03 julio, 2019

Cómo Refrescar Tu Casa en Verano Sin Aire Acondicionado

Hace calor, mucho calor, tanto de día como de noche. Y eso que apenas hemos empezado la estación. Eso hace que enfriar la casa sea algo prioritario.


A la hora de refrescar nuestro hogar lo primero que se nos suele venir a la mente es el aire acondicionado, y está claro que en zonas muy cálidas y con mucha humedad se hace prácticamente imprescindible, aunque no siempre es la mejor opción. El aire frío y seco, junto con los cambios de temperatura, pueden provocar resfriados, Si los filtros no se mantienen en buenas condiciones higiénicas pueden ser fuente de problemas respiratorios. El frío directo puede producir lumbalgias y otras molestias musculares. Por no hablar de que no es la elección más ecológica ni económica para enfriar la casa.


Si no te agrada demasiado el aire acondicionado, que no cunda el pánico ante el calor veraniego, porque hay trucos sencillos para refrescar tu hogar sin recurrir a él, muchos de ellos de los que han utilizado nuestras madres y abuelas antes de democratizarse este tipo de aparatos. Aquí tienes algunos...


Cómo refrescar tu casa en verano sin aire acondicionado


Baja las persianas


El simple hecho de bajar las persianas durante las horas de más calor, reducirá la temperatura en tu casa. Ten en cuenta que una parte importante del calor entra por la ventana, sobre todo a través del cristal, por lo que poner la persiana como barrera evitará que se proyecte el calor al interior.


Ventana con las persianas cerradas


Abre y cierra las ventanas


En las horas más calurosas, además de bajar las persianas, debes cerrar las ventanas, porque te servirá para aislar la vivienda y evitar que entre en calor del exterior.


Cuando aflojen las temperaturas, abre las ventanas para que la casa se ventile y para que la casa se refresque.


La idea es cerrar las ventanas cuando la temperatura exterior sea mayor que la interior y abrirlas cuando sea menor.


Cierra las puertas


Cerrar las puertas también es una manera de aislar las habitaciones y mantener el calor a raya, sobre todo las que tengan cristal y den directamente al exterior.


Iluminación


Enciende las luces únicamente cuando las necesites, para evitar que recalienten las estancias. Puede parecer que su capacidad de calentar es inapreciable, pero no lo es, sobre todo en el caso de las incandescentes o de los halógenos. Utilizar luces LED y evitar encenderlas cuando no se necesitan será una buena medida para mantener las habitaciones frescas... y para no malgastar energía.


Interruptor


Electrodomésticos


Lo ideal es que utilices programas ECO tanto en el lavavajillas como en la lavadora, evitando los que usen el agua más caliente, puesto que es la opción más económica y ecológica... y la que proyectará menos calor. Si te pones cerca de uno de estos electrodomésticos si están usando agua muy caliente puede notar cómo se incrementa la temperatura a su alrededor. Si aún así deseas utilizar programas con agua muy caliente, procura poner el lavavajillas o la lavadora por la noche o programarlo para los momentos en los que no estés en casa, porque así evitarás añadir calor a tu cocina o tu zona de lavado.


A la hora de cocinar, procura utilizar formas de cocción que necesiten poco tiempo y/o poca temperatura. Si necesitas poner el horno, por ejemplo, haz varios platos al mismo tiempo para concentrar el calor emitido en una sola sesión de cocina.


Si no estás viendo la televisión, apaga el aparato, porque también emite calor.


Aprovecha para planchar a primera hora de la mañana o a última de la tarde, para no añadir calor y humedad a la habitación en la que lo hagas.


Mujer planchando


Plantas


Las plantas en el interior de tu vivienda pueden ayudarte a refrescar las estancias, además de ser todo un placer para la vista. 


Sala con plantas


Hielo


Si pones un recipiente con hielo delante del ventilador conseguirás que el aire que mueve sea más fresquito. Eso sí, ten cuidado de que cuando vaya derritiéndose no haya posibilidad de que el agua acabe entrando en contacto con el ventilador, porque humedad y electricidad no hacen buena pareja.


Sala con ventilador


Cuestión de altura


En caso de que tu casa tenga varias alturas, ten presente que el calor tiende a subir, por lo que notarás más frescor en la planta inferior.


A la hora de dormir


La ropa de cama de tejidos naturales y ligeros es perfecta para dormir en las noches de calor. Así que el algodón o el lino, entre otros, son tejidos que serán tus mejores aliados en verano. 


Mujer durmiendo boca a bajo sobre sábanas blancas


Si hace mucho calor, prescinde de la sábana encimera.


Mete el pijama en el congelador durante unos minutos... o mejor prescinde de él.


Humedece unos calcetines, mételos en la nevera y póntelos para dormir.


Un truco que funciona muy bien en días de altas temperaturas nocturnas es vaporizar agua sobre la ropa de cama con un espray que hayas metido previamente en la nevera. Puedes dejarlo al lado de la cama para repetir la operación si notas mucho calor durante la noche.


Otra forma de refrescarte los tobillos, rodillas, muñecas o codos es meterlos en un recipiente con agua muy fría durante unos instantes antes de meterte en la cama. 


También puedes mojar una toalla de microfibra con agua y meterla en el congelador, pasándola luego por el rostro, la frente, las muñecas, la parte interior de los codos... La única precaución que debes tomar es no dejarla mucho tiempo sobre la misma zona para que no te queme la piel.


La ducha, tu mejor amiga


Durante los días de más calor, la ducha será imprescindible. Dúchate tantas veces como lo necesites, pero no utilices jabón nada más que en una de ellas, para no dañar tu piel.


Ducha de estilo vintage


Cuando salgas de la ducha, procura no secarte del todo, para que el agua al evaporarse te aporte sensación de frescor.


Enfría tus pies


Los pies se recalientan mucho con las altas temperaturas y tienen la virtud de comunicar calor o frío al resto del cuerpo, así que no está de más prestarles atención con las altas temperaturas.


Poner los pies en remojo con agua fría puede ser un estupendo remedio contra el calor.


También puedes ponerlos encima de una toalla humedecida que hayas metido en el congelador o sobre una bolsa con cubitos de hielo. En este último caso, ten la precaución de poner un tejido sobre el hielo para evitar las quemaduras que puedan producirse en tus pies.


Ya sólo me queda despedirme... e irme con viento fresco ;)




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La primera vez que apareció el post Cómo Refrescar Tu Casa en Verano Sin Aire Acondicionado fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.


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