26 mayo, 2021

5 Estupendos Limpiadores que Tienes en Tu Despensa y Tu Botiquín

Cada vez somos más las ( y los) que preferimos utilizar productos caseros para limpiar nuestro hogar. Y no digo sin químicos, porque están presentes en todo. Todo. En lo que elabora el hombre, pero también en aquello que se encuentra en la Naturaleza, ya estemos hablando de animales, vegetales o minerales. La diferencia es la procedencia de esos químicos, su elaboración, sus características, su toxicidad, su coste...

 

Si tú también eres fan de este tipo de productos caseros a la vez que eficaces, hoy comparto contigo 5 limpiadores que tienes en tu despensa y tu botiquín.

 

5 estupendos limpiadores que tienes en tu despensa y tu botiquín

 

Alcohol 96º + agua + aceites esenciales

 

Es un limpiador y desinfectante para casi todo tipo de superficies. Es especialmente eficaz en cristales, mamparas y espejos. También funciona muy bien en el caso de los muebles de la cocina o del baño, y en mesas de despacho (nunca en las de madera auténtica). Además, deja un olor muy agradable en toda la casa. 

 

Prepáralo con 50% de alcohol y 50% de agua del grifo. Para una mezcla de 1/2 litro, añade 12 gotas de aceite esencial de limón, 4 de aceite esencial de lavanda y 4 de aceite esencial de eucalipto. Ojo, que deben ser aceites esenciales, no un aceite perfumado no procedente de ingredientes naturales, porque lo que interesa es aprovechar los beneficios de este tipo de productos más allá del aroma. 

 

Alcohol 96º, agua y aceites esenciales para limpiar el hogar

 

Vaporiza sobre la zona que quieres limpiar, frota con un paño suave o una bayeta de microfibra y listo. No necesita aclarado. 

 

Antes de utilizarlo en una superficie, prueba en una zona no visible, por si acaso.

 

Agua + limón

 

Es una combinación que te servirá para limpiar varios elementos en tu casa.

 

Pruébalo para eliminar las manchas que suelen aparecer en los hervidores eléctricos de agua, que ya sabes que no suelen poderse fregar con estropajo y jabón. Pon una pequeña cantidad de agua, la justa para que apenas cubra el fondo. Luego añade unas pocas gotas de limón recién exprimido. Conecta el hervidor hasta que el líquido esté caliente. Vacíalo. Cuando esté frío puedes aclarar con agua limpia. Verás qué limpio y brillante queda el fondo de tu hervidor. 

 

Limones en una tabla y exprimidor manual

 

También puedes emplear esta mezcla para limpiar tu microondas. Si has exprimido limones, pon las cáscaras en un recipiente apto para este electrodoméstico y un poco de agua. Conéctalo durante unos minutos a máxima potencia, hasta que el agua con el limón hierva. Saca con cuidado el recipiente y antes de que se evapore la humedad, pásale un paño para limpiar el interior. El vapor junto con el limón funcionarán como limpiador y desengrasante, además de desodorizarlo.

 

Levadura química + agua

 

La mezcla de levadura y agua funciona excepcionalmente bien para eliminar comida pegada en ollas y sartenes. También si se te ha pegado o quemado comida en la vitro o los fogones de gas.  

 

Para ollas y sartenes únicamente tienes que llenarlas hasta que se cubra toda la zona quemada con agua muy caliente y espolvorear una cucharadita de bicarbonato de sodio. Déjalo actuar. Si había una capa muy espesa de comida pegada, verás que una gran parte sale ayudándote únicamente con una cuchara de madera. Luego sólo tendrás que frotar con el estropajo para eliminar la parte más rebelde, aunque podrás retirarla con bastante facilidad.

 

Vitro con comida quemada, levadura química y agua

 

Si se trata de la vitro o los fogones, espolvorea sobre la zona quemada (una vez fríos, por supuesto) bicarbonato y vaporiza agua muy caliente sobre él. Deja que actúe durante varios minutos y luego frota con una esponja o un estropajo muy muy suave. Si es necesario, repite la operación. 

 

Bicarbonato y agua oxigenada

 

Esta combinación puedes utilizarla tanto para limpiar la vitrocerámica o los fogones de gas si se te ha quemado comida. También para limpiar el fondo de las sartenes y se te han quemado.

 

Para la cocina, moja la superficie con el agua oxigenada y luego espolvorea bicarbonato encima. Hazlo únicamente cuando el fuego esté apagado y frío. Deja que actúe durante unos minutos y luego limpia con una esponja (en el caso de la vitro), un estropajo (en el caso de los fogones de gas) o con un estropajo de aluminio (para los fondos de las sartenes). 

 

Si se trata de sartenes muy quemadas puede que tengas que repetir la operación más de una vez hasta que consigas eliminar la parte renegrida si es muy antigua y espesa. También debes tener en cuenta que la superficie puede rayarse, así que no te afanes demasiado en sartenes con recubrimiento antiadherente.

 

Sartén con el fondo quemado

Sartén con el fondo quemado tratada con bicarbonato y agua oxigenada

Sartén con el fondo quemado tratada con bicarbonato y agua oxigenada

 

 Aceite de oliva

 

Las superficies de acero inoxidable quedan sin manchas, con menos rayones y más brillantes si las limpias con un paño suave en el que hayas puesto un poco (muy poco) aceite de oliva. Además, crearás una barrera en la que se instalarán menos las manchas de cal. Verás qué bonitos quedan el fregadero o los grifos.

 

Es muy importante que uses aceite en una cantidad mínima, porque si no conseguirás el efecto contrario. Si es necesario, vuelve a aplicar más aceite hasta conseguir el efecto deseado.  

 

Fregadero antes de tratarlo con aceite de oliva

Fregadero después de tratarlo con aceite de oliva

 

Luego puedes pulirlos con un paño muy suave que esté limpio y seco.  

 

¿Tienes tú algún truco de limpieza casero infalible?

 



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19 mayo, 2021

Ensalada de Garbanzos, Naranja y Romero

Se va acercando el verano y, aunque hay que seguir consumiendo un alimento tan saludable como las legumbres, lo cierto es que apetecen preparaciones más ligeras. Como en ensalada. 

 

Por eso en este post comparto contigo una ensalada muy fácil de hacer y de lo más resultón, con naranja, cebolletas, romero y una vinagreta de lima. Está deliciosa y es sorprendente con el toque cítrico y dulce de la naranja. 

 

¿Quieres saber cómo se prepara? Pues venga, ponte el delantal que empezamos...


Ensalada de garbanzos, naranja y romero

 

Ingredientes

 

1 bote de garbanzos cocidos

Aceitunas negras (con hueso)

1 naranja

1/2 cebolleta (no muy grande)

1/2 lima

Romero

Aceite de oliva virgen extra

Sal

Pimienta negra molida


Notas sobre los ingredientes

 

Puedes cambiar los garbanzos por judías blancas o carillas.

 

Garbanzos

 

En este caso he utilizado un socorrido tarro de garbanzos cocidos, pero puedes usarlos preparados en casa. 

 

Si tienes a mano naranja sanguina, úsala para esta receta, su sabor encaja perfectamente con ella.

 

En caso de que no tengas lima a mano o no te guste, cámbiala por zumo de limón o por el de la propia naranja.

 

Lima cortada por la mitad

 

Puedes sustituir la cebolleta por cebolla morada, que además del sabor le aportará un bonito color. 

 

Las aceitunas son con hueso, pero no hay ningún inconveniente en usarlas sin él o incluso cortadas en rodajitas.

 

En esta receta he usado romero seco, pero si lo tienes fresco, su aroma y sabor será más potente.

 

Romero

 

Le he puesto pimienta negra, pero puedes ponerla blanca o incluso prescindir de ella si no te gusta el picante. 

 

Si usas pimienta, procura que sea recién molida, porque su aroma y sabor es más intenso.


Materiales

 

Cuchillo afilado

Cuchara 

Bol


Preparación

 

Escurre los garbanzos y resérvalos.

 

Corta la cebolleta finamente.

 

Lava bien la naranja y ralla un poco de cáscara. 

 

Pela la naranja, eliminando el máximo de la piel blanca, puesto que amarga. Elimina la parte central y córtala en datos no muy grandes.


Naranjas, cuchillo y tabla de cortar

 

Exprime la lima y mézclala bien con el aceite hasta que ambos estén bien integrados. Luego incorpora la sal, la pimienta y el romero a la vinagreta.

 

Vierte los garbanzos escurridos, la cebolleta, la naranja y las aceitunas en un bol.

 

Añade la vinagreta y mézclalo bien.

 

Ensalada de garbanzos, naranja y romero

 

Si quieres enriquecer esta ensalada de garbanzos puedes ponerle bacalao o salmón ahumados, atún en aceite o trozos de pollo o pavo cocidos o asados.


 

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12 mayo, 2021

Cómo Parecer Más Esbelta con Vaqueros

Los vaqueros son una de esas prendas (casi) imprescindibles en nuestro armario. Son cómodos, versátiles, pero... ¿favorecedores? Pues sí, pero siempre que se elijan bien, porque en cuestión de jeans no todo vale, ni vale para todas.

 

Y precisamente porque los vaqueros los lucimos con mucha frecuencia es necesario elegirlos de modo que nos sienten lo mejor posible. 

 

Eso no significa que haya nada malo en nuestro cuerpo, faltaría más, pero precisamente porque debemos aceptarlo y quererlo tal y como son, porque el mero hecho de ser el nuestro, creo que hay que vestirlo de modo que le saquemos partido. 

 

En este post vas a encontrar consejos para escoger el par de vaqueros perfecto, ese que estiliza y saca partido de tus puntos fuertes... y esconde los que no lo son tanto.

 

Cómo parecer más delgada con vaqueros

 

La talla

 

Lo más importante para que unos jeans te sienten bien es que sean de tu talla. Si te quedan demasiado justos te sacarán michelines, al estirarse demasiado el tejido aparecerán pliegues y arrugas detrás de las piernas y en la zona de las ingles, la zona de los bolsillos tirará más de la cuenta (está más reforzada que la de las caderas).... Por no hablar de que te costará caminar y sentarte y empeorarás tu circulación y tu celulitis, si es que la sufres. En caso de que te queden grandes, te aparecerán bolsas en el trasero y en al zona de las ingles, además de que es posible que parezcas más gruesa. O todo lo contrario, si eres muy delgada, dará la sensación de que lo eres todavía más. Además, cada fabricante maneja las tallas de forma diferente. No te tortures con lo que pone en la etiqueta, da lo mismo que marque una 38 o un XL, lo importante es que se ajuste como un guante a tu fisionomía. No eres ni mejor ni peor por la talla que llevas. 

 

Pruébate más de una talla de un mismo modelo para encontrar la que te sienta como un guante. 

 

También deberías conocer tu cuerpo y tu estilo a la perfección para saber cuáles son los tejidos, los patrones y los colores que mejor encajan contigo. Que algo sea tendencia no significa que tengas que ponértelo, sí o sí. Si no se ajusta a tu fisionomía, descártalo, por mucho que se vea en las redes sociales, en los escaparates o en las revistas de moda. 

 

La calidad

 

La calidad es algo que no debes perder de vista. Es mejor tener uno o dos pares de pantalones vaqueros confeccionados con un buen tejido y con un patrón que siente a la perfección, que tener decenas de jeans baratísimos y de calidad ínfima. Y para que sean de buen tejido y mejor corte no hace falta gastar mucho dinero. Los hay excelentes a un buen precio, e incluso puedes encontrar algunos magníficos en outlets o en tiendas de segunda mano. Si buscas diseños atemporales, de esos que no son la última microtendencia entre las influencers, puedes encontrar verdaderos chollos.

 

El lavado

 

Aunque no es conveniente lavar con demasiada frecuencia este tipo de prendas, lo cierto es que unos pantalones con muchas arrugas o que se hayan deformado con el uso constante no son los más favorecedores. Así que lávalos cuando veas que han perdido su forma y dales un toque de plancha por el revés para volver a lucirlos en todo su esplendor.


Vaqueros colgados de una percha

 

El color

 

El color es un punto fundamental a tener en cuenta si quieres parecer más delgada con tus vaqueros. El negro, los azules más profundos y cualquier otro color oscuro te adelgazarán visualmente. Por el contrario, si estás muy delgada, el blanco, los tonos pastel y otros colores claros te sumarán algún kilo.

 

Mujer llevando en las manos vaqueros doblados de diferentes colores

 

Los vaqueros que están decolorados en la parte de los muslos o el trasero hacen parecer más anchas estas zonas estratégicas. Si quieres que estén desteñidos o decolorados, procura que estén situados en las zonas que deseas resaltar.

 

El corte

 

Los jeans que en su composición tienen lycra, elastano, spandex o cualquier material que les aporten elasticidad contribuirán a que se ajuste mejor a tus formas. Pero una cosa es que se ciña a tu figura y otra muy diferente que la embuta, porque con ello se consigue el efecto contrario al deseado: se parece más gruesa y se marcan todos los defectos como la celulitis o los michelines.

 

En general, los vaqueros boot cut suelen ser perfectos para cualquier fisionomía, estilizando y equilibrando la silueta. Si no tienes demasiada barriguita, ponte las blusas y camisetas por dentro y añade un cinturón que no quede excesivamente apretado (si queda muy justo acabarán apareciendo lorcitas y rollitos donde no deben). 

 

Los pantalones de pierna recta funcionan muy bien en cuerpos altos y delgados, pero también en figuras con curvas, incluso con cierto sobrepeso.

 

Los pantalones con pernera ancha suelen sumar centímetros, y lo hacen a lo ancho, no a lo alto, así que evítalos si lo que quieres es parecer más delgada con ellos. 

 

Los pantalones de campana suelen alargar la silueta y hacerla más esbelta, pero es importante que la zona de cintura, cadera y muslos esté ajustada, pero no excesivamente apretada; y que la campana no sea exagerada. Ah, y sólo funcionan si eres alta. Si no es así, el efecto conseguido será justo el contrario. 

 

Mujer sentada con pantalones vaqueros de campana

 

Los vaqueros ajustados, siempre que no aprieten en exceso, suelen hacer más delgada. Pero siempre con tejidos con algo de elástico para que sienten como un guante. 

 

Si tienes una cadera estrecha y una cintura poco marcadas, los paper bag equilibrarán tu figura, puesto que ampliarán la cadera y resaltarán la cintura con el cinturón. Pero si te ocurre lo contrario, evita este tipo de cortes. 

 

Los vaqueros culottes pueden ser una opción, pero no deben ser muy cortos ni excesivamente anchos y ajustar a la perfección en cintura y cadera. El tejido debe ser fino y/o con buena caída. Y no los elijas con cinturas elásticas ni muy apretadas. Para parecer más alta y delgada, apuesta por unos stilettos, unas bailarinas escotadas o unas sandalias de tiras muy finas.

 

El talle

 

Los vaqueros de talle alto tienen fama de estilizar la silueta, pero hay que tener cuidado con ellos, porque si tienes algo de barriguita la resaltarán de forma muy poco favorecedora. Si no tienes un vientre plano, es mejor que optes por talles medios. Si vas a optar por la cintura alta, procura que la cinturilla no sea elástica, que tenga un botón que ajuste bien y ni éste ni la cremallera sobresalgan demasiado.

 

Mujer con vaqueros

 

El talle bajo con caderas y abdomen anchos no funcionan bien, porque tienden a bajarse de su sitio inicial (acabarás enseñando más de la cuenta) y a marcar la tripita y rollitos entre la cadera y la cintura.

 

El largo

 

Los largos que mejor sientan son los que oscilan unos pocos centímetros respecto al tobillo. El largo mayor o menor dependerá del ajuste y de la forma de la pierna. Cuanto más ancha la pierna, más largo debería ser el pantalón. Cuanto más estrecha la pierna del vaquero, más corto respecto del tobillo puede ser.

 

Aunque como norma general, un largo unos 2-3 cm. por debajo del tobillo alargan y adelgazan la pierna.

 

Los puños (la vuelta que se hace en los bajos de los pantalones, de forma que se vea el interior del tejido) son un detalle bonito y son perfecto para acortar los modelos más largos cuando llevamos zapatos bajos, pero te aconsejo que los evites si te sobran muchos kilos, porque llamarán poderosamente la atención sobre tus piernas.


Los adornos


Evita los adornos excesivos, sobre todo los que están dispuestos en horizontal, porque ensancharán visualmente tu figura.


Mujer con pantalones vaqueros con adornos excesivos y en horizontal
Evita los adornos excesivos y que estén dispuestos en horizontal

 

Los bolsillos

 

Si quieres hacer que tu trasero parezca más pequeño, evita los bolsillos con solapa, con botones, bordados o decoraciones excesivas. Es mejor que busques bolsillos grandes, pero lisos y sencillos, y que estén en la zona superior, cerca de la cinturilla.

 

Bolsillo de pantalones vaquros con gafas de sol encima

 

Los bolsillos separados también ensanchan el trasero, así que busca modelos en los que estén más juntos. 

 

Si lo que buscas es que tus glúteos parezcan más grandes, entonces sí, elige bolsillos que abulten y que sean vistosos, pero no que no sean muy grandes en cuanto a superficie.

 

La parte superior

 

Usar prendas claras en la parte superior puede ayudarte a equilibrar tu silueta si tu cuerpo tiene forma de pera o si tus piernas son anchas. 

 

Si tu cuerpo tiene forma de manzana o tienes sobrepeso generalizado (sin resaltar más en una zona determinada), puedes utilizar prendas oscuras tanto en la parte superior como en la inferior.

 

El calzado

 

Los zapatos terminados en punta alargan y estilizan la pierna, mientras que los de punta redondeada la acortan y las hacen parecer más llenas.

 

El calzado oscuro con vaqueros que también lo sean alargan y adelgazar la pierna, tenlo en cuenta si ese es el efecto que buscas. Por el contrario, los zapatos claros con vaqueros claros u oscuros acortan la figura y la hacen parecer algo más ancha. 

 

Cuanto más escotado sea el zapato, más esbelta parecerán el tobillo y la pierna. Los zapatos muy cerrados, también los de cordones, ensanchan esa zona visualmente. 

 

Las botas con los vaqueros por dentro estilizan, sobre todo cuando su punta no es cuadrada ni excesivamente redonda. Pero, cuidado, deben ser botas de caña alta, porque las de caña media acortan y ensanchan las piernas de forma significativa. 

 

Aunque los tacones no son muy recomendables y no todas las mujeres están dispuestas (o no saben) a llevarlos, lo cierto es que con la mayor parte de los cortes de vaqueros hacen figura mucho más estilizada, ya sean zapatos, botines o botas.

 

Mujer con vaqueros ajustados y tacones

 

Y lo más importante: elijas los jeans que elijas, siéntete guapa y poderosa con ellos... ¡y disfrútalos!



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05 mayo, 2021

Cómo Limpiar Azulejos y Baldosas de Cerámica

Mantener la casa limpia es todo un reto. Hay tantos muebles, objetos, textiles y superficies de los que ocuparse... Cada uno de ellos requiere un tratamiento, unos productos, unas herramientas y una frecuencia de limpieza diferente.

 

Y en cuanto a superficies, unas de las más tediosas de limpiar, pero que mejoran el aspecto global de la casa de forma casi mágica, son las de azulejos y baldosas. Es cierto. Por mucho que limpies los armarios, los electrodomésticos o los sanitarios, si los azulejos y el suelo de cerámica no están limpios, todo parecerá sucio y descuidado.

 

Por eso es importante saber cómo limpiar azulejos y baldosas de cerámica de la forma más eficiente posible, que hay que trabajar lo justo, pero consiguiendo el mejor resultado posible. Acompáñame y te doy algunos trucos...


Cómo limpiar azulejos y baldosas de cerámica

 

La limpieza de baldosas y azulejos

 

Procura barrer o aspirar el suelo de baldosas con frecuencia, así evitarás que las juntas se ensucien más de lo necesario. También debes hacerlo si suele caer arena o tierra en el piso, porque acabará dañando la superficie de las baldosas.

 

Friega el suelo con regularidad. Lo ideal sería a diario y/o cuando se manche. Al fin y al cabo las baldosas de cerámica se suelen poner en el baño o en la cocina, dos de las zonas de la casa en las que hay que extremar más la higiene. 


Escoba, fregona y recogedor

 

Si hay zonas que se ensucian habitualmente (las de mucho paso, las que están delante de la cocina o del fregadero...), puedes protegerlas para reducir las manchas y salpicaduras. Alfombras, protectores antisalpicaduras y otros elementos similares te pueden servir de ayuda. Pero, claro, deben poderse limpiar fácilmente, porque si no el esfuerzo y el gasto no te habrán ahorrado trabajo. 

 

Las manchas pegajosas de azulejos y baldosas se retiran fácilmente con una espátula de plástico o incluso con una tarjeta de crédito o similar, y no correrás el riesgo de rayarlas.

 

Utiliza algunos de los productos y herramientas que te propongo a continuación para limpiarlos y dejarlos brillantes.


La limpieza de las juntas

 

La lechada es muy porosa, por lo que absorbe la suciedad y el polvo de una manera asombrosa, tanto en suelos como en paredes.

 

También retiene mucho la humedad, por lo que es fácil que se forme moho. Para evitarlo procura ventilar el espacio o al menos secar la zona de azulejos o baldosas en las que tienda a haber moho.

 

Los limpiadores muy fuertes y ácidos funcionan para la cerámica, pero acaba deteriorando la lechada, tenlo en cuenta. El vinagre o el limón son un ejemplo de ello.

 

Pero también los muy alcalinos, como la lejía, pueden dañarla. No significa que no uses este tipo de productos, sino que lo hagas con mesura. Recuerda que la lejía debe usarse con agua fría, nunca con agua caliente.

 

Para limpiar las juntas y la lechada lo mejor es recurrir a un cepillo.

 

Cepillos de dientes en un tarro de cristal

 

El vapor también funciona muy bien para eliminar la suciedad de las juntas entre azulejos. Utiliza el cabezal más fino y que concentre más el vapor para conseguir un mejor resultado. Lo ideal es utilizar primero un cepillo y terminar con el limpiador de vapor.   

 

Una vez que las juntas están limpias (sólo entonces), lo mejor es aplicar lechada de nuevo (también podéis disolver un poquito de cemento en agua, de forma que quede una pasta tirando a líquida) o blanqueador de baldosas (los encontrarás en cualquier súper o droguería).  

 

Hay quien utiliza pintura (y mucha paciencia) para renovar el aspecto de las juntas pintándolas una a una. Desde mi punto de vista es algo excesivamente laborioso, incluso aunque se emplee un rotulador especial para juntas.


Productos que puedes utilizar

 

Percabonato de sodio. Es un limpiador y blanqueador estupendo. Se presenta en polvo y se utiliza disolviéndolo en agua caliente, con una proporción aproximada de 2 cucharaditas de postre por litro de agua. Puedes aplicarlo con una bayeta o paño de microfibra, aclarar con otro paño únicamente humedecido en agua y secar para sacar brillo a los azulejos. En el caso de las baldosas, friégalas con agua en el que hayas disuelto el percarbonato. También puedes utilizarlo para limpiar el horno, la nevera, el microondas, la cerámica que tenga manchas de té o café, para lavar y blanquear la ropa (incluso la de color), etc. Tiene la ventaja añadida de que es biodegradable y respetuoso con las personas, las mascotas y el medio ambiente. 


Zona para el café con azulejos rosas

 

Vinagre blanco. Mezcla vinagre blanco con agua y aplícalo con un paño sobre los azulejos o con la fregona sobre las baldosas. Esta mezcla deja los azulejos muy brillantes y elimina bien las manchas de grasa o de cal. Eso sí, te recomiendo vivamente dos cosas: que antes de limpiar toda la superficie pruebes en una zona no visible (por si atacase la cerámica) y que mientras lo aplicas (y durante un buen rato después) mantengas el espacio bien ventilado. El vinagre de limpieza también funciona muy bien.

 

Zumo de limón. Pon el zumo de medio limón en 1 litro de agua o en una proporción similar. Es importante que no quede pulpa ni semillas, así que cuélalo. Para limpiar los azulejos, aplícalo con una bayeta o paño. Friega con esa mezcla en caso de ser baldosas. Una vez que la superficie ya no esté húmeda, pasa un paño seco y que no deje pelusas para sacarles brillo.

 

Amoníaco. El amoníaco deja los azulejos y las baldosas limpísimos y brillantes. Úsalo siempre diluido en agua. Ten en cuenta que es un producto muy irritante, así que protege tus manos y hazlo sólo cuando el espacio esté bien ventilado y usando una mascarilla.


Mano con guante sosteniendo un espray

 

Alcohol de quemar. Es un limpiador magnífico para los azulejos, sobre todo cuando se combina con amoníaco. Pero ten mucho cuidado de que no entrar en contacto directo con la mezcla ni respirar sus vapores, porque son muy fuertes. Si vas a usarlo por separado, aplícalo directamente con un paño suave, y no hace falta que lo aclares. En caso de que vayas a mezclarlo con amoníaco, hazlo a partes iguales y aplícalo también con un paño o incluso con un papel de periódico.

 

Agua oxigenada. Este producto es especialmente útil para limpiar y blanquear las juntas. 

 

Limpiacristales. Este producto te puede ayudar a limpiar, desengrasar y hacer que brillen tus azulejos. Aplícalo con un paño, mejor si lo haces con un espray, y luego le saques brillo con otro paño limpio y seco. 

 

Limpiador con vapor. El vapor de agua limpia, desinfecta, desengrasa y deja los azulejos y baldosas brillantes. Si tienes uno en casa, utilízalo para limpiar y/o mantenerlos perfectos. Cuando hayas terminado con el limpiador, pasa un paño limpio y seco para eliminar la posible humedad y sacarles brillo.

 

Superficie con azulejos y tulipanes sobre ella

 

Hay quien limpia los azulejos con una pasta de bicarbonato de sodio con agua, que es muy efectiva para las manchas difíciles y las juntas, pero personalmente no me gusta demasiado. Por una parte, puede rayar los azulejos y baldosas delicados. Por la otra, la pasta es difícil de aclarar y eliminar por completo. Pero sí que te la recomiendo para manchas puntuales, los rincones y esas zonas de difícil acceso que terminan por ensuciarse más de la cuenta. 

 

Lo mismo que con la pasta con bicarbonato sucede con la pasta de dientes. Puede ser muy abrasiva y no es fácil de enjuagar. Sólo para manchas y zonas puntuales. Y muy importante: que no sea de esas que tienen microgránulos, porque pueden rayar la cerámica.

 

Las herramientas

 

Guantes. Mi consejo es que siempre que vayas a utilizar productos de limpieza o a frotar con energía una superficie te protejas las manos con guantes. Así mantendrás tus manos y uñas saludables y bonitas, aunque te esmeres en cualquier tipo de tarea doméstica.


Guantes colgados de una pinza

 

Bayetas. Siempre limpias y en buenas condiciones.

 

Paños suaves de microfibra o de algodón. Que no suelten pelusas.

 

Cepillo específicos para azulejos.

 

Cepillo de dientes viejo. Reciclar los cepillos es un gesto sostenible... y de lo más útil. Con ellos podrás limpiar las juntas, los rieles de las ventanas y puertas correderas, los espacios entre la cocina o el fregadero en los que se acumula la suciedad y que es difícil de eliminar con el estropajo o la bayeta, las zonas de difícil acceso en rincones y armarios...

 

Barreño. Imprescindible para disolver productos en agua o para contener agua limpia para aclarar.

 

Cubo y fregona. Para limpiar bien tus suelos. Lo ideal es tener un cubo con el limpiador y otro con agua limpia para aclarar.

 

Papel de periódico. Es muy útil para sacarle brillo a los azulejos y baldosas, pero lo cierto es que cada vez hay menos en nuestras casas. Por cierto, las revistas con papel brillante o satinado no dan el mismo resultado.

 

Espero que estos trucos te ayuden a mantener perfectos tus azulejos y baldosas de cerámica en casa.



 

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