Pero la cosmética natural, no nos engañemos, es un completo embrollo, en el que es difícil saber quién es quién. ¿Natural? ¿Ecológica? ¿Biológica? ¿Orgánica? Y si entramos en los requisitos que debe tener cada denominación, ya ni hablamos, porque no es todo oro lo que reluce, por desgracia.
Para aclararte de una vez con eso de la cosmética natural, a continuación encontrarás algunas claves que pueden ayudarte a conseguirlo.
¿Me acompañas por este recorrido?
Motivos para decidirse por lo natural
Antes de nada me gustaría darte motivos para utilizar cosmética natural, si es que todavía no lo haces, porque todos ellos son de peso:
- Cuidado de la piel de una forma natural y respetuosa con la salud, especialmente en el caso de alergias e intolerancias a determinados químicos.
- Respeto al medioambiente y a la sostenibilidad.
Un asunto complicado
Es muy difícil aclararse en el complejo mundo de la cosmética natural, porque no hay una legislación específica al respecto en la Unión Europea.
Esto abre las puertas a todo tipo de irresponsables que presentan como natural, ecológico y orgánico cualquier producto, independientemente de que lo sea o no. Y como los consumidores cada vez estamos más concienciados con el consumo más limpio y responsable, tanto por nosotros mismos como por el planeta, es fácil para los fabricantes irresponsables aprovecharse esta circunstancia para lucrarse de nuestra buena voluntad.
Quién es quién en cosmética natural
Natural
Aunque sea un término muy atractivo, realmente no significa nada positivo en sí mismo, porque hay ciertos productos que pueden ser naturales y no tener ningún respeto por el medioambiente, por la sostenibilidad, por la protección animal y vegetal... ni por la salud del usuario.
Hay fabricantes que usan esta palabra para tentar al consumidor de forma engañosa, porque incluyen un único ingrediente natural en una cantidad ínfima (lo comprobarás si en la lista de ingredientes ocupa los últimos puestos) y lo anuncian a bombo y platillo como si el cosmético hubiese salido directamente de las manos de de un artesano cosmético con un rústico taller en un encantador pueblo perdido. Si no lo crees, comprueba en las etiquetas de muchos productos de los lineales de tu hipermercado que afirman que la crema o el gel de ducha tienen aceite de almendras o de oliva, manteca de karité o rosa mosqueta... y luego observa la cantidad real que contiene en la lista de ingredientes. Ojo con el abuso del "natural" en envases y etiquetas.
La dificultad para identificar cosméticos naturales reales de los engañosos reside en que no hay un porcentaje mínimo o una normativa en la legislación europea que ayude a diferenciarlos. Por eso debemos acostumbrarnos a leer las etiquetas de los productos, interpretándolas correctamente, a no fiarnos únicamente de la publicidad y no dejarnos deslumbrar por términos como eco, bio u orgánico. Y, por supuesto, a adquirirlos en establecimientos de confianza con personal formado e informado sobre los cosméticos que comercializan.
En cualquier caso, sí hay cosméticos que se pueden considerar naturales (y de excelente calidad), porque están compuestos por ingredientes naturales en su mayor medida (animales, vegetales, minerales o microbiológicos), aunque contengan algunas sustancias que no lo sean, porque no pueden formularse al completo sin ellos, como ciertos conservantes. Es decir, encontrar un cosmético natural al 100% es complicado.
Y también hay productos no naturales, que son de buena calidad y que no ponen en riesgo al salud del consumidor, por supuesto.
Ecológica
Como ya te he comentado antes, no hay una definición concreta y clara de cosmética natural o ecológica por parte de las autoridades europeas (todos los cosméticos que se fabrican en la UE se rigen por el mismo reglamento), pero sí que hay diversas entidades privadas que certifican que el producto cumple con las normas que establezcan sus protocolos particulares y por lo tanto para esas entidades son cosméticos ecológicos.
Algunas de estas entidades y etiquetas son ECOLABEL (UE), ECO-CERT y COSMEBIO (Francia), ICEA (Italia), BDIH (Alemania), SOIL ASSOCIATION (R. Unido) o USDA (Estados Unidos). Estas entidades de certificación están luchando para que se establezcan unos estándares comunes que permitan regular este tipo de cosmética, ya que la Unión Europea no lo hace, de modo que los consumidores puedan guiarse de manera fiable en la maraña de la belleza natural.
En general, esas entidades certificadoras consideran a estos productos como ecológicos cuando respetan el medio ambiente a lo largo del proceso de producción, desde en la obtención de sus ingredientes y hasta su uso por el consumidor. También cuando entre los ingredientes no hay ninguno modificado genéticamente. No testan ni los ingredientes ni el resultado final en animales. Y tampoco contienen ingredientes químicos, procedentes del petróleo, parafinas, parabenos, perfumes sintéticos, etc. Y es conveniente saber que el que sea ecológico no implica que sea natural.
A nivel concreto cada entidad garantiza una serie de mínimos en los cosméticos que consiguen su sello. Por ejemplo, ECOCERT garantiza que un cosmético natural tiene un mínimo de un 95% de ingredientes naturales o de origen natural (incluyendo el agua), un 5% máximo pueden ser conservantes y sustancias auxiliares de síntesis y un mínimo del 5% del total de la lista de ingredientes tiene procedencia ecológica (un mínimo del 50% de los ingredientes de origen vegetal). En el caso de la cosmética natural y ecológica implica los mismos requisitos que la anterior, a diferencia de que deben contener un mínimo del 10% del total de los ingredientes procedentes de agricultura biológica (un 95% de los ingredientes vegetales que contenga).Si quieres saber más puedes consultar la norma que define los cosméticos naturales y orgánicos según ECOCERT.
Orgánica / Biológica
Implica que los ingredientes se han producido con métodos de cultivo orgánico: no se han empleado químicos artificiales (sí, también los hay naturales) y pesticidas durante la protección, no se han manipulado genéticamente, etc.. De esta forma disminuyen los perjuicios que estos químicos producen en la salud, desde irritaciones a alergias e intolerancias.
Orgánica y biológica son términos equivalentes que se utilizan de una u otra forma según el idioma y el país. Orgánica se suele emplear en inglés, biológica en francés y ecológico en español.
Ante la duda
Si lo tuyo no son las listas de ingredientes y las etiquetas, te recomiendo que busques una farmacia, parafarmacia o herbolario que tengan un buen profesional que pueda asesorarte a la hora de escoger la cosmética natural más adecuada para ti.
Espero que el post te haya sido de ayuda y que ahora puedas elegir la cosmética natural con conocimiento de causa.
Información de interés:
Reglamento (CE) nº 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de noviembre de 2009 sobre los productos cosméticos
Reglamento (UE) nº 665/2013 de la Comisión, de 10 de julio de 2013, por el que se establecen los criterios comunes a los que deben responder las reevindicaciones relativas a los productos cosméticos
Reglamento (CE) nº 66/2010 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de noviembre de 2009 relativo a la etiqueta ecológica de la UE
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La primera vez que apareció el post Claves para Aclararse con la Cosmética Natural fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
Claves para aclararse con la cosmética natural by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Magnífico post. Lo natural está en auge porque los beneficios de la Cosmética Natural para nuestra salud, para nuestra piel y para el medio ambiente son múltiples. Cuida tu cuerpo, es el único lugar que tienes para vivir.
ResponderEliminarGracias por tu aportación y tus consejos. Saludos
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