31 agosto, 2022

Consejos para No Abandonar el Gimnasio al Poco de Apuntarte

El ejercicio físico te proporciona todo tipo de beneficios. Estarás más ágil, más fuerte, mejorarás tu musculatura y tus articulaciones, incrementarás tu capacidad cardiopulmonar, aumentarás tu memoria y mejorarás tus capacidades cognitivas, reducirás la presión arterial, te ayudará a controlar los niveles de azúcar en sangre, dormirás mejor, te sentirás mejor anímicamente, tu sistema inmunitario estará más fuerte, reducirás la masa grasa, contribuirá a reducir el riesgo de ansiedad y depresión... Como ves todo son ventajas.


Y se puede practicar en casi todas partes, en interiores o exteriores, en instalaciones deportivas o incluso en casa. Se puede hacer en solitario o en grupo. Para mejorar el cuerpo y la mente o para competir. Realmente no hay excusas para no realizar una actividad física más o menos intensa. O sí que hay dos: la desmotivación y la pereza. 

 

En este post quiero centrarme en el ejercicio físico que se lleva a cabo en un gimnasio, aunque casi todo lo que te comento aquí se puede extrapolar al realizado en cualquier otro lugar. A continuación encontrarás consejos para no abandonar el gym al poco tiempo de haberte apuntado


Consejos para no abandonar el gimnasio al poco de apuntarte

 

Si tienes algún tipo de enfermedad, dolencia o lesión, consulta antes con un médico antes de comenzar cualquier tipo de ejercicio físico. Y si da su visto bueno, no te olvides de comunicárselo a los monitores del gimnasio para que puedan orientarte.  

 

Reflexiona acerca de lo que quieres conseguir realmente al ir al gym, y si es algo que se puede convertir en realidad. Y también lo que quieres poner de tu parte para lograrlo. Por ejemplo, eso de apuntarte porque quieres perder peso puede convertirse en una decepción. Hacer ejercicio sin cuidar la alimentación, sin mantener una vida activa más allá del recinto deportivo y sin ir acompañado de una vida saludable, no te hará adelgazar, por mucho que te machaques varias horas en semana. O si quieres estar más ágil, pero no te esfuerzas ni lo más mínimo, tampoco funcionará.  

 

Mujer haciendo abdominales en el gym

 

Recuerda que la alimentación es parte fundamental de un estilo de vida activo y saludable. Si vas a comenzar a entrenar, sobre todo si lo vas a hacer de forma intensa, tendrás que regular lo que ingieres, y cómo y cuándo lo haces. No significa que tengas que comer más, sino mejor. 

 

Plantéate el hecho de ir al gimnasio como una tarea más dentro de las que realizas a diario. Reserva un tiempo los días que quieras acudir como si se tratase de cualquier otro compromiso laboral o social. Márcalo en la agenda si es necesario. Si no lo haces, terminarás llenando ese tiempo con otras tareas, probablemente ni urgentes ni importantes, y dejarás de asistir definitivamente.

 

Busca un gym que tenga unas instalaciones adecuadas para las actividades que quieras realizar, que estén limpias, que sean seguras y que te resulten agradables. También es importante que las máquinas y el resto del material esté actualizado y bien mantenido. 

 

Mujer trabajando en un bosu en las instalaciones de un gimnasio

 

Elige un gimnasio que tenga actividades que te agraden, si no es así, es muy probable que termines por abandonar.

 

Márcate objetivos realistas. Pretender hacer 2 horas de ejercicios de alta intensidad 5 ó 6 días en semana desde el mismo momento en el que te has inscrito en el gimnasio no es algo difícil de conseguir, es imposible... ¡y una locura! 

 

Esfuérzate para progresar. No te limites a hacer una serie de ejercicios o de actividades siempre con la misma intensidad. Intenta retarte y mejorar poco a poco. Si te estancas, tu visita al gym no será efectiva y terminarás por aburrirte. 

 

Registra tus ejercicios y tus logros por escrito. Te servirá para ver cuál es tu evolución y probablemente te sirva de motivación. 

 

Ten en cuenta que hacer ejercicio genera endorfinas, por lo que cuanto más constante seas, más te pedirá el cuerpo (literalmente) ir al gimnasio. Así que lo más duro es comenzar, una vez que tengas el hábito ya no podrás prescindir de ello.   

 

Si eres una persona sociable, una vez que comiences a coincidir con otros socios y que te hagas tu pequeño grupo, te costará mucho menos acudir al gym. 


Clase colectiva en un gimnasio

 

Realiza aquello que te guste realmente. El hecho de "obligarte" a hacer algo es el camino más rápido para que dejes, no ya la propia actividad, sino el propio gimnasio. Si aborreces correr en la cinta, pero te empeñas en hacerlo varios días en semana, acabarás encontrando excusas para no ir hoy, otras para no ir mañana, y pasado lo mismo... Hasta que dejes de ir definitivamente. Si quieres hacer cardio, puede que te guste más hacer una clase de ciclo indoor o incluso una colectiva de una intensidad media-alta. 

 

Salvo que tengas algún impedimento médico, lo ideal es combinar ejercicios de tipo cardiovascular con otros de fuerza y estiramientos. Dedicarte únicamente al cardio (pensando en general que así perderás más peso y no terminarás como un culturista), es un gran error. El cuerpo necesita también trabajo de fuerza, incluso si ya tienes unos añitos. 

 

Si tu economía te lo permite, puedes buscar un entrenador personal que te guíe y te motive. Incluso si lo contratas únicamente unos pocos meses, te dará herramientas para que luego puedas trabajar más y mejor por tu cuenta después. Si es un buen profesional, te indicará cuáles son los mejores ejercicios para ti, cómo realizarlos de forma eficiente y segura, cómo calentar y estirar...

 

Hazte con el equipamiento adecuado. Eso incluye pantalones o shorts, camisetas, sudaderas, calcetines, zapatillas y cualquier otro complemento que sea necesario. Debe permitirte moverte con comodidad y ser transpirable.


Equipamiento deportivo

 

Si puedes, acude al gym en compañía, porque motiva mucho más que hacerlo en solitario. Eso sí, es importante que tu acompañante tenga disciplina y que se comprometa al menos tanto como tú. Si no puedes ir con otra persona, pero necesitas cierta motivación en otros, te recomiendo que te apuntes a clases colectivas o que te integres en algún grupo. Busca clases y grupos en los que haya buen ambiente y en el que haya compromiso y una saludable (y divertida) competitividad. 

 

En caso de que flaquees a la hora de ir al gimnasio, párate un instante y visualízate realizando tus ejercicios, cómo los completas, la charla con los compañeros, la ducha de después y cómo te sentirás cuando salgas por la puerta para volver a casa o al trabajo. Te garantizo desde la experiencia que siempre sales mejor de lo que entras, tanto física como mentalmente. 

 

Recompénsate por tu disciplina, tu constancia y tus éxitos. No me refiero a que te des un homenaje en una pastelería cada vez que hagas una serie más de sentadillas, como ya te imaginarás. Prémiate con un piropo, prémiate con tu canción favorita o con unos minutos de lectura, llama a alguien a quien quieres para compartir tus éxitos, párate unos minutos en un parque para disfrutar de la naturaleza, con aquello pequeño, pero que te haga muy feliz.  

 

Mujer haciendo una postura de yoga

 

No seas demasiado inflexible. Si tienes un compromiso urgente, si tienes una lesión o el cansancio está haciendo mella en ti, no te mortifiques si no puedes ir al gym.

 

Además de ir al gimnasio, mantén una vida activa. Camina todo lo que puedas, mejor si es a diario. Utiliza la escaleras en lugar de tomar el ascensor. Levántate cada cierto tiempo de tu mesa de trabajo para estirar las piernas. Levántate y camina por la habitación o el despacho cuando hables por teléfono, en lugar de sentarte.

 

Espero que estos consejos te sirvan, a mí sí que lo han hecho, no en vano llevo más de 20 años yendo al gimnasio sin abandonarlo en ningún momento. Y espero seguir al menos otros 20 más...  



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24 agosto, 2022

¿Lavar los Alimentos? Sí, Pero No Todos

¿Según llegas del mercado o del súper lavas todos los alimentos antes de guardarlos en la nevera o el congelador? ¿Incluso lo haces con algunos antes o después de cocinarlos? Pues haces bien, porque las medidas higiénicas siempre son recomendables, pero lavar algunos de esos comestibles no es una buena idea. Y esto es así por seguridad alimentaria en la mayor parte de los casos, aunque en otros se trata de mantener sus cualidades organolépticas o sus nutrientes.

 

Si quieres sabes cuáles son los alimentos que no se deben lavar no tienes más que seguir leyendo. Puede que alguno de ellos te sorprenda. 

 

¿Lavar alimentos? Sí, pero no todos

Carne, pollo y pavo

 

La carne, el pollo y el pavo no se deben lavar según se llega a casa del mercado. ¿El motivo? Si hay bacterias, el lavado lo único que puede lograr es que se extiendan por toda la superficie, tanto del alimento como de la encimera o las zonas que puedan recibir salpicaduras. Aunque todos limpiamos todo después de preparar alimentos, puede que haya algún rincón al que no se haya llegado y que quede contaminado. 

 

Procura no cortar o lonchear la carne, el pollo y el pavo hasta que no vayas a consumirlo. Al hacerlo, estás aumentando la zona expuesta a la posible contaminación, por lo que es más seguro esperar justo hasta que vayas a cocinarlos.

 

El congelado no elimina muchas de las bacterias, que se volverían a activar con el descongelado. Por eso es muy importante cocinar bien tanto la carne como el pollo. Eso significa que en el centro se deben alcanzar al menos los 65ºC.

 

Precisamente porque la carne, el pollo y el pavo necesitan cocción para ser seguras, no conviene consumirlas en crudo. 

 

Pollo

 

Pescados

 

Con el pescado, sucede lo mismo que con las carnes, no conviene lavarlos según se llega de la pescadería. Antes de cocinarlos los puedes limpiar con un papel de cocina o un paño limpio (que inmediatamente después debes echar a la lavadora), para eliminar escamas o sangre. En caso de que quieras lavarlo, hazlo justo antes de cocinarlos, teniendo mucho cuidado de limpiar luego las superficies en las que haya podido salpicar el agua del lavado. Por cierto, mi pescadero dice que si no hay más remedio que lavar el pescado, que es recomendable hacerlo con agua con un poco de sal (a ser posible marina), para que el alimento no pierda sabor. 

 

En el caso del pescado, hay que cocinarlo muy muy bien, procurando también que se alcancen al menos los 65ºC en el interior del alimento. Si no te gusta muy hecho o lo vas a consumir en crudo, debes congelarlo a -20ºC durante al menos 5 días, así eliminarás el riesgo de anisakis.

 

Lomos de salmón en un papel

 

Huevos

 

Los huevos no se deben lavar según se llega a casa, al menos no se debe hacer si no se van a consumir inmediatamente. La cáscara es porosa tiene una protección que funciona como barrera y que se elimina si se lavan. Al retirar esa membrana, el huevo se queda expuesto a una posible contaminación. Por eso es mejor lavarlos justo antes de utilizarlos, al grifo, o mejor poniéndolos en un bol o cazuela de agua con sal. Luego sécalos cuidadosamente y úsalos en la preparación que desees. 

 

Huevos

 

Pasta

 

La pasta no se debe lavar una vez cocinada (ni antes), porque se pierde textura y sabor. Aunque en España se tiene esta mala costumbre, no conviene hacerlo por el bien de la receta. 

 

Si vas a utilizar la pasta en frío, es mejor que dejes que se temple y luego pásala a la nevera.  

 

Pasta seca

 

Patatas

 

Según la preparación, no conviene lavar las patatas (peladas) antes de cocinar, ya que pierden almidón. Esto sucede con algunos guisos principalmente.

 

Setas

 

Hay muchos cocineros que recomiendan no lavar las setas al grifo, porque se pierde sabor y cambia la textura. Hay que retirar la parte del pie que haya estado en contacto con la tierra si está muy sucia, y limpiar el resto con un papel o un paño limpio, incluso con un cepillo suave, humedecidos con agua, siempre con mucho cuidado de no dañar el hongo. Este paso hay que hacerlo justo antes de cocinar las setas, nunca se debe hacer con mucha antelación. Es importante secarlas antes de prepararlas.

 

Hay algunos hongos, como los champiñones, los níscalos o los boletus, que sí se pueden lavar con agua. Pero conviene hacerlo con mucho cuidado, mejor ayudándose de la mano para mojarlas, en lugar de tenerlas bajo el grifo mucho tiempo. 

 

Setas

 

Ensaladas y verduras de bolsa

 

Las ensaladas que se venden en bolsa listas para consumir no se deben lavar, puesto que ya están higienizadas. Lo único que se consigue lavándolas es añadir agua innecesaria a la ensalada y exponiéndolas a un posible contaminación si las herramientas que se usan o las superficies que toquen no están lo suficientemente limpias. Eso sí, lee las recomendaciones del fabricante, porque no todas vienen lavadas.

 

Verduras de hoja verde con gotas de agua

 

Legumbres y verduras en conserva

 

Las legumbres y vegetales envasados no conviene lavarlos, porque pierden propiedades. Puedes escurrirlos y utilizarlos tal cual con total seguridad.  

 

Si quieres eliminar parte del sodio que suelen llevar, entonces sí puedes lavarlas. También si tienen una gran cantidad de conservantes o si no te gusta la espumilla que suele acompañar a las legumbres en conserva. 

 

Frutas peladas

 

La fruta debe lavarse antes de pelarla, no después. Si se sumergen o se lavan largamente bajo el grifo pueden perder vitaminas, al arrastrar parte del jugo que hayan podido soltar tras pelarlas.

 

Espero que esta información te ayude a manipular con mayor seguridad y aprovechar mejor las cualidades de los alimentos.

 

 

 

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17 agosto, 2022

Guía Básica para Proteger Tu Cabello Durante el Verano

El verano tiene muchas cosas buenas: la vacaciones, la vida al aire libre, el buen tiempo, las horas de luz... Pero también las tiene negativas, como el calor excesivo, los efectos perjudiciales del sol, las consecuencias del aire acondicionado o de los ventiladores o el daño de la sal o del cloro. Y todos estos efectos perjudiciales que he mencionado afectan a la salud y belleza de nuestro cuerpo, también la del cabello. La sequedad, el encrespamiento, la fragilidad, la pérdida de color y de brillo y el picor del cuero cabelludos son sólo algunas de esas consecuencias.


En este post quiero darte algunas claves para cuidar tu cabello durante el verano, para que cuando finalice la estación siga estando sano y brillante. 

 

Guía básica para proteger tu cabello durante el verano


Sanea la puntas de tu cabello. Lo ideal es hacerlo al comienzo y al final del verano, aunque si lo necesitas a mitad de temporada, deberías cortarlas sin dudarlo un instante. 

 

Aplica un aceite nutritivo en las puntas a modo de mascarilla unos minutos antes de lavarte el cabello. También puedes hacerlo en los medios de la melena si lo tienes muy seco. Eso sí, procura no llegar al cuero cabelludo para no engrasarlo en exceso. Puedes utilizar aceite vegetales como el de coco, argán, jojoba, sésamo o incluso el de oliva.

 

Lávate el cabello con la frecuencia necesaria, porque el propio sudor reseca el cabello e incluso el cuero cabelludo, por el agua, la sal y los ácidos que generamos. Además de deshidratar el pelo el sudor lo debilita y lo deja sin brillo.

 

Utiliza un champú suave y con propiedades hidratantes para lavarte el pelo. 

 

Puedes emplear un champú clarificante para eliminar los residuos de sal, cloro y sudor que puedan quedar en tu melena. Hazlo cada 7-10 días, porque no conviene usar este tipo de productos a diario.

 

Usa acondicionador en medios y puntas en cada lavado durante el verano (o todo el año si es necesario). 

 

Mujer con la melena sobre una tela con un producto de cuidado capilar al lado

 

Lávate el pelo con agua tibia y termina el aclarado con agua fría (si lo soportas bien). Así se cerrará la cutícula del pelo y se verá menos seco y encrespado. Recuerda que el agua muy caliente reseca mucho tanto la piel como el cabello.

 

Aplícate una mascarilla hidratante y/o nutritiva en el cabello al menos una vez a la semana. Respeta la forma de aplicación y el tiempo de exposición que te recomiende el fabricante (y en la peluquería) para obtener todos sus beneficios. 

 

La mascarilla no es útil únicamente durante el verano, también lo es antes de que comience el calor o incluso de irte de vacaciones. Puedes hacerte un tratamiento intensivo antes de exponerte al sol, al calor, a la sal o al cloro como prevención. 

 

Si es posible, seca tu pelo al aire. Procura no emplear herramientas de calor durante el verano, puesto que ya soportará temperaturas altas a diario, tanto en interiores como en exteriores. Si lo haces, utiliza un protector térmico para paliar sus efectos. 


Mujer con el cabello rubio al aire

 

Finaliza el ritual utilizando un aceite capilar en las puntas para hidratarlas y protegerlas. También puedes emplearlo antes de peinarte, si lo deseas. Puedes emplear los aceites vegetales que te he mencionado u otros que puedes encontrar en peluquerías, perfumerías y grandes superficies. También funcionan a la perfección los aceites multiusos que venden en farmacias, que sirven para rostro, cuerpo y cabello.

 

Si te vas a exponer al sol aplícate un producto con filtro solar específico para la melena. Los tienes en diferentes formatos y precios, así que no tienes excusa para hacerlo.

 

Aplícate un aceite capilar o un acondicionador sin aclarado antes de bañarte para protegerlo.  

 

Mójate el pelo con agua dulce antes de bañarte en la playa o la piscina. De ese modo es posible que no absorba tanta agua salada o con químicos. 


Mujer con el cabello mojado sentada al borde de la piscina

 

Aclárate el pelo con agua dulce tras cada baño en la playa o la piscina si es posible. La sal y el cloro resecan muchísimo el pelo. 

 

El cabello recogido está más protegido durante el verano, por no hablar de que te dará menos calor que si lo llevas suelto. 

 

No te olvides de los sombreros, gorras o pañuelos para proteger tu melena del sol.  

 

Cuando finalice el verano, acude a tu peluquería para hacerte un tratamiento hidratante y nutritivo profesional que recupere los estragos que haya podido sufrir tu melena. 


Espero que estos consejos te permitan disfrutar del verano, y también de una preciosa melena.



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10 agosto, 2022

Consejos para Ir Arreglada pero Informal con Poco Esfuerzo

Hay muchas ocasiones en las que la mejor opción es ir arreglada pero informal. Y no, no es un tópico ni algo imposible, te aseguro que se puede conseguir. 


De hecho, ese punto medio entre la informalidad y la elegancia es (casi siempre) infalible en el día a día, desde ir a trabajar a salir a tomar algo con las amigas un fin de semana. Evidentemente hay situaciones en las que tendrás que vestirte de modo formal: eventos de empresa, si tu actividad profesional lo requiere, celebraciones y fiestas en las que sea necesaria cierta etiqueta... Y otras en las que lo más apropiado será que recurras a ropa y complementos muy informales. 


En este post quiero darte algunos consejos para ir arreglada pero informal con poco esfuerzo, que espero que te sean de utilidad. ¿Me acompañas?


Consejos para ir arreglada pero informal con poco esfuerzo


Consejos básicos

 

Ten siempre en tu armario prendas atemporales y de calidad, las típicas de fondo de armario. 

 

Todas y cada una de las prendas, por muy casual que sean, deben estar limpias, planchadas, sin hilos sueltos, con todos los botones y sin ningún desperfecto.

 

Los complementos tienen que estar en buen estado y muy limpios, especialmente los zapatos. Son especialmente importantes, porque pueden cambiar cualquier look en un instante. Un bolso de cadenas y unos stilettos, por ejemplo, pueden convertir aportarle un plus de formalidad a cualquier look.

 

Mujer con un bolso y unas gafas al lado

 

Los zapatos son sumamente importantes, porque son casi una declaración de intenciones. Influyen mucho más de lo que parece en un outfit. Inclúyelos sabiamente en tu vestuario.

 

Los bolsos mini y con un buen diseño suben inmediatamente la formalidad de la mayoría de los looks casual.

 

Los pañuelos son uno de los accesorios a los que les puedes sacar más partido para lograr un estilo arreglado e informal al mismo tiempo. Úsalos en el cuello, como cinturón, atados al bolso, como diadema, rodando tu coleta o trenza... 

 

Las joyas también son muy importantes. Por ejemplo, si añades una cadena dorada XXL a una falda midi y una camiseta básica, inmediatamente convertirás un look informal en uno más elegante. 


Cuello femenino con una cadena dorada

 

Procura mezclar prendas formales con informales, pero hazlo sabiamente. 

 

No pierdas de vista el poder de las prendas de más o menos abrigo, como las blazer, las perfecto de cuero, las rebecas, los cardigans las gabardinas, las capas y los abrigos. Según el que elijas pueden incrementar la formalidad de look, o todo lo contrario, rebajarla si es necesario.

 

Utiliza el equilibrio a la hora de armar este tipo de outfits. Si llevas prendas holgadas abajo, utiliza otras más entalladas en la parte superior. Y al contrario. Si todo lo que vistes es oversize, probablemente el resultado final sea más informal visualmente. Si llevas un pantalón ancho y un bonito top más ceñido arriba, podrás lograr el estilo que buscas con menos esfuerzo. 

 

Ante la duda, inclina la balanza hacia la formalidad, así no te equivocarás. 

 

Ten mucho cuidado a la hora de elegir las combinaciones entre prendas formales e informales, porque se puede cruzar fácilmente la línea de la vulgaridad y el disfraz.


Algunas combinaciones que pueden funcionar


A continuación encontrarás algunas combinaciones de prendas y complementos que suelen crear un look arreglado, pero informal. Verás que en el caso de las prendas hay mezclas de prendas superiores e interiores, y también de la prenda principal, para que puedas hacer tu propia composición. Son sugerencias que a mí me funcionan, aunque la última palabra, por supuesto, es tuya.

 

Vaqueros + camisa básica

Vaqueros + camisa romántica

Vaqueros + camiseta blanca

Vaqueros + top llamativo o de tendencia

Vaqueros + jersey de cuello vuelto

Vaqueros + blazer

Vaqueros + zapatos o sandalias de tacón

Vaqueros + sandalias joya

Vaqueros + botines de un buen material y con un diseño original 

 

Mujer con vaqueros y una camisa blanca arremangada

 

Pantalones cargo + camisa básica arremangada

Pantalones cargo + camiseta elegante

Pantalones cargo + jersey de cuello vuelto

Pantalones cargo + cardigan 

Pantalones cargo + zapatos de tacón

Pantalones cargo + botines 


Pantalones cortos + camisa básica 

Pantalones corto + camisa romántica

Pantalones cortos + camiseta elegante

Pantalones cortos + jersey de cuello vuelto

Pantalones cortos + rebeca

Pantalones cortos + cardigan

Pantalones cortos + botas altas

Pantalones cortos + botines

Pantalones cortos + bailarinas

Pantalones cortos + sandalias elegantes

Pantalones cortos + deportivas 

 

Mujer con pantalones cortos, jersey y botas altas

 

Pantalón de vestir + camisa básica

Pantalón de vestir + camiseta + chaleco

Pantalón de vestir + camisa o camiseta + perfecto de cuero

Pantalón de vestir + top 

Pantalón de vestir + botines

Pantalón de vestir + bailarinas

Pantalón de vestir + sandalias, con o sin tacón

Pantalón de vestir + deportivas

 

Minifalda + camisa básica

Minifalda + camisa romántica

Minifalda + camiseta básica

Minifalda + jersey de cuello vuelto

Minifalda + rebeca

Minifalda + cardigan

Minifalda + botas altas

Minifalda + botines

Minifalda + bailarinas

Minifalda + sandalias elegantes

Minifalda + deportivas 


Falda + camisa básica

Falda + camiseta

Falda + jersey de cuello vuelto

Falda + chaleco

Falda + rebeca

Falda + cardigan 

Falda + sudadera

Falda + botas altas

Falda + mocasines

Falda + deportivas

 

Traje sastre (con pantalón o falda) + camiseta

Traje sastre (con pantalón o falda) + top

Traje sastre (con pantalón o falda) + botines

Traje sastre (con pantalón o falda) + bailarinas

Traje sastre (con pantalón o falda) + mocasines

Traje sastre (con pantalón o falda) + deportivas

 

Mujer con pantalones negros y chaqueta de cuadros

 

Vestido básico largo y fluido + jersey 

Vestido de tirantes o pichi + camisa básica

Vestido de tirantes o pichi + camiseta 

Vestido básico + blazer 

Vestido básico + perfecto de cuero 

Vestido básico + cazadora vaquera

Vestido básico + complementos originales y elegantes

Vestido vaporoso + cinturón de cuero

Vestido básico + sandalias, con o sin tacón

Vestido básico + alpargatas + bolso de mimbre o rafia

Vestido básico + deportivas 

 

¿Te gusta ir arreglada, pero informal? ¿Cuáles son tus combinaciones ganadoras para llevarlo a la práctica?


 

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03 agosto, 2022

Cómo Evitar la Humedad en Tu Hogar

El exceso de humedad en interiores es todo un problema, más todavía cuando se trata de nuestro propio hogar. Es cierto que cuando se vive cerca del mar o en lugares en los que hay mucho vapor de agua en el ambiente, es difícil evitarla. Pero también hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones somos nosotros mismos los que llevamos a cabo acciones (o dejamos de hacerlo) que aumentan la saturación en casa.

 

Aunque una humedad muy baja también tiene sus inconvenientes, como la sequedad en la piel o las mucosas.


El rango de humedad relativa adecuada para una vivienda está entre el 40% y el 60%. 


En este post quiero compartir contigo las consecuencias del exceso de humedad en casa, así como algunos consejos para evitarla.


Cómo evitar la humedad en tu hogar


Consecuencias

 

El ambiente muy húmedo es incómodo, tanto en verano como en inverno.

 

En verano un exceso de humedad puede incrementar la sensación de calor, mientras que en invierno potenciará la de frío.

 

Paredes, suelos, mobiliario, ropa, libros, dispositivos electrónicos y electrodomésticos pueden verse seriamente perjudicados. 

 

La humedad en exceso genera malos olores en la casa y en la ropa.


Ventana con condensación y plantas en el alfeizar

 

El moho y los ácaros pueden hacer su aparición con todo lo que ello conlleva para tu seguridad y la de tu hogar (por debajo del 60% no prolifera el moho y los hongos, y por debajo del 50% no lo hacen los ácaros). 

 

También favorece la proliferación de virus y bacterias (por encima del 70%).

 

La seguridad estructural se puede ver afectada en los casos más graves.

 

Y sobre todo, la humedad excesiva es perjudicial para tu salud: problemas respiratorios, alergia, asma, congestión, irritaciones cutáneas...


Como evitar el exceso de humedad

 

Ventila a diario. 

 

Abre las ventanas después de ducharte o mientras estás cocinando. 

 

Vigila las fugas de agua en tuberías y conductos en tu hogar, pueden ser la fuente de humedades.

 

Utiliza el aire acondicionado en verano. Extrae aire caliente y humedad para introducir aire frío en la vivienda. Es importante que los filtros y conductos estén siempre perfectamente limpios y en buen estado para que no se impida el flujo de aire. 


Aire acondicionado portátil

 

Emplea un deshumectador eléctrico.

 

Emplea la campana extractora cuando cocines, sobre todo cuando generes mucho vapor. 

 

Seca todas las superficies de la cocina que estén muy húmedas.

 

Escurre bien la fregona antes de usarla, porque la humedad tardará más tiempo en secarse y acabará quedándose atrapada entre las paredes de tu hogar. 

 

Coloca absorbentes de humedad en todas las habitaciones en las que sea necesario. Suelen estar elaborados con productos como la sal de roca. Los puedes encontrar en tiendas, aunque también los puedes hacer en casa. El carbón vegetal, el bicarbonato de sodio, la sal o la arena para gatos (a base de sílice) también te pueden ser útiles para absorber el exceso de humedad en casa.  

 

Procura no tender la ropa en el interior.

 

Ropa tendida en el exterior

 

Las duchas muy calientes generan mucho vapor. Si tu baño no tiene ventana u otro tipo de ventilación, quizás te interese tomar duchas más tibias para evitar la condensación de esa humedad en esa parte de la casa. 

 

Las toallas húmedas también permiten que el agua acumulada acabe en el ambiente de tu hogar. Si estás muy mojadas, lávalas y sécalas (en el exterior o con secadora). 

 

En caso de que tu casa tenga tendencia a acumular humedad, quizás te interese llevar las plantas al exterior en lugar de mantenerlas en el interior. Esto es aplicable únicamente si tienes muchas flores y plantas y/o tu vivienda es pequeña. También puedes optar por plantas de las que absorben humedad en lugar de generarla. 

 

Las alfombras muy gruesas pueden absorber humedad, de modo que la conserven en el hogar. Si es tu caso, puedes recurrir a alfombras de otros materiales más secos, o retirarlas directamente. 

 

Si las humedades son excesivas mi consejo es que recurras a un profesional que te asesore en cuanto al origen y las soluciones adecuadas.

 

Con estos consejos ya le puedes decir adiós al exceso de humedad en tu hogar.


 

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