Y para conseguirlo procuramos cuidar nuestro pelo todo lo posible, aunque en muchas ocasiones cometemos errores que sabotean nuestra melena, muchas veces sin ser conscientes de que lo estamos haciendo.
A continuación encontrarás algunos de los fallos más comunes, para que los evites y presumas de melena.
En el lavado
Lavar el pelo con una frecuencia inadecuada. El número de veces que debes lavar tu cabello te lo dicta el tipo de cabello (seco o graso), su largo, la época del año, si haces deporte a diario, si estás en un entorno en el que se te ensucia mucho el pelo, si utilizas muchos productos de styling... Lavarlo mucho o poco teniendo en cuenta tus necesidades reales, puede acabar dañándolo. No te fíes de lo que decimos cualquiera acerca de la frecuencia de lavado y escucha a tu pelo, él te dirá cada cuánto debes hacerlo para que esté perfecto.
No utilizar los productos de lavado apropiados. Si el champú que usas es demasiado agresivo acabarás dañando tu cabello, por muy fuerte que sea. Lo mismo ocurre si tu pelo tiene unas necesidades específicas (sequedad, grasa, pelo fino o muy grueso, caspa...) y no le das el producto adecuado.
Acondicionadores y mascarillas
No utilizar acondicionador. Es muy frecuente que las personas con cabello fino no se pongan acondicionador, porque tienen la sensación de que les queda apelmazado y sin volumen. Esto es lo mismo que no aplicarse crema todos los días, porque se tiene la piel grasa. El secreto es encontrar el acondicionador apropiado para nuestras necesidades.
No aplicarse el acondicionador de la forma correcta. Es un producto diseñado para que actúen en los medios y puntas únicamente, por lo que no se debe usar en las raíces. Si el cabello es muy graso, incluso es recomendable evitar los medios y ponerlo sólo en las puntas. Otro error habitual es no dejarlo actuar el tiempo necesario. Lo recomendable es seguir las instrucciones del fabricante o pedir consejo a un profesional de peluquería.
No utilizar mascarillas. Las mascarillas son perfectas para recuperar la belleza del pelo o tratar los problemas específicos que pueda tener. En el mercado las encontrarás para todo tipo de necesidades: nutrición, recuperar el brillo, con keratina, para cabellos teñidos, para melenas envejecidas...
Emplear mal las mascarillas capilares. Usarlas con una frecuencia inadecuada puede convertirse en un problema. Lo habitual es emplearlas una vez a la semana, aunque habrá que tener en cuenta los requerimientos particulares de nuestro pelo. Otro error común es no tenerlas en exposición el tiempo necesario, por exceso o por defecto. Cada producto lleva en sus instrucciones los minutos de exposición adecuados para obtener todos sus beneficios. También se suele olvidar que colocarse una toalla caliente multiplica los efectos de la mascarilla.
El secado
Secarte la melena de forma incorrecta. Si frotas tu pelo con demasiada energía y en todas direcciones, lo maltratarás. Lo ideal es envolverlo en una toalla, si es de microfibra mejor, y apretarlo suavemente para que vaya enjugándose la humedad. Otra forma de hacerlo es utilizar un turbante de microfibra, teniendo cuidado de no apretarlo y retorcerlo demasiado. Y la forma menos dañina, pero la menos ecológica y económica: utilizar papel de cocina para ir secando los mechones.
El calor
Abusar del secador es uno de los errores más frecuentes. Procura secar tu cabello con una toalla suave o con un turbante antes de pasarte el secador, incluso dejarlo secar un rato al aire, así restarás tiempo de exposición al calor.
Utilizarlo mal también puede poner en riesgo a tu cabello. Para ello debes utilizarlo a una distancia razonable de tu pelo, a una temperatura adecuada y haciéndolo desde la raíz hacia las puntas, para ir cerrando la cutícula. Además, así expondrás durante menos tiempo a las puntas, que suelen ser las que están más secas y dañadas. Y, por supuesto, utiliza un protector térmico para el cabello, porque este tipo de productos no es sólo para la plancha.
Excederte con la plancha. Y es que hay muchas adictas a la plancha que la usan varias veces al día y con una temperatura excesiva y que no se ven bien si no tienen el cabello perfectamente pulido. Si es tu caso, puedes recurrir a alisados más permanentes o a productos que te faciliten el pulido del cabello y su mantenimiento, los que tienen keratina, por ejemplo.
Usar mal la plancha también es algo habitual. Utilizar una temperatura demasiado elevada, no emplear protector térmico, pasar la plancha sin que el pelo esté completamente seco o hacerlo sin haberlo cepillado antes son algunas de las prácticas que pueden estar estropeando tu cabello.
Cuestión de humedad
Dormir con el pelo mojado. Esta costumbre debilita muchísimo el cabello, dejándolo sin brillo y quebradizo. Por no hablar de que se pueden crear microorganismos dañinos, tanto en el pelo como en la almohada.
Recogerse el pelo estando húmedo. Una cosa es hacerse un moño o una trenza con el pelo húmedo para estar en la piscina o para estar fresquita mientras das un paseo en un día de calor, y otra muy distinta recogerse el cabello húmedo todas las mañanas y llevarlo todo el día así, de tal forma que no se seque y cuando llegue la noche aún esté mojado.
El cepillado
No cepillarte el pelo antes de lavarlo. Si esperas a peinarlo o cepillarlo cuando esté húmedo, lo que conseguirás es dañarlo, porque la humedad lo convierte en quebradizo. Y, si lo cepillas, antes, eliminarás el polvo, suciedad y restos de productos de styling, con lo que lograrás un lavado más efectivo.
Cepillarlo con demasiada fuerza o durante demasiado tiempo. El mito de que hay que cepillar el pelo 100 veces cada día es eso, un mito. Hay que cepillarlo lo suficiente para eliminar los nudos y la suciedad.
Peinarlo de forma incorrecta. El pelo hay que desenredarlo desde las puntas hacia las raíces. Si comienzas a peinar desde el cuero cabelludo, lo que harás es ir bajando todos los nudos que haya en el mechón y apretándolos hacia la punta; así te encontrarás con un nudo tipo bola de nieve que te costará sudores desenredar. Para evitarlo los mejor ir quitando primero los enredos más cercanos a la punta e ir subiendo poco a poco.
Los productos de styling
Utilizar inadecuadamente los productos de peinado. Elegir un producto de styling poco adecuado para el tipo de cabello, hacerlo en demasiada cantidad o aplicarlo antes del secador o la plancha pueden dañarlo poco a poco. Si usas mucha cantidad, dejarás a tu pelo opaco, pesado y sin capacidad de respirar, especialmente si no te lavas el pelo con frecuencia. Si aplicas el producto de peinado y luego utilizas calor directo sobre el pelo, corres el peligro de que la composición del fijador se degrade o cambie sus características con la temperatura y dañe el pelo.
El peinado
Recogidos muy tirantes. Si te haces una cola de caballo muy tirante un día, no ocurre nada, si es tu peinado de fondo de armario, probablemente tu pelo se resienta. Hay una prueba de fuego para saber si tu peinado está demasiado tirante: si te duele el cuero cabelludo cuando te quitas el coletero, las horquillas o las pinzas, está tirando demasiado del folículo, y más tarde o más temprano, irás perdiendo cabello.
Utilizar horquillas y pinzas constantemente y en el mismo lugar. Tener horquillas y pinzas aprisionando constantemente el pelo pueden llegar a cortarlo y dejarlo debilitado. Cambia de peinado o, al menos, del lugar donde colocas las sujeciones para tu pelo.
El mantenimiento
No cortarte las puntas con la frecuencia necesaria. El pelo necesita un saneado de puntas cada 8-12 semanas, si no lo haces estás se abrirán y resecarán cada vez más, y tu corte irá perdiendo definición. Este es el pasaporte a un pelo con aspecto descuidado y poco saludable.
Excederte con las modificaciones. Teñirte, darte mechas californianas o hacerte un alisado no tienen por qué dañar tu pelo, pero si cambias de color o de textura de pelo cada semana, sí lo estropearán. La mejor forma de no pasarte es consultar en tu peluquería de confianza, allí te dirán los tiempos que debes respetar entre tratamientos.
No utilizar productos anticaída cuando tu pelo lo pide. Si cabello comienza a caerse, es importante tomar medidas. No te digo que recurras a productos milagro, pero sí a las típicas ampollas que se venden en tiendas de productos de peluquería para la caída estacional o debida al estrés. Por experiencia funcionan. Si no haces algo cuando comienzan estos síntomas y la caída del pelo se instala definitivamente, no recuperarás tu melena nunca más... salvo que recurras al implante, claro.
Tocarte constantemente el pelo. Estirarlo, retorcerlo, jugar con él... esta (mala) costumbre ensuciará, engrasará tu cabello y abrirá sus puntas aún más.
Jugar con el cabello puede dañarlo |
Tomar el sol sin proteger el cabello. Sombreros, pañuelos y protectores solares específicos para el cabello te ayudarán.
No proteger tu pelo del viento y el frío, porque también sufre con estas condiciones climatológicas. Procura utilizar gorro o sombrero para mantenerlo en buen estado.
Desde el interior
No tomar los nutrientes que tu cuerpo necesita, bien por dietas muy restrictivas o por una alimentación desequilibrada. Aunque no te lo parezca, es algo que afecta muchísimo al pelo, dejándolo sin brillo, quebradizo y con tendencia a la caída. Por muchos cuidados exteriores que le brindes, si no comes adecuadamente, no conseguirás un cabello sano y brillante.
El estrés. Tanto o más que la alimentación, el estrés causa estragos en tu pelo. Puede que no lo asocies, pero en períodos de mucho trabajo o preocupaciones varias, notarás que todos los días son "bad hair days" y que con el pelo que se te cae podrías rellenar varios cojines.
No dormir lo necesario. La falta de sueño continua afecta a tu cuerpo y mente en general, también a tu pelo. Y mucho. No te voy a recomendar las 8 horas de rigor, porque cada persona tiene unas necesidades en este sentido, pero sí que duermas el tiempo suficiente para levantarte descansada, con energía y buen humor.
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La primera vez que apareció el post Errores Habituales que Ponen en Peligro Tu Pelo fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
Errores habituales que ponen en peligro tu pelo by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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