En
el post anterior hablamos de que para parecer delgada era importante
seguir una serie de pautas: buena actitud, conocerse a una misma y
cuidar nuestro aspecto. En esta segunda parte, veremos unos tips muy
útiles y sencillos de seguir que nos ayudarán a conseguir vernos más
esbeltas.
Los colores
Usa tonos oscuros de forma general, afinan visualmente la
silueta. Aunque otros colores favorecedores, además del negro, éste siempre será una apuesta segura.
Utilizar los colores para mostrar u ocultar lo que te
interese. Los colores claros son ideales para centrar la vista en tus zonas más
bonitas y, los oscuros, sirven para esconder esas zonas más problemáticas. Por
ejemplo, si tienes un pecho bonito y unas caderas excesivamente anchas, utiliza
un tono claro en la parte superior y uno más oscuro en la inferior; equilibrarás
volúmenes y el resultado será perfecto.
Decídete por el outfit monocolor. Eso no quiere decir que
tengas que emplear el mismo color, puedes elegir dentro de la misma gama. También
puedes animar el look utilizando el mismo color, aunque con diferentes tejidos. Aunque
los tonos más recomendables son los oscuros, piensa que el monocolor te
permitirá usar colores como el blanco. Eso sí, cuando utilices un solo color, deja
ver un poco de piel (la suficiente) para que no parezcas un bloque compacto.
Averigua cuáles son los colores que mejor se adecuan a tu
tono de piel y de pelo, esos serán con los que estarás más favorecida y con los
que los demás te verán más guapa y delgada. No los pierdas nunca de vista.
Los tejidos
Elimina los tejidos con brillo de tu armario, hacen mucho más
voluminosa.
Busca tejidos con caída y con un buen movimiento. Los
tejidos muy gruesos y rígidos te agrandarán visualmente.
Ante la duda, elige tejidos lisos. Si te gustan los
estampados, decántate por estampados asimétricos y de fondo oscuro. Los tipo
Liberty y los de cuadros son tus peores enemigos.
La talla
Elige tu talla ideal, ni muy justa ni muy suelta. Si la ropa
te queda muy holgada parecerás informe y mucho más grande de lo que eres en
realidad; si te queda muy apretada, marcarás todos tus defectos y llevarás la
atención a zonas tan poco recomendables como lorzas y michelines.
Con el
desbarajuste de tallas que hay en el mercado es fácil tener ropa en el armario
de hasta 4 tallas distintas, que eso no te haga equivocarte a la hora de comprar
ropa. Nadie va a ver la etiqueta con la talla; si de un fabricante necesitas
una 38 y de otro una 44, no te empeñes en calzarte ropa con la que, probablemente,
debas de dejar de respirar. Ya sabes, ni estilo saco de patatas ni el estilo
morcilla.
La confección
Elige un buen fondo de armario con prendas bien construidas.
Un excelente corte, un buen ajuste y un tejido de calidad son las mejores armas
para que la ropa te siente bien. Cuando no se tiene un cuerpo de supermodelo,
es mejor tener poca ropa, pero de buena calidad.
Cada una tenemos un cuerpo diferente así que, si cuando
compras ropa no te asienta del todo bien, recurre a la modista para que te
ajuste la prenda.
La ropa interior
No olvides que la base de tu vestuario es la ropa interior. Asegúrate
de que compras la correcta en cuanto a talla, corte y colores. Un sujetador
que revela michelines en la espalda o que deja desbordar el pecho, arruinará tu
aspecto, por mucho que te preocupes de elegir la ropa adecuada. Las prendas
reductoras también son interesantes, sobre todo cuando te vas a poner vestidos
ligeros o más ajustados. Spanx y Janira, entre otras marcas, tienen piezas que
te ayudarán a mejorar tu figura en un instante, además, son cómodas y
transpirables.
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