27 noviembre, 2019

¿Te Tocas la Cara con Frecuencia? Mala Idea, Muy Mala

¿Te sueles tocar la cara más allá de tu rutina facial? Si la respuesta es sí, debo decirte que estás poniendo en riesgo tu belleza... y tu salud.


No es por asustarte, pero analiza qué tocan tus manos a lo largo del día. Si te paras a pensar, te darás cuenta de que tus manos entran en contacto con todo tipo de objetos y superficies, unas más limpias que otras. Porque hay algunas de ellas que están llenas de microorganismos nada recomendables: picaportes, barras y asientos en el transporte público, carros de la compra, material en el gym, mostradores, teclados, móviles... Y también tenemos contacto físico con otras personas.


Y, aunque nos lavemos las manos con la frecuencia y la minuciosidad recomendable, lo cierto es que no podemos mantenerlas impolutas constantemente. Eso implica que si están llenas de gérmenes y tocas algo, los transportarás a esa superficie con la que entres en contacto.


Por cierto, cuando hablo de tocarte la cara (toda), no sólo me refiero a pasarte los dedos por el rostro, acariciarlo de forma compulsiva o apoyar la cara en las manos; también me refiero a pellizcar los granitos o reventarlos.  


Si quieres saber qué consecuencias puede tener el hábito de tocar tu cara con frecuencia, qué medidas higiénicas y cómo puedes prevenirlo, sigue leyendo...


¿Te tocas la cara con frecuencia? Mala idea, muy mala


Consecuencias de tocarte la cara con las manos


Poner las manos contaminadas en tu rostro es muy mala idea, porque las consecuencias serán negativas. Muy negativas.


Pueden aparecerte granos, irritaciones e incluso infecciones en la piel.


Si tienes acné y te tocas la cara, lo agravarás. Por una parte irritarás y acrecentarás los granos que ya tengas y por la otra extenderás las bacterias de los que ya estén en etapa de pústula por toca la cara provocando granos nuevos. 


En caso de que tengas la piel grasa, el hecho de tocarte la cara puede empeorarla. 


Si lo que te tocas son los ojos, puedes producirte infecciones o incluso dañar tus ojos con las partículas de suciedad.


Si has tocado con las manos algún tipo de virus o bacteria que puedan causarte una enfermedad (como la gripe o el resfriado, sin ir más lejos) luego te tocas la cara, sobre todo cerca de los ojos o de la boca, te puedes contagiar fácilmente.  


Mujer tapándose el rostro con las manos manchadas de negro


Medidas higiénicas


Además de evitar tocarte el rostro, hay algunas medidas higiénicas básicas que pueden ayudarte a minimizar los riesgos de este hábito.


Lávate las manos con frecuencia, sobre todo después de haber tocado superficies en espacios públicos o dinero, si has estado preparando comida, cuando hayas tocado tus zapatos, te has limpiado la nariz o después de ir al baño. 


Mujer lavándose las manos


Procura limpiarte bien las uñas cuando te laves las manos y llévalas cortas y bien limadas. Así minimizarás las zonas en las que puedan depositarse los gérmenes. 


Y, por supuesto, lávate bien las manos cuando realmente tengas que tocar la piel de tu cara: a la hora de desmaquillártela, aplicarte cremas, maquillarte...


Limpia bien tu rostro, tanto por la mañana como por la noche. Esto es imprescindible, sobre todo en el caso de la rutina nocturna, porque eliminarás cualquier rastro de gérmenes, suciedad, polución, grasa y restos de maquillaje acumulados durante el día.


Cómo prevenir el hábito de tocarte el rostro


Si quieres prevenir la (mala) costumbre de tocarte la cara constantemente, hay algunas medidas preventivas que puedes tomar. No te van a resultar sencillas ni cómodas, porque crear un nuevo hábito perjudicial para sustituir a otro que no te beneficia requiere un esfuerzo, pero es un esfuerzo que merece la pena.


Fíjate en los momentos en los que sueles tocarte la cara. Debes prestar atención, puesto que suelen ser movimientos automáticos y es difícil identificarlos. Puedes cuando estés sentada en la mesa de tu oficina, mientras estás en clase, durante los trayectos en tu coche o en transporte público, mientras ves tu serie favorida sentada en el sillón, cuando estás aburrida o nerviosa...


Una manera de averiguar cuáles son tus sitios favoritos para tocarte la cara, mira las zonas del rostro en las que te suelen salir más granitos. 


Una vez que tengas claro cuándo te tocas la cara a lo largo del día, procura cambiar ese hábito por otro más saludable para tu piel. Puede ser cambiar de postura, relajar los hombros o las manos, tamborilear los dedos sobre la superficie, masajearte las manos, hacer ejercicios de rotación con las muñecas, etc. 


Mujer tocándose las manos con uñas largas


Intenta tener las manos siempre ocupadas, así no tendrás la tentación de llevártelas a la cara. Puedes utilizar una de esas pelotitas para desestresarte, tener un bolígrafo siempre a mano, hacer garabatos en un papel, dejar la mano sobre el ratón, hacer algún tipo de labor... 


Asígnale un sitio a tus manos cuando no las estés usando. Por ejemplo, si estás trabajando y no estás tecleando o escribiendo, puedes ponerlas siempre delante del teclado. O si estás viendo la tele, puedes cruzarlas sobre el regazo o incluso sentarte sobre ellas. O si estás en una sobremesa, puedes colocarlas en el borde de la mesa a los lados del plato. El secreto está en cambiar el sitio en el que las pones de forma consciente para crear un nuevo hábito más saludable para tu piel. 


Acostúmbrate a llevar guantes. Si hace frío y sales a la calle, los guantes evitarán que te lleves las manos a la cara, puesto que es menos agradable el tacto de la lana o del cuero que la de los dedos. Cuando hagas trabajos domésticos o bricolaje, acostúmbrate también a llevar guantes (esta vez de látex o caucho, claro); de esa forma evitarás llevarte las manos a la piel del rostro manchadas, además de por los gérmenes habituales, de productos químicos y suciedad.


Guantes


Utiliza recordatorios que funcionen como toque de atención. Puedes recurrir a alguien de tu confianza que te señale cuando te lleves las manos al rostro y te ayude a luchar contra esta costumbre. Eso sí, debes tener claro que te está ayudando, así que no te enfades cuando te lo diga. Y también puedes ponerte recordatorio en forma de notas o de alarmas diarias en el móvil que te ayuden a darte cuenta de que debes luchar contra ese hábito constantemente. Si se trata de notas, procura ponerlas a la vista en los lugares que hayas identificado como más habituales para dar rienda suelta a tus toques.


Ya sabes, hablando de tu rostro (y quitando la rutina de belleza) aplícate la máxima de: ¡manos fuera!




Post relacionados:

Una Rutina Nocturna de Belleza de "10" 
Todos los Secretos de la Doble Limpieza 
Errores que No Debes Cometer al Limpiar Tu Rostro


La primera vez que apareció el post ¿Te Tocas la Cara con Frecuencia? Mala Idea, Muy Mala fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.


Licencia de Creative Commons
¿Te tocas la cara con frecuencia? Mala idea, muy mala by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

20 noviembre, 2019

Cosas que No Meter en el Lavavajillas

¿Qué pones dentro del lavavajillas? Y la pregunta no es trivial, porque muchas de las cosas que metemos habitualmente en este electrodoméstico tan útil no son la mejor idea. En ciertos casos porque lo que se estropean son los utensilios y en otras porque lo que se daña es el propio lavaplatos.


Y muchos de esos objetos que no deben ponerse en el lavavajillas te van a sorprender. ¿Quieres saber cuáles son? Pues vamos a ello...


Cosas que no meter en el lavavajillas


Recipientes de cristal muy fino


Este tipo de objetos se resienten con las altas temperaturas, el movimiento del agua y el posible choque con otros utensilios dentro del lavavajillas.


Si quieres conservarlos en buenas condiciones, mejor lava copas, vasos, cuencos y fuentes de cristal finísimo a mano.


Vajillas con estampados o dibujos


A menos que el fabricante indique lo contrario, los objetos con dibujos y estampados pueden difuminarse o desaparecer si se introducen en el lavavajillas.


Vajillas con filos o decoraciones doradas. Ocurre lo mismo que en el caso de los estampados que te he mencionado anteriormente. El dorado puede acabar opaco, con manchas o incluso eliminarse en todo o en parte.


Tazas decoradas dentro del lavavajillas


Utensilios de madera


Las cucharas, tenedores, morteros y otros objetos de madera no se llevan bien con el lavavajillas. La humedad y el calor que experimentan dentro de este electrodoméstico, sobre todo si tardas en sacarlos, pueden hacer que proliferen microorganismos peligrosos.


También debes tener en cuenta que la humedad acaba hinchando y debilitando la madera. Si están barnizados, el detergente (agresivo) y el agua termina por eliminarlo. Esto es aplicable también a las tablas de cortar de madera.

 
Cucharas y tablas de madera


Tuppers y tarteras de plástico no aptos para el lavavajillas


El plástico que no está destinado a introducirlo en el lavavajillas puede acabar por derretirse o deformarse. Y, por otra parte, puede que si son de mala calidad acaben por desprender sustancias tóxicas que pueden terminar depositándose en otros objetos.


Objetos de plástico no alimentarios


Hay quien pone dentro del lavavajillas los juguetes de los niños o de las mascotas o incluso las chanclas de la piscina.


En primer lugar, hay que comprobar que son aptos para el calor y el detergente del lavavajillas, porque puedes encontrarte con que están deshechos o deformados cuando termine el programa.


Y, en segundo lugar, si pueden aguantar sin problemas el lavado en él, deben limpiarse de la suciedad más importante antes de poner el lavavajillas y hacerlo en un programa aparte, sin incluir utensilios de cocina o que luego vayan a estar en contacto con comida.


Bebé jugando con juguetes de plástico


Cubiertos con mango de madera o de plástico


Los mangos de estos materiales experimentan los mismos problemas que te he indicado anteriormente para los utensilios de madera y los de los tuppers y tarteras no aptos para lavavajillas. De hecho, es todavía peor, porque el pegamento que incluyen se irá desprendiendo con cada lavado, con lo que el mango se desprenderá del resto del cubierto.


Cubiertos que no estén hecho de una sola pieza


Los cubiertos que están hechos de más de una pieza suele llevar pegamento que suele deshacerse con el calor y los detergentes. Y si están unidos por remaches, puede que terminen por oxidarse, debido al material del que estén fabricados.


Cuchillos afilados


Las altas temperaturas, el movimiento enérgico del agua y el choque con otros utensilios, contribuyen a que se desafilen.


Cuchillo afilado


Cazuelas y sartenes antiadherentes


Los detergentes lavavajillas son muy agresivos con el recubrimiento antiadherente, por no hablar de los posibles roces con otros objetos, sobre todo los cortantes y punzantes, durante el programa de lavado.


Cazuelas y sartenes cuyos mangos y asas no formen una sola pieza con el recipiente


Estos pueden desprenderse durante el lavado por el calor, los jabones el agua moviéndose intensamente entre los objetos.


Cazuelas y otros objetos de barro o cerámica con un barnizado deficiente


Las zonas en las que la capa del barniz sea muy fino o inexistente, serán por las que la humedad y el jabón las volverán más débiles y por las que pueden instalarse las bacterias y el moho.


Lavando cerámica a mano


Tapa de olla a presión


Si la introduces con la goma, ésta se puede deformar y estropear con el calor. Y si también incluyes la válvula, se puede acabar obstruyendo con los restos del jabón y suciedad que puedan quedar en ella.


En cuanto a la propia tapa, suele ser muy grande y, o bien puede tropezar con los brazos giratorios y estropear ambas cosas, o bien puede que al no poder situarla correctamente no se limpie del todo.


Objetos de aluminio


El detergente y el agua muy caliente dañan el material, creando manchas y opacidad en su superficie.


Dos personas cocinando con una olla de aluminio


Utensilios de cobre


El agua y el jabón dañan este tipo de materiales, dejándolos opacos.


Objetos de hierro


Este tipo de material se puede oxidar, incluso los esmaltados, puesto que se pueda saltar fácilmente la capa de esmalte.


Objetos demasiado grandes


Los recipientes de gran tamaño no siempre se limpian bien, además de que pueden chocar con los brazos del electrodoméstico o con otros utensilios y romperlos.


Olla de cobre de gran tamaño


Utensilios con restos de comida pegada o muy sucios


Si la suciedad es mucha y está fuertemente instalada en la superficie de los objetos, ni el detergente ni el agua a alta temperatura podrán eliminarla. Por no hablar de que esos restos de comida pueden terminar por obstruir el filtro


Recipientes con etiquetas


Las etiquetas de papel de los botes de conservas y otros productos acabarán por desprenderse y obstruirán el filtro del lavavajillas o incluso se quedarán pegadas en las superficies de otros objetos, sobre todo los de cristal y porcelana, de forma que eliminarlos será muy difícil. Los trozos de papel húmedo se quedarán adheridos en las superficies y se fijarán con el calor del secado.


Conservas con etiquetas
Si vas a lavar recipientes con etiquetas en el lavavajillas, retíralas antes


Utensilios y recipientes con pegamento


Si introduces objetos con pegamento, bien porque sus partes están pegadas de fábrica como aquellos que hayas reparado con ese tipo de productos, es probable que acaben estropeados. El pegamento se deshará con el detergente y el calor del agua y del secado, por lo que las piezas se separarán. Y también debes tener en cuenta que partículas del pegamento, siempre tóxicas, quedarán sobre la superficie del resto de utensilios.


Bolsas para legumbres


Las bolsas que se utilizan para cocinar legumbres y otros alimentos dentro de las ollas no deben lavarse dentro de este electrodoméstico. Los tejidos de los que están hechas son muy porosos y absorben tanto el detergente como la suciedad, sin que pasen por el proceso de aclarado y centrifugado que ofrece la lavadora.


Si quieres lavar estas bolsas, lo ideal es hacerlo a mano o en la lavadora. En caso de que elijas la lavadora, hazlo mejor sin detergente (o con uno muy suave y con poca cantidad) y sin suavizante. Puedes sustituir el detergente y/o el suavizante por bicarbonato sódico.


Estropajos y bayetas


Les ocurre lo mismo que a las bolsas para legumbres, por lo que no debes utilizar este electrodoméstico para limpiarlos. De hecho, en el caso de los estropajos, según del material del que estén fabricados, puedes deshacerse durante el lavado. Recurre al lavado manual o a la lavadora.


Espero que estos consejos te ayuden a disfrutar más y mejor de tu lavavajillas y de tus utensilios de cocina.




Post relacionados:

26 Trucos para Sacarle Todo el Partido al Lavavajillas 
Consejos para el Cuidado del Lavavajillas


La primera vez que apareció el post Cosas que No Meter en el Lavavajillas fue en el blog de La Meiga y Su Caldero. 


Licencia de Creative Commons
Cosas que no meter en el lavavajillas by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

13 noviembre, 2019

Rutina de Belleza Sostenible

Cada vez estamos más concienciados de la necesidad de consumir de forma sostenible. Esto solemos asociarlo sólo a algunas facetas, como pueda ser la alimentación, la ropa, el consumo de agua y electricidad... Aunque se puede actuar de manera sostenible en casi cualquier aspecto de nuestro día a día. Incluso en tu rutina de belleza.


A continuación encontrarás algunos gestos que te ayudarán a seguir una rutina de belleza sostenible sin apenas darte cuenta.


Rutina de belleza sostenible


A la hora de comprar


Lleva bolsas reutilizables también para comprar tus cosméticos.


Procura adquirir tus productos en comercios de cercanía.


Opta por comercios y marcas comprometidas con el medioambiente y con la sostenibilidad.


Envases


Cada vez hay más establecimientos y marcas que permiten comprar a granel, de tal forma que puedas llevar tu propio envase para adquirir jabones, perfumes y otros cosméticos. ¿Te animas a probarlos?


Si puedes, opta por los productos sin embalaje o que lleven el mínimo posible. Que sean reciclables, biodegradables, eco friendly, rellenables... 
 

Cosméticos


  Productos


Usa jabón en barra en lugar jabón líquido para cuerpo o manos. Así reducirás la cantidad de plástico que compras... y tiras.


Pastilla de jabón de lavanda


Dile sí a los productos que no necesitan aclarado.


Evita los exfoliantes mecánicos que tienen bolitas de plástico que no se degradan con la aplicación y que acaban yéndose por el desague cuando los retiras.


Utensilios


Evita las herramientas de plástico.


Reduce el número de discos desmaquillantes. Puedes emplear discos desmaquillantes de tejido (felpa, tela de algodón...) que son reutilizables, ya que únicamente necesitan lavarse después de cada uso. También puedes cortarlos a la mitad si no necesitas uno entero. Por ejemplo, para retirar el maquillaje de los ojos no necesitas el círculo completo, córtalo en dos semicírculos para poner uno en cada ojo. Si en lugar de arrastrar los dejas actuar unos segundos, podrás desmaquillarte sin usar demasiado producto y sin utilizar un disco para cada ojo. También puedes separarlo en dos capas si la cantidad de maquillaje que necesitas eliminar no es mucha. Y, por supuesto, puedes usar paños de microfibra para desmaquillarte.


Evita usar bastoncillos de algodón, o al menos procura que sean reciclables (bambú) y de algodón orgánico.


Cantidades


Utiliza la cantidad justa de geles, champús, acondicionadores, exfoliantes... Por utilizar más, no van a ser más efectivos.


Corporal


Opta por la ducha en lugar de por el baño. Si te das duchas cortas y sin mantener el grifo abierto, puedes ahorrar entre 100-200 litros de agua respecto a un baño con aclarado posterior.


Ducha


Cierra el grifo cuando te laves los dientes. Evita dejar corriendo el agua mientras te cepillas.


Si te es posible, elige cepillos de dientes de bambú, en lugar de los que están hechos con plástico. Es una opción más sostenible.  


Cepillos de dientes


Evita en la medida de lo posible los desodorantes en spray. Los de barra o roll-on son una mejor elección.


Facial


Cuando te laves la cara, no lo hagas dejando correr el agua. Aplícate el limpiador emulsionándolo con un poco de agua, masajéalos y luego vuelve a abrir el grifo para terminar de retirar el producto.


Reciclaje


Recicla los cosméticos, y recíclalos bien. Saber cómo hacerlo no es tan fácil como parece.


No uses el WC como papelera. Tira los papeles y algodones en el correspondiente contenedor que tengas en casa. Si te da mucha pereza, puedes tener una papelera en el baño, pero corres el riesgo de mezclar los residuos sin ton ni son y luego no reciclarlos correctamente.


Reutiliza los envases de cristal o de plástico. En muchas ocasiones puedes darles una nueva vida a los envases que se han terminado. Por ejemplo, un dosificador de jabón de manos, puedes utilizarlo como dispensador de lavavajillas. O uno de gel de baño, puedes lavarlo y rellenarlo para dosificar mejor el champú de un envase normal, de modo que te será más fácil usarlo en la ducha... y desperdiciarás menos producto.


Dosificador de jabón con toalla, vela y tulipanes


Reutiliza los aplicadores de rímel. Si los limpias bien una vez que hayas terminado el tubo, son perfectos para cepillar las pestañas una vez maquilladas y darles un aspecto más natural y evitar el apelmazamiento, para aplicar el aceite de ricino como tratamiento crecepestañas nocturno, para peinar las cejas... 


Guarda los envases mini de muestras y los de cortesía de los hoteles (amenities) para llevártelos con tus cosméticos cuando vayas de viaje.


¿Te apuntas a la sostenibilidad en tu rutina de belleza diaria?




Post relacionados:

Claves para Aclararse con la Cosmética Natural 
Aprende a Interpretar las Etiquetas de los Cosméticos


La primera vez que apareció el post Rutina de Belleza Sostenible fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.     


Licencia de Creative Commons
Rutina de belleza sostenible by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

06 noviembre, 2019

Cocina de Aprovechamiento

Tiramos demasiada comida a la basura, es un hecho. Y no es algo de lo que enorgullecerse, desde luego. En muchos casos este desperdicio de comida tiene su origen en la mala planificación a la horade comprar, pero también a la hora de aprovechar esos alimentos que nos sobran.


Algo curioso, porque en España algunos de los platos más deliciosos y nutritivos proceden de la cocina de aprovechamiento. Algo que tenían bien claro nuestras abuelas, pero que se ha ido olvidando poco a poco, llevándonos a desperdiciar comida sin ton ni son.


Para ayudarte a aprovechar mejor la comida en tu cocina, a continuación te doy algunas ideas para utilizar sobras o alimentos que has comprado de más y no prevés consumirlos en un plazo razonable de tiempo. 


Cocina de aprovechamiento


Pan duro


Aunque es cierto que no todo el pan soporta bien el paso de los días, siempre se le puede sacar mucho partido. Algunos platos que puedes preparar son:


Gazpacho andaluz. Uno de los platos más refrescantes de nuestra gastronomía. En lugar de preparar el gazpacho de la forma habitual, puedes añadirle pan duro. Es más nutritivo y cremoso que el que está hecho únicamente con hortalizas, aceite de oliva y vinagre.

Salmorejo. Casi merece la pena dejar que el pan se seque para preparar este manjar.

Ajo blanco.

Sopas de ajo. Todo un clásico, ideal para entonar el cuerpo con el frío.

Migas. En cualquiera de sus versiones, siempre están buenísimas.

Torrijas. Y las puedes hacer sin que sea Semana Santa...

Tostadas francesas.

Picatostes o croutons. Siempre excelentes para acompañar cremas, sopas y ensaladas. Si quieres que sean más ligeros únicamente tienes que hacerlos al horno en lugar de freírlos. 


Ensalada y croutons al horno


Desmigado para hacer coberturas crujientes al horno en otros platos. Pruébalo sobre el bacalao al horno, por ejemplo.

Pan rallado. Para que hagas empanados caseros o los utilices en otras preparaciones.


Frutas


Si alguna pieza de fruta está comenzando a ponerse demasiado madura o tiene un aspecto poco apetecible, pero puedes recuperar parte de ella, puedes hacer todo tipo de preparaciones. Incluso si has comprado demasiada cantidad de fruta (o te la han regalado) y no quieres que se ponga mala. Puedes aprovechar las frutas de las siguientes maneras:


Macedonias. Son un postre o una merienda saludable de lo más socorridos. Procura no añadirle azúcar para que sean más ligeras.

Ensaladas. Las frutas también se pueden incorporar a las ensaladas. La naranja, la piña, la manzana, la pera, las uvas... casi todas se pueden aprovechar en este tipo de platos.

Guarniciones para platos salados. Las manzanas, peras, naranjas, uvas o higos, por ejemplo, pueden acompañar cocidas u horneadas a las aves o las carnes.

Mermeladas. Todo un clásico de aprovechamiento en la cocina. Y puedes usar cualquier tipo de fruta.

Confituras.

Compotas


Compota de frutas


Repostería. Los bizcochos, pudines, muffins, tartas y otras preparaciones agradecer la frescura de la fruta, tanto en la masa como en la decoración. El plátano muy maduro, por ejemplo, es perfecto para incluirlo en la masa de bizcocho, darle sabor y textura, incluso para prescindir del huevo en su preparación.

Helados. Aprovecha la fruta para hacer helados caseros y saludables.

Batidos.

Zumos.


Verduras y hortalizas


Las verduras son otro de los alimentos que más fácilmente terminan en la basura, aunque se pueden aprovechar para preparar multitud de platos. Incluso se pueden utilizar partes de la verduras y hortalizas que no se comerían habitualmente, pero que pueden dar juego en cremas, caldos, etc. Algunas ideas de aprovechamiento:


Sofritos.

Purés. Un puré admite casi todo, así que no te cortes a la hora de añadirle cualquier verdura, hortaliza o tubérculo que tengas a mano. 


Crema de calabaza


Lasañas. Puedes cocinar lasaña vegetal o incorporarle verduras a la salsa o entre las diferentes capas.

Pasta.

Ensaladas tibias o frías. No tengas miedo a añadir verduras cocidas u horneadas a las ensaladas, porque quedan muy bien. Pruébalas mezcladas con escarolas, lechugas, espinacas, rúcula, cereales cocidos, queso...

Utilizarlas para otros guisos. Restos de verduras pueden enriquecer cualquier plato de cuchara que vayas a preparar en casa.

Mezclarlas con legumbres o cereales. Las legumbres cocidas se pueden saltear con unas verduras para conseguir un primer plato o una guarnición saludable y nutritiva. También puedes mezclarlas con algún cereal cocido como la avena, el trigo sarraceno, la quinoa, el bulgur...

Empanadas.

✽  Empanadillas.

Quiche y otras tartas saladas.

Pizzas y cocas.


Legumbres


Las legumbres, tanto cocidas como guisadas se pueden aprovechar para muchos platos. Puedes preparar:


Ensaladas. En verano (y el resto de año también) las ensaladas es una de las formas más frescas y ligeras de consumir legumbres

Cremas. Si te han sobrado legumbres guisadas o cocinas, puedes utilizarlas para añadirlas a tus cremas. Les aportarán un sabor excelente, podrás aprovechar todas sus propiedades y probablemente te provoquen menos hinchazón y gases.

Hummus. La forma más deliciosa de acompañar verduras crudas, de tomar legumbres en guarnición y de enriquecer sandwiches y bocadillos, sin necesidad de poner mayonesa o mantequilla.


Hummus


Albóndigas. Sí, las legumbres también se consumen en forma de albóndigas o hamburguesas. Así podrás prescindir de proteínas animales sin necesidad de renunciar a estas preparaciones.

Hamburguesas.

Snacks (garbanzos al horno). Ricos, crujientes y sorprendentes.

Salteadas. Puedes saltear las legumbres con champiñones, setas, huevos, carnes, pescados...

Paté.


Cereales


Las sobras de arroz, trigo, quinoa, trigo sarraceno, avena y otros cereales cocidos se pueden utilizar para enriquecer o servir de base para multitud de preparaciones. Algunas formas de aprovecharlas:


Ensaladas. Verás qué ricos están y lo versátiles que son preparados en ensalada, admiten casi todos los ingredientes. 


Ensalada de quinoa


Guisos. Puedes usarlos para enriquecer unas lentejas con verduras, un guiso de carne o pescado, una sopa...

Croquetas o bolitas de arroz empanadas.

Hamburguesas.

Cremas. También puedes triturarlos para enriquecer cremas y purés.


Pescado


Si te ha quedado algo de pescado, tanto crudo como cocinado, puedes darle diferentes usos para desecharlo.


Ensaladas.

Caldo. Puedes preparar un caldo o un fumet casero y luego aprovechar los restos de pescado para preparar un arroz o una sopa, por ejemplo.

Sopa de pescado.

Arroz. En cualquiera de sus versiones. En mi caso suelo aprovechar restos de pescado para darle un plus de sabor y textura a paellas y risottos.

Ceviches y marinados


Ceviche


Pasteles y pudines. Es una de las formas en las que se han utilizados las sobras de pescado en muchas casas. Las recetas, muchas y muy ricas.

Hamburguesas. Sí, también de pescado, te invito a probarlas.

Croquetas.

Buñuelos. Y no sólo de bacalao...


Pollo


Cocido, al vapor, al horno, guisado... en cualquiera de sus preparaciones el pollo se puede aprovechar si te ha sobrado un poco. Puedes cocinar con las sobras o el exceso de pollo:


Ensaladas.

Tacos o burritos. Si lo mezclas con unas verduras, un poco de maíz, queso, champiñones u otros ingredientes prepararás una comida informal o una cena rápida sin apenas esfuerzo.

Arroz.

Curry.


Curry de pollo


Rellenar hortalizas. Puedes utilizar las sobras de pollo para rellenar berenjenas, calabacines, champiñones... Únicamente tienes que picarlo y hacerle una rica salsa.

Con salsa. Un pollo a la plancha, hervido o al horno puede tener una nueva vida con una buena salsa para darle sabor y aroma.

Lasaña o pasta.

Croquetas.

Albóndigas.

Varitas tipo fingers. Empanadas o cubiertas con una capa crujiente de sésamo, kikos...

Pizzas y cocas.

Bocadillos y sandwiches. Desmigado y acompañado de tomate, cebolla morada, pimientos morrones, pepinillos, queso, hummus... tu imaginación es el límite.

Hamburguesas.


Carne


La carne también se puede reaprovechar, incluso en crudo de las siguientes maneras:


Enriquecer guisos con verduras. Menestras y otros guisos pueden ser más suculentas y completas si las añades recortes de carne asada o a la plancha.

Ropa vieja. Uno de los platos más ricos de nuestra gastronomía...

Tacos o burritos.


Tacos


Arroz.

Curry.

Rellenar hortalizas.

Con salsa.

Lasaña o pasta.

Croquetas.

Albóndigas.

Pizzas y cocas.

Bocadillos y sandwiches.

Hamburguesas.


Embutidos


Los embutidos también se pueden aprovechar fácilmente, así que úsalos en otras preparaciones para evitar desperdiciarlos de alguna de estas formas:


Acompañar verduras y hortalizas. Saltéalas con el embutido que te haya sobrado para darles un toque diferente o deja volar tu imaginación.

Arroz. Por ejemplo, puedes pochar cebolla blanca y luego dorar restos de jamón York o serrano y luego saltear todo con arroz blanco y una vez que esté listo añadirle un huevo cocido cortado en trocitos pequeños.

Rellenar setas, verduras y hortalizas.

Pizzas y cocas.


Pizza


Pasta.

Croquetas.


Y, por supuesto, puedes congelar los alimentos (los que sea posible) para evitar tirarlos a la basura. Es una de las mejores formas de aprovecharlos y que te permitirá tenerlos siempre a mano y planificar mejor tus comidas.


Pero, sobre todo, procura planificar las compras de alimentos y menús de forma inteligente para no tener que desperdiciarlos.



Post relacionados:

Apúntate Ya al Batch Cooking 
Trucos para No Desperdiciar Comida 
Cómo Hacer la Lista de la Compra Perfecta


La primera vez que apareció el post Cocina de Aprovechamiento fue en el blog de La Meiga y Su Caldero
 

Licencia de Creative Commons
Cocina de aprovechamiento by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.