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23 enero, 2025

Consejos para que Tu Piel No Se Resienta en Invierno

Los meses de frío pueden comprometer en cierta medida la salud y el confort en tu piel, porque provocan sequedad, tirantez, enrojecimiento, descamación, picor, empeoramiento de las afecciones cutáneas, incomodidad persistente... Y esto afecta a todo tipo de pieles, incluso a las grasas. Por eso conviene seguir una rutina y unos productos apropiados, que tampoco difieren mucho de los que uses el resto de año, aunque esos pequeños cambios marcan la diferencia. 


Por eso, en este post quiero compartir contigo algunos consejos para cuidar tu piel durante los meses de frío.


Consejos para que tu piel no se resienta en invierno

 

Por qué el invierno afecta a tu piel

 

El frío de los interiores, el calor de los interiores, el ambiente seco en ambos ambientes y el viento afectan, y de qué manera, a la piel. 

 

Consejos para proteger tu piel cuando hace frío

 

Limpia tu piel, pero no lo hagas en exceso, especialmente si hace frío. Utiliza limpiadores y jabones suaves, hidratantes y a ser posible sin perfume. Los limpiadores espumosos tienden a resecar más la piel, mientras que los aceites y lociones no lo hacen. Si te excedes con la limpieza eliminarás las ceras y aceites naturales que la protegen. 

 

No abuses del agua caliente, porque empeorarás la sequedad y las molestias de la piel en los meses de frío. Aunque lo que más apetece en invierno es lavarse la cara o ducharse con agua bien calentita, lo cierto es que es lo peor que puedes hacer. Recurre mejor al agua tibia y a las duchas cortas para mantener la hidratación y el confort.  


Persona utilizando un limpiador en el lavabo con el grifo abierto

 

Si vas a exfoliar la piel, no uses productos muy agresivos. El ácido salicílico (BHA) o el ácido láctico te ayudarán a eliminar las células muertas de la piel. Aunque puede parecer que exfoliar no es una buena idea si tienes la piel seca y enrojecida, lo cierto es que si se hace correctamente ayuda precisamente a lo contrario, además de recuperar la luminosidad y el tono más uniforme. 

 

Evita los guantes de crin a la hora de la ducha, porque pueden irritar y secar más de la cuenta la piel en esta época del año.

 

Evita los tónicos con alcohol, optando por aquellos que tengan ingredientes hidratantes y protectores.

 

Hidrata la piel a diario. Si puedes hazlo con la piel ligeramente humedecida tras lavarte el rostro o después de la ducha. Eso no significa que tengas la piel empapada, sino que te la seques suavemente (con pequeños toquecitos) con un tisú (en el caso de la cara) o del la toalla, dejando una pequeña cantidad de humedad sobre su superficie. Esta práctica tan sencilla ayuda a retener el agua entre la crema y la piel.


Mujer aplicándose cremas

 

En invierno puedes cambiar la textura de tus cremas, eligiendo aquellas más ricas en lugar de las que se presentan en fluido o en gel. 

 

Algunos ingredientes perfectos para esta época: ácido hialurónico, niacinamida, manteca de karité, aceites vegetales (oliva, ricino, coco, jojoba...), ceramidas, glicerina, lanolina, vaselina...


Coco fresco y aceite de coco

 

Los retinoides, la vitamina C y algunos ácidos pueden resultar irritantes cuando hace frío. Si aún así los quieres seguir utilizándolos, es posible que tengas que reducir la frecuencia de uso o su concentración.

 

Aplícate regularmente mascarillas hidratantes, nutritivas o calmantes, según los requerimientos que detectes en tu piel. Incluso puedes recurrir al multimasking si percibes zonas con necesidades distintas.

 

No te olvides de los labios, porque su piel delicada y sin glándulas sebáceas sufren mucho con el frío, el viento y la calefacción. Utiliza bálsamos y aceites con frecuencia para mantenerlos hidratados y nutridos. 

 

Usa guantes cuando salgas a la calle. A menudo olvidamos nuestras manos, que acusan mucho el frío, porque también se deshidratan y se estropean. 


Guantes de lana sobre una mesa de madera

 

Por supuesto, utiliza una crema o bálsamo para hidratarlas y nutrirlas. Y no te olvides de las uñas, que también sufren con el frío.

 

Hidrátate también desde el interior, sobre todo con agua, aunque también puedes tomar bebidas calientes como infusiones o caldos. Y no te olvides de frutas y verduras, que también te ayudarán a mantener una hidratación óptima, además de aportarte nutrientes esenciales y saludables. 

 

También puedes combatir la deshidratación en tu hogar utilizando un humidificador. Los hay de diferentes tipos y precios, así que seguro que puedes encontrar el tuyo. 


No puedes esconderte del invierno, pero sí que puedes tomar medidas para que no le pase factura a tu piel.



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20 enero, 2021

Cómo Cuidar y Proteger Tu Piel en Invierno

¿Cómo está la piel de tu rostro durante el invierno? Probablemente me dirás que no en su mejor momento, sobre todo si las temperaturas son realmente bajas y hace mucho viento en el lugar en el que te encuentres.

 

Y ese empeoramiento de la piel es lógico. El frío reduce la circulación en todo el cuerpo, porque ese efecto vasoconstrictor le permite mantener mejor el calor. Y eso también afecta a la piel del rostro, porque le llega menos oxígeno, menos nutrientes y se resiente la capa hidrolipídica que la protege. Por eso notas que está más seca, más frágil, menos luminosa y con un color poco atractivo y uniforme.

 

Si quieres lucir una piel saludable y con buen aspecto también en invierno, aquí tienes unos cuantos consejos. Si los sigues, lo agradecerás ahora... y cuando llegue el buen tiempo. 


Cómo cuidar y proteger tu piel en invierno

 

Cuidado con los limpiadores

 

El frío no es excusa para dejar de limpiar tu piel, todo lo contrario, pero sí que debes cuidar los productos que usas. Si los habituales (limpiadoras, geles, espumas, aguas micelares...) te resecan la piel cuando hace mucho frío, cámbialos por otros que realicen la misma función, pero que sean más suaves. Los que llevan alcohol, ácido glicólico o salicílico pueden ser ideales cuando hace calor, pero no cuando las bajas temperaturas y el viento arrecian. 


Puedes optar por las cremas, los bálsamos o los aceites limpiadores más suaves. Si no sabes cuáles son los más adecuados para ti, consulta a tu facialista o tu asesora de belleza. 

 

Procura usar el tónico y la hidratante inmediatamente después de la limpieza para evitar que la piel se deshidrate más rápidamente. 

 

Exfolia tu piel

 

Incluso aunque haga frío tu piel necesita que elimines las células muertas, así que no olvides este gesto. Eso sí, no te excedas ni uses productos agresivos o no adecuados para tu piel, porque irritarás y resecaras tu rostro, justo lo que no necesitas cuando hace mucho frío.

 

La exfoliación periódica dejará tu piel más suave y luminosa, además de permitir que los productos que uses para hidratarla y tratarla penetren mejor.

 

Ojo con el agua muy caliente

 

Una ducha o un baño de larga duración y con agua muy caliente es algo tentador cuando las temperaturas bajan. Incluso es habitual lavarse el rostro mañana y noche con agua bastante caliente. Y es agradable, pero no muy recomendable para tu piel, porque se resecará mucho más. 

 

Mujer lávándose el rostro

 

El agua templada es mucho más recomendable, porque evitarás la deshidratación.

 

Hidratación

 

Por encima de todo debes hidratar tu piel. Las bajas temperaturas, el viento, la lluvia, la nieve y las calefacciones la deshidratan de forma notable, mucho más que el sol y el calor.

 

Es importante que tu hidratante esté adaptada a tu piel durante los meses más fríos, porque puede que necesites que tenga una textura más rica (incluso con base de aceite en lugar de agua) que la que usas durante el verano.

 

No te limites a hidratar únicamente por la mañana y reaplica tu crema a lo largo del día si es necesario. 

 

Crema hidratante

 

La hidratación también debe ser interior. En invierno tendemos a notar menos sed, lo que no significa que no necesitemos beber líquidos. Si el agua no te apetece, usa y abusa de infusiones y de caldos ligeros.

 

Tampoco está de más colocar un humidificador en casa o en el despacho si la calefacción te reseca mucho la piel. También te lo agradecerán tus ojos, tu nariz, tu garganta, tu cabello...

 

Tratamiento

 

Tu piel, salvo que tu edad o el especialista diga lo contrario, necesitará nutrición y tratamientos específicos, también en la época más fría del año. Así que no te olvides del sérum y de la crema de noche.

 

Mascarillas

 

Las mascarillas faciales siempre son recomendables, pero mucho más durante el invierno. Usa las adecuadas para la necesidad que tenga tu piel en cada momento: hidratante, nutritiva, calmante... 

 

Cuida el contorno de tus ojos

 

Si siempre tienes que cuidar la delicada piel del contorno de tus ojos, en invierno es todavía más importante. Ya sabes que es una zona muy delicada y que apenas tiene glándulas sebáceas, lo que la vuelve más vulnerable al frío y al viento, así que usa un buen producto para el contorno tanto de día como de noche. 

 

Y no prescindas de las gafas de sol ni en invierno, puesto que te protegerá tanto los ojos como su contorno de los estragos de los rayos solares.  

 

Mujer con gafas de sol en las manos

 

También protege tu cuello y escote

 

Además de extender la limpieza, la hidratación y de aplicarte los tratamientos en esas zonas (ya sabes, a efectos cosméticos tu rostro termina al final del escote, y sin olvidar las orejas), debes protegerlas. Usa gorros, cuellos altos, pañuelos, bufandas... cualquier barrera que pongas entre tu piel y frío será una inversión para mantener su salud y belleza.

 

No te olvides de los labios

 

Procura exfoliarlos con un producto suave para eliminar las células muertas y las pielecitas que tanto afean los labios. 

 

Utiliza un bálsamo labial día y noche para suavizarlos y nutrirlos. Si lo haces, comprobarás que tus labios están más suaves, hidratados y bonitos.

 

Mujer aplicándose un bálsamo labial

 

Y procura evitar la costumbre de pasarte la lengua por los labios para hidratarlos si los notas secos, porque lo que conseguirás es resecarlos más todavía. 

 

El protector solar también es para el invierno

 

Usa protector solar también en la época más fría del año, porque su radiación, aunque más baja, también afecta (muy) negativamente a la piel de tu rostro. No lo olvides si haces deportes de invierno o estás expuesta mucho tiempo a la intemperie.

 

Haz ejercicio

 

Aunque hacer ejercicio con el frío no parezca una actividad demasiado atractiva, lo cierto es que beneficiará, y mucho, a tu salud... y a tu piel. El frío tiene un efecto vasoconstrictor como te he comentado al principio del post, pero el hecho de moverte incrementa la circulación, lo que mejorará su estado. Su tono será más uniforme y más luminoso, estará más elástica, más suave y más hidratada. 


Una piel bonita y saludable también es posible en invierno, sólo hay que dedicarle algunos cuidados.



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04 noviembre, 2020

Cómo Mantener Tus Manos Calientes

¿Tienes ahora mismo las manos frías? Si es así, no hace falta que te diga que es una sensación muy desagradable. Por no hablar de la pérdida de sensibilidad y dolor en los dedos que hace difícil cualquier tarea, desde escribir en el ordenador a sacar las llaves de casa del bolso. ¿Que cómo lo sé? Pues porque tengo tendencia a tener las manos heladas en cuanto bajan un poco las temperaturas o estoy en un espacio con el aire acondicionado a tope.

 

Si también es tu caso, en este post vas a encontrar algunos trucos para mantener las manos calientes que espero que te sean útiles.


Cómo mantener tus manos calientes

 

Lo principal

 

Lo ideal es mantener las manos calientes en lugar de tener que calentarlas una vez que se han enfriado, porque lo segundo cuesta mucho más tiempo y esfuerzo. Ya sabes, mejor prevenir...

 

Si tu cuerpo siente frío, incluso aunque tú no lo percibas, dirige más flujo de sangre a los órganos vitales, reduciendo el que llega a las extremidades, como las manos y los pies, también a zonas como la nariz, las orejas...  Por eso es importante que mantengas el resto de tu cuerpo caliente, sobre todo su centro, para que las manos no se enfríen.

 

En caso de que tengas las extremidades siempre frías (más allá de una simple molestia), te cueste mucho calentarlas, percibas cambios de color o de textura en la piel y tengas otros síntomas, es conveniente que consultes con tu médico, porque puede tratarse de algo más serio.

 

Manos sobre un tronco con nieve

 

Abrígate

 

Abiga bien tu cuerpo en invierno, no solamente tus manos. Si el resto del cuerpo, sobre todo la zona central, está caliente tus manos se enfriarán menos.

 

Usa mangas largas que te cubran bien las muñecas.

 

No te olvides de los guantes cuando comiencen a bajar las temperaturas. 

 

Tienes guantes de distintos materiales para que los uses según la temperatura que haga en el exterior. Los más finos son perfectos para el otoño. Para el invierno más crudo los tienes de lana, tejidos técnicos o con forros especiales para mantener el calor.

 

Mujer abrigada con guantes, gorro y bufanda

 

Procura que los guantes sean transpirables, porque si el sudor se acumula en su interior notarás mucho más frío.

 

Elige guantes que cubran tus muñecas, porque si están desprotegidas tus manos se enfriarán con más facilidad.

 

Lo ideal es que los guantes se puedan ajustar a la muñeca con un elástico o con algún tipo de cierre como pequeñas cremalleras o botones. 

 

Guantes de lana

 

Si quieres un plus, coloca tus guantes sobre una fuente (segura) de calor para que estén más tibios antes de ponértelos. Ten mucho cuidado con el lugar en el que los pones para que no puedan prenderse los guantes o que no se tapen las zonas de ventilación de la fuente de calor y se pueda recalentar o incendiar. Puedes colocarlos cerca del radiador, de la tele o de tu ordenador, sobre el capó del coche cuando está caliente...

 

También puedes usar calentadores de manos, tanto electrónicos como desechables. Aunque son productos utilizados para quienes hacen montañismo, escalada, esquí, acampada y otras actividades al aire libre, también les puedes sacar partido en cualquier otra circunstancia si tienes tendencia a tener las manos frías.  

 

Ejercicio

 

Muévete para que la circulación llegue a tus extremidades más rápidamente. Pero debe ser un movimiento relativamente intenso para que lo notes. 

 

Si estás caminando, el paso debe ser vivo si quieres activar todo tu cuerpo.

 

También funcionan los ejercicios cortos e intensos que impliquen que los brazos se muevan con cierta intensidad, sobre todo si se realizan levantándolos por encima de la cabeza. 

 

Sea cual sea el ejercicio que hagas, las manos deben acompañarlo estando activas. Es decir, no las dejes flojas mientras te mueves. Estira los dedos, la palma de la mano y las muñecas mientras lo haces. 

 

Si no puedes levantarte del sitio para hacer ejercicio, puedes realizar movimientos de manos en tu silla o tu cama. Haz rotaciones con las muñecas, mueve las manos hacia arriba y hacia abajo dejando las muñecas fijas, abre y cierra los dedos vivamente, mueve tus dedos como si estuvieses bailando flamenco...

 

En cualquier caso, hacer ejercicio de forma regular mejorará tu circulación de forma general, así como el resto de tu salud física... y mental.  

 

Clase de fitness


Al agua...

 

Lávate las manos con agua tibia. No uses agua muy caliente, porque el cambio brusco de temperatura puede ser muy desagradable (picor, hormigueo, enrojecimiento...) y porque la piel se te resecará mucho. También es importante que no esté muy caliente, porque al tener las manos frías perderás sensibilidad y es posible que termines quemándote la piel sin apenas darte cuenta.

 

Dúchate con agua tibia, así no sólo se te calentarán las manos, también el resto del cuerpo. 

 

Es importante que te seques bien las manos una vez que te las laves, porque si te las dejas húmedas se te volverán a enfriar rápidamente. Esto también es aplicable al sudor. Evita que tus manos suden (al llevar guantes o si las metes en un bolsillo, por ejemplo). Si te ocurre, procura secar la transpiración lo antes posible.

 

Algunos trucos que también funcionan

 

Evita los cambios bruscos de temperatura.

 

Echa el aliento sobre tus manos. Haz una especie de cuenquitos con las palmas de tus manos, únelas y sopla el aire caliente en su interior. Luego frótalas rápidamente para que el calor de tu aliento se reparta bien por toda su superficie. 

 

Masajea tus manos y tus dedos. También puedes masajear muñecas, antebrazos y brazos.

 

Una forma de calentar las manos es ponerlas en zonas del cuerpo que estén calientes como las axilas. Aunque la sensación de las manos frías sobre la piel no es nada agradable, claro. También sirve que tu pareja te tome de las manos para calentarlas...


Pareja tomada de las manos

 

Evita todo aquello que pueda restringir la circulación hacia tus manos como las correas de pulseras y relojes, mangas con puños ajustados, etc. 

 

Ponte crema en las manos con frecuencia, sobre todo texturas untuosas y que aporte nutrición además de hidratación. El aporte de grasa las protege, también del frío.  

 

Cremas de manos

 

Apúntate a las infusiones. Además de ser reconfortantes, te servirán para que entren en calor tu cuerpo y tus manos. No sólo al beberla, también al tener la taza entre tus manos. 

 

Manos sujetando una infusión

 

Hay ingredientes que tienen propiedades termogénicas como la canela, la  pimienta, el té verde, el jengibre... Puedes tomarlos en infusión o añadirlos a tus platos. Ojo, si tienes la tensión alta o tienes la sospecha de que puedes tener alguna enfermedad o trastorno, consulta con tu médico o tu farmacéutico antes de tomar alguno de estos ingredientes.

 

Acerca tus manos a una fuente de calor. Eso sí, ten cuidado de no quemarte. Esta es una de las opciones menos recomendable, porque si tienes las manos muy frías, es probable que al producirse una vasodilatación intensa y rápida, notes hormigueo, enrojecimiento e incluso dolor. 

 

Hombre acercando las manos a un fogón

 

Y no dejes de lado un estilo de vida saludable

 

Aliméntate de manera saludable. Así tu circulación sanguínea será mejor y notarás que tus manos se enfriarán menos. 

 

Si fumas, plantéate dejarlo, porque el tabaco es vasoconstrictor y daña las paredes de tus vasos sanguíneos y los vuelve más rígidos.  

 

El alcohol tiene el mismo efecto que el tabaco, porque empeora la circulación, a pesar de que en un principio pueda parecer que hace entrar en calor. 


Si estos trucos te ayudan a mantener tus manos calientes, misión cumplida. Y si eres de los afortunados a los que nunca se les enfrían, no te olvides de compartirlos con quienes puedan necesitarlos.



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22 enero, 2020

Cómo Vestirse para el Frío

¿Estás pasando mucho frío este invierno? Si la respuesta es sí, probablemente tenga más que ver con la forma en la que te vistes que con la temperatura que hay en el exterior.


Y lo molesto no es únicamente el hecho de pasar frío, sino el de pasar mucho calor al entrar en un interior. Lo que, además de ser incómodo, es garantía de resfriarse cada dos por tres. 


Si quieres evitarlo sigue leyendo y encontrarás consejos para vestirte para el frío sin perder un ápice de comodidad... ni de estilo


Cómo vestirse para el frío


Consulta la previsión meteorológica


Aunque pueda parecer algo propio de nuestras abuelas, consultar la previsión meteorológica antes de salir a la calle es una buena idea. Te permitirá vestirte adecuadamente para el tiempo que te espera.


Es importante que consultes la temperatura y el resto de condiciones meteorológicas para todo el tiempo que vayas a estar fuera de casa. No es lo mismo lo que te vas a encontrar a las 6 de la mañana, que a las 2 de la tarde o a las 12 de la noche. Ahora tienes muchas aplicaciones que te facilitarán toda la información del tiempo hora a hora y que puedes llevar contigo en tu móvil.


Como una cebolla


Pues sí, una de las mejores formas de luchar contra el frío, pero sin morir de calor al entrar en interiores, es vestirse por capas.


Procura que las prendas más delgadas sean las que están en contacto con tu cuerpo, mientras que las más gruesas deben ser las que estén en el exterior.


Si eres muy caluroso o prevés que el lugar interior en el que vas a estar tiene la calefacción muy alta, utiliza una prenda interior de manga corta o de manga francesa, incluso una camiseta interior de tirantes puede ayudarte a luchar contra el frío. Te protegerá del frío fuera, pero te permitirá estar más confortable cuando estés en un espacio cálido. En cualquier caso, es fundamental que la prenda que está en contacto con tu cuerpo te permita eliminar el sudor, porque la humedad es responsable de la pérdida de calor. 


Mujer con jersey de lana, abrigo y bufanda gruesa, sosteniendo una taza de café y una margarita


Elige los materiales apropiados


Tanto para las prendas interiores como exteriores. Las prendas interiores puede ser de tejidos como la seda, el algodón, el nylon que, al ser más frescos, te serán cómodos en interiores muy cálidos una vez que te hayas quitado prendas de abrigo. También hay tejidos térmicos diseñados especialmente para mantener tu calor corporal, pero que facilitan la expulsión del sudor hacia el exterior, como las mezclas de poliamida y lycra, por ejemplo.


Para las prendas exteriores la lana o sus combinados, la tela polar, la franela y la viscosa son perfectas para abrigarte. Y, por supuesto, la ropa de pluma es perfecta para protegerte de las bajas temperaturas.


Mujer con jersey de lana de cuello vuelto en azul claro


Dile sí al abrigo largo


Los abrigos cortos o tres cuartos te permiten moverte con más facilidad, lo que implica que te resultarán más cómodos. Pero cuando el invierno aprieta los abrigos más largos te permitirán mantener mejor el calor, sobre todo si llevas falda corta o pantalones más livianos. Es importante que el material del que estén confeccionados te ayude a conservar el calor, pero que sean ligeros. 


Abrigo largo de color camel con cinturón


Un buen abrigo te protegerá del frío del exterior, sin necesidad de aumentar el número de capas de ropa. Así que es imprescindible si vas a llevar ropa de vestir o de fiesta y no quieres arruinar tu look con chaquetas, jerséis o camisetas. 


Protege tu cuello


Puedes utilizar una camiseta interior o un jersey exterior con el cuello vuelto. Ambas prendas te protegerán del frío en esa zona y te ayudarán a luchar contra el dolor de garganta y los resfriados. Pero hay personas a las que les agobia este tipo de cuellos, si es tu caso, puedes optar por una bufanda para el exterior y un pañuelo o fular más liviano para cuando estés a cubierto.


Chica abrigada para el frío tapándose el cuello y parte del rostro con una bufanda


Cubre tu cabeza


Una buena parte del calor se pierde por la cabeza, así que en días muy frios un gorro, un sombrero o una capucha pueden ayudarte a mantenerte caliente en el exterior.


Ten en cuenta que la cabeza y las extremidades tienen menor flujo sanguíneo que el resto del cuerpo, por lo que en ellas perdemos más calor y sentimos más el frío. 


No te olvides de las manos


Si las manos se te quedan frías, te costará mucho que el resto del cuerpo se caliente, incluso aunque lleves ropa de abrigo. Así que no te olvides de los guantes


Si no hace demasiado frío, unos guantes de cuero con forro o unos sintéticos, pueden ser suficientes. Pero si quieres abrigar bien tus manos, los de lana son ideales. La lana, incluso mojada, protege más de las bajas temperaturas. Y lo guantes de forro polar o tejidos técnicos también te pueden ayudar a combatir las bajas temperaturas.


Guantes de lana sobre una mesa de madera


Cuando las temperaturas bajan mucho, las manoplas son mejores que los guantes, porque si los dedos están juntos dentro de la manopla, mantienen mejor el calor.


Abriga tus pies


Unos pies fríos son garantía de no entrar en calor en un buen rato, incluso aunque entres en un interior. Por eso debes abrigar tus pies con calcetines o medias de algodón u otras fibras naturales (o mezcla), que calienten, pero que permitan que tus pies respiren.


Es importante que tus zapatos estén bien aislados del frío, así que presta atención a las suelas.


Las botas también te ayudarán a mantener el calor. Si la temperatura es muy baja, mete tus pantalones dentro del calzado. Y si llueve o nieva, es importante que estén impermeabilizadas.


Pareja de pie sobre la nieve, ella con los pantalones metidos dentro de las botas altas


Protégete de la lluvia


La humedad no hará más que incrementar la sensación de frío, así que hazte con un buen paraguas o prenda impermeable.


Los paraguas plegables son muy cómodos y abultan muy poco en el bolso, pero no te servirán de nada en días de lluvia intensa y acompañada de viento. Así que para esas ocasiones busca un paraguas antiviento, de buen tamaño y que cubra bien por los laterales.


Por cierto, no deberías llevar prendas de lluvia si no está lloviendo, porque es probable que con ellas pases más calor o más frío del debido.


Más...


Los días más fríos en los que tengas que llevar muchas capas encima puedes llevar un shopping bag lo suficientemente grande para ir poniendo prendas según te vayas deshaciendo de ellas, para que no tengas que llevarlas colgadas del brazo si estás fuera o que estén desperdigadas en el interior.


Olvídate de los vaqueros si hace mucho frío, salvo que te pongas unos panties o leotardos debajo. Y esto tampoco es muy recomendable, porque los pantalones no te sentarán bien y el contacto de los panties con el denim no te permitirá moverte con soltura. 


Unos panties tupidos o unos leotardos te pueden abrigar más, incluso llevando minifalda, que unos pantalones ligeros. 


Espero que estos consejos no te hayan dejado fría... o frío.




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08 noviembre, 2017

Protege y Cuida Tus Manos en los Meses de Frío

Las manos son una parte del cuerpo realmente importante, porque las utilizamos constantemente para realizar cualquier tarea: escribir, enviar mensajes, conducir, saludar, acariciar, tocar un instrumento musical, pintar, cocinar... Nos conectan con el mundo que nos rodea, tanto que incluso son una tarjeta de presentación ante los demás, porque se muestran constantemente y dicen mucho de nosotros.


Por eso es importante cuidarlas, para que estén siempre sanas y bonitas. Aunque no siempre es tarea fácil, porque las agresiones que sufren las manos a diario son muchas y muy variadas: el trabajo manual intenso y repetitivo, los lavados frecuentes, el contacto con químicos agresivos, el calor, el viento y especialmente el frío.


Por eso en este post quiero darte consejos para mantener tus manos protegidas y cuidadas frente al frío.


Así que manos a la obra... 


Protege y cuida tus manos en los meses de frío


La higiene


Utiliza jabones de manos suaves y respetuosos con tu piel. Procura que contengan ingredientes que hidraten y nutran.


Evita los jabones industriales, de los que se suelen utilizar en centros de trabajo y baños públicos. Si en tu empresa los emplean, puedes tener tu propio bote de jabón en el cajón de la mesa y llevártelo cada vez que te laves las manos. Estos jabones suelen contener detergentes muy agresivos que resecan e irritan las manos.


Emplea agua templada para lavarte las manos. Tanto el agua muy fría como el agua muy caliente resecan y agreden tu piel.


Lávate las manos a conciencia, sin olvidarte de los dedos, el espacio entre el pulgar y el índice, el dorso de la mano y las muñecas. Esto no sólo cuidará tus manos, también es importante para tu salud, puesto que en época de gripes y resfriados es una forma de protegerse de contagios.  


Jabón y cepillo


Sécate bien las manos cada vez que te las laves. Aunque son más ecológicos, los secadores de aire secan la piel de tus manos. En la época de frío te recomiendo que utilices toallas de papel.


Cuando te seques las manos, olvídate de frotar. Hazlo con suavidad, dando pequeños golpecitos para empapar la humedad de la piel. Durante el frío la piel se seca y se irrita con más facilidad, así que debes evitar cualquier acción que pueda contribuir a ello.


Reduce el uso de desinfectantes con alcohol a las ocasiones estrictamente necesarias. El alcohol secará en exceso tu piel, justo lo que menos te conviene en invierno.


La hidratación


Elige cremas con texturas ligeras y absorbibles para el día y ricas y cremosas para tratar tus manos por la noche.


Te recomiendo las cremas que incluyan en su formulación ingredientes como la manteca de karité, manteca de cacao, aceite de argán, aceite de coco, aceite de sésamo, vitaminas (A, E o B5), ácido hialurónico, ácido láctico, etc.  


Tarro de crema


Aunque sé que es difícil hacerlo, aplícate crema de manos cada vez que te las laves, así repondrás los lípidos que haya podido perder tu piel con el agua y el jabón.


Aplícate crema nutritiva todas las noches. Hazlo de forma generosa, con un buen masaje y justo antes de dormir. Si quieres un plus de tratamiento, ponte unos guantes de algodón para dormir, así la crema funcionará a modo de mascarilla. Es incómodo, pero muy efectivo.


Apuesta por las mascarillas específicas para las manos, sobre todo si las notas muy deshidratadas e irritadas.


Evita los productos que tengan parafina, porque aunque parece en un primer momento que dejan la piel suave e hidratada, lo que consiguen es justo el efecto contrario. Y esto acaba provocando un círculo vicioso en el que se aplica la parafina, la piel se seca y se reaplica para aumentar la hidratación.


La protección solar


Si vas a estar expuesta al sol en el exterior durante mucho tiempo y sin guantes, no te olvides de la protección solar en tus manos. Aunque no lo notes, los rayos solares estarán haciendo de las suyas.


La exfoliación


Las manos, como el resto de la piel, se ve beneficiada por la exfoliación, puesto que se retiran las células muertas y se facilita la entrada de los productos de tratamiento. Eso sí, es importante no excederse con ella. Lo recomendable, exfoliar cada 7-14 días con un producto suave.


Exfoliante natural


La protección


Ponte guantes para salir a la calle, así protegerás tus manos del frío, del viento y de la humedad. Además de ser útiles, los guantes son un bonito complemento. Puedes tener unos más finos para los días menos fríos y otros más gruesos para cuando las temperaturas bajen mucho.


Guantes de lana


Utiliza guantes de goma para manipular productos agresivos, para lavar los platos o para hacer tareas domésticas que puedan dañar tus manos.


Si vas a hacer trabajos de jardinería, deberías ponerte guantes específicos para esa tarea, sobre todo si hace mucho frío o si vas a utilizar productos químicos.


En caso de que vayas al gimnasio, no te olvides de tus guantes de fitness, especialmente si trabajas con pesas, barras u otros elementos que puedan provocarte callosidades o irritaciones en las manos.


Y no te olvides de las uñas, que también forman parte de las manos, así que cuídalas también. 




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