26 abril, 2023

Agua Micelar: Sácale Todo el Partido

El agua micelar lleva ya varios años entre los productos de cuidado facial considerados (casi) imprescindibles. Y lo es con motivo, aunque siga habiendo quién no lo usa porque la conoce o porque no le agrada.


Personalmente el agua micelar es uno de los productos que uso en mi rutina facial a diario, porque me gusta mucho cómo limpia mi piel.


Aunque el agua micelar no es una solución perfecta, porque no todas las pieles ni las rutinas son iguales. Además, hay que tener en cuenta que hay que saber aplicarla correctamente para sacarle todo el partido.


En este post quiero compartir contigo algunos trucos para aplicarse correctamente el agua micelar y aprovechar sus beneficios al máximo.

 

Agua micelar: sácale todo el partido

 

Qué es el agua micelar


Es un producto líquido, que contiene una especie de microesferas (que no se perciben a simple vista, puesto que son pequeñísimas) llamadas micelas, que son capaces de "atrapar" la suciedad y residuos de la piel.


Las micelas tienen dos tipos de cualidades que pueden parecer antagónicas, pero que trabajan en sinergia: hidrófila (que tiene afinidad por el agua) y lipófila (que tiene afinidad por las grasas).


Por supuesto, contienen agua, aunque esta no es de la que sale del grifo, sino que está purificada y tiene un pH afín a la piel. Además contienen tensioactivos no iónicos, que son detergentes o lavantes, y que en el agua generan las micelas. Y también suelen contener glicerina y otros ingredientes, que variarán según la marca y el tipo de producto.


Cómo funciona


El agua micelar funciona de dos maneras diferentes. Por una parte, al ser hidrófila, se adherirá al algodón con el que la apliques, ayudando a eliminar la suciedad hidrosoluble que haya en la piel. Y por otra, su faceta lipófila, atrapará el sebo, el sudor, las impurezas, los restos de maquillaje y protector solar, la polución y otra suciedad liposoluble. 


De esa forma es capaz de limpiar la piel tanto maquillada, como no maquillada. 

 

Agua micelar y otros productos

 

La importancia de la elección


La elección del agua micelar es uno de los factores principales, junto con su aplicación, para que sea eficaz. Debes elegir aquella que sea más apropiada para tu tipo de piel, que tenga una buena calidad (que no un precio alto) y que te agrade por su textura y aroma. 


Normalmente se presenta en forma de agua, pero también la puedes encontrar en forma de jabón o gel.

 

Consejos de uso

 

Te recomiendo que elijas la que más se adapte (en teoría) a tu piel y que la uses unos días para comprobar si no notas la piel seca después de su uso o percibes algún tipo de irritación. Aunque se suelen recomendar sobre todo para pieles sensibles e incluso con rosácea.

 

Si tu piel es grasa, puede que el agua micelar no sea suficiente para limpiarla correctamente, por lo que seguro que tendrás que complementarla con otro producto.  Si es seca, sí que podrás utilizarla en solitario para limpiar tu rostro (aunque siempre te recomendaré doble limpieza, eso sí con productos que complemente el agua, pero que no resequen). 

 

Chica desmaquillándose

 

Personalmente, me gusta utilizar el agua micelar dentro de una doble (o triple) limpieza. Uso primero un desmaquillante de ojos y labios, luego el agua micelar y finalizo con un jabón limpiador. En mi caso no me gustan las lociones limpiadores, por lo que este paso lo sustituyo por el agua micelar. 

 

En caso de que hayas utilizado maquillaje waterproof, deberías eliminarlo primero con un producto bifásico o con un aceite antes de utilizar el agua micelar. 


Ten presente que si te has maquillado mucho o tienes la piel muy sucia, tendrás que pasarte el agua micelar dos veces en lugar de una, si quieres retirar toda la suciedad e impurezas.


En lugar de utilizar toallitas desmaquillantes si te da pereza quitarte las "pinturas de guerra" al llegar a casa por la noche, utiliza agua micelar. Es rápida, eficaz y tu piel va a agradecer más que le pases un algodón con ella antes que la socorrida (pero nada recomendable) toallita.


Los fabricantes aseguran que el agua micelar no necesita aclarado posterior, aunque hay dermatólogos y facialistas que sí recomiendan hacerlo. ¿El motivo? Que esos detergentes o tensioactivos no iónicos pueden quedar sobre la piel, aunque sea en una ínfima cantidad. Y aunque esa cantidad de detergentes sea muy pequeña, en algunos casos pueden resecar la piel e irritarla. 


Utiliza un algodón (reutilizable o no) en lugar de un pañuelo de papel o similar, puesto que el algodón es capaz de absorber la parte hidrófila del agua micelar para funcionar correctamente. Te recomiendo que el algodón no suelte fibras. Y un truco extra: los bastoncillos de algodón son perfectos para aplicar el agua micelar a la hora de desmaquillar las pestañas.

 

Algodón y bastoncillos

 

Utiliza movimientos suaves, sin prisa y sin frotar. Lo ideal es hacer movimientos delicados, lentos y de arrastre.


¡Y no te olvides del cuello, del nacimiento del cabello y de las orejas! También forman parte del rostro. 


Finaliza siempre utilizando una hidratante (y antes una esencia y un sérum si los sueles utilizar en tu rutina facial).


¿Usas ya agua micelar?


 

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Los Secretos del Agua Micelar

 

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19 abril, 2023

Cómo Organizar el Congelador y Sacarle Todo el Partido

El congelador me parece uno de los electrodomésticos más útiles de la cocina. Permite que puedas conservar una buena parte de alimentos durante mucho tiempo, es una buena manera de evitar que se desperdicien y es perfecto para organizar los menús. Además sirve para ahorrar tiempo a la hora de ir a comprar, porque puedes hacerte con más cantidad al ir a congelarla después, lo que te evita visitas al mercado o al súper.


Eso sí, sacarle todo el partido no siempre es sencillo. Por eso a continuación comparto contigo algunas ideas y consejos para organizar y aprovechar tu congelador al máximo. Si esto te interesa, te invito a que me acompañes...

 

Cómo organizar el congelador y sacarle todo el partido

 

Lo básico


Si vas a adquirir un nuevo congelador, procura que cubra todas tus necesidades en cuanto a características y capacidad. Valora si debe estar integrado en la nevera o requieres un congelador independiente. 


Limpia el congelador de forma periódica para que siempre esté en perfectas condiciones.

 

Mantén la temperatura entre -18ºC y -20ºC.

 

Revisa el congelador cada cierto tiempo para comprobar cuál es su estado y su contenido. Así podrás reorganizarlo si es necesario y reponer lo que haga falta.  

 

No debes introducir alimentos calientes, pero si lo haces debes tener la precaución de ponerlos entre los que ya estén congelados para que su temperatura baje más rápidamente. 

 

Si va a introducir muchos alimentos nuevos en el electrodoméstico, utiliza la función de superfrío, para que se congelen antes. Una vez que estén listos, recupera la temperatura normal. 

 

Cuando introduzcas comida, procura que no goteen y que los recipientes y envases están bien cerrados. 

 

Y evita dejar la puerta abierta de forma innecesaria, así la temperatura se mantendrá constante. 


Mujer comiendo un helado delante de la puerta abierta del congelador

Las herramientas 


Utiliza bolsas y recipientes adecuados para congelar la comida. Eso significa que deben soportar la temperatura que alcance tu electrodoméstico, ser herméticos y estar en buenas condiciones.

 

Puedes utilizar bolsas de cremallera (zip), bolsas con buenos cierres (de alambre, pinzas o gomas elásticas), recipientes de plástico o silicona (aptos para el congelador) o de cristal (que aguanten sin problemas frío y calor), etc. 

 

Los recipientes cuadrados y rectangulares se apilan mejor y se aprovecha mejor el espacio que con los redondos.  


Táperes cuadrados con diferentes comidas en su interior
 

El papel de horno te puede servir para separar alimentos que no se deben pegar entre sí o dividirlos en raciones. 

 

El envasado al vacío es una buena elección para congelar alimentos, porque se mantienen mejor sus características, pero también su forma. Además, por experiencia, abultan menos y podrás almacenar más cantidad en menos espacio. 

 

Mi consejo es que no utilices papel de aluminio, porque luego es muy difícil saber cuál es su contenido, además de no aislar completamente a los alimentos. Es más fácil que la comida se impregne de olores de otros alimentos si está envuelta en este material, y también que se quede seca.  

 

Recuerda que los líquidos es mejor congelarlos en recipientes con rosca, para evitar que haya derrames. 

 

Nunca llenes los recipientes de cristal hasta el borde, porque corres el riesgo de que estallen. 


El etiquetado: imprescindible


Etiqueta siempre lo que congeles, porque es la única forma de que sepas cuál es su contenido. Piensa que cuando la comida se congela, es difícil diferencia de qué se trata. Y seguro que en algún momento has dejado en la nevera un táper para que se descongelase y cuando has ido a abrirlo para preparar la comida al día siguiente te has encontrado con una sorpresa. Y también seguro que has intentado utilizar el olfato para salir de dudas... algo que no funciona con la comida a temperaturas bajo cero, doy fe. Si identificas lo que congelas, no tendrás que recurrir a una vidente televisiva para averiguar qué contiene cada recipiente.


Puedes utilizar etiquetas adhesivas, pero siempre que se peguen bien con el frío y que se despeguen bien cuando tengas que limpiar el recipiente. 

 

Brazo con etiquetas amarillas pegadas

 

En mi caso prefiero utilizar papel celo, sobre el que escribo el contenido. Se adhiere muy bien, su pegamento aguanta muy bien las bajas temperaturas y se retira sin problemas cuando lo voy a lavar. 

 

Otra opción es escribir directamente con un rotulador de uso alimentario, aunque puede que no se elimine fácilmente cuando tengas que lavarlo para un nuevo uso. En mi caso tuve una época en la que utilizaba un rotulador indeleble... y todavía tengo tapas en las que tengo nombres y nombres de comida tachadas, porque no había manera de eliminar la tinta.

 

Procura escribir el contenido, pero también la fecha, porque así sabrás cuándo lo has congelado y podrás consumirlo antes de que caduque. Ten en cuenta que la comida no dura eternamente el congelador, porque termina echándose a perder en cuanto a seguridad, textura, aroma y sabor. 


La organización


Las cajas y cestas son estupendas para organizar los alimentos dentro del congelador. En casa uso táperes antiguos grandes, de esos que han perdido la tapa y que todos tenemos dando vuelta por los armarios. 

 

En el caso de los arcones congeladores, necesitarás cestas sí o sí, especialmente para dejar más a mano lo que utilices con más frecuencia. 

 

Organiza los alimentos por tipos, porque así te facilitará la tarea a la hora de localizar lo que te hace falta y no tendrás que buscar y rebuscar. Según el tamaño de tu congelador, puedes separarlos por verduras y frutas, pescado y marisco, carnes, panes y repostería y helados y postres en las diferentes bandejas o cajones. Y en esas bandejas y cajones utilizar cajas y separadores para tener, por ejemplo, ordenado el pescado por variedades. O por diferentes tipos de carne, según su origen. O incluso por la forma en la que lo cocinarás. 

 

Interior de un congelador

 

Dispón los alimentos más grandes y pesados al fondo, así podrás maniobrar mejor dentro del congelador y podrás organizar todo en su interior con más comodidad. 

 

Coloca los alimentos que hayas congelado hace más tiempo más a mano, porque es la única forma de que no se te eche nada a perder. 

 

Congela siempre en raciones. Eso requiere de preparación y planificación, pero beneficiará a tu bolsillo (no desperdiciarás comida), a tu comodidad posterior (te será más fácil organizar tus comidas) e incluso a tu salud (siempre tendrás a mano alimentos saludables y evitarás la tentación de comer cualquier cosa por pereza).  

 

Si utilizas bolsas, colócalas en horizontal o vertical, pero siempre colocadas lo más planas posible para que ocupen menos espacio. 


Y hazte con el control


Puedes llevar una especie de diario o de hoja de control en el que apuntes qué has congelado, cuándo lo has hecho, para qué tienes intención de utilizarlo o incluso en qué parte del congelador lo has colocado. Esto es especialmente útil si tienes un electrodoméstico con una gran capacidad. 

 

¿Te han sido útiles estos consejos e ideas? ¿Tienes algún truco o sistema infalible? Si es así, por favor, compártelo.


 

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12 abril, 2023

Motivos para Comprar Cosméticos en la Farmacia

¿Dónde sueles comprar tus cosméticos? ¿En perfumerías? ¿En grandes almacenes? ¿En tu centro de estética? En mi caso antes eran los establecimientos en los que solía comprar todo lo relacionado con la belleza, aunque hace ya varios años que todo lo relacionado con el cuidado del rostro y del cuerpo lo compro en la farmacia. Y personalmente estoy encantada, tanto por la eficacia y la seguridad de los productos como por el asesoramiento que recibo. 


Por eso en este post quiero darte los motivos por los que comprar cosméticos en la farmacia. Evidentemente también hay otros lugares en los que ofrecen productos de calidad y un excelente asesoramiento, aunque merece la pena tener en cuenta también a las farmacias. Quizás se convierten en una buena elección también para ti. 

 

Motivos para comprar cosméticos en la farmacia

 

Por el asesoramiento

 

Los farmacéuticos tienen formación profunda en cuanto a principios activos y otros ingredientes, a sus efectos secundarios, interacciones con otros medicamentos y cosméticos, etc. También conocen cuáles son los procesos metabólicos de la piel y sus procesos.

 

Incluso el personal que no tiene titulación como licenciado o graduado en Farmacia, puede tener formación en cuanto a dermocosmética y estética. Piensa también que muchos laboratorios les invitan a talleres, seminarios y cursos para conocer sus productos, pero junto con ellos también les facilitan conocimientos acerca la piel y el cabello. 

 

Además de asesorar sobre cosméticos, también asesoran en cuanto a tratamientos y protocolos médico-estéticos. 


Mujer comprando cosméticos a una farmacéutica

 

Por la farmacia en sí

 

En una farmacia se suelen adquirir, además de cosméticos, medicamentos y otros productos relacionados con la salud. Esto te convierte en un cliente habitual, por lo que te asesorarán de la forma más honesta posible en todas las cuestiones, sin pretender venderte algo a toda costa. En la mayoría de los casos prefieren perder una venta y ganar un cliente. 

 

En las farmacias suelen disponer de una gama de productos cosméticos muy amplia, tanto en variedad como en precio.

 

Suelen tener ofertas y descuentos de forma periódica que afectan a la dermocosmética, con lo que puedes ahorrar dinero si los aprovechas.

 

Las farmacias más grandes y especializadas ofrecen talleres y cursos que promueven las marcas, con los que se dan a conocer sus productos a las clientas, pero en los que también se aprende muchísimo de cosmética y estética; además de ofrecer descuentos asociados a esas formaciones. 

 

Si hay algún problema con el producto, la farmacia se hace responsable de ello. En la que frecuento yo incluso puedes devolver un envase usado si te ha causado alguna alergia o ha surgido algún otro inconveniente. Ellos lo remiten al laboratorio junto con la descripción de lo sucedido y al cliente le reintegran el importe o le ofrecen otro producto.

 

Hay farmacias que tienen horarios más amplios que algunos pequeños comercios y grandes superficies, incluso las hay con servicio 24 horas. 


Farmacia


Por los productos

 

Los productos de farmacia pasan controles exhaustivos en cuanto a seguridad, además de realizar test dermatológicos y obtener registros sanitarios, algo que no siempre ocurre con los que se venden únicamente en perfumerías, supermercados y grandes superficies.

 

Tienen que cumplir especificaciones farmacéuticas, así como estrictas regulaciones nacionales e internacionales, mientras que en otro tipo de cosméticos no tiene por qué ser así.  

 

Las formulaciones suelen ser muy respetuosas con las alergias y las pieles sensibles. 

 

Suelen incluir SFP alto en una buena parte de cosméticos de uso facial y corporal.

 

Se centran más en la eficacia y la seguridad de los cosméticos que en los envases, los embalajes o los aromas de los cosméticos. 

 

Los laboratorios suelen reformular sus productos o mejorarlos con cierta frecuencia, para que sean más eficaces, eliminar posibles defectos y adaptarse a las nuevas normativas. Si en algún momento desaparece alguno de tus cosméticos favoritos durante unos meses, es muy probable que cuando vuelva al mercado sea mucho mejor. Y si lo han retirado definitivamente, es siempre por un buen motivo.


Persona mezclando productos de colores vivos

 

Los laboratorios gastan menos en publicidad en medios que los grandes fabricantes generalistas, por lo que pueden investigar y ofrecer ingredientes y principios activos de mucha calidad; todo ello a un precio más razonable. 

 

El etiquetado de los productos es muy completo y claro para el usuario, algo que es de agradecer.


Algunos consejos


Elige siempre una farmacia de confianza.

 

Cerciórate de que la persona que te atienda tenga conocimientos exhaustivos en cuidado de la piel y dermocosmética. Aunque los farmacéuticos tienen una excelente formación en cuanto a temas de salud y cuidado personal, es importante que también tengan formación específica en cosmética.

 

Pide muestras de los cosméticos antes de comprar, sobre todo si tienes la piel sensible o tienes problemas con ciertos ingredientes. 

 

Si ya sabes los cosméticos de farmacia que mejor encajan con tu tipo de piel, puedes buscar las farmacias on-line que mejores precios y ofertas tienen. En mi caso he llegado a ahorrar hasta un 40% en algunos productos comprado en línea en lugar de en una farmacia física.

 

Si todavía no has probado a comprar tus cosméticos en la farmacia, te invito a que pruebes. Eso no significa que no lo hagas en perfumerías, grandes superficies o en centros de estética, sino que amplíes tus opciones. Puede que haya ciertos productos que prefieras adquirirlo en un tipo de establecimiento, mientras que otros te convenga más comprarlos en otro. En mi caso los relacionados con el cuidado facial y corporal los adquiero en la farmacia, los el cabello en establecimientos de venta de artículos de peluquería y el maquillaje en las tiendas de las firmas o multimarca. 


 

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05 abril, 2023

Trucos para Eliminar la Grasa de Tu Cocina

Incluso los cocineros (y cocineras, por supuesto) más pulcros y aquellos que nunca preparan alimentos fritos o muy contundentes, ven como la grasa aparece en su cocina.

 

Y la grasa no es agradable a la vista y al tacto, desde luego, pero además puede fomentar la contaminación de las superficies, ya que los microorganismos pueden proliferar y quedarse adheridos con más facilidad a la película grasa. Además, la grasa genera malos olores en la cocina. 

 

En este post quiero darte algunos trucos para eliminar la grasa de tu cocina que realmente funcionan.  


Trucos para eliminar la grasa de tu cocina

 

Lo básico

 

Lo ideal es limpiar las manchas de grasa cuanto antes. Cuanto más permanezcan sobre las superficies, más difícil será eliminarlas. 

 

Si hay migas o restos de suciedad junto con la grasa, primero debes retirarlos antes de limpiar la zona. 

 

Retira la mayor parte de la grasa con un paño viejo o con papel de cocina antes de limpiar. Esto te facilitará mucho la tarea de limpiar después. 

 

Antes de limpiar la superficie por completo, prueba en una zona que no sea demasiado visible. Si es la primera vez que vas a utilizar un limpiador esto es imprescindible, porque hay productos que pueden atacarla o estropearla. 

 

Cualquier producto que utilices debe ser eficiente, pero también debe ser seguro, tanto para las personas como para las mascotas durante el proceso de limpieza y también después. Piensa que en la cocina cualquier superficie y utensilio está en contacto de una forma u otra con la comida, por lo que los limpiadores no pueden ser tóxicos ni nocivos. 


Persona limpiando una cocina con un paño

 

Limpiadores que son eficaces contra la grasa

 

Bicarbonato

 

Una forma muy eficiente de limpiar la grasa en la cocina es utilizar el bicarbonato de sodio con agua. A esta mezcla le puedes añadir vinagre o zumo de limón para que sea más eficiente. 

 

Puedes hacer una pasta de bicarbonato con agua, extendiéndola después sobre la zona a tratar y frotándola ligeramente. Deja que actúe unos minutos sobre la grasa. Luego sólo tendrás que eliminar toda la pasta y aclarar con agua limpia, ayudándote de una bayeta o un trapo suave. Eso sí, ten cuidado a la hora de aplicarlo, evitando frotar con fuerza, porque puede dañar la superficie.

 

Si preparas una pasta con bicarbonato, agua y unas gotas de aceite esencial de naranja o limón, te servirá para limpiar el interior del horno. Aplica la pasta, deja que actúe al menos 1 hora y luego limpia cuidadosamente el interior, teniendo cuidado de retirar cualquier resto de bicarbonato y aceite que puedan quedar. Antes de utilizar este truco, no te olvides de rascar con cuidado cualquier resto de comida pegada y quemada que haya en el interior del horno. También puedes utilizarlo para limpiar los fogones de tu cocina, siempre que no sea vitrocerámica o de inducción. 


Tarro con bicarbonato y lima cortada a la mitad

 

Otra opción es diluir unas cucharaditas de bicarbonato en agua tibia hasta que se disuelva completamente. Utiliza un bote con vaporizador para ello. Luego sólo tendrás que vaporizar esta mezcla sobre la superficie que quieras limpiar, pasar un paño y aclarar completamente después. El paso del aclarado es importante, porque si no lo haces el bicarbonato puede dejar manchas blancas al  secarse. También me gustaría hacer hincapié en que el bicarbonato debe disolverse completamente en el agua (por eso debe ser tibia o incluso caliente) si vas a utilizar un bote con espray, porque si no es así los gránulos de este ingrediente pueden obstruir la válvula. 

 

Cítricos

 

El limón es un desengrasante magnífico, tanto solo como combinado con otros ingredientes. 

 

Como ya te he comentado, puedes mezclarlo con bicarbonato de sodio. Esta combinación desengrasa muy bien, además de eliminar los malos olores y perfumar. 

 

Si lo cortas a la mitad y lo frotas sobre la superficie con grasa, verás como ésta desaparece en la mayor parte de los casos. Puedes utilizar este sistema para limpiar sartenes, planchas y táperes que hayan contenido alimentos con grasa. Mi consejo es que después de tratarlos con limón, termines de lavarlos con tu lavavajillas habitual. 

 

Corta un limón a la mitad o córtalo en rodajas. Coloca en limón dentro de un bol con agua (sin tapar) y mételo en el microondas durante unos pocos minutos, justo lo necesario para que empiece a aparecer vapor. Saca con mucho cuidado el bol caliente y utiliza un paño o bayeta para limpiar el interior. El vapor con el limón eliminará la grasa y las manchas. Si no es suficiente, puedes mojar la bayeta con el agua con limón del bol (con cuidado de no quemarte) para terminar de dejarlo impecable. Además de limpiar, dejará tu micro sin rastro de olores. 

 

Si pones zumo de limón (sin pulpa y sin semillas) con agua en un vaporizador, puedes utilizarlo para limpiar el antisalpicaduras de la cocina y los propios fogones, si no están muy sucios.  


Espray con limón exprimido y limones al lado

 

Vinagre

 

El vinagre blanco es también un ingrediente estupendo para eliminar la grasa.

 

Puedes mezclar 1 taza de vinagre por 2 de agua tibia en un barreño. Aplícalo con una bayeta o un paño sobre la zona a limpiar y deja que actúe. Luego acláralo bien con agua limpia. Ten cuidado col el vinagre, porque puede atacar algunas superficies. 

 

La mezcla anterior es muy adecuada para limpiar los azulejos de la cocina, dejándolos sin grasa y con un brillo insuperable. Antes de utilizar por primera vez este truco, prueba en un azulejo que no sea muy visible, porque hay algunos acabados que pueden dañarse con el ácido del vinagre. 

 

Si lo mezclas con bicarbonato de sodio y haces una pasta, tendrás un limpiagrasas perfecto para desengrasar el fregadero, si se ha manchado con grasa de ollas y sartenes.  

 

Harina

 

La harina (o el talco de bebé) puede ayudarte a eliminar una buena parte de grasa si esta es mucha y/o se te acaba de derramar en una superficie. Espolvoréala y deja que absorba la grasa, luego retira la pasta que se habrá formado con papel de cocina o un trapo viejo. Termina de limpiar con alguno de los trucos que han aparecido antes. 

 

Aceite

 

El aceite limpio, aunque parezca una contradicción, puede ayudarte a eliminar la grasa más antigua y reseca. Aplícalo sobre la zona grasienta, deja que actúe y luego limpia con cualquiera de los trucos anteriores. Por supuesto, te recomiendo que no uses aceite de oliva virgen extra para esta tarea, porque sería una lástima hacerlo. Elige otro aceite de peor calidad y de precio más bajo como limpiador.


Aceite de oliva

 

Detergente lavavajillas

 

Si las manchas no están muy instaladas y no son muchas, puedes utilizar agua tibia o caliente para ablandar la grasa y luego utilizar una estropajo humedecido con agua y jabón lavavajillas para limpiarlas completamente. Luego sólo tendrás que aclarar con agua y un paño limpio.

 

Si la mancha de grasa ha aparecido en un textil, lo único que tendrás que hacer es tratar la mancha poniendo un poco de detergente para vajillas sobre la mancha, frotarlo suavemente, dejar que actúe y lavar el tejido como lo harías habitualmente. 

 

Si introduces en un bol con agua caliente y lavavajillas las rejillas de la cocina o de tu campana extractora, así como otras partes móviles, podrás limpiar la grasa con facilidad. Deja que actúe durante unos minutos y ayúdate de un cepillo para actuar sobre las zonas menos accesibles. Si te hace falta un plus, puedes terminar de limpiarlos con un paño humedecido con agua y vinagre blanco. 


Estropajo sobre una superficie metálica enjabonada

 

Amoniaco y alcohol de quemar

 

La mezcla de amoniaco y alcohol de quemar es muy eficiente a la hora de eliminar la grasa, aunque es muy agresiva. Debe utilizarse siempre con cuidado, únicamente cuando el resto de los ingredientes no funcionen, y siempre con la cocina bien ventilada y con una mascarilla (los vapores son fuertes) y guantes de goma. Mézclalos con una proporción 50%-50%.

 

Lejía

 

Evita la lejía para limpiar la grasa, porque puede atacar una buena parte de superficies, además de no ser el mejor desengrasante. 

 

Utensilios imprescindibles

 

Un barreño.

Una botella con vaporizador.

Bayetas.

Paños suaves que no suelten pelusas.

Trapos viejos.

Papel de cocina.

Un cepillo de dientes o de uñas viejo. 

 

Espero que estos trucos te hayan resultado útiles a la hora de terminar con la grasa en tu cocina. 


 

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