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15 octubre, 2020

Cuánto Tengo que Esperar para que un Cosmético Funcione

La paciencia es una virtud, también cuando hablamos de cosméticos. Vivimos en una sociedad en la que queremos todo aquí y ahora, cuando lo cierto es que la mayor parte de las cosas que merecen la pena requieren su tiempo. Queremos que una crema o un contorno de ojos funcione casi como un conjuro mágico, que al abrir el tarro se agite una varita mágica beauty y que nuestra piel se convierta en perfecta. De hecho, hay quien quiere que esa varita mágica funcione incluso sin abrir el tarro, esperando que la crema haga efecto desde el armario del baño. 

 

Y no, eso no es así. Aunque hay cosméticos que tienen un efecto flash, eso no significa que funcionen de forma permanente. Como en el cuento de La Cenicienta, cuando dan las 12 el carruaje se convierte en calabaza.

 

La pregunta en este caso es: ¿cuánto tiempo debes utilizar un cosmético para comprobar si funciona o no?


Cuánto tengo que esperar para que un cosmético funcione

 

Si quieres que funcione tendrás que usarlo

 

Para que cualquier cosmético sea efectivo es imprescindible que lo uses con la frecuencia y el protocolo de aplicación recomendados por el fabricante, tu facialista, fu farmacéutico o, en el caso de los productos con receta, un dermatólogo. 

 

La elección es muy importante

 

Para que un cosmético funcione debe ser el apropiado para ti. Si no lo es no sólo no obtendrás sus beneficios, incluso puedes sufrir efectos no deseados como irritaciones, granitos, acné, sequedad... 

 

Elige con cuidado todo aquello que te pongas sobre la piel. Pide asesoramiento a un profesional de la salud o de la belleza. 

 

Y pide también muestras antes de probar una crema o un producto de tratamiento. Aunque en muchos casos en las perfumerías y en las farmacias son reacios a entregar muestras, insiste en ello, porque será la única forma de saber si tu piel reacciona bien al cosmético. Los efectos a largo plazo ya los verás con el uso si es que después de probarlo te gusta y lo compras.

 

Cosméticos


Plazos para que un cosmético funcione

 

Si pasado un tiempo prudencial el cosmético no te ha hecho efecto, puede que no sea el adecuado para ti... o que no cumple lo que promete en su publicidad.  

 

Como norma general, una crema de tratamiento debería mostrar sus beneficios de forma visible tras 28 días de tratamiento. Esto es debido a que las células de la piel se renuevan. Es decir, pasan de la capa en la que se generan éstas a la superficie. Así que esas células nuevas ya deberían mostrar los efectos del producto. De todas maneras, este tiempo puede variar dependiendo de muchos factores, como de tu edad. 


Tarro de crema rodeado de pétalos

 

Las hidratantes actúan en las capas superficiales de la epidermis, por lo que deberías notar una mayor humectación de manera inmediata, especialmente las que contienen ácido hialurónico. Las que contienen ceramidas, mejoran la piel en 1 semana, recuperando la barrera cutánea, la hidratación y la suavidad. Aunque el uso continuado, debería proporcionarte a más largo plazo una menor pérdida de hidratación y aportarte lípidos nuevos. En cualquier caso, deberías ver unos beneficios completos a las 2 semanas.

 

Los sérums revelan sus efectos entre las 6 y las 8 semanas. 

 

Sérum

 

Los contornos de ojos necesitan entre 6 y 8 semanas también en mostrar su beneficios. Hay algunos que tienen partículas que reflejan la luz y que según se aplican muestran unas ojeras menos oscuras, pero es un efecto cosmético, no de tratamiento. También puede que veas que las bolsas se deshinchan ligeramente con la primera aplicación, según su formulación. Pero para ver unos efectos realmente visibles y duraderos (dentro de lo que se puede esperar de un cosméticos), tendrás que tener paciencia. 

 

Los tratamientos antimanchas (que no sean con receta) podrían comenzar a demostrar su utilidad a partir de las 4 semanas. Aunque muchos de ellos necesitan más tiempo para mostrar su efectividad, dependiendo de su formulación y su concentración de activos.

 

Los cosméticos que regeneran de forma profunda la piel, como los retinoides, la vitamina C o los que tienen que ver la síntesis del factor de crecimiento necesitarán entre las 6 y las 10 semanas para que puedas comprobar sus resultados. Aunque si usas vitamina C notarás cambios en la piel desde el principio, que no serán completos hasta que pasen las semana. Eso si se trata de cosméticos como tales, de los que puedes comprar sin receta en tu perfumería o tu farmacia. Si son productos de tratamiento recetados por un profesional el efecto será más rápido, entre las 4 y las 6 semanas. 

 

Cosméticos con vitamina C y ácido hialurónico


Los tratamientos para el acné pueden necesitar, dependiendo de la formulación que necesites en tu caso, desde 1 día hasta 12 semanas o más. Los que recetan los dermatólogos pueden necesitar menos tiempo.

 

En cuanto a los limpiadores, notarás los efectos de forma visible si no eres usuaria habitual de estos productos. Si los empleas regularmente, notarás la piel como siempre, limpia y saludable. Para ello necesitarás apenas 1 semanas, 15 días como mucho. Pero si sigues una correcta rutina facial, tanto por el día como por la noche, los limpiadores mantendrán lo que ya tienes. Si eres una mujer disciplinada con al higiene facial y notas algún cambio visible, probablemente sea porque antes no usabas el producto correcto... o porque has cambiado y no usas el apropiado para ti.  

 

Las mascarillas hacen efecto de manera inmediata, de modo que notarás tu piel en forma según te las retires. Si son las adecuadas para ti, por supuesto. Usa siempre la que tu piel necesite en cada momento: hidratante, nutritiva, luminosidad, reafirmante, purificante...

 

Las hidratantes corporales requieren entre 1 y 4 semanas para hacer efecto. Si tienes la piel ligeramente sea o quieres más luminosidad, no necesitarás más de 1 semana para notar sus beneficios de forma más notable. En caso de que tengas la piel muy seca y descamada, te harán falta 3 entre 3 y 4 semanas para ver la diferencia. 

 

Crema corporal

 

Ningún cosmético funciona si no le das el tiempo necesario, por eso es necesario que tengas paciencia. Pero también debes ser realista y si pasan las semanas y no ves ningún resultado, tendrás que hacerte a la idea de que no va a ser efectivo nunca. 



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06 febrero, 2019

Errores que No Debes Cometer al Limpiar Tu Rostro

Lavarse la cara es algo que a priori parece lo más sencillo del mundo, de hecho lo hacemos todos desde que somos bien pequeños, pero limpiarse el rostro correctamente no lo es tanto, créeme.


De hecho, la mayoría de nosotras (y también vosotros, chicos) cometemos muchos errores a la hora de limpiarnos la cara. Y no es un tema menor, porque una mala limpieza puede acarrearnos muchos inconvenientes, desde irritaciones o granitos hasta infecciones más o menos graves.


Así que a continuación te enumero los errores que no debes cometer a la hora de limpiar tu rostro y también cómo evitarlos.


Errores que no debes cometer al limpiar tu rostro


Limpiarse el rostro... sólo de vez en cuando


La limpieza del rostro debe ser uno de esos gestos automáticos que se hacen a diario, como lavarse los dientes.


Y como la higiene dental, debe hacerse día y noche. Por la mañana debes limpiarte la cara para eliminar los restos de grasa que haya podido segregar durante el sueño, así como los de cremas y otros cosméticos que te hayas podido aplicar antes de dormir. Y durante la noche tendrás que retirar la contaminación, el sudor o el maquillaje.


No emplear el producto adecuado


Uno de los errores más habituales a la hora de limpiarse la cara es no utilizar el producto más adecuado para ti en cuanto a formulación y presentación.


Por ejemplo, es muy habitual que las personas con la piel grasa y tendencia al acné busquen limpiadores agresivos, con los que sientan que la piel se queda más seca y matificada, pero es un gran error. Si la piel grasa se ve agredida, acaba produciendo más grasa para protegerse, así que conseguirás justo el efecto contrario.


Evita por todos los medios utilizar jabones, limpiadores y lociones que no estén formulados específicamente para el rostro, porque son muy agresivos y pueden producir alergias, irritaciones, descamaciones o brotes de granitos y acné. Cada vez que veo a alguna inconsciente que se lava con el jabón de manos del dispensador que hay en el vestuario del gym se me ponen los vellos de punta...


No poner en práctica la doble limpieza


La piel acumula distintos tipo de suciedad e impurezas a lo largo del día: contaminación, sudor, grasa segregada por la propia piel, restos de protectores solares y de cremas, primers, bases de maquillaje... Algunas de estas impurezas son liposolubles (se disuelven en aceites) y otras son hidrosolubles (se disuelven en agua).


Por ello, si se quiere conseguir una limpieza profunda es necesario utilizar primero un producto con base oleosa, como un aceite o una loción, y finalizar con un limpiador con base de agua. Así se eliminarán primero las impurezas liposolubles, que se disolverán en los aceites, y luego las hidrosolubles, así como los restos oleosos que hayan podido quedan en el primer paso.


Mano femenina sosteniendo espuma jabonosa


Si quieres saber más acerca de esta forma de higiene facial, puedes leer nuestro post Todos los Secretos de la Doble Limpieza.


Usar únicamente una loción o un aceite


Si empleas una loción, crema o aceite limpiador como único producto para tu higiene facial, lo que conseguirás es crear una película grasa sobre la piel que evitará que el resto de cosméticos que te apliques después no serán eficientes al 100%. 


No desmaquillarte antes de limpiar la piel


Si te has maquillado, primero debes retirar el maquillaje y luego limpiar la piel. Si pretendes limpiar y desmaquillar con el mismo gesto y el mismo producto (incluso si se trata de agua micelar), ni retirarás bien el maquillaje ni la suciedad.


Y si has utilizado un maquillaje waterproof, no te olvides de eliminarlo con un desmaquillante bifásico. 


Mujer desmaquillándose


Caer en la tentación de las toallitas desmaquillantes


No, no son la mejor elección para limpiar tu rostro, por muy cómodas que sean. Por una parte, con ellas no vas a eliminar el maquillaje y la suciedad completamente, puesto que en un mismo gesto y con un único producto no es fácil eliminar la suciedad, la grasa de la piel, la base de maquillaje, el rímel, el labial... Y por la otra, los ingredientes que contienen suelen ser muy agresivos con la piel del rostro para intentar limpiar lo máximo posible.


Tampoco hay que perder de vista que las toallitas implican frotarlas y arrastrarlas por la piel con más intensidad que si se usan otros productos. La razón es simple, como no terminan de desmaquillar todas tendemos a frotar para eliminar mejor la suciedad acumulada durante el día y el maquillaje.


Las toallitas, mejor para una emergencia.


Limpiarte la cara con las manos sucias


Y es que aunque vayas a aplicarte un limpiador en gel o en espuma, eso no significa que puedas lavarte las manos y la cara al mismo tiempo.


En las manos se van quedando todo tipo de microorganismos nocivos y suciedad que acabarán en tu piel y que se van a trasladar a tu rostro, por mucho limpiador y mucha agua que haya por medio.


Si quieres una piel saludable, recuerda lavarte las manos antes de llevarlas a tu rostro; especialmente si has ido en transporte público, si has estado manejando el ordenador o el móvil o si has tocado productos tóxicos.


Mujer lavándose las manos


No ayudarte de algodones o toallas faciales


Los limpiadores como las lociones, los aceites o las aguas micelares requieren una herramienta que sirva para atrapar y arrastrar la suciedad, como los discos desmaquillantes, las bolas de algodón, las toallas faciales de microfibras o las tejidas de algodón.


No creas ni por un momento que si te pones una loción limpiadora con los dedos y luego la aclaras con agua vas a retirar toda la suciedad y los residuos de cosméticos, para ello hace falta un tejido que la atrape y la retire completamente.


Utilizar agua muy caliente


Si el producto limpiador que emplees requiere aclarado, un error muy común es utilizar agua muy caliente para hacerlo, puesto que arrastra los aceites presentes naturalmente en la piel y la deja reseca e irritable.


Usa agua tibia o incluso fría si no necesitas retirar productos grasos.


No aclarar completamente los limpiadores


Si usas un producto jabonoso o en forma de gel que necesitas aclarar con agua, puede que no retires completamente los restos de espuma y estos se queden sobre tu piel. Esto puede traducirse en irritación, sequedad, rojeces, aparición de granitos e incluso que los cosméticos que te apliques después no tengan toda la eficacia, puesto que se ha creado una barrera jabonosa sobre tu piel.


Recuerda aclarar exhaustivamente el rostro, sobre todo las zonas difíciles como el principio del cuello, la parte baja de la barbilla, el pliegue de las aletas de la nariz o los párpados. 


Mujer aclarándose la cara con agua


Secarte con una toalla


La toalla de las manos no debería servirte nunca para secarte la cara. Los motivos: suele estar constantemente húmeda y en un entorno cálido, lo que implica que pueden proliferar las bacterias; es fácil que queden restos de jabón en ella, algo que puede irritar la piel del rostro, además de fomentar junto con la humedad la presencia de microorganismos poco recomendables; y tampoco hay que perder de vista su textura, que por muy suave que sea, no es la más apropiada para secar la cara.


Lo ideal, tener unas toallas pequeñas y específicas para la cara, cambiándolas tras cada uso. Si son reutilizables, procura lavarlas con un jabón neutro y sin suavizante, así evitarás que los químicos que contienen detergentes y suavizantes puedan irritar tu piel, además de mantener su capacidad de secado y su esponjosidad durante más tiempo.


También puedes emplear pañuelos de papel suaves o de algodón tejido del que usan las facialistas.


Manos sosteniendo una toallita facial


No usar tónico tras la limpieza


El tónico sirve para preparar la piel para los siguientes pasos de tu rutina facial. Según el tónico que elijas puedes obtendrás distintos resultados, aunque los más destacados son el de cerrar tus poros, equilibrar la piel o calmarla.


Aplícalo con pequeños toques, sin frotar y ayudándote de un disco desmaquillante.


Procura que el tónico no tenga alcohol ni cualquier otro ingrediente que ya sepas que puede producirte irritaciones o alergias.


No aplicarte una hidratante después


Tras la limpieza del rostro (y el tónico) es importante que te apliques una crema hidratante (con o sin un sérum antes), puesto que después de limpiar la piel esta se queda desprotegida y algo seca y necesita reponer la humectación.


Cada limpiador requiere una forma de aplicación específica para que se eficiente y no dañe la piel. Por eso es importante seguir las instrucciones que especifique el fabricante en el envase.


Como norma general, evitar frotar de manera agresiva tu piel con ninguno de los productos. Para que ésta quede bien limpia no es necesario maltratarla.


Crema fluida cayendo sobre una mano femenina


Tardas mucho en aplicarte la hidratante


Si esperas demasiado para aplicarte el sérum o la hidratante desde que te has secado la piel y te hayas puesto el tónico, la humedad que todavía queda en ella comenzará a evaporarse... y con ella llegará la deshidratación.


Si te aplicas la hidratación y el tratamiento en los 60-90 sg. inmediatamente posteriores a la limpieza tu piel aprovechará mejor la humectación y necesitarás menos cantidad para sentirla confortable. 


No exfoliar tu piel


Si quieres que la limpieza diaria funcione a pleno rendimiento, es necesario que exfolies tu piel, es una forma de complementarla y reforzarla.


La frecuencia de uso y el tipo de exfoliante dependerá de tu tipo de piel. Consulta con tu asesora de belleza, tu facialista o el especialista en cosmética de tu farmacia para que te recomiende el más adecuado para ti.


¿Echas de menos algún error o alguna solución? Me gustaría mucho que nos lo comentases, ya sabes que éste también es tu blog.


Ya sólo me resta finalizar... limpiamente :)




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18 mayo, 2016

Todos los Secretos de la Doble Limpieza

La limpieza diaria del rostro es un imprescindible si queremos conseguir una piel bonita y saludable, eso es bien sabido, aunque algunas veces es más conocido en la teoría que en la práctica ;)


Y es que saltarse la higiene facial diaria es la vía más rápida para tener una piel opaca, apagada, con un tono irregular y con poca capacidad de absorción. Mientras que una buena limpieza mañana y noche sólo aporta beneficios: suavidad, luminosidad, tono uniforme y hasta un 50% más de absorción de los productos de hidratación y tratamiento que se vayan a aplicar después. Unos argumentos que convencen, sin duda.


Pero para que la limpieza sea realmente eficaz, es importante que sea profunda (sin ser agresiva), de modo que elimine todo tipo de suciedad que pueda haber en su superficie. Y cuando digo de todo tipo, es porque no toda la suciedad e impurezas que pueden terminar sobre nuestra piel son iguales. Imagínate un día cualquiera y haz recuento de todo lo que puede acabar en tu linda carita: polvo, contaminación, sudor, células muertas, grasa que secreta la propia piel, bacterias dejan tus manos al tocarte la cara sin darte cuenta, protectores solares, base de maquillaje, máscara de pestañas, labial, blush... Y cada uno de esas impurezas es diferente, porque algunas son liposolubles (se disuelven en aceite) o hidrosolubles (se disuelven con agua).


Por eso es tan importante realizar una limpieza que arrastre los dos tipos de suciedad, la que se limpia con aceite y la que se elimina con agua. Y en este caso el orden es importante, porque lo lógico es primero utilizar un producto con base grasa y después otro con base de agua para terminar de retirar cualquier resto de aceite que haya podido quedar, así como todas las impurezas hidrosolubles.


Pues bien, este tipo higiene facial se llama doble limpieza, por motivos obvios, ya que se hace en dos pasos. Es la que utilizan las japonesas, que en el cuidado de su rostro son muy exigentes, no sólo en los productos, sino en los rituales de aplicación.


Todos los secretos de la doble limpieza


Y no es que haga falta mucho más tiempo para poner en práctica este tipo de higiene facial, porque el paso extra que se añade tampoco requiere demasiado esfuerzo. Es más una cuestión de pereza a la hora de imaginar que hay que hacerlo que ponerlo en práctica. Y los resultados merecen la pena.


Para que puedas tener una piel preciosa e impoluta a diario, a continuación te doy algunas claves que te pueden ser útiles:


Pasos a seguir


Paso 1


El primer paso para la doble limpieza es utilizar un limpiador con base de aceite. Su finalidad es eliminar el sebo de la propia piel, el protector solar y las grasas y pigmentos que pueda llevar el maquillaje.


Si incluyes esta fase en tu ritual de higiene facial diaria, podrás comprobar que los restos de maquillaje, especialmente los de máscara y labial desaparecen al 100%, algo difícil de conseguir con la limpieza habitual.


Aunque para este paso puedes utilizar limpiadores con base grasa como los que se presentan como lociones, leches y cremas, te recomiendo los aceites. No te asustes, porque los hay para cada tipo de piel, por lo que no te dejarán la piel grasienta ni te provocarán granitos. El único requisito: que elijas el adecuado para ti.


Ojo, que para este paso no te sirve cualquier aceite, porque debe estar formulado para limpiar, no para nutrir. Y debe poderse eliminar completamente con el siguiente paso. Por tanto no te servirán para este tipo de limpieza los aceites vegetales (oliva, aguacate, almendra, sésamo, coco, etc.), aunque sí los puedes utilizar para nutrir e hidratar después de la higiene, siempre que sean apropiados para tu tipo de piel.


El ritual a seguir es el siguiente:



  • Aplícalo con la piel y las manos secas, poniendo una pequeña cantidad en la frente, mejillas, nariz y barbilla. Masajéalo suavemente y en seco para repartirlo por todo el rostro, insistiendo con cuidado en ojos y labios si los llevas maquillados. Utiliza movimientos circulares para hacerlo.

  • En caso de que no te apetezca utilizar las manos, también puedes utilizar un algodón para limpiar.

  • Elijas la forma de aplicación que elijas, no frotes el aceite o las limpiadoras sobre tu piel.

    Aclara siempre con agua tibia
  • En caso de que utilices aceite limpiador, humedece después tus manos y rostro con agua tibia y emulsiónalo.

  • Para terminar, aclara bien el aceite con agua tibia, procurando llegar a todos los rincones de la cara. Si utilizas lociones o cremas limpiadoras, retíralas con un algodón o con una esponjita humedecida  o aclarando con agua, según las recomendaciones del laboratorio.

  • Emplea siempre agua tibia, tanto en este paso como en el siguiente. Si el agua está muy fría, los poros se cerrarán y corres el riesgo que se queden restos de aceite o jabón dentro, con los consiguientes granitos y brotes de acné que pueden atacarte. Si está muy caliente, la piel se puede resecar, enrojecer o aparecer venitas.


Paso 2


Limpieza facial con espuma
En el segundo paso la protagonista es la limpieza de la suciedad hidrosoluble, es decir, el sudor, las células muertas, las bacterias, el polvo, la contaminación... además de los posibles restos grasos que puedan haber quedado de la fase anterior.


Esta limpieza al agua es la que termina de dejar la piel impoluta, luminosa y lista para los tratamientos posteriores.


Los productos pueden ser jabones, espumas o aguas micelares, según tus preferencias y tu tipo de piel. Personalmente, me encantan las espumas, por la sensación fresca y ligera que me aporta, pero tú debes encontrar tu limpiador ideal.


Como aplicarlo



  • Pon una pequeña cantidad de producto en la palma de la mano y emulsiónalo con un poco de agua.

  • Aplica la espuma resultante en el rostro con movimientos suaves y circulares.

  • Aclara muy bien con agua tibia (entre 36 y 39º), procurando retirar todos los posibles restos jabonosos, incluso en el nacimiento del cabello. Este paso es importante, porque los restos de jabón pueden provocarte granitos y acné.

  • Seca siempre con un tisú, en lugar de con una toalla. Las toallas, si no están recién lavadas, pueden contener restos de jabón o humedad y bacterias que pasarían a tu cara. Y si las lavas con lejía o productos agresivos, pueden enrojecer e irritar tu piel. 


Qué productos elegir


Jabones limpiadoresLos productos que escojas para la limpieza, tanto con base de aceite como de agua, deben ser apropiados para tu piel.


Para elegirlos debes tener en cuenta tu tipo de piel, tu edad, la época del años y tus preferencias en cuanto a texturas.


Si no tienes mucha idea de este tipo de temas, te recomiendo que consultes con una profesional de la belleza. La esteticista que te trate habitualmente, la consejera de belleza de tu farmacia (si tiene formación al respecto, por supuesto) o una dependienta de confianza de tu perfumería habitual serán tus aliadas. Pero, ojo, en este caso debes contar el consejo de asesoras, no con vendedoras-despachadoras poco cualificadas.


Cuándo utilizar la doble limpieza


La teoría es que debería ser mañana y noche. Por la mañana para eliminar el sebo que pueda haber generado la piel por la noche, el sudor y los restos de cremas de la noche anterior. Por la noche para eliminar todo lo anterior, además de protectores, maquillajes y contaminación.

Aunque si no tienes tiempo por la mañana, puedes dejar este ritual para por la noche, dedicándote unos mimos cuando ya has terminado la jornada.

 
Reserva un rato para ti y tu belleza, sobre todo por la noche
Reserva un rato para ti y tu belleza, sobre todo por la noche


Y para el final...


Para terminar la doble limpieza puedes seguir el ejemplo de las japonesas, puedes terminar con una toallita caliente y una loción equilibrante que prepare el rostro para los tratamientos posteriores.


Aunque puedes finalizar de una forma menos elaborada, aplicándote un buen tónico adecuado para tu tipo de piel.


Y, ahora que ya sabes más acerca de la doble limpieza, por favor, deja las toallitas limpiadoras para el gym o los viajes cortos. Tu piel te lo agradecerá.






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16 julio, 2014

Espuma Limpiadora de Caudalie, un Imprescindible

chica lavándose la caraHoy te traigo un post sobre un producto que he estado probando a lo largo del último mes y que me ha fascinado: la espuma limpiadora de Caudalie Fleur de Vigne.


No la conocía, pero me la recomendó Pepi de la farmacia Ayllón, donde me tratan de maravilla y siempre me descubren productos nuevos e interesantes, no sólo por calidad, también por precio.


No soy muy fan de las leches limpiadoras y prefiero las espumas a la hora de la higiene facial diaria. No me gustan las texturas muy grasas y, además, hacen que me salgan granitos de forma casi inmediata. Prefiero la sensación de la espuma y el jabón, porque me parece más fresca y que limpia más, aunque no tenga nada que ver. 


El mayor problema con los jabones y espumas limpiadoras es que dejan la piel seca y tirante, lo que es incómodo y poco estético.


Pero esta espuma me ha sorprendido gratamente, después de un tiempo utilizándola mañana y noche.


Te cuento más...


Mi experiencia


Tiene un envase muy cómodo, con un dosificador que me permite utilizarlo fácilmente después de haberme humedecido la cara. Puedo darle al pulsador con la muñeca o el canto de la mano, sin miedo a mojar el envase y sin tener que secarme las manos.


Visualmente es atractivo, porque es transparente, lo que transmite la sensación de ligereza y limpieza.


Tiene una aroma afrutado y floral, con algún toque herbal. Todo ello muy sutil, por lo que no llega a empalagar. Es un olor muy refrescante.


espuma limpiadora caudalie
Dura mucho, fíjate lo gastado después de 1 mes
Hace mucha espuma y cunde mucho. Yo utilizo dos pulsaciones cuando necesito más limpieza, pero si he tenido la cara lavada todo el día, con una es suficiente para una buena limpieza.


Es muy suave con la piel, a pesar de que limpia en profundidad. Después de utilizarla no notas la cara tirante, reseca o irritada. La sensación después del uso es confortable.
chica lavándose la cara


Se aclara con facilidad, algo que me parece muy interesante. El último jabón limpiador que utilicé era un engorro, porque parecía que nunca se iba a eliminar del todo. Y, de hecho, había ocasiones en las que no conseguía aclararlo del todo, sobre todo si iba con prisa... y los granitos hacía su aparición estelar.


Deja la piel suavecita, hidratada, luminosa y preparada para el tónico, el sérum y la crema.


Tamaño: 150 ml. 


Precio: 15,10 € aprox. (hay ofertas de un 2x1 realmente interesantes)


Ventajas


    etiqueta espuma limpiadora caudalie
  • Es una limpiadora excelente.
  • Es apta para todo tipo de piel y respeta su pH natural.
  • Tiene una buena relación calidad-precio-duración.
  • Es agradable de utilizar tanto en textura como en aroma.
  • La marca no experimenta con animales (ni utiliza productos procedentes de ellos) y es respetuosa con el medio ambiente.
  • Los envases y cartonajes son reciclados y reciclables.
  • No utiliza parabenos, ftalatos, etc.
  • La mayoría de sus componentes son de origen vegetal (pepitas de uva, salvia, áloe vera...)


Inconvenientes


Si te has maquillado mucho, no termina de retirar la base del todo, por lo que necesitas utilizar un desmaquillante previamente. Para eso sería más adecuado el Agua Micelar Desmaquillante o la Leche Desmaquillante Suave de la misma línea, Fleur de Vigne.


Mi veredicto


Es absolutamente fantástica.


toallas
Seca con una toalla limpia o, mejor aún, con un tisú
Forma de uso


  • Utilízana mañana y noche sobre la piel humedecida.
  • Aclara bien con agua tibia.
  • Seca con una toalla limpia o, mejor aún, con un tisú.


Consejo plus


Si quieres darle un plus a tu limpieza facial, te recomiendo que utilices antes el aceite limpiador Silky Purifying de Sensai (Kanebo). Utilizarás la doble limpieza y tu piel quedará inmaculada y preciosa.




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