25 noviembre, 2020

Pechuga de Pavo con Manzana y Sidra

La pechuga de pavo, la fresca y sin procesar, es una carne saludable y nutritiva. Tiene un bajo contenido en grasas, es fuente de proteínas, aporta triptófano, tiene vitaminas del grupo B y ácido fólico, tiene varios minerales como el potasio, el magnesio o el hierro... 

 

Y, sí, es muy recomendable, pero lo cierto es que a muchas personas esta pieza del pavo les resulta algo seca y sin gracia. Si es tu caso, hay formas (también saludables) de cocinarla, que logran que la pechuga de pavo resulte de lo más apetecible, como la receta que hoy comparto contigo. 

 

¿Te apetece preparar pechuga de pavo con manzana, sidra, pasas y anacardos? Es fácil de hacer y está deliciosa. Venga, ponte el delantal y vamos a comenzar...

 

Pechuga de pavo con manzana y sidra

 

Ingredientes (para 2 pax.)

 

400 gr. de pechuga de pavo cruda y limpia

1 manzana Ambrosía o Fuji

1 cebolleta pequeña

1 puñado de anacardos crudos 

1 puñado de pasas sultanas

1 botella pequeña de sidra natural (200 ml.)

2 clavos (especia)

2 guindillas pequeñas (opcional)

Sal 

 

Notas sobre los ingredientes

 

También puedes preparar este plato con pollo, con solomillo de cerdo, con ciervo o con jabalí.

 

Si no tienes a mano manzanas Ambrosía o Fuji, puedes usar cualquier otra.

 

La cebolleta la puedes sustituir por cebolla.

 

En caso de que no tengas o no te gusten los anacardos, puedes usar castañas u otro fruto seco que te guste. 

 

Puedes sustituir las pasas por orejones de albaricoque, o usar ambos.

 

Si no te gusta el picante, prescinde de las guindillas.

 

Preparación

 

Para cualquier forma de cocción

 

Deja el pavo en una sola pieza.

 

Pela la manzana y córtala en gajos no muy grandes.

 

Pela la cebolleta y córtala en gajos similares a los de la manzana.

 

En un tupper o en un bol pon el pavo, la manzana, la cebolleta, las pasas, los anacardos y las pasas, luego riégalos bien con la sidra. Tapa el tupper con su tapa o el bol con papel film y déjalo macerar al menos un par de horas (mejor si está toda la noche).

 

En olla de cocción lenta

 

Si tienes Crock Pot, pon todo lo que has macerado dentro del recipiente, tápalo y cocínalo en alta temperatura durante 2 h. 

 

Pavo con manzana y sidra en Crock Pot

 

Cuando haya terminado, saca el pavo y pásalo por una sartén para dorarlo. Sácalo, córtalo en rodajas gruesas y resérvalo.

 

Pieza de pavo pasada por la sartén para dorarla - receta de pavo con manzana y sidra

Pieza de pavo cortada en rodajas gruesas - receta de pavo con manzana y sidra

 

En la misma sartén por la cebolla, la manzana, las pasas, los anacardo, sal y la sidra. Verás que en la Crock Pot el líquido será prácticamente el mismo que has puesto al principio, por lo que conviene que reduzcas la salsa, que la manzana se dore un poco y que el poco alcohol que tenga la sidra se evapore. La temperatura de la olla de cocción lenta no se suficiente para que el alcohol se evapore, por lo que hay que someterlo a más calor para conseguirlo. 

 

Receta de pavo con manzana y sidra

 

Una vez que la salsa esté a tu gusto, pon las rodajas en pavo un par de minutos para que se caliente de nuevo y que se impregne con la salsa.

 

Y ya lo puedes servir.

 

En cazuela o sartén

 

Si no tienes olla de cocción lenta, puedes hacerlo en una cazuela o una sartén. En este caso, primero pon el pavo en su interior. Deja que se dore bien el trozo completo y cuando esté listo sácalo. Córtalo en rodajas gruesas y séllalas también. Sácalas y resérvalas.

 

En el mismo recipiente en el que has dorado el pavo pon la cebolla con un hilo de aceite de oliva virgen extra. Cuando esté a medio hacer, añade la manzana. Ponle una pizca de sal.

 

En el momento en el que la cebolla y la manzana estén en su punto, incorpora las pasas, los anacardos, los clavos y la guindilla. Deja que se calienten durante 1-2 minutos. Si es necesario añade más sal.

 

Añade la sidra y deja que se evapore el alcohol y que reduzca hasta que logres la textura de la salsa que más te guste. 

 

Pon el pavo en la cazuela o la sartén y deja que se termine de hacer durante 4-5 minutos. 

 

En horno

 

Pon el pavo, la manzana, la cebolla, el clavo y la sal en una fuente de horno precalentada a 220 ºC y riégalo todo con un chorro de sidra.

 

Si ves que se queda seco, ponle más sidra mientras se hornea. 

 

Hornéalo durante unos 15 minutos e incorpora a la fuente las pasas y los anacardos y vuelve a verter sidra por encima. Termina el plato horneándolo durante otros 10 minutos más. 


Ten en cuenta que las temperaturas y los tiempos dependerán del tamaño de la pieza y de tu horno, así que ve comprobando el estado del pavo mientras se va cocinando, para no tener sorpresas desagradables.


Pavo con manzana, sidra, pasas y anacardos

 

Con qué acompañarlo

 

Acompáñalo con cereales o pseudocereales integrales cocidos, como avena, arroz integral redondo o basmati, trigo sarraceno... Mi consejo: una vez que el cereal esté cocido, saltéalo en una sartén para que quede con un punto crujiente.

 

O puedes servirlo con puré de patatas si lo deseas. 

 

¡Que lo disfrutes!


 

Nota: en este post encontrarás algunos enlaces de afiliados, aunque eso no significa que los artículos que se mencionan hayan sido sugeridos o planteados por las marcas ni tiendas. Su aparición es decisión única de la responsable de la redacción del blog.

 

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18 noviembre, 2020

Cómo Limpiar el Interior de los Zapatos

Llevar el calzado bien limpio es importante, por higiene y por imagen. Unos zapatos bien lustrados y cuidados son casi una declaración de intenciones, una tarjeta de presentación, independientemente de su precio o de su marca. 

 

Pero... ¿y el interior del calzado? ¿Está siempre tan impoluto como su exterior? El roce del pie, el sudor o el calor dejan su huella en esa zona que no está a la vista. 

 

Pero que el interior esté ocupado por el pie no significa que no se vea. Tú lo ves cuando te pones y otros cuando te descalzas en el gym, en el médico, en la zapatería para probarte otro par... Además, el hecho de no cuidar esa parte acelera la degradación del calzado en su conjunto. 

 

Si quieres mantener limpio el interior de tus zapatos, aquí tienes algunos trucos que puedes probar.


Cómo limpiar el interior de los zapatos

 

Lo básico

 

Limpia las plantillas con frecuencia. Cuanta más suciedad se acumule, más difícil te será mantenerlas en buen estado. 

 

Si las plantillas se pueden retirar fácilmente del interior del zapato, hazlo. Podrás limpiarlas mejor por separado.

 

Cuando las plantillas estén muy sucias o desgastadas, cámbialas. Si los zapatos están en buenas condiciones es una medida que alargará su vida útil.

 

Mezclas que funcionan para limpiar el interior

 

Agua + vinagre

500 ml. de agua y 1 cucharada sopera de vinagre blanco.

 

Agua + amoníaco 

500 ml. de agua y 1 cucharada sopera de amoníaco.

 

Agua + detergente 

500 ml. de agua y 1 cucharadita (de las de postre) de detergente neutro.

 

Agua + agua oxigenada

500 ml. de agua y 1 cucharada de peróxido de hidrógeno.

 

Agua + alcohol

500 ml. de agua y 1 cucharada de alcohol de 96º.

 

Si quieres un mejor resultado, es mejor que el agua esté tibia o incluso caliente (sin que llegue a hervir). 

 

Puedes usar cualquiera de estas mezclas, pero siempre por separado. Es decir, no combines amoníaco y vinagre (o agua oxigenada) con agua por ejemplo, pensando en que son más eficaces, porque no sólo no lo es, síno que pueden resultar mezclas tóxicas.

 

Cómo limpiar de forma general el interior y las plantillas

 

El interior (que no sea la plantilla) se puede limpiar con un paño ligeramente humedecido con detergente. Procurando retirar luego cualquier resto de jabón con otro paño limpio mojado (unas gotas apenas) de agua.

 

Antes de limpiar las plantillas es importante que las cepilles y retires el polvo o las pelusas que puedan haberse quedado en su superficie. Puedes usar un cepillo de dientes o de uñas viejo o cualquier otro que no sea excesivamente abrasivo. 


Cepillos de dientes

 

Si la plantilla interior tiene esa desagradable mugre negra que se forma con la piel muerta, el polvo y el sudor, tendrás que eliminarla antes de proceder a limpiar la superficie. Eso lo puedes hacer con un cuchillo con punta de redonda (del estilo de los de untar mantequilla y que únicamente uses para ese fin), con una espátula vieja de las que se usan para las cremas faciales o una herramienta similar. Ráspalas delicadamente y luego retíralas. 

 

Algunas plantillas que no son de cuero se pueden lavar. Si es así, mételas en la lavadora (en una bolsa protectora) o lávalas a mano. Si eliges esta última opción, es importante que las aclares bien, para que no queden residuos de jabón.

 

Humedece (muy poco) un paño suave con cualquiera de estas mezclas. Primero presiona con cuidado por toda la superficie de las plantillas, insistiendo en las zonas que tengan manchas. Luego frota muy suavemente haciendo círculos. 

 

Si las suelas no son muy delicadas, puedes usar un cepillo de cerdas suaves en lugar de un paño para limpiarlas. 

 

Insiste en la zona de los dedos y del talón, porque son las que más se suelen ensuciar. 

 

Con otro paño limpio y humedecido con un poco de agua limpia, repite la operación para eliminar los residuos que hayan podido quedar.

 

Otra forma de aplicar las mezclas anteriores es hacerlo con un espray. Vaporiza en el interior y luego frota con una esponja, un paño o un cepillo suave. Termina eliminando los posibles residuos con un paño limpio y humedecido apenas con agua.  

 

Espray

 

Al agua que uses para eliminar los restos de productos o al espray que uses para vaporizar las plantillas, puedes añadirles un par de gotas de aceite de árbol del té, de limón o de romero que tienen propiedades antibacterianas y dejan un buen olor. 

 

Una solución exprés, por si no tienes otros ingredientes y herramientas a mano, es usar una toallita húmeda o incluso de las desmaquillantes para eliminar la suciedad. Si quieres acelerar el secado, usa un secador a una temperatura media par no dañar la plantilla.  

 

Toallitas húmedas

 

Según el material

 

Las plantillas de gamuza o de ante se recuperan si usas un papel de lija muy fino o incluso con una lima de uñas que no sea excesivamente abrasiva. Si no se ha terminado de eliminar la suciedad, puedes utilizar la mezcla de agua y detergente que te he mencionado antes. Primero cepilla el material, luego usa el agua y el jabón el paño humedecido ya sólo con agua y dejando secar. Luego no te olvides de cepillar. 

 

Si son de cuero, puedes utilizar un limpiador específico para ese tipo de materiales. 

 

Mano masculina sosteniendo un par de zapatos

 

Las plantillas interiores que tienen alguna parte de raso se limpian con toallitas de bebé o con un paño muy suave humedecido con agua y unas pocas gotas de amoníaco.

 

Cuando la suela interior sea de corcho, límpialas con agua y detergente, pero con un cepillo de dientes viejo o uno de uñas para eliminar toda la suciedad que se haya podido incrustar en él. 

 

El secado: fundamental

 

Deja que las plantillas interiores se sequen bien antes de introducirlas de nuevo en los zapatos. Y si has tenido que limpiarlas sin quitarlas de los zapatos, deja que se sequen totalmente antes de volver a usarlos. Si queda humedad y guardas o usas el calzado, harán su aparición el moho y las bacterias.

 

Y, muy importante: antes de usar cualquiera de estos trucos, pruébalos en una zona del interior del zapato que no sea visible, por si los ingredientes pudiesen manchar, decolorar o dañar el material.  



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11 noviembre, 2020

Consejos para Ahorrar en Calefacción Sin Renunciar al Confort

Aunque no lo parezca, la calefacción representa la mayor parte del consumo energético de tu hogar, llegando hasta el 70%. Eso supone mucho dinero al año, sobre todo teniendo en cuenta que la calefacción se mantiene encendida durante varios meses al año. Y ese gasto energético no sólo tiene impacto en nuestra economía, también lo tiene en el medioambiente.

 

Por eso es importante mantener la casa caliente, pero haciendo un uso racional y responsable de la energía. Si quieres ahorrar en calefacción sin renunciar al confort, a continuación encontrarás algunos trucos que pueden serte útiles.

 

Consejos para ahorrar en calefacción sin renunciar al confort

 

Deja que los elementos te ayuden 

 

Ventila todos los días por la mañana, pero hazlo el tiempo justo para renovar el aire. Si quieres ventilar durante más tiempo, hazlo durante las horas en las que la temperatura sea más alta.

 

Sube las persianas y abre las cortinas durante el día para aprovechar el calor de sol. 

 

Cuando se ponga el sol, haz lo contrario. Cierra persianas y cortinas para mantener dentro del calor que se ha acumulado durante el día

 

Ten en cuenta la climatología exterior. Incluso en invierno hay días más cálidos, así que ajusta la calefacción a las necesidades reales de tu hogar, no de lo que marque el calendario


Busca la eficiencia

 

Aislar paredes y techos, incluidas las caja de las persianas te garantizará una mayor eficiencia energética, pero es cierto que implica un gasto importante y una pérdida de espacio en las habitaciones.  

 

Procura que las ventanas cierren bien para que no haya fugas de calor y que no entre el frío de la calle. Si tus ventanas no permiten un buen aislamiento del frío o del calor, lo ideal sería cambiarlas por unas más eficientes, pero supone un coste extra nada despreciable. En caso de que no quieras o no puedas cambiarlas, puedes colocar burletes y otro tipo de elementos para garantizar un mejor cierre

 

Mujer tomando café delante de una ventana a un paisaje invernal

 

También es importante que las puertas cierren bien, así que coloca burletes y protectores en la parte inferior de la puerta si es necesario. Son muy fáciles de colocar, así que no tienes excusas para hacerlo. 

 

Si tu caldera o tus radiadores son muy antiguos o ya llevan tiempo dándote problemas, quizás lo más rentable sea cambiarlos. Evidentemente te supondrá un desembolso importante, pero lo amortizarás ahorrando en la factura energética y ganarás en confort. Piensa que podrás reducir tu consumo de calefacción hasta en un 15%. 

 

Si ves que tus radiadores han perdido eficiencia, no calientan por igual o hacen ruidos que antes no hacían, puede que haya entrado aire en el circuito y necesiten que los purgues. Hazlo y verás cómo mejora su funcionamiento. 

 

Lo ideal es poner válvulas termostáticas para poder adaptar la temperatura de cada estancia. En caso de que únicamente puedas instalar uno, procura que esté en la habitación que más tiempo uses.

 

Los termostratos programables son muy útiles, porque te permitirán encender tu calefacción antes de que llegues a casa. Así te encontrarás con un ambiente cálido y acogedor al entrar. O podrás apagarla si se te ha olvidado hacerlo al salir.  

 

No mantengas la calefacción encendida si no vas a estar en casa durante varias horas. Si vas a ausentarte poco tiempo, puedes dejarla a baja temperatura.

 

Es más económico mantener la calefacción en funcionamiento a una temperatura moderada, que ponerla menos tiempo pero muy alta. Ponerla a alta temperatura no significa que la casa se vaya a calentar más rápido. 

 

No mantengas encendidos los radiadores de las habitaciónes que no uses

 

Radiador

 

Procura reflejar la mayor cantidad posible de calor. Puedes usar paneles reflectantes comerciales o colocar unos cartones o unas planchas de madera ligera forrados con papel de aluminio entre el radiador y la pared. Este último truco no lo uses si se trata de una fuente de calor que tenga llama o que tenga resistencias al aire, porque corres el riesgo de que el cartón o la madera se prendan.  

 

Evita usar tus radiadores para secar la ropa, porque puede ser peligroso, puede que tus prendas se dañen... y al mismo tiempo perderán eficacia a la hora de calentar y subirá tu factura de electricidad o gas.

 

Cuestión de temperatura

 

Mantén la temperatura entre los 19º C y los 22ºC durante el día, y entre los 15º C y los 17º C cuando te vayas a dormir por la noche. Cada grado extra supondrá una subida importante en tu factura.  

 

Radiador con una silla delante y un gato estirándose y bostezando sobre ella

 

No pongas obstáculos

 

No tapes los radiadores con embellecedores ni con mobiliario. Procura dejarlos lo más libres posible para que el calor pueda circular por toda la estancia. 

 

No coloques muebles delante de los radiadores o estufas, sobre todo si son voluminosos, porque el calor se quedará retenido entre ambos y no llegará al resto de la habitación. 

 

Sí a los textiles

 

Coloca alfombras en los suelos durante el invierno. Además de lograr un ambiente más acogedor, evitarás que el calor se fugue por el suelo.  

 

Durante la época de frío hazte con ropa de cama cálida para no tener que subir la calefacción en exceso durante la noche. También es una buena idea que tengas ropa de abrigo cerca de la cama, así podrás pasar rápidamente del calor del edredón al de una prenda calentita y no sentirás frío. 

 

Cama con edredón

 

Para estar en casa, usa prendas que te ayuden a mantener el calor. Y no te olvides de los pies, porque si se te quedan fríos, tardarás mucho en volver a entrar en calor. 

 

Y más...

 

Si tienes ventiladores del techo, úsalos con la función reversa (la contraria de la que usas para refrescar la habitacion en verano) para que el calor no se quede acumulado en la parte superior de estancia. Esto es especialmente útil si los techos son muy altos. Ten en cuenta que el calor tiende a subir, de modo que estarás gastando energía, pero apenas lo notarás. 

 

Cuidado con los extractores de la cocina o del baño, porque se llevan el humo, la humedad y el olor a comida... y el calor. Úsalos, pero sólo cuando sea necesario.


Espero que estos trucos te ayuden a ahorrar en calefacción este invierno.



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04 noviembre, 2020

Cómo Mantener Tus Manos Calientes

¿Tienes ahora mismo las manos frías? Si es así, no hace falta que te diga que es una sensación muy desagradable. Por no hablar de la pérdida de sensibilidad y dolor en los dedos que hace difícil cualquier tarea, desde escribir en el ordenador a sacar las llaves de casa del bolso. ¿Que cómo lo sé? Pues porque tengo tendencia a tener las manos heladas en cuanto bajan un poco las temperaturas o estoy en un espacio con el aire acondicionado a tope.

 

Si también es tu caso, en este post vas a encontrar algunos trucos para mantener las manos calientes que espero que te sean útiles.


Cómo mantener tus manos calientes

 

Lo principal

 

Lo ideal es mantener las manos calientes en lugar de tener que calentarlas una vez que se han enfriado, porque lo segundo cuesta mucho más tiempo y esfuerzo. Ya sabes, mejor prevenir...

 

Si tu cuerpo siente frío, incluso aunque tú no lo percibas, dirige más flujo de sangre a los órganos vitales, reduciendo el que llega a las extremidades, como las manos y los pies, también a zonas como la nariz, las orejas...  Por eso es importante que mantengas el resto de tu cuerpo caliente, sobre todo su centro, para que las manos no se enfríen.

 

En caso de que tengas las extremidades siempre frías (más allá de una simple molestia), te cueste mucho calentarlas, percibas cambios de color o de textura en la piel y tengas otros síntomas, es conveniente que consultes con tu médico, porque puede tratarse de algo más serio.

 

Manos sobre un tronco con nieve

 

Abrígate

 

Abiga bien tu cuerpo en invierno, no solamente tus manos. Si el resto del cuerpo, sobre todo la zona central, está caliente tus manos se enfriarán menos.

 

Usa mangas largas que te cubran bien las muñecas.

 

No te olvides de los guantes cuando comiencen a bajar las temperaturas. 

 

Tienes guantes de distintos materiales para que los uses según la temperatura que haga en el exterior. Los más finos son perfectos para el otoño. Para el invierno más crudo los tienes de lana, tejidos técnicos o con forros especiales para mantener el calor.

 

Mujer abrigada con guantes, gorro y bufanda

 

Procura que los guantes sean transpirables, porque si el sudor se acumula en su interior notarás mucho más frío.

 

Elige guantes que cubran tus muñecas, porque si están desprotegidas tus manos se enfriarán con más facilidad.

 

Lo ideal es que los guantes se puedan ajustar a la muñeca con un elástico o con algún tipo de cierre como pequeñas cremalleras o botones. 

 

Guantes de lana

 

Si quieres un plus, coloca tus guantes sobre una fuente (segura) de calor para que estén más tibios antes de ponértelos. Ten mucho cuidado con el lugar en el que los pones para que no puedan prenderse los guantes o que no se tapen las zonas de ventilación de la fuente de calor y se pueda recalentar o incendiar. Puedes colocarlos cerca del radiador, de la tele o de tu ordenador, sobre el capó del coche cuando está caliente...

 

También puedes usar calentadores de manos, tanto electrónicos como desechables. Aunque son productos utilizados para quienes hacen montañismo, escalada, esquí, acampada y otras actividades al aire libre, también les puedes sacar partido en cualquier otra circunstancia si tienes tendencia a tener las manos frías.  

 

Ejercicio

 

Muévete para que la circulación llegue a tus extremidades más rápidamente. Pero debe ser un movimiento relativamente intenso para que lo notes. 

 

Si estás caminando, el paso debe ser vivo si quieres activar todo tu cuerpo.

 

También funcionan los ejercicios cortos e intensos que impliquen que los brazos se muevan con cierta intensidad, sobre todo si se realizan levantándolos por encima de la cabeza. 

 

Sea cual sea el ejercicio que hagas, las manos deben acompañarlo estando activas. Es decir, no las dejes flojas mientras te mueves. Estira los dedos, la palma de la mano y las muñecas mientras lo haces. 

 

Si no puedes levantarte del sitio para hacer ejercicio, puedes realizar movimientos de manos en tu silla o tu cama. Haz rotaciones con las muñecas, mueve las manos hacia arriba y hacia abajo dejando las muñecas fijas, abre y cierra los dedos vivamente, mueve tus dedos como si estuvieses bailando flamenco...

 

En cualquier caso, hacer ejercicio de forma regular mejorará tu circulación de forma general, así como el resto de tu salud física... y mental.  

 

Clase de fitness


Al agua...

 

Lávate las manos con agua tibia. No uses agua muy caliente, porque el cambio brusco de temperatura puede ser muy desagradable (picor, hormigueo, enrojecimiento...) y porque la piel se te resecará mucho. También es importante que no esté muy caliente, porque al tener las manos frías perderás sensibilidad y es posible que termines quemándote la piel sin apenas darte cuenta.

 

Dúchate con agua tibia, así no sólo se te calentarán las manos, también el resto del cuerpo. 

 

Es importante que te seques bien las manos una vez que te las laves, porque si te las dejas húmedas se te volverán a enfriar rápidamente. Esto también es aplicable al sudor. Evita que tus manos suden (al llevar guantes o si las metes en un bolsillo, por ejemplo). Si te ocurre, procura secar la transpiración lo antes posible.

 

Algunos trucos que también funcionan

 

Evita los cambios bruscos de temperatura.

 

Echa el aliento sobre tus manos. Haz una especie de cuenquitos con las palmas de tus manos, únelas y sopla el aire caliente en su interior. Luego frótalas rápidamente para que el calor de tu aliento se reparta bien por toda su superficie. 

 

Masajea tus manos y tus dedos. También puedes masajear muñecas, antebrazos y brazos.

 

Una forma de calentar las manos es ponerlas en zonas del cuerpo que estén calientes como las axilas. Aunque la sensación de las manos frías sobre la piel no es nada agradable, claro. También sirve que tu pareja te tome de las manos para calentarlas...


Pareja tomada de las manos

 

Evita todo aquello que pueda restringir la circulación hacia tus manos como las correas de pulseras y relojes, mangas con puños ajustados, etc. 

 

Ponte crema en las manos con frecuencia, sobre todo texturas untuosas y que aporte nutrición además de hidratación. El aporte de grasa las protege, también del frío.  

 

Cremas de manos

 

Apúntate a las infusiones. Además de ser reconfortantes, te servirán para que entren en calor tu cuerpo y tus manos. No sólo al beberla, también al tener la taza entre tus manos. 

 

Manos sujetando una infusión

 

Hay ingredientes que tienen propiedades termogénicas como la canela, la  pimienta, el té verde, el jengibre... Puedes tomarlos en infusión o añadirlos a tus platos. Ojo, si tienes la tensión alta o tienes la sospecha de que puedes tener alguna enfermedad o trastorno, consulta con tu médico o tu farmacéutico antes de tomar alguno de estos ingredientes.

 

Acerca tus manos a una fuente de calor. Eso sí, ten cuidado de no quemarte. Esta es una de las opciones menos recomendable, porque si tienes las manos muy frías, es probable que al producirse una vasodilatación intensa y rápida, notes hormigueo, enrojecimiento e incluso dolor. 

 

Hombre acercando las manos a un fogón

 

Y no dejes de lado un estilo de vida saludable

 

Aliméntate de manera saludable. Así tu circulación sanguínea será mejor y notarás que tus manos se enfriarán menos. 

 

Si fumas, plantéate dejarlo, porque el tabaco es vasoconstrictor y daña las paredes de tus vasos sanguíneos y los vuelve más rígidos.  

 

El alcohol tiene el mismo efecto que el tabaco, porque empeora la circulación, a pesar de que en un principio pueda parecer que hace entrar en calor. 


Si estos trucos te ayudan a mantener tus manos calientes, misión cumplida. Y si eres de los afortunados a los que nunca se les enfrían, no te olvides de compartirlos con quienes puedan necesitarlos.



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