27 febrero, 2019

Aprende a Descifrar las Etiquetas de Tu Ropa

¿Eres de las (o los) que no se fijan en las etiquetas de lavado de la ropa? ¿Incluso las recortas antes de tener claro cómo lavarlas o secarlas? Si la respuesta a ambas preguntas es sí, debo decirte que estás cometiendo un error. Las etiquetas, aunque incómodas y poco estética, dan una información fundamental para cuidar tus prendas.


Esta información te dirá cómo limpiarlas, si en casa o si tienes que llevarlas a la tintorería. Incluso qué tipo de productos se deben utilizar para lavarlas, incluso si la limpieza es profesional. También te darán pistas acerca de cómo secarlas o cómo plancharlas. Y esto puede marcar la diferencia entre que puedas seguir usando esas prendas durante mucho tiempo... o tener que tirarlas a la basura.


Aunque lo cierto es que esos símbolos que pone el fabricante en la etiqueta no son tan fáciles de interpretar, porque suelen parecer jeroglíficos egipcios en el mejor de los casos.


Pero que no cunda el pánico, porque si sigues leyendo verás cómo traducir los símbolos de las etiquetas de tu ropa fácilmente.



Aprende a descifrar las etiquetas de tu ropa


Lavado


Lavado a mano


Si la prenda debe ser lavada a mano, te encontrarás con un símbolo que representa un cubo con agua y una mano en su interior.


En el caso de que debas lavar a mano, la temperatura del agua no debería ser mayor de 40º, puesto que la prenda será delicada, además de que tus manos agradecerán un agua más fresca. 



Etiqueta lavado a mano
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Lavado a máquina


Cuando la ropa se pueda lavar a máquina, aparecerá un cubo similar al del lavado a mano, pero la diferencia estará en que en lugar de la mano aparecerá la temperatura o unos puntos en su interior que equivalen a esa temperatura. Lo habitual es que te encuentres los símbolos que marcan 30º y 40º, aunque la temperatura puede ser mayor. Si en lugar de los grados aparecen puntos, ten en cuenta que un punto equivale a 30º, dos puntos a 40º y así sucesivamente.



Etiqueta temperatura de lavado
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Etiqueta temperatura de lavado
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En caso de que encuentres en la etiqueta un cubo con agua y unas rayas debajo, te indicará el programa que debes utilizar en tu lavadora. Si aparece una raya, tendrás que usar un programa corto; si son dos, el programa debe ser para prendas delicadas.


No se puede lavar


Si el cubo tiene una equis dentro en lugar de la mano, tendrás que interpretar que la prenda no se puede lavar con agua. Comprueba si hay otro símbolo que te indique que debe limpiarse en seco, porque es probable que el fabricante te recomiende que lleves esa prenda al tinte.



Etiqueta no se puede lavar
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Limpieza en seco


Cuando veas en la etiqueta un círculo con un aspa en su interior, querrá decir que la prenda no se puede limpiar en seco.


Si te encuentras un círculo, deberás interpretar que es necesaria una limpieza profesional.


En caso de que dentro del círculo haya una P, indicará que hay que utilizar percloroetileno. Si lo que ves es una F, habrá que usar hidrocarburos. Y si es una W, implicará que la limpieza profesional pero en mojado.



Iconos etiquetas de lavado, secado y planchado
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Lejía


La etiqueta puede indicar si el tejido admite lejía o no, y si lo hace qué clase puedes usar.


En caso de que te encuentres un triángulo con una equis en su interior, la prenda no se puede lavar con lejía, de ningún tipo.


Cuando lo que aparezca sea un triángulo con dos rayas en diagonal, el fabricante te recomienda que si usas lejía en el lavado ésta sea sin cloro.


Si aparece un triángulo sin nada en su interior, te informa de que puedes utilizar cualquier clase de lejía.



Etiquetas uso lejía
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Secado


Si ves un único cuadrado sin nada dentro, te indicará que la prenda no se puede secar en secadora y que tendrás que secarla tendiéndola en una cuerda o sobre una superficie horizontal.


Cuando te encuentres un cuadrado con un aspa en su interior, tienes que evitar secar la pieza en la secadora.



Etiqueta recomendaciones de secado
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Como en el caso del lavado, puedes encontrarte puntos en el círculo que hay en el interior del cuadrado que simboliza la secadora. Si el punto es uno, la temperatura de secado debe ser baja, de unos 60º; si los puntos son dos, la temperatura debe ser normal, que será de unos 80º. 



Etiqueta recomendaciones de secado
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Plancha


Si te encuentras una plancha con una equis en su interior, debes tener en cuenta que la prenda no se puede planchar.


Si lo que aparece es una plancha con puntos en su interior, tendrás que interpretar que si hay un único punto, la temperatura recomendada para el planchado es de 110º; si son dos puntos, el máximo será de 150º; y si los tres los puntos, el máximo será de 200º.



Etiquetas recomendaciones planchado
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Espero que esta información te haya sido útil y que a partir de ahora puedas interpretar las etiquetas de lavado correctamente.


¿Te espero en el próximo post?





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13 febrero, 2019

Trucos para Limpiar tu Casa en 1 Hora y Media

Limpiar la casa no es la tarea más gratificante, no nos vamos a engañar. Y es que además de ser un trabajo engorroso y efímero, nos suele llevar un tiempo que preferiríamos dedicar a otras actividades más divertidas, o al menos más productivas.


Aunque a pesar de todo, es una tarea imprescindible para cualquiera (hombres y mujeres). Una casa limpia y ordenada es una garantía para la salud de sus habitantes, por la higiene de los espacios y también porque al no haber objetos acumulados por cualquier parte se evitan los accidentes. Y, por otra parte, una casa arreglada invita a disfrutar de ella, tanto en solitario como en compañía de la familia y los amigos; y a hacer actividades interesantes en el interior.


Pero para que la casa esté limpia y ordenada tampoco es necesario dedicarle muchas horas al cabo del día. Y lo digo por experiencia. A continuación te doy consejos para dejar tu casa en perfecto estado de revista en 1 hora y media. Hay otros métodos, que son excelentes, aunque en este caso comparto contigo el mío, que es el que me funciona.


Eso sí, este método no incluye la limpieza del interior de armarios, cajones, de la nevera, plancha, de las juntas de los baldosines, de las ventanas y cristaleras, etc. Para eso deberías planificar acciones más intensas de forma semanal, mensual o cada cambio de temporada.


Venga, ponte ropa cómoda y coge tus útiles de limpieza que nos ponemos a limpiar...


Trucos para limpiar tu casa en 1 h. y media


Planifícate


Planifica la limpieza antes de comenzar a ejecutarla. Esta planificación dependerá de cuánto necesitas limpiar y del tiempo del que dispones. Si lo necesitas, hazte una lista de lo que debes hacer en cada caso, a modo de checklist. Prepara una para los cambios de temporada, para la limpieza mensual, semanal, diaria, para la rápida, etc.


Ensucia menos


Para limpiar menos hay que ensuciar también menos. Mi bisabuela decía que no es más limpia (o limpio) la que más limpia, sino la (o el) que menos ensucia, y a mi juicio tenía mucha razón. 


Los productos


Haz una lista con los productos y herramientas de limpieza que vas a necesitar. No tienen que ser muchos, pero sí deben ser eficaces y respetuosos con tu salud, la de tu familia y la del medioambiente.


Mantén las bayetas, trapos, mopas, fregonas y plumeros limpios y en buen estado. Puedes poner una lavadora en un programa corto o eco con todas las herramientas para dejarlas bien limpias. Yo incluso lavo la fregona de vez en cuando. No pongas suavizante en esa colada para que mantengan su poder secante y limpiador. Mi truco es poner un poco de bicarbonato de sodio en el cajetín de la lavadora para desodorizarlos y desinfectarlos, además del detergente, claro.


Ten a mano envases con formato de espray para poder repartir mejor y más rápido los productos para limpiar superficies.  


Productos de limpieza


Hazte con unas toallitas desinfectantes para las ocasiones en las que quieras limpiar el baño o la cocina rápidamente. Son caras y poco prácticas para el día a día, pero de lo más interesante cuando hace falta una limpieza exprés.


El vinagre de limpieza es un producto imprescindible para dejar cristales, espejos y otras superficies perfectos y con poco esfuerzo. Y es muy económico, un plus a tener en cuenta.


Otro producto muy eficaz para limpiar es... ¡buena música! No hay nada como un poco de ritmo para que la tarea sea más dinámica y menos aburrida. 


Cuestión de método


Empieza limpiando desde la parte superior hacia la inferior de cualquier espacio. De ese modo el polvo y la suciedad irá cayendo en las zonas en las que todavía no has trabajado, en lugar de depositarse sobre las que están ya limpias. Esto implicaría que siempre deberías limpiar el suelo en último lugar, aunque tiene una excepción, que utilices la escoba en lugar del aspirador.


Si vas a barrer en lugar de aspirar, deberías hacerlo antes de limpiar el polvo. Piensa que al pasar la escoba se levantarán motas y suciedad que se depositarán sobre las superficies ya desempolvadas, por lo que en ese caso es mejor barrer y luego pasar el polvo. Eso sí, luego tendrás que fregar el suelo o pasar la mopa para eliminar las partículas que hayan podido caer al pasar el paño o el plumero sobre las superficies.


Aspirador sobre una alfombra y zapatillas en el suelo


También es útil seguir un orden horizontal a la hora de trabajar. En mi caso me gusta comenzar desde las habitaciones más alejadas del acceso a la casa y seguir trabajando hasta llegar al recibidor, aunque puedes hacerlo al contrario si te gusta más. Aunque tengo dos excepciones, la cocina y el baño, que suelo hacer al mismo tiempo, para aprovechar los productos de limpieza que suelen ser casi los mismos, y que termino fregando a diario con un desinfectante.


Mi consejo es que establezcas una rutina al limpiar, porque así lo harás más rápido y sin apenas darte cuenta. Este orden puede cambiar según el tipo de limpieza que vayas a hacer: de cambio de temporada, semanal, diaria, rápida...


Aprovecha el tiempo


Aprovecha cualquier momento libre para ordenar o limpiar. Por ejemplo, si tienes largas conversaciones telefónicas con familia o amigos, ponte el manos libres y ve adelantando tareas mientras hablas. Podrás seguir prestando atención a la conversación, harás ejercicio y dejarás la casa limpia sin apenas darte cuenta.


El orden


A continuación encontrarás un programa para limpiar una casa media, compuesta por cocina, baño, dos habitaciones, salón, recibidor y una terraza, que lleva aproximadamente 1 h. 30'. No se trata de asearla en profundidad, pero sí dejarla en buenas condiciones de higiene, orden y comodidad, tanto para vivir en ella como para recibir visitas. Aquí van los pasos...


Para limpiar el primer paso es ordenar, colocando en su sitio lo que esté por medio y retirando la basura. Coloca los libros y los mandos a distancia en su sitio, cuelga las prendas que deban volver a los armarios, lleva la ropa sucia al cesto, recoge los juguetes de los niños o de las mascotas, etc. Si los espacios están desordenador es más difícil tener acceso a lo que haya que limpiar e incluso moverse en ellos. Y, por otra parte, al ver todo ordenado tendrás la sensacion de que antes de comenzar las tareas de limpieza ya tendrás una buena parte hecha.


Carga el lavavajillas y la lavadora al comienzo de tus tareas, así podrás colocar la vajilla limpia en su sitio y tender la ropa cuando finalices, dejando todo listo. 


Vajilla sobre la encimera y el lavavajillas


Abre todas las ventanas para que se ventile toda la casa mientras limpias. Esto, además de para renovar el aire, sirve para que no respires los vapores de los productos de limpieza, al quedarse menos concentrados en las habitaciones al circular el aire.


Deja abierta la cama para que se aireen las sábanas y las almohadas mientras sigues haciendo tareas.


En la cocina. Limpia primero la campana extractora. Luego sigue con la cocina, retirando los elementos que sean necesarios (en las cocinas de gas) y poniéndolos en agua con jabón o vinagre para desengrasarlos. 


Pon una taza con agua y limón (también sirve agua con vinagre) dentro del microondas y deja que hierva, de esa forma el vapor irá impregnando sus paredes y luego únicamente tendrás que pasar un paño para eliminar la suciedad que se habrá desprendido. 


Limpia los electrodomésticos (el exterior) con un producto adecuado, si es necesario utiliza la punta de un cuchillo forrado con una bayeta para retirar la suciedad de las rendijas y zonas escondidas. 


Sigue con los muebles de la cocina, comenzando con los de arriba y siguiendo con los de abajo. No te olvides de utilizar el producto adecuado para cada superficie. 


Finaliza limpiando (y secando) las encimeras y el fregadero. Si tienes alguna alfombrilla en la zona de la cocina para proteger el suelo de salpicaduras, bárrela o cepíllala (si necesitaba lavarse, ponla en la colada que hayas programado al comienzo). 


Mano enguantada limpiando una placa vitrocerámica


Cambia los paños de cocina y las manoplas. Barre o aspira el suelo y termina la tarea en la cocina fregando con un desinfectante.


En el baño. Retira los pelos de la bañera y del lavabo. Vaporiza el producto que uses para el baño en todos los sanitarios y déjalo actuar unos instantes. 


Mientras tanto puedes ir limpiando muebles o repisas. Pasa una esponja o un estropajo suave por los sanitarios para retirar las manchas de jabón y aclara bien. Comienza por la bañera o la ducha, sigue por el lavabo y finaliza con la taza. Limpia la mampara del baño y el espejo. 


Pasa un papel para sacarle brillo a la grifería. Barre o aspira el suelo y termina fregándolo con un productos desinfectante. 


De vez en cuando puedes echar una taza de bicarbonato o de vinagre blanco dentro de la taza y dejarla actuar unas horas antes de tirar de la cadena, de esa forma higienizarás su fondo e incluso notarás que el baño huele mejor.


Limpiando el inodoro con guantes


Si tienes terraza, retira las hojas muertas de las plantas, bárrela, riega tus macetas y friégala antes de seguir con las habitaciones, así evitarás manchar el suelo ya limpio o tocar superficies con las manos sucias. El orden debe ser barrer, regar y fregar para que las gotas de agua del riego no generen un barrillo que te será difícil de manejar con la escoba, y para que no te mojen el suelo ya fregado.


Limpia el polvo de los muebles del salón, empleando el producto y la herramienta adecuados para cada superfice. Sigue con los cristales (mesas y protectores) y espejos. Finaliza aspirando los sillones y tapicerías con el accesorio específico para ello, después las alfombras y finalmente el suelo. Si vas a barrer, debería ser el primer paso de todo el proceso de limpieza del salón o del cuarto de estar, para evitar que el polvo y la suciedad que se levantan al barrer acabe depositado sobre las superficies que ya hayas desempolvado y limpiado.


Haz las camas. Limpia los muebles (primero los que estén en algo y luego ve bajando) y después los espejos. Aspira las alfombras y retíralas. Si tienes mascotas, puedes utilizar un accesorio para tejidos o tapicerías y pasarlo por colchas, cojines o sillones para eliminar sus pelitos, en lugar de cepillarlos que es más engorroso y lleva más tiempo. Finaliza pasando la mopa o fregando el suelo con un detergente apropiado para el material del suelo. En caso de que vayas a barrer hazlo después de hacer la cama y antes de limpiar el mobiliario.


Cama deshecha


Termina arreglando el hall o recibidor. Asegúrate de que las llaves están en su sitio, que las cartas están abiertas, archivadas o entregadas a su destinatario, que los paraguas están secos y cerrados en su paragüero y que abrigos y sombreros están bien colgados (o llévalos a su armario). Limpia el polvo de los muebles y el espejo si lo tienes. Dale un repaso a la puerta de la calle. Pasa el aspirador y luego la fregona o la mopa.


Ocúpate de la basura, reciclando, cerrando bolsas llenas y poniéndolas en su contenedor o dejándolas en un lugar no visible y que no moleste. Pon bolsas nuevas.


Perfuma tu casa poniendo unas velas aromáticas o unos quemadores con agua y aceites esenciales, o utiliza nuestro truco de las flores de cítricos


Si tienes pocos minutos para limpiar, porque tienes una visita inesperada o porque tienes que salir rápidamente hacia el trabajo, pero quieres dejar la casa limpia, utiliza este método exprés:


  • Ventila.
  • Ordena la casa.
  • Haz las camas.
  • Barre el suelo.
  • Pasa una toallitas desinfectantes en el baño y en la cocina.
  • Limpia los espejos y cristales de mesas y mesillas.


Ahora ya sólo te queda lo más importante, mira con orgullo tu trabajo...y tómate un merecido café antes de seguir con tu día.




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06 febrero, 2019

Errores que No Debes Cometer al Limpiar Tu Rostro

Lavarse la cara es algo que a priori parece lo más sencillo del mundo, de hecho lo hacemos todos desde que somos bien pequeños, pero limpiarse el rostro correctamente no lo es tanto, créeme.


De hecho, la mayoría de nosotras (y también vosotros, chicos) cometemos muchos errores a la hora de limpiarnos la cara. Y no es un tema menor, porque una mala limpieza puede acarrearnos muchos inconvenientes, desde irritaciones o granitos hasta infecciones más o menos graves.


Así que a continuación te enumero los errores que no debes cometer a la hora de limpiar tu rostro y también cómo evitarlos.


Errores que no debes cometer al limpiar tu rostro


Limpiarse el rostro... sólo de vez en cuando


La limpieza del rostro debe ser uno de esos gestos automáticos que se hacen a diario, como lavarse los dientes.


Y como la higiene dental, debe hacerse día y noche. Por la mañana debes limpiarte la cara para eliminar los restos de grasa que haya podido segregar durante el sueño, así como los de cremas y otros cosméticos que te hayas podido aplicar antes de dormir. Y durante la noche tendrás que retirar la contaminación, el sudor o el maquillaje.


No emplear el producto adecuado


Uno de los errores más habituales a la hora de limpiarse la cara es no utilizar el producto más adecuado para ti en cuanto a formulación y presentación.


Por ejemplo, es muy habitual que las personas con la piel grasa y tendencia al acné busquen limpiadores agresivos, con los que sientan que la piel se queda más seca y matificada, pero es un gran error. Si la piel grasa se ve agredida, acaba produciendo más grasa para protegerse, así que conseguirás justo el efecto contrario.


Evita por todos los medios utilizar jabones, limpiadores y lociones que no estén formulados específicamente para el rostro, porque son muy agresivos y pueden producir alergias, irritaciones, descamaciones o brotes de granitos y acné. Cada vez que veo a alguna inconsciente que se lava con el jabón de manos del dispensador que hay en el vestuario del gym se me ponen los vellos de punta...


No poner en práctica la doble limpieza


La piel acumula distintos tipo de suciedad e impurezas a lo largo del día: contaminación, sudor, grasa segregada por la propia piel, restos de protectores solares y de cremas, primers, bases de maquillaje... Algunas de estas impurezas son liposolubles (se disuelven en aceites) y otras son hidrosolubles (se disuelven en agua).


Por ello, si se quiere conseguir una limpieza profunda es necesario utilizar primero un producto con base oleosa, como un aceite o una loción, y finalizar con un limpiador con base de agua. Así se eliminarán primero las impurezas liposolubles, que se disolverán en los aceites, y luego las hidrosolubles, así como los restos oleosos que hayan podido quedan en el primer paso.


Mano femenina sosteniendo espuma jabonosa


Si quieres saber más acerca de esta forma de higiene facial, puedes leer nuestro post Todos los Secretos de la Doble Limpieza.


Usar únicamente una loción o un aceite


Si empleas una loción, crema o aceite limpiador como único producto para tu higiene facial, lo que conseguirás es crear una película grasa sobre la piel que evitará que el resto de cosméticos que te apliques después no serán eficientes al 100%. 


No desmaquillarte antes de limpiar la piel


Si te has maquillado, primero debes retirar el maquillaje y luego limpiar la piel. Si pretendes limpiar y desmaquillar con el mismo gesto y el mismo producto (incluso si se trata de agua micelar), ni retirarás bien el maquillaje ni la suciedad.


Y si has utilizado un maquillaje waterproof, no te olvides de eliminarlo con un desmaquillante bifásico. 


Mujer desmaquillándose


Caer en la tentación de las toallitas desmaquillantes


No, no son la mejor elección para limpiar tu rostro, por muy cómodas que sean. Por una parte, con ellas no vas a eliminar el maquillaje y la suciedad completamente, puesto que en un mismo gesto y con un único producto no es fácil eliminar la suciedad, la grasa de la piel, la base de maquillaje, el rímel, el labial... Y por la otra, los ingredientes que contienen suelen ser muy agresivos con la piel del rostro para intentar limpiar lo máximo posible.


Tampoco hay que perder de vista que las toallitas implican frotarlas y arrastrarlas por la piel con más intensidad que si se usan otros productos. La razón es simple, como no terminan de desmaquillar todas tendemos a frotar para eliminar mejor la suciedad acumulada durante el día y el maquillaje.


Las toallitas, mejor para una emergencia.


Limpiarte la cara con las manos sucias


Y es que aunque vayas a aplicarte un limpiador en gel o en espuma, eso no significa que puedas lavarte las manos y la cara al mismo tiempo.


En las manos se van quedando todo tipo de microorganismos nocivos y suciedad que acabarán en tu piel y que se van a trasladar a tu rostro, por mucho limpiador y mucha agua que haya por medio.


Si quieres una piel saludable, recuerda lavarte las manos antes de llevarlas a tu rostro; especialmente si has ido en transporte público, si has estado manejando el ordenador o el móvil o si has tocado productos tóxicos.


Mujer lavándose las manos


No ayudarte de algodones o toallas faciales


Los limpiadores como las lociones, los aceites o las aguas micelares requieren una herramienta que sirva para atrapar y arrastrar la suciedad, como los discos desmaquillantes, las bolas de algodón, las toallas faciales de microfibras o las tejidas de algodón.


No creas ni por un momento que si te pones una loción limpiadora con los dedos y luego la aclaras con agua vas a retirar toda la suciedad y los residuos de cosméticos, para ello hace falta un tejido que la atrape y la retire completamente.


Utilizar agua muy caliente


Si el producto limpiador que emplees requiere aclarado, un error muy común es utilizar agua muy caliente para hacerlo, puesto que arrastra los aceites presentes naturalmente en la piel y la deja reseca e irritable.


Usa agua tibia o incluso fría si no necesitas retirar productos grasos.


No aclarar completamente los limpiadores


Si usas un producto jabonoso o en forma de gel que necesitas aclarar con agua, puede que no retires completamente los restos de espuma y estos se queden sobre tu piel. Esto puede traducirse en irritación, sequedad, rojeces, aparición de granitos e incluso que los cosméticos que te apliques después no tengan toda la eficacia, puesto que se ha creado una barrera jabonosa sobre tu piel.


Recuerda aclarar exhaustivamente el rostro, sobre todo las zonas difíciles como el principio del cuello, la parte baja de la barbilla, el pliegue de las aletas de la nariz o los párpados. 


Mujer aclarándose la cara con agua


Secarte con una toalla


La toalla de las manos no debería servirte nunca para secarte la cara. Los motivos: suele estar constantemente húmeda y en un entorno cálido, lo que implica que pueden proliferar las bacterias; es fácil que queden restos de jabón en ella, algo que puede irritar la piel del rostro, además de fomentar junto con la humedad la presencia de microorganismos poco recomendables; y tampoco hay que perder de vista su textura, que por muy suave que sea, no es la más apropiada para secar la cara.


Lo ideal, tener unas toallas pequeñas y específicas para la cara, cambiándolas tras cada uso. Si son reutilizables, procura lavarlas con un jabón neutro y sin suavizante, así evitarás que los químicos que contienen detergentes y suavizantes puedan irritar tu piel, además de mantener su capacidad de secado y su esponjosidad durante más tiempo.


También puedes emplear pañuelos de papel suaves o de algodón tejido del que usan las facialistas.


Manos sosteniendo una toallita facial


No usar tónico tras la limpieza


El tónico sirve para preparar la piel para los siguientes pasos de tu rutina facial. Según el tónico que elijas puedes obtendrás distintos resultados, aunque los más destacados son el de cerrar tus poros, equilibrar la piel o calmarla.


Aplícalo con pequeños toques, sin frotar y ayudándote de un disco desmaquillante.


Procura que el tónico no tenga alcohol ni cualquier otro ingrediente que ya sepas que puede producirte irritaciones o alergias.


No aplicarte una hidratante después


Tras la limpieza del rostro (y el tónico) es importante que te apliques una crema hidratante (con o sin un sérum antes), puesto que después de limpiar la piel esta se queda desprotegida y algo seca y necesita reponer la humectación.


Cada limpiador requiere una forma de aplicación específica para que se eficiente y no dañe la piel. Por eso es importante seguir las instrucciones que especifique el fabricante en el envase.


Como norma general, evitar frotar de manera agresiva tu piel con ninguno de los productos. Para que ésta quede bien limpia no es necesario maltratarla.


Crema fluida cayendo sobre una mano femenina


Tardas mucho en aplicarte la hidratante


Si esperas demasiado para aplicarte el sérum o la hidratante desde que te has secado la piel y te hayas puesto el tónico, la humedad que todavía queda en ella comenzará a evaporarse... y con ella llegará la deshidratación.


Si te aplicas la hidratación y el tratamiento en los 60-90 sg. inmediatamente posteriores a la limpieza tu piel aprovechará mejor la humectación y necesitarás menos cantidad para sentirla confortable. 


No exfoliar tu piel


Si quieres que la limpieza diaria funcione a pleno rendimiento, es necesario que exfolies tu piel, es una forma de complementarla y reforzarla.


La frecuencia de uso y el tipo de exfoliante dependerá de tu tipo de piel. Consulta con tu asesora de belleza, tu facialista o el especialista en cosmética de tu farmacia para que te recomiende el más adecuado para ti.


¿Echas de menos algún error o alguna solución? Me gustaría mucho que nos lo comentases, ya sabes que éste también es tu blog.


Ya sólo me resta finalizar... limpiamente :)




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