No hay nada más agradable que sacar una prenda del armario o de la cómoda, acercársela al rostro y aspirar un aroma fresco y limpio, como en un anuncio de suavizante. O que alguien se acerque a nosotros y nos diga que nuestra ropa huele muy bien y de forma muy personal. Parece algo nimio, pero es un detalle que nos hace comenzar el día con una sonrisa y que mejora nuestra imagen personal.
Para conseguir que tu ropa huela siempre bien, a continuación quiero compartir contigo algunos trucos que puedes poner en práctica desde ahora mismo.
Lava tu ropa con frecuencia
Puede parecer una obviedad, pero lavar la ropa es el paso fundamental para eliminar el mal olor que pueda tener.
Habrá prendas que podrás usar más de una vez antes de lavarlas (pantalones, faldas, vaqueros, vestidos...) y otras que es necesario meterlas en la lavadora con una solo puesta (braguitas, calzoncillos, calcetines, medias...).
No dejes las prendas indefinidamente en el cesto de la ropa sucia
Cuanto más tardes en lavar las prendas sucias, más se fijarán las manchas... y los olores. Sobre todo si las prendas conservan humedad o han estado expuestas a aromas fuertes o desagradables.
También deberías evitar mezclar ropa húmeda y seca en el cesto de prendas para lavar, porque todo terminará con olor a moho. Procura secar todo lo que vayas a dejar pendiente de lavar. Otra forma de evitar que toda la ropa sucia acabe adquiriendo ese desagradable tufo a moho es poner en remojo las prendas húmedas, con agua tibia y añadiéndoles un chorrito de detergente o de bicarbonato, y metiéndolas en la lavadora cuando vayas a hacer la colada.
Airea
Si vas a utilizar una prenda en más de una ocasión, te recomiendo que la airees antes de guardarla en el armario o la cómoda. Así darás tiempo para que los malos olores se diluyan y que la posible humedad del sudor se evapore.
Quien evita la ocasión...
Evita los ambientes en los que pueda haber malos olores. Por ejemplo, si cocinas mucho, ten ropa especialmente destinada a ese fin, así no dejarás tus prendas de calle impregnadas de olor a fritura o a guiso.
Elige y usa correctamente el detergente
Escoge un detergente y un suavizante con fragancias que te agraden. Huele varios antes de escogerlos. No tienen que tener una aroma penetrante, sino frescos y agradables. Si son demasiado intensos acabarán empalagándote e interfiriendo con tu perfume y cosméticos.
Utiliza la cantidad recomendada por el fabricante de ambos productos, porque si te excedes, es probable que el detergente y el suavizante extras se queden en las fibras y que acaben oliendo mal; justo lo contrario de lo que buscabas. Por no hablar de que los tejidos perderán su textura y acabarán acartonados y feos.
En el caso de la ropa deportiva técnica es importante no utilizar suavizante, porque este puede perpetuar el olor a sudor, especialmente en el caso de las prendas oscuras. Al apelmazar los tejidos, estos dejan de transpirar y el mal olor acabará quedándose en la ropa para siempre. Si quieres suavidad, pero sin perder capacidad de transpiración, te aconsejo que utilices bicarbonato de sodio (una cucharadita o dos en la lavadora es suficiente) o productos específicos como Sanytol Desinfectante o similar.
Saca la ropa de la lavadora lo antes posible
Si dejas la ropa dentro del tambor mucho tiempo, acabará adquiriendo un desagradable olor a humedad. Si estos despistes te ocurren con frecuencia, puede que no consigas eliminar ese terrible aroma nunca más.
Si ha transcurrido mucho tiempo desde que ha terminado el ciclo de la lavadora, es mejor que pongas un programa corto con un poco de suavizante o bicarbonato para recuperar el frescor de tu ropa.
También puedes poner la lavadora con un buen chorro de vinagre blanco, que deberás verter en el cajetín del detergente; aunque luego tendrás que volver a lavar la ropa con detergente y suavizante para que recupere la frescura y el aroma a limpio.
El secado
Si te es posible, tiende inmediatamente al aire libre, porque la ropa se seca antes y no adquiere mal olor.
En caso de que tengas que poner la secadora, procura que el programa no sea muy largo y saca inmediatamente la ropa del tambor. Y si quieres mejorar el resultado con la secadora, introduce una toallita suavizante específica para secadora.
Cuando guardes la ropa que no necesite planchado, procura que esté completamente seca.
Lava también... tu lavadora
La lavadora puede acabar oliendo mal. La humedad, el moho, los restos de fibras y otros restos desagradables son los sospechosos habituales. Para evitar que ese hedor se transmita a tu ropa, únicamente tienes que poner un programa en vacío, con el agua muy caliente y una taza de bicarbonato o de vinagre (en el cajetín), con el detergente habitual o incluso con lejía.
Una vez que termine el programa, procura dejar la puerta completamente abierta para que el interior se seque completamente.
También es útil eliminar las fibras que puedan haber quedado en la puerta, en la goma o en el interior del tambor; limpiar el filtro de forma periódica y dejar la puerta de la lavadora abierta tras cada lavado para evitar el moho.
Agua de plancha
En tu supermercado o hipermercado habitual puedes encontrar aguas de plancha, que están formuladas para ponerlas en el depósito de tu plancha para que al salir el vapor, humedezcan y perfumen tu ropa.
Para mí tienen dos peros: que son caras y que tienen muchos químicos que respirarás mientras planchas y también cuando lleves la ropa puesta y se evaporen con el calor corporal.
Limpia tus armarios y cajones de vez en cuando
El lugar en el que almacenas tu ropa también puede adquirir mal olor, por lo que conviene limpiarlo cada cierto tiempo.
Saca toda la ropa, limpia el interior, deja que se seque y vuelve a colocar tus prendas de nuevo. Aprovecha ese momento para repasar la ropa, llevando al tinte lo que sea necesario, cosiendo botones o bajos sueltos y desechando lo que ya no te pongas.
Ojo a los cambios de temporada
Si no tienes la suerte de tener un estupendo vestidor o una cantidad ingente de armarios y cajones en casa, tengo una mala noticia para ti: cuando guardes la ropa de la temporada que termina ésta debe estar recién lavada... y tendrás que volver a limpiarla cuando la saques de sus fundas y cajas al año siguiente.
Y es que por muy limpias que estuviesen las prendas cuando las guardaste, el paso de los meses y el hecho de estar encerradas, les dejarán como regalo un desagradable olor a rancio. Y si tienes que utilizar antipolillas en tu casa, la cosa empeora bastante. No me digas que no has estado al lado de alguien justo al comienzo de temporada y has tenido que aguantar la respiración por esa mezcla entre tejido añejo y naftalina...
Si quieres saber más sobre los cambios de estación en tu armario, te invito a que leas Cambio de Estación, Cambio de Armario.
No tengas el armario atestado
Uno de los motivos por los que la ropa puede acabar adquiriendo mal olor en tu armario es que esté repleto de prendas. Como el aire no puede circular entre ellas, acabarán adquiriendo aroma de ropa vieja y de suciedad.
Deshazte de las prendas que no uses y mantén tu armario y tus cajones perfectamente ordenados.
El truco del algodón
Para que tu fragancia favorita impregne tu ropa sin mancharla, puedes colocar bolitas de algodón impregnadas de tu perfume, para que se evaporen poco a poco sin manchar las prendas. Ten cuidado de colocarlas en lugares en los que no estropeen ni la ropa ni los muebles.
Las toallitas suavizantes
Las toallitas suavizantes que se utilizan para la secadora, pueden ayudarte a mantener el buen olor de tus prendas. Puedes colocarlas en los cajones o en las perchas en las que tengas colgada la ropa. Eso sí, siempre secas y comprobando que no manchen.
Flores y hierbas aromáticas
Las flores, frutas y hierbas aromáticas pueden ser una estupenda herramienta para perfumar tus prendas y evitar los malos olores. Cuelga bolsitas con cáscaras de cítricos, canela, clavo, tomillo, romero, lavanda, pétalos de rosa y otras flores o frutas en tu armario o en tus cajones. Ten precaución para que no manchen las prendas o los muebles.
Y un consejo si utilizas hierbas y flores recolectadas en el campo o el jardín: comprueba que no tienen insectos entre sus pétalos y hojas, porque pueden acabar anidando en tu armario.
También puedes utilizar bolsas de tés e infusiones para aromatizar y desodorizar los lugares en los que almacenes la ropa.
El papel de Armenia
Aunque estos papeles perfumados están diseñados para quemarlos y que eliminen los malos olores de la habitaciones, también se pueden utilizar para perfumar y desodorizar la ropa y los armarios. Sólo tienes que colocar el papel de Armenia en los cajones y en zonas escondidas de los armarios. No suelen manchar, pero es mejor que no los pongas en contacto directo con los tejidos, especialmente los más delicados.
Jabones
Los jabones aromáticos en el armario o los cajones son ideales para perfumar tus prendas. Algunos de ellos pueden manchar la ropa, por lo que conviene envolverlos en papel de seda o una tela liviana.
Procura que sean lo más naturales posibles, aunque huelan un poco menos que los más artificiales.
Y si no tienes jabones a mano, puedes poner velas aromáticas, envolviéndolas con cuidado para que no dejen manchas y residuos en las prendas.
Ambientadores
Normalmente se recomienda poner ambientadores en los armarios, aunque verás que en este post los he dejado para el final. Personalmente he desterrado los ambientadores químicos de mi casa, porque contienen muchos compuestos perjudiciales para la salud, entre ellos los disruptores endocrinos.
Creo que hay otras opciones más naturales y saludables, como las que te he comentado en los puntos anteriores.
Y ten cuidado con...
Aunque es un consejo muy popular, ten precaución a la hora de poner aceites esenciales en el depósito de agua de la plancha. Hay aceites que manchan la ropa y que pueden estropear el mecanismo. Si te decides por este truco, prueba a planchar antes un trapo viejo, con el máximo de vapor. Y pon siempre unas pocas gotas, en lugar de una gran cantidad.
Otro truco muy conocido es llenar un vaporizador con agua, bicarbonato y aceites esenciales. Pues bien, esto no es una buena idea, porque hay prendas que pueden mancharse y estropearse con las pequeñas gotas de agua o con los aceites. Antes de utilizarlo, pruébalo sobre prendas viejas o que no se estropeen con facilidad.
Espero que este post te haya resultado de lo más fragante :)
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La primera vez que apareció el post Consejos para que Tu Ropa Huela Muy Bien fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
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30 mayo, 2018
2 comentarios:
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De verdad que tienes muchos temas interesantes, llegue aqui por un tema de lo resbaladizos que son los zapatos, pero me quede a mirar varias cosas, tienes un blog muy completo, felicitaciones.
ResponderEliminar¡Gracias por tus palabras, Megurine! Eres muy amable.
EliminarMe alegro mucho de que los temas te resulten interesantes, la razón por la que escribo en el blog es para compartir cosas que considero útiles y que pueden ayudar a hacer la vida más fácil.
Un abrazo