpirás tus pómulos suavemente, evitando que tu rostro parezca plano. 

 

No renuncies a darle color a tus mejillas, es más fácil de lo que parece.



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23 marzo, 2022

Trucos para Limpiar y Almacenar Tus Copas de Cristal Más Delicadas

No hay nada mejor que disfrutar de una bebida en una bonita y delicada copa. Y es que una copa de cristal fino consigue que el líquido que contiene tenga mejor sabor. Parece mentira, pero es así, no tienes más que servirte un buen vino en una copa de cristal de bohemia, que hacerlo en vaso de vidrio grueso. No, su sabor no se aprecia igual. 

 

Pero al ser objetos delicados, su mantenimiento y limpieza es más complicado que el de la cristalería más corriente.

 

Así que en este post encontrarás algunos trucos para limpiar, mantener y almacenar tus copas de cristal más delicadas.


Trucos para limpiar y almacenar tus copas de cristal más delicadas

 

El lavado

 

La mejor forma de lavar tus copas delicadas es hacerlo a mano. Ya sé que el lavavajillas es un electrodoméstico de lo más útil y cómodo, pero no es el más adecuado para cuidarlas. 

 

En primer lugar, es posible que si el cristal es muy fino, cualquier golpe o roce acabe por romper las copas, por eso se tiene más control lavándolas a mano. 

 

Por otra parte, el agua muy caliente, el detergente, los restos de comida y el roce con otros objetos que pongas en el lavavajillas acabe por desgastar el cristal, dejándolo opaco y con rayas. 

 

Utiliza una esponja para objetos delicados, evitando los estropajos que puedan rayar el cristal.

 

Para las copas delicadas y altas puedes utilizar esponjas con mango, que permiten llegar al fondo sin ejercer demasiada presión. 

 

Si tienes un fregadero de doble seno o sueles utilizar el fregadero y un barreño, llenando uno con agua y detergente y dejando otro para aclarar, lava tus copas por separado del resto de vajilla. Cambia el agua y el detergente cuando vayas a encargarte de las copas. De esa forma no habrá otros elementos que puedan rayar o romper las copas. Y así no quedará suciedad y grasa en el agua que se pueda adherir al cristal.  

 

Persona con la mano debajo del grifo y el fregadero lleno de espuma

 

Guantes


En caso de que uses guantes para todas las tareas domésticas (yo misma no puedo prescindir de ellos), elige aquellos que no resbalen demasiado cuando están húmedos y con detergente, de ese modo no se te escurrirán entre los dedos cuando estés lavando las copas. 

 

El detergente y otros limpiadores

 

Utiliza un detergente suave para lavar tus copas, porque si es muy abrasivo terminará por dañar el cristal. 

 

El vinagre blanco te puede ayudar a devolver el brillo a las copas que estén ligeramente empañadas. Únicamente tendrás que mezclar 2 cucharada soperas por cada 200 cl. de agua (del grifo). Aplica esta combinación de ingredientes ayudándote de un paño suave que no suelte fibras, déjalo actuar unos minutos y luego aclara bien. Este truco te servirá únicamente cuando la copa no esté demasiado dañada. 

 

En caso de que las copas estén muy turbias, puedes dejarlas en remojo en agua con vinagre dejando que actúe durante toda la noche. Luego tendrás que lavarlas a mano, aclararlas completamente y secarlas. Utiliza la misma proporción que en el caso anterior, pero con las cantidades suficientes de agua y vinagre suficientes para cubrir la copa. No hace falta que las dejes de pie en el barreño o en el fregadero, puedes tumbarlas con mucho cuidado. Si quieres que no se choquen entre ellas o se puedan tumbar durante el remojo, coloca un paño, un papel o una alfombrilla de goma en el fondo.  

 

Las manchas que opacan las copas por la acción de las aguas duras, puedes utilizar acetona pura para intentar eliminarlas. Luego tendrás que lavarlas muy bien para eliminar cualquier rastro de acetona, aclararlas y secarlas.

 

En caso de que tengan manchas oscuras (pintalabios, líquidos que tintan el cristal...) puedes dejar las copas en remojo con lejía alimentaria. Si las manchas están en el interior, llena las copas con de agua (fría) y vierte un par de cucharaditas de lejía alimentaria. Deja que actúe 1-2 horas y luego lava bien con detergente y aclara totalmente. En caso de que las manchas estén en el interior y el exterior, llena y barreño con agua y lejía para uso alimentario y coloca las copas en su interior, permitiendo que el líquido las cubra. Ten mucho cuidado para que no se choquen entre sí. Si tienes muchas copas y un barreño pequeño, haz varias tandas.

 

Para eliminar manchas también puedes utilizar una pasta de bicarbonato sódico con agua. Eso sí, ten mucho cuidado para no rayar su superficie. Deja actuar la pasta, pasa un paño suave o una esponja para eliminar la mancha y luego finaliza el proceso lavando bien las copas.

 

Bicarbonato de sodio

 

Otra opción para quitar las manchas es emplear pasta de dientes. Aunque, ojo, si la pasta es muy abrasiva y el cristal muy delicado, es posible que termines con un cristal rayado y empañado.


Si recurres al lavavajillas, procura que el electrodoméstico esté limpio y sin residuos, no coloques junto con las copas vajilla o cubiertos sucios, ten mucho cuidado para que las copas no se muevan o choquen con el resto de objetos, no te excedas con la cantidad de detergente y utilizar un programa que no se demasiado intenso.

 

El secado

 

Si quieres que tus copas estén siempre brillantes, sécalas completamente antes de colocarlas en tu aparador. Las pequeñas gotas de agua empañarán el cristal y puede que terminen por opacarlas. Ponlas a secar primero al aire y luego termina puliendo con un paño de microfibra para eliminar cualquier huella. O utiliza mejor dos paños, uno para sostener y otro para pulir.


Si las dejas escurriendo, hazlo de modo que no se puedan tumbar en el escurridor y que no se choquen entre ellas o con otras piezas de tu vajilla o cristalería. Lo ideal: colocar un paño sobre el escurridor para que no se resbalen. 

 

El almacenaje

 

Lo ideal es que almacenes tus copas de forma que las que más uses estén más a mano, pero teniendo cuidado de que no puedas engancharlas al tomar otros objetos del aparador o la estantería en la que las guardes.

 

A la hora de colocar las copas hay varias opciones, te las comento y luego serás tú quien elijas.

 

Con el borde hacia arriba, conseguirás que se sequen por completo y no tendrás que darles la vuelta para utilizarlas, y todos sabemos que cuanta menos manipulación, menos riesgo de rotura. Además, la parte más delicada de la copa es la superior, por lo que al ponerlas con él mirando hacia arriba las protegerás más. 


Estanterías en una cocina con las copas colocadas con el borde boca arriba

 

Con el borde hacia abajo, tocando la superficie del mueble, evitarás que se acumula el polvo, pero tendrás que voltearlas al sacarlas de la vitrina o el aparador. Si vas a optar por esta solución, te recomiendo que coloques un tejido o material que acolche ligeramente la superficie y que impida que las copas se puedan rozar o volcar con facilidad.

 

También puedes guardarlas alternando las dos opciones anteriores, de modo que optimices el espacio de almacenaje. Puedes colocar boca arriba las que más uses y boca abajo las que utilices únicamente en ocasiones especiales. También puedes colocar una hacia arriba y otra hacia abajo, aprovechando al máximo la superficie.

 

Otra elección interesante es utilizar un sistema para colgar las copas boca abajo, aunque en este caso deberían estar tras una puerta o un cristal, porque si están en la cocina la humedad y la grasa se depositará rápidamente en el cristal y tendrás que lavarlas muy a menudo, incluso sin utilizarlas.

 

Sea como sea, el lugar en el que guardes tus copas debe estar siempre impoluto, sobre todo si las colocas boca abajo, puesto que el borde es la parte que te llevas a los labios.  


Si tienes muchas copas y vasos y armarios altos, puedes utilizar elevadores para guardarlo en dos o tres alturas, así optimizarás tu espacio de almacenaje. Los puedes encontrar ya fabricados o hacerlo con tus propias manos y a medida. 


Y ahora ya sólo te queda por hacer una cosa: brindar con esas copas limpísimas y relucientes.



 

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16 marzo, 2022

Cómo Desmaquillarse los Ojos Correctamente

¿Te maquillas los ojos? Si es así, es fundamental que los desmaquilles a diario, y sobre todo que lo hagas bien.

 

Si te pintas los ojos, el desmaquillado, tanto del rostro como de los ojos es un paso imprescindible en tu rutina de belleza. No hacerlo te pasará factura, tanto a nivel estético como de la salud de tus ojos. Infecciones, irritaciones, bolsas más pronunciadas, arrugas o caída de las pestañas son sólo algunos de los efectos no deseados de saltarte este paso en tu rutina de belleza. 


En este post quiero darte algunos consejos para desmaquillarte correctamente los ojos, así no pondrás en riesgo ni su belleza ni su salud, ni tampoco la de tus pestañas.


Cómo desmaquillarse los ojos correctamente


El primer y más importante mandamiento que existe a la hora de desmaquillarte los ojos es el de no restregar ni los párpados ni las pestañas. La piel de los párpados y del contorno de los ojos es sumamente delicada, por lo que es muy fácil dañarla. Y las pestañas requieren una manipulación suave para evitar arrancarlas y debilitarlas. 

 

También conviene que tengas en cuenta que tan importante es el producto que utilizas que el cómo lo empleas.  

 

Desmaquillante, bolas de algodón y flores de color rosa

 

Y no te olvides de otro punto fundamental: es un proceso que, si se quiere hacer bien, requiere su tiempo.


Lavarse las manos antes de tocar el rostro es fundamental, pero todavía lo es más cuando se trata de los ojos, puesto que requiere una higiene escrupulosa. Incluso aunque vayas a utilizar un jabón, tus manos deben estar limpias antes de hacerlo. Pensar que el jabón o espuma desmaquillante servirá también para las manos es un error, porque lo único que conseguirás es esparcir la suciedad y las bacterias por toda la zona. 

 

Si eres usuaria de lentes de contacto, retíralas antes de desmaquillarte los ojos. Si el producto y los restos de maquillaje las contaminan, te costará mucho limpiarlas. Y cualquier residuo puede convertirse en un peligro para tus ojos, por no hablar de lo incómodo que resulta. 


Primero desmaquilla los ojos y luego limpia el resto del rostro, nunca lo hagas al revés. De ese modo eliminarás los residuos que hayan podido dejar los productos que hayas empleado para los ojos.


Si te has maquillado las cejas, también debes retirar el maquillaje junto con el de los ojos.

 

Elige el desmaquillante teniendo en cuenta dos factores principales: tus necesidades particulares (tipo de piel, estado de las pestañas, sensibilidad, edad..) y el maquillaje que utilices. Si tienes diferentes tipos de maquillaje, necesitarás también distintos productos para eliminarlos. 

 

Aceites en diferentes envases y disco de algodón con restos de maquillaje de ojos

 

Personalmente utilizo primero un desmaquillante en loción muy suave y luego termino con agua micelar. 


Sea como sea, los productos deben ser suaves y seguros. Los vas a utilizar en una zona muy delicada.


Evita los desmaquillantes que irriten, porque te pueden provocar hinchazón en los párpados.

 

Los discos desmaquillantes, tanto los de algodón como los reutilizables son una exelente elección. En el caso de los de algodón, busca aquellos que no suelten pelusas ni fibras, que tengan una cierta consistencia y que tengan un tacto muy suave. Si los usas reutilizables, debes lavarlos en profundidad con un jabón neutro después de cada uso, secarlos completamente y guardarlos a salvo del polvo y la suciedad hasta el próximo uso.  

 

Discos desmaquillantes

 

Si los discos de algodón son relativamente gruesos puedes cortarlos a la mitad para ahorrar un poco. Si tienes cuidado de usar las dos parte exteriores en los ojos, incluso puedes separar las dos mitades de forma vertical. También es una buena idea irlos doblando según se van utilizando, primero a la mitad y luego dándole la vuelta. 


Lo que debes evitar por todos los medios es utilizar la misma zona del disco de algodón una y otra vez, porque extenderás la suciedad en lugar de eliminarla.


Si utilizas un limpiador líquido. en gel o en loción, empapa dos algodones con el producto y luego deposita uno en cada ojo. Deja que el desmaquillante actúe entre 15 y 30 segundos (puede que algo más si es maquillaje waterproof). Luego desliza cuidadosamente los discos hacia abajo, desde el párpado superior hacia las pestañas inferiores. Después haz el movimiento desde las pestañas inferiores hacia abajo, teniendo mucho cuidado de que el desmaquillante no entre dentro del ojo. Procura retirar también el corrector que hayas usado en las ojeras.


Si con estos gestos no has conseguido retirar todo el maquillaje, repite la operación con otros discos nuevos.

 

Los desmaquillantes en aceite o en crema los puedes aplicar con las yemas de los dedos, masajeándolos de forma sumamente delicada. Luego termina el proceso con un disco desmaquillante.


En caso de que hayan quedado restos entre las pestañas, puedes utilizar un bastoncillo de algodón o de silicona con el producto desmaquillante para eliminarlos completamente. 


Bastoncillos de algodón


Si utilizas un jabón o espuma, acláralos completamente y luego seca ligeramente a pequeños toquecitos y sin frotar.


Para secar la zona lo más higiénico es utilizar un tisú. Si quieres utilizar un elemento reutilizable (toalla de baño, paño suave...), es necesario que esté limpia y seca antes de utilizarla sobre los ojos. 

 

Puedes terminar el proceso de desmaquillado de los ojos pasando un algodón empapado en agua termal para calmar la zona. 


Y no te olvides que después de cada desmaquillado de ojos, debes continuar con tu rutina facial, utilizando contorno de ojos en la zona para evitar la sequedad y las arrugas.


La belleza y la salud de tus ojos también está en la forma en la que te desmaquilles. Cuídalos.



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10 marzo, 2022

Consejos para Hacer una Buena Limpieza Estacional

La mayoría limpiamos nuestro hogar a diario, puede que no en profundidad, pero suele ser algo que forma parte de nuestra rutina diaria. Mantener la casa ordenada y con unos mínimos de higiene es imprescindible para sentirse a gusto en ella, y también para que sea un espacio seguro.


Pero esa limpieza diaria no es suficiente, porque la suciedad y el desorden, sobre todo en zonas poco accesibles (o en las que no nos fijamos demasiado), terminan por instalarse en todas las estancias del hogar. 


Por eso es importante hacer una limpieza estacional. Lo ideal sería llevarla a cabo en cada cambio de estación, pero no siempre es posible, ni tampoco se tienen ganas. Pero al menos sería conveniente hacer una limpieza de primavera y otra en otoño. De esa forma podemos poner nuestro hogar a punto de cara al calor y al frío.


En este post quiero comentarte cuáles son las ventajas de la limpieza estacional y también algunos consejos para que sea eficiente.

 

Consejos para hacer una buena limpieza estacional

 

Ventajas

 

Una limpieza más profunda contribuirá a mejorar tu salud y la de tu familia, algo imprescindible si se sufren alergias y otras enfermedades que pueden empeorar con la suciedad y los microorganismos nocivos. Pero, cuidado, porque si se usan productos tóxicos agresivos, puede ser peor el remedio de la enfermedad. Procura utilizar limpiadores naturales o lo más respetuosos posibles con tu salud y con el medioambiente.

 

Podrás conservar tu casa impoluta durante toda la estación con menos esfuerzo. Limpiar sobre limpio es mucho más fácil, con diferencia. 

 

Te ayudará a mantener mejor el orden en tu hogar o en tu oficina. No es lo mismo conservar todo en su sitio si cada 3-4 meses reordenas todo, que no hacer zafarrancho organizador nunca.

 

Te costará menos deshacerte de aquellos objetos que ya no necesitas, desde la ropa de cama hasta los medicamentos caducados.

 

Detectarás con más facilidad aquello que necesita mantenimiento o reparaciones, lo que te evitará tener que gastar más dinero o incluso reponer mobiliario, electrodomésticos y otros objetos si dejases que se deteriorasen más. 

 

Podrás adaptar las estancias de tu casa a la nueva estación con menos esfuerzo. Normalmente se aprovecha para cambiar la ropa de cama, las alfombras, las cortinas, los cojines, se sacan o se guardan los muebles de exterior o los elementos de climatización (calefactores, ventiladores, humidificadores...), etc. 

 

La limpieza, tanto la diaria como la estacional, siempre que se aborde de forma consciente y con buen humor, puede llegar incluso a ser terapéutica y desestresante. Puedes utilizarla para reflexionar sobre lo divino y lo humano, para buscar soluciones a tus problemas e incluso para sentir una mayor unión con tu hogar, con tus cosas y con tu familia.

 

Persona fregando el suelo


Consejos de limpieza

 

A continuación encontrarás algunos consejos para la limpieza estacional. Unos son apropiados para cualquier época del año, mientras que otros son más adecuados para una en concreto. Puedes utilizar esta lista para planificar y verificar cada punto de esa limpieza.

 

Aspira y limpia el felpudo que tienes en la entrada. Si está muy estropeado, será el momento de cambiarlo.

 

Limpia en profundidad la puerta de entrada, tanto por dentro como por fuera. 

 

Limpia los filtros del aire acondicionado, tanto si haces la limpieza de primavera, como la de verano u otoño. En el caso de la primavera para preparar tu aparato para los primeros calores, que generalmente nos suelen pillar desprevenidos. En el de la de verano, para usarlo en buenas condiciones siempre. Y en otoño para eliminar cualquier suciedad acumulada durante la época de calor y mantenerlo en buenas condiciones hasta el año siguiente.

 

Si tienes ventiladores de techo, límpia sus aspas y también los embellecedores. 

 

Aprovecha la limpieza de otoño para purgar los radiadores, así funcionarán mejor y serán más eficientes cuando llegue el frío.


Radiador con una silla delante en la que hay un gato estirándose

 

Aprovecha para sacar lo que tengas en la despensa, limpiar su interior, comprobar las caducidades de los productos y desechar lo que sea necesario. Cuando vuelvas a colocar los alimentos en su interior hazlo de forma ordenada y teniendo cuidado de colocar a mano lo que vaya a caducar antes.  

 

Saca todo lo que tengas en los armarios y cajones de la cocina, limpia los interiores y los exteriores, deshazte de lo que no necesites y compra lo que te falta. 

 

Limpia el horno y el microondas, tanto en su interior como su exterior. 

 

Si en tu congelador se ha formado hielo, saca los alimentos primero (colócalos en la nevera o en bolsas para congelados mientras tanto) y luego elimina toda la capa de hielo que haya y limpia bien el interior. Hazlo lo más rápidamente posible para que el electrodoméstico no pierda demasiado frío y los alimentos que hayas sacado se puedan echar a perder. 

 

Cocina

 

No te olvides de la nevera. Saca todos los alimentos y limpia su interior. Desecha toda la comida estropeada o caducada y reorganiza todo de nuevo.

 

Dedícale tiempo también a las bobinas traseras de la nevera. Hazlo con cuidado de no dañarlas. No sólo evitarás que se acumule porquería, además mejorarás su eficiencia.  

 

Aprovecha para limpiar el interior y el exterior de la lavadora, la secadora y el lavavajillas.

 

Limpia las rejillas de ventilación. Para eliminar el polvo o las pelusas, puedes utilizar el aspirador o incluso un espray de aire comprimido. Después puedes limpiarlas con agua + detergente neutro, agua + lejía, agua + alcohol + aceite esencial de limón, vinagre de limpieza...

 

Limpia los azulejos de la cocina y del baño.  

 

Lava la cortina de la ducha o limpia en profundidad la mampara del baño.  

 

Revisa y limpia el armario y las estanterías del baño. No tengas piedad con los productos caducados o con aquellos que no hayas utilizado nunca. Lava los cepillos y las brochas de maquillaje. Y desecha todo aquello que has ido acumulando y que no te sirve para nada.

 

Baño

 

Comprueba el estado de toallas y alfombrillas del baño. Si es necesario, límpialas en profundidad. Si no están en buen estado reutilízalas para limpiar o para otros fines. Y en caso de que estén realmente estropeadas, tíralas a la basura.

 

Pasa el plumero por las paredes que no tengan azulejos. Si son lavables, pasa un paño o esponja humedecidas con unas gotas de detergente suave.

 

Limpia el interior y el exterior de las ventanas, así como los rieles.

 

Persona limpiando el exterior de las ventanas

 

Si es necesario, cambia los burletes de las ventanas. Esto es imprescindible de cara al otoño y sobre todo antes de que comience el invierno.

 

Al menos una vez al año, limpia las persianas, tanto por dentro como por fuera. 

 

Limpia todas las puertas del interior de la casa, incluidos los picaportes. Si es necesario ponle aceite a las bisagras.

 

Dedícale tiempo también a los interruptores, porque suelen acumular mucha suciedad, tanto el mecanismo como la parte de pared que tienen más cercana. 

 

Limpia cuidadosamente las alfombras de invierno antes de guardarlas. Si son grandes y difíciles de limpiar, puedes llevarla a la tintorería. De hecho, hay algunos establecimientos que incluso te las almacenan durante la época de calor para que no te ocupen espacio en casa. 

 

Limpia también las alfombras de verano antes de guardarlas. Hazlo de forma minuciosa y, si es necesario, guárdalas en una funda a salvo de insectos y del polvo. Utiliza el material adecuado para que estén protegidas, pero que puedan respirar, así evitarás manchas y moho. 

 

Si tienes cortinas y visillos, lávalos.

 

Aspira todas las superficies tapizadas que tengas en casa.

 

Retira todos los muebles y aspira debajo de ellos. Luego limpia bien el suelo, utilizando los productos que correspondan según el material, porque no es lo mismo limpiar azulejos que parquet o cemento.

 

Salón

 

Limpia las lámparas, incluidas las de pie, las que tengas en la pared y las de de techo. Quita los cristales protectores y lávalos bien, eliminando los mosquitos y otros insectos que se suelen quedar atrapados en ellas.  

 

Limpia los libros y los adornos. En el caso de estos últimos, lava con agua y jabón todos los que admitan (fíjate en los materiales y acabados, porque no todos aptos para este tipo de limpieza).  

 

Revisa los cajones y armarios de la entrada, el salón y otras zonas de estar. Saca todo, desecha lo que no sirva, repón lo que sea preciso, limpia los interiores y vuelve a colocarlo todo.

 

Si tienes revisteros, recicla todas las revistas y periódicos antiguos. No los tires a la basura, porque puedes utilizarlos para proteger superficies cuando hagas manualidades, bricolaje o jardinería. Según el tipo de papel, te pueden servir para limpiar espejos o cristales. Y si no los vas a reutilizar, ya sabes, llévalos al contenedor de papel.

 

Aspira los colchones, limpia las manchas amarillas que a veces aparecen por el sudor y dales la vuelta (la zona de la cabeza en los pies y viceversa) al menos cada cambio de estación. Puedes vaporizarlo con una mezcla de alcohol, agua y aceite esencial de lavanda para perfumarlos y ahuyentar a algunos insectos; además te ayudará a dormir mejor.

 

Revisa la ropa de cama y repara o repón lo que sea preciso. 


Persona cambiando la ropa de cama

 

Saca la ropa el armario, límpialo por dentro y aprovecha para hacer el cambio de ropa para la nueva temporada

 

Limpia y revisa también cómodas y otros muebles de almacenamiento que tengas en el dormitorio. 

 

Revisa tu botiquín y aprovecha para retirar los medicamentos caducados (llévalos al punto SIGRE, no los tires a la basura o por el inodoro) y para reponer los que sea necesario. 

 

Limpia tanto el interior como el exterior del aspirador. Aunque laves de forma habitual el filtro (o lo cambies, si es de bolsa), es probable que a la mayoría se nos olvide limpiar la carcasa, las ruedas, el tubo o los accesorios.

 

Aspirador

 

Limpia la plancha de la ropa, la tabla y su funda, el manguero...

 

Quita los pelos y pelusas de la escoba y luego lávala bien. Deja que se seque totalmente antes de volverla a reutilizar.

 

Limpia la fregona y el cubo.

 

Si tienes mascotas, revisa y limpia en profundidad sus trasportines, mantas, camitas, rascadores, juguetes...


¿Te apuntas a una limpieza general en el próximo cambio de estación?


 

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