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08 enero, 2025

Cómo Evitar el Anisakis

Aunque el pescado es un alimento repleto de nutrientes y que forma parte imprescindible de nuestra gastronomía, hay muchos consumidores que lo consumen cada vez menos. En algunos casos tiene que ver con el precio, aunque hay variedades muy saludables y que tienen precios asequibles, como las sardinas o la caballa. En otros porque hay cierto miedo por las altas concentraciones de mercurio, que sobre todo afectan a las especies más grandes. Y también hay cierta prevención con el pescado por el anisakis, porque la mayoría conocemos a alguien cercano que ha tenido problemas más o menos serios con esto. 


No voy a hablar en este caso del precio o del mercurio, pero sí que quiero darte algunas claves para evitar el anisakis y consumir pescado con completa seguridad.


Cómo evitar el anisakis


Qué es

 

El anisakis es un parásito que se alojan en animales marinos como pescados, crustáceos y cefalópodos. 

 

Cómo nos afecta

 

Únicamente puede llegar a nuestro organismo cuando se consumen estos animales marinos contaminados, y sólo cuando no se han preparado previamente del modo adecuado y no se ha acabado con los parásitos. 

 

El anisakis no sólo es peligroso cuando está presente de forma activa y se ingiere, también lo puede ser si han quedado restos que puedan provocarnos una reacción.

 

Produce problemas digestivos y reacciones alérgicas, que pueden llegar a ser graves. 

 

Algunos de los síntomas son: dolor abdominal, vómitos, náuseas, diarrea, etc. Estos síntomas ocurren cuando las larvas del parásito se adhieren o penetran en el tubo digestivo (anisakiasis). 

 

También puede llegar a producir posteriormente una alergia, incluso aunque las larvas ya se hayan desactivado por cocción o congelación.  


Pescados sobre una table redonda

 

Hay personas que tienen contacto con el anisakis y que pueden sufrir reacciones alérgicas de manera inmediata, desde una simple urticaria hasta llegar incluso un choque anafiláctico. 

 

Las personas con alergias al anisakis sí que pueden consumir pescados de agua dulce y algunos de piscifactoría, siempre que su alimentación y manipulación sea la adecuada. En cualquier caso, si tienes dudas, consulta siempre con tu médico para evitar disgustos. 

 

El anisakis no resiste las temperaturas altas ni bajas, por lo que controlarlo no es algo complicado. Únicamente requiere algunas precauciones.

 

Cómo evitarlo al comprarlo o consumirlo en un restaurante

 

Tanto los vendedores como los restaurantes están obligados a ofrecer pescados, mariscos y cefalópodos de forma segura. 

 

Los comercios no pueden vender animales marinos que tengan parásitos visibles. 

 

Compra el pescado fresco siempre en establecimientos de fiar. Si no te es posible, es mejor que lo adquieras congelado.   


Pescadería


Pide pescado en restaurantes únicamente cuando sean de confianza.

 

En un restaurante deben informar que los pescados, mariscos y cefalópodos que se consumen crudos o sin cocinar completamente han sido congelados a -20ºC durante al menos 5 días en un congelador de 3 estrellas. Además de estas medidas pueden cocinarlo durante un mínimo de 1 minuto a 60ºC, cerciorándose de que esa temperatura y ese tiempo se aplica incluso en el interior de la pieza. También pueden utilizar productos marinos que tienen su origen en zonas libres de parásitos (acuicultura), siempre que se pueda demostrar documentalmente.

 

Cómo evitarlo en casa

 

Evita las vísceras del pescado, porque el parásito tiende a acumularse en ellas. Por eso debes pedir que las elimine el pescadero o retirarlas tú. 

 

El pescado debe estar bien limpio antes de prepararlo. 

 

Puedes congelar el pescado, ya que las larvas no resisten vivas con bajas temperaturas. Para que sea efectivo, deben permanecer en el congelador al menos 5 días, siempre que tu electrodoméstico tenga 3 estrellas y alcance los -20ºC. Si no tiene esa categoría y no alcanza esta temperatura, es mejor que compres el pescado ya congelado para evitar sustos. 

 

Congela siempre: abadejo, ahumados en frío, arenques, bonito, boquerones frescos y en vinagre, caballa, carpaccios, escabeches, huevas, marinados, merluza, pescadilla, salmón, sardinas, sushis, salmueras. etc. También crustáceos como el bogavante, los camarones, los centollos, las gambas, los langostinos, la langosta... Y los cefalópodos como los chocos, los chopitos, los calamares, la sepia o el pulpo.


Pescados en un balde con agua y hielo

 

No hace falta que congeles: bacalao en salazón (también mojama y otros pescados desecados de forma tradicional), mariscos bivalvos (almejas, coquinas, mejillones, ostras...), pescados preparados en semiconserva (como las anchoas), así como pescados de agua dulce.

 

También puedes consumir pescado fresco siempre que lo cocines bien, de modo que toda la pieza, incluso el interior llegue a al menos 60ºC durante al menos 1 minuto. 

 

Para cocinarlo puedes utilizar cualquier sistema que llegue a esos 60ºC como mínimo: cocción, vapor, plancha, horneado, fritura...

 

Como puedes comprobar, evitar el anisakis es más sencillo de lo que parece. Y si puede suponer algún esfuerzo, proteger nuestra salud al mismo tiempo que podamos seguir disfrutando de pescados, crustáceos y cefalópodos sin miedo, merece la pena. 


 

 

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La primera vez que apareció el post Cómo Evitar el Anisakis fue en el blog de La Meiga y Su Caldero. 

 

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20 septiembre, 2023

Cómo Eliminar los Pesticidas de Frutas y Verduras

Las frutas y verduras son imprescindibles para una dieta saludable, de eso no hay duda alguna, aunque suelen ir acompañadas de unos invitados poco agradables: los pesticidas y la suciedad. 


La mayoría de los residuos de pesticidas que quedan sobre los alimentos se reducen y descomponen con el tiempo y su procesado antes de la venta, pero todavía pueden quedar restos en la piel e incluso bajo ella. Y esos residuos pueden ser peligrosos para tu salud.


Si bien es cierto que en España y en otros países de la UE los químicos dañinos han sido prohibidos, también lo es que se siguen utilizando otros que finalmente acabamos ingiriendo, algo que puede ser seguro, pero que no es precisamente saludable. Por no hablar de los que proceden de otros países en los que no hay prohibiciones al respecto, o que en caso de existir son muy laxas. Piensa que aunque supuestamente todo lo que entra en nuestro país debe cumplir la legislación propia y la europea, es imposible que se inspeccione todo lo que se importa.


Por todo ello a continuación te doy algunos consejos para eliminar los pesticidas, la suciedad y los gérmenes de frutas y verduras


Cómo eliminar los pesticidas de frutas y verduras


La compra


Compra alimentos de productores locales siempre que puedas. Además de ayudar a los productores que tienes más cerca, evitarás que haya traslados innecesarios y te asegurarás de que se siguen las normas sanitarias. En España, por ejemplo, la legislación es sumamente restrictiva, por lo que los alimentos frescos son muy seguros. Mientras que los que se producen en otros lugares, no siempre lo son, puesto que la producción apenas está regulada. 


✽ Si te es posible, decántate por los alimentos orgánicos, porque así reducirás la exposición a químicos. Aunque hay que reconocer que los precios que tienen no son muy asequibles. 


✽ Evita comprar frutas y verduras cortadas siempre que puedas. Por una parte, no siempre sabrás las condiciones en las que se han manipulado (higiene del instrumento de corte, de la tabla y de la persona que lo ha hecho) y el tiempo que han estado cortadas (hay muchas que se degradan rápidamente). Si no tienes más remedio que adquirirlas ya cortadas, asegúrate de cortar una loncha fina para eliminar la capa exterior y de lavarlas cuidadosamente. Esto obviamente sólo es válido para melones, sandías, piñas, papayas, calabazas, repollos, etc. 


Frutas variadas


La variedad


✽ Comer variedad frutas y verduras es una forma de que no te expongas únicamente a un tipo de pesticidas, puesto que no se utilizan los mismos para todas ellas. Pongamos por caso que únicamente consumes tomates, lechugas y plátanos, la cantidad de pesticidas concretos con los que los traten y a los que estés expuesto será mayor que si varías con frecuencia las frutas y verduras que comes. 


El lavado


✽ Antes de lavar elimina las hojas y capas exteriores de las verduras de hoja, puesto que son las más sucias y las que más expuestas habrán estado a cualquier tratamiento. 


✽ Nunca cortes ni retires el pedúnculo antes de lavar la mayoría de frutas y verduras, porque el agua penetrará en su carne y las estropeará antes, además de perder nutrientes.


Fresas en un escurridor bajo el grifo


✽ Si los vegetales tienen alguna parte mohosa, córtala cuidadosamente con un cuchillo y lávalos bien después. Pero si la zona estropeada es muy grande, quizás sea mejor que la deseches, porque las esporas pueden haber contaminado toda la pieza.  


✽ Las verduras de hoja deben deshojarse antes de lavarlas para que el agua pueda llegar a todas ellas. 


✽ La mejor forma de lavar frutas y verduras es combinar primero el remojo y luego lavarlas con agua corriente. Ya sé que no es una opción muy eco, pero el hecho de pasarlas por el chorro tiene una función abrasiva que arrastra cualquier resto de suciedad, químicos o gérmenes que pueda haber sobre su superficie. 


Tomates bajo el grifo


✽ Nunca utilices jabón para lavar los vegetales (ni las carnes y pescados), porque es muy difícil eliminarlos totalmente incluso con un enjuagado intenso y será peor el remedio que la enfermedad. 


✽ Si quieres un lavado profundo, pon las frutas y verduras en remojo con una cucharada de vinagre por litro de agua. Eso sí, tendrás que aclararlas bien con agua corriente para eliminar los restos de tóxicos y del vinagre. El remojo debería durar entre los 15 y los 30 minutos (este tiempo es el adecuado para el remojo de frutas y verduras en general), salvo las fresas, los frutos del bosque, los tomates, la cebollas y las setas, que requieren entre los 2 y los 5.


✽ También puedes ponerlos en remojo con 2 cucharadas de bicarbonato (unos 10-11 gr.) por litro de agua. 


✽ También puedes utilizar la técnica del remojo con agua y sal (mejor gruesa), terminando con un buen aclarado. 


✽ Puedes sumergir las piezas en 2-3 litros de agua con 1 taza de vinagre blanco, 1 cucharada de bicarbonato y 2 cucharadas de limón, aclarando bien después de un remojo de entre 15 y 30 minutos. 


✽ Otra opción, aunque no me agrada demasiado, es el remojo en agua (fría) con lejía alimentaria (ojo, que debe ser la que está formulada y etiquetada únicamente para ese fin). En cuanto a la cantidad, sigue las instrucciones de fabricante para hacerlo con seguridad. Y no te olvides de pasarlas por el grifo para retirar cualquier resto de químicos. 


✽ Los vegetales de pequeño tamaño se lavan debajo del grifo ayudándote de un escurridor. Acuérdate de removerlas para que el agua llegue a cualquier rincón. 


El cepillado


✽ Además del remojo y el aclarado, los vegetales con piel gruesa o que por su propia naturaleza tengan grietas y irregularidades, como las patatas, necesitan un buen cepillado para eliminar la suciedad y los químicos. 


Patatas lavadas y cepilladas en un recipiente


El pelado


✽ Incluso aunque peles las frutas y verduras, deberías lavarlas bien, porque si su piel está contaminada, al pasar el cuchillo lo único que harás es extender la suciedad y los tóxicos por su superficie. 


✽ Si no puedes lavar los vegetales, pélalos. Al menos retirarás la parte más expuesta a los químicos. 


El secado


✽ Seca las frutas y verduras antes de consumirlas (sobre todo en crudo), porque así se termina de eliminar cualquier resto de químicos que haya podido quedar sobre su superficie. 


Cesto con verduras


Y si tienes la suerte de tener tu propio huerto...


✽ Si tienes tu propio huerto, utiliza pesticidas y repelentes orgánicos para poder consumir tus frutas y verduras de forma segura. 


✽ Si cultivas tus propias frutas y verduras de forma totalmente orgánica, también deberías lavarlas, porque la suciedad a las que están expuestas también tiene que ser eliminada. 



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24 agosto, 2022

¿Lavar los Alimentos? Sí, Pero No Todos

¿Según llegas del mercado o del súper lavas todos los alimentos antes de guardarlos en la nevera o el congelador? ¿Incluso lo haces con algunos antes o después de cocinarlos? Pues haces bien, porque las medidas higiénicas siempre son recomendables, pero lavar algunos de esos comestibles no es una buena idea. Y esto es así por seguridad alimentaria en la mayor parte de los casos, aunque en otros se trata de mantener sus cualidades organolépticas o sus nutrientes.

 

Si quieres sabes cuáles son los alimentos que no se deben lavar no tienes más que seguir leyendo. Puede que alguno de ellos te sorprenda. 

 

¿Lavar alimentos? Sí, pero no todos

Carne, pollo y pavo

 

La carne, el pollo y el pavo no se deben lavar según se llega a casa del mercado. ¿El motivo? Si hay bacterias, el lavado lo único que puede lograr es que se extiendan por toda la superficie, tanto del alimento como de la encimera o las zonas que puedan recibir salpicaduras. Aunque todos limpiamos todo después de preparar alimentos, puede que haya algún rincón al que no se haya llegado y que quede contaminado. 

 

Procura no cortar o lonchear la carne, el pollo y el pavo hasta que no vayas a consumirlo. Al hacerlo, estás aumentando la zona expuesta a la posible contaminación, por lo que es más seguro esperar justo hasta que vayas a cocinarlos.

 

El congelado no elimina muchas de las bacterias, que se volverían a activar con el descongelado. Por eso es muy importante cocinar bien tanto la carne como el pollo. Eso significa que en el centro se deben alcanzar al menos los 65ºC.

 

Precisamente porque la carne, el pollo y el pavo necesitan cocción para ser seguras, no conviene consumirlas en crudo. 

 

Pollo

 

Pescados

 

Con el pescado, sucede lo mismo que con las carnes, no conviene lavarlos según se llega de la pescadería. Antes de cocinarlos los puedes limpiar con un papel de cocina o un paño limpio (que inmediatamente después debes echar a la lavadora), para eliminar escamas o sangre. En caso de que quieras lavarlo, hazlo justo antes de cocinarlos, teniendo mucho cuidado de limpiar luego las superficies en las que haya podido salpicar el agua del lavado. Por cierto, mi pescadero dice que si no hay más remedio que lavar el pescado, que es recomendable hacerlo con agua con un poco de sal (a ser posible marina), para que el alimento no pierda sabor. 

 

En el caso del pescado, hay que cocinarlo muy muy bien, procurando también que se alcancen al menos los 65ºC en el interior del alimento. Si no te gusta muy hecho o lo vas a consumir en crudo, debes congelarlo a -20ºC durante al menos 5 días, así eliminarás el riesgo de anisakis.

 

Lomos de salmón en un papel

 

Huevos

 

Los huevos no se deben lavar según se llega a casa, al menos no se debe hacer si no se van a consumir inmediatamente. La cáscara es porosa tiene una protección que funciona como barrera y que se elimina si se lavan. Al retirar esa membrana, el huevo se queda expuesto a una posible contaminación. Por eso es mejor lavarlos justo antes de utilizarlos, al grifo, o mejor poniéndolos en un bol o cazuela de agua con sal. Luego sécalos cuidadosamente y úsalos en la preparación que desees. 

 

Huevos

 

Pasta

 

La pasta no se debe lavar una vez cocinada (ni antes), porque se pierde textura y sabor. Aunque en España se tiene esta mala costumbre, no conviene hacerlo por el bien de la receta. 

 

Si vas a utilizar la pasta en frío, es mejor que dejes que se temple y luego pásala a la nevera.  

 

Pasta seca

 

Patatas

 

Según la preparación, no conviene lavar las patatas (peladas) antes de cocinar, ya que pierden almidón. Esto sucede con algunos guisos principalmente.

 

Setas

 

Hay muchos cocineros que recomiendan no lavar las setas al grifo, porque se pierde sabor y cambia la textura. Hay que retirar la parte del pie que haya estado en contacto con la tierra si está muy sucia, y limpiar el resto con un papel o un paño limpio, incluso con un cepillo suave, humedecidos con agua, siempre con mucho cuidado de no dañar el hongo. Este paso hay que hacerlo justo antes de cocinar las setas, nunca se debe hacer con mucha antelación. Es importante secarlas antes de prepararlas.

 

Hay algunos hongos, como los champiñones, los níscalos o los boletus, que sí se pueden lavar con agua. Pero conviene hacerlo con mucho cuidado, mejor ayudándose de la mano para mojarlas, en lugar de tenerlas bajo el grifo mucho tiempo. 

 

Setas

 

Ensaladas y verduras de bolsa

 

Las ensaladas que se venden en bolsa listas para consumir no se deben lavar, puesto que ya están higienizadas. Lo único que se consigue lavándolas es añadir agua innecesaria a la ensalada y exponiéndolas a un posible contaminación si las herramientas que se usan o las superficies que toquen no están lo suficientemente limpias. Eso sí, lee las recomendaciones del fabricante, porque no todas vienen lavadas.

 

Verduras de hoja verde con gotas de agua

 

Legumbres y verduras en conserva

 

Las legumbres y vegetales envasados no conviene lavarlos, porque pierden propiedades. Puedes escurrirlos y utilizarlos tal cual con total seguridad.  

 

Si quieres eliminar parte del sodio que suelen llevar, entonces sí puedes lavarlas. También si tienen una gran cantidad de conservantes o si no te gusta la espumilla que suele acompañar a las legumbres en conserva. 

 

Frutas peladas

 

La fruta debe lavarse antes de pelarla, no después. Si se sumergen o se lavan largamente bajo el grifo pueden perder vitaminas, al arrastrar parte del jugo que hayan podido soltar tras pelarlas.

 

Espero que esta información te ayude a manipular con mayor seguridad y aprovechar mejor las cualidades de los alimentos.

 

 

 

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09 septiembre, 2020

¿Qué Hacer con la Comida si la Nevera Se Estropea o Hay un Apagón?

Una de las averías más desesperantes que pueden suceder en el hogar, salvo quizás la de la caldera justo cuando te pilla de improviso con el cabello y el cuerpo enjabonados y en pleno invierno, es la de la nevera o el congelador. Y quien dice avería es que sufras un apagón de esos de varias horas. 

 

Porque, además, este tipo de situaciones tiende a ocurrir cuando has llenado de comida la el refrigerador o el congelador.

 

La angustia que nos entra a todos pensando en que todos esos alimentos se van a estropear es monumental. Y más todavía al no saber qué hacer con ellos.

 

Para que no te entre el pánico si tienes la mala suerte de que tu nevera o tu congelador se estropeen o si sufres un largo corte de electricidad, aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a solventar con éxito la situación. 


¿Qué hacer con la comida si la nevera se estropea o hay un apagón?

 

Cuestión de tiempo y temperatura

 

La temperatura idónea para la nevera es de 4ºC y de -18ºC para el congelador.

 

Ten en cuenta que la temperatura de tu nevera comienza a subir según deja de funcionar. 

 

El refrigerador mantendrá el frío durante aproximadamente 4 horas, aunque dependerá de las veces que abras la puerta en ese tiempo. 

 

Los alimentos perecederos que hayan estado más de 2 horas a más de 4-4,5ºC los deberías desechar. 

 

El congelador mantendrá los alimentos por debajo de la temperatura de congelación durante aproximadamente 24-48 horas, dependiendo de la cantidad que tengas almacenada en él y de cuánto lo abras. Si tienes mucha comida congelada, se mantendrá así durante más tiempo. Y si abres la puerta muchas veces, se descongelará antes. 

 

Nevera

 

Alimentos perecederos o no perecederos

 

Lo primero que debes hacer es separar los alimentos que tengas en la nevera en perecederos y no perecederos. Como necesitarás espacio para poner hielo o enfriadores, es mejor que saques aquellos que no necesiten mantener los 4ºC obligatoriamente. 

 

Luego comprueba si el congelador funciona y si tienes sitio en él para poder pasar comida perecedera de la nevera a su interior.

 

Los alimentos perecederos son los que más atención requerirán a la hora de conservarlos si el refrigerador se avería o hay un corte eléctrico de varias horas. Estos alimentos son la carne, el pollo, el pavo, el pescado o el mariscos frescos. También los alimentos cocinados y las sobras, los lácteos, ciertas salsas, la bollería y repostería que lleve nata o crema...

 

Las frutas y verduras, los quesos curados, el pan o los refrescos, entre otros, pueden aguantar sin problemas fuera de la nevera, así que sácalas para hacer sitio a los alimentos del congelador (si se te ha averiado también o has sufrido un apagón) y el hielo. 

 

Nevera con alimentos dentro

 

El almacenamiento

 

Si la nevera no funciona, es importante que almacenes la comida de forma eficiente, para que se caliente menos. Procura que los alimentos estén más juntos. Si usas hielo, pon una capa del mismo, luego otra de comida y luego otra de hielo. Si también se te ha estropeado el congelador, puedes colocar bolsas y tuppers congelados entre el hielo y la comida refrigerada, así mantendrás mejor el frío. 

 

Es importante que a la hora de poner cerca unos alimentos de otros para que se mantenga el frío, lo hagas de forma que no se contaminen unos con otros. Si es necesario, envásalos herméticamente para evitarlo.

 

Si el congelador funciona, puedes utilizarlo para conservar los alimentos más sensibles al calor, como la carne, el pollo, el pescado, el marisco, las salsas, los lácteos...

 

Si simplemente ha habido un apagón y prevés que será corto, lo único que tienes que hacer es evitar abrir la puerta de la nevera salvo que sea estrictamente necesario. Así evitarás que se caliente el interior.  

 

Puedes utilizar bolsas térmicas para almacenar los alimentos. También sirven las neveras portátiles, esas que se usan para ir de acampada. Si puedes, pon una bolsa con hielo o un acumulador de frío para que se conserven mejor. 

 

El hielo: el mejor recurso

 

Procura tener siempre en el congelador alguna bolsa de hielo comercial. Aguantan mucho más que los cubitos caseros sin descongelarse.  

 

Para mantener mejor el frío, coloca bolsas de hielo en el interior de la nevera.   


Cubitos de hielo

 

Si las tenido que comprar hielo, puedes mantenerlo en un lugar fresco, a salvo de la luz solar y que resista la humedad (por si se comienza a deshacer). Así podrás ir reponiendo el hielo según se vaya derritiendo en la nevera. Puede ser una bañera, un plato de ducha, el lavabo, un patio o terraza...

 

Si se va derritiendo el hielo en la nevera, ve secándolo de vez en cuando. Aunque no deberías abrir la puerta con frecuencia para mantener el fresco en el interior, sí que deberías hacerlo cada cierto tiempo para que no se te inunde el refrigerador y que los alimentos no se estropeen por la humedad.  

 

Si hay alimentos que no deban mojarse, ponlas dentro de bolsas o tupper y ciérralos herméticamente.

 

Seguridad

 

Recuerda que los alimentos que se hayan descongelado no se pueden volver a congelar. Si es tu caso, consúmelos en 2-3 días como mucho. O cocínalos y vuelve a congelar. 

 

Si pasa el tiempo y hay riesgo de que la comida se eche a perder, puedes cocinarla y luego congelarla. Tendrás que dedicarle tiempo y esfuerzo, pero será mejor que la alternativa de desperdiciarla.

 

Si ves que la comida se te va a estropear sin remedio, es mejor que se la regales a familiares, amigos y vecinos antes de tirarla a la basura. 

 

En caso de que tengas dudas sobre el estado de los alimentos, sobre todo los frescos, es mejor que los tires. Si sospechas que han estado expuestos a más temperatura de la debida, si adviertes cambios en el color, la textura o el olor... deséchalos sin pensártelo dos veces.  

 

Mujer delante de una nevera comiendo un helado

 

Y más...

 

No está de más que tengas en la cocina un termómetro para alimentos y otros para la nevera y el congelador que te sirvan para saber cuál es su temperatura. Aunque estos electrodomésticos (los más modernos) ya incorporan termómetros, tener unos independientes te serán útiles en estos casos.

 

Te aconsejo que guardes los tickets de la compra durante el tiempo que permanecen los alimentos en tu nevera o en tu congelador. Si la avería tiene su origen en una subida de tensión o si el servicio técnico no atiende el aviso para arreglar el electrodoméstico con la suficiente diligencia y la comida se echa a perder, te servirán para poder pedir una indemnización a la compañía o el servicio técnico. Si no quieres tener papelitos por todas partes y temes perderlos, puedes escanearlos y almacenarlos en un archivo digital. 


Si el problema es que te salta el automático y no estás en casa, hay unos mecanismos (unidad de reconexión para diferencial) que se pueden instalar para que lo levanten sin necesidad de que estés tú físicamente delante del cuadro eléctrico. Es una forma de garantizarte que si hay una subida de tensión, la comida no se estropee en tu refrigerador. Es ideal para segundas viviendas o si te vas de vacaciones.

 

Espero que no tengas que hacer uso de estos consejos nunca, pero no está de más conocerlos por si acaso.



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