18 julio, 2018

Cómo Cuidar Tu Calzado de Verano

Sol, calor, arena, sal, cloro, sudor, tormentas inesperadas, largas caminatas, fiestas interminables... aunque parezca la descripción de un verano típico, también es la lista de los enemigos de tu calzado en la época de calor.


Y es que el verano es una estación magnífica, pero que obliga a prestarle cierta atención y algún que otro cuidado al calzado para que dure al menos otra temporada más.


Te invito a que sigas leyendo para que conozcas todos los trucos para cuidar tus zapatos de verano (casi) a nivel experto.


Cómo cuidar tu calzado de verano


Cuidados básicos para tus pies y tu calzado en verano


Cambia de calzado con frecuencia, mejor si es a diario. Así no sufrirán ni tus pies ni tus zapatos y sandalias.


Si te transpiran mucho los pies utiliza talco, polvos antitranspirantes u otros productos para reducir la humedad.


Seca siempre tus pies antes de calzarte.


Probablemente veas una especie de restos oscuros (bastante desagradables) en la plantilla de tus zapatos. Estos restos son pieles muertas, mezcladas con humedad y polvo (en las sandalias). Para evitarlos, debes de mantener tus pies limpios y secos, así que no estaría de más que emplees un producto antitranspirante. Si ya han aparecido, puedes retirarlos con toallitas de bebé o desmaquillantes, porque limpiarán pero no empaparán la plantilla.


Si las plantillas son lavables, límpialas cuando sea necesario. Si no lo son y están ya muy sucias, cámbialas. Puedes utilizar un paño humedecido con agua y unas gotitas de amoníaco.

 
Si tu calzado tiene tendencia a tener mal olor, puedes espolvorear su interior con bicarbonato, talco o incluso poner bolsitas de té negro en su interior (secas). También puedes emplear productos comerciales, por supuesto.


El almacenamiento


No guardes los zapatos y sandalias sucios o húmedos en zapateros y armarios.


No almacenes tus zapatos de verano de forma desordenada, porque se acabarán manchando y rozando entre sí, Busca algún sistema de almacenamiento cómodo y eficiente. 


Almacenamiento de calzado
 
 
Guarda tus piezas más delicadas con pernitos y hormas que mantengan la forma del calzado.


Los zapatos delicados deberían almacenarse en bolsas individuales de plástico, o mejor de tela.


De vacaciones y de fiesta


Cuando hagas la maleta para irte de vacaciones, procura que los zapatos vayan en bolsas para protegerlos. Si quieres que conserven la forma, puedes introducir en su interior pernitos u hormas, aunque si quieres aprovechar el espacio sin que te pese (literalmente) puedes introducir en su interior los calcetines u otros elementos blandos y que no puedan pinchar o rozar el interior de los zapatos.


En playas y piscinas no dejes tus zapatos al sol, procura llevar una bolsa para ellos y déjalos en el interior de tu bolsa de playa.


Zapatos en la playa


Si vas a llevar tacones a una fiesta o evento que tenga lugar en un espacio exterior con césped o arena, no te olvides de llevar en el bolso unos protectores para los tacones. Evitarás que se manchen o se raspen. Si no tienes a mano protectores o has sufrido un percance y se han manchado, deja que el césped y el barro se sequen antes de intentar limpiarlo. Una vez seco, pásale un cepillo suave para retirar la suciedad reseca.


La limpieza


Los zapatos de cuero se limpian cepillándolos primero con un cepillo seco y luego con un paño seco y suave, así retirarás el polvo y la suciedad poco incrustada. Luego tendrás que aplicar crema para el calzado o una crema nutritiva (si no tienes un producto específico a mano), ayúdate con una gamuza seca para una buena aplicación. Finalmente sácales brillo ayudándote de un paño o un cepillo. En verano es conveniente que nutras los zapatos de cuero con cierta frecuencia, porque la sequedad del ambiente los puede cuartear y deslucir. 


Cepillos y crema para limpiar zapatos de cuero


Si el calzado es sintético, su cuidado es sencillo. Únicamente tienes que limpiarlo con un cepillo o un paño que sean suaves, con un poco de agua y jabón neutro. Sólo tendrás que frotar ligeramente, retirando los restos de jabón con un paño limpio y húmedo y finalmente pasar una gamuza seca y que no suelte pelusas.


Si el calzado es de lona, puedes lavarlo a mano o en la lavadora, aunque deberás retirar antes los cordones y las plantillas y dejarlo secar bien una vez limpio sin exponerlo directamente a la luz del sol. Antes de lavar en la lavadora, comprueba si el fabricante lo recomienda, así como la temperatura a la que debes hacerlo. También es conveniente que introduzcas las zapatillas o sandalias de lona dentro de prendas gruesas, por ejemplo las toallas, para proteger tu lavadora de los golpes que se producirán durante el centrifugado. Y, claro, no laves tu calzado de lona a máquina junto con prendas delicadas. Si prefieres limpiar la lona a mano, humedece un cepillo o una gamuza con agua y jabón y frótala con cuidado, retira lo que pueda haber quedado de suciedad y jabón con un paño ligeramente humedecido y deja secar a la sombra.


Los zapatos de tela se limpian con un cepillo de dientes o una esponja humedecida con agua y unas gotas de jabón neutro, luego únicamente tendrás que pasar un paño humedecido para retirar los restos de jabón y dejar secar. También existen en el mercado productos para limpiar calzado de tela que puedes usar para dejarlo como nuevo. 


Zapatos de tela


Las alpargatas de esparto se deben cepillar con la suciedad (barro, polvo, césped...) en seco para poderla retirar completamente. También se pueden limpiar con agua y jabón, incluso añadiéndole un poco de amoníaco, humedeciendo con la mezcla un cepillo y frotando la superficie. Luego tendrás que dejar secar a la sombra y listo. Y si prefieres limpiarlas en seco, puedes espolvorear el esparto con polvos de talco, dejándolos actuar y luego cepillando. Para limpiar la lona o la tela de las alpargatas puedes utilizar alguno de los trucos que te he comentado antes. Si el material que acompaña a este calzado es cuero, tendrás que utilizar el método que he referido al comienzo. 


El calzado de verano de napa debes limpiarlo con un paño ligeramente humedecido y cepillarlo cuando esté completamente seco. Y ten cuidado de no dejarlo secar expuesto al sol directo.


El ante, en general, se limpia cepillándolo. Si no es suficiente, puedes utilizar un paño muy suave, ligeramente humedecido, dejándolo secar después (a la sombra) y cepillándolo una vez esté completamente seco. También hay limpiadores específicos, aunque siempre los recomiendo para casos en los que los zapatos o sandalias tengan manchas muy resistentes y que el primer método no haya sido eficaz.


Zapatos de ante


El calzado con suelas de goma blanca queda perfecto si le pasas un borrador mágico. Así retirarás fácilmente las manchas de barro, césped, etc. También puedes emplear un cepillo de dientes viejo y pasta de dientes.


¿Cómo cuidas tú el calzado en verano? ¿Tienes algún truco que quieras compartir? Me encantará añadirlo a la lista.




 

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La primera vez que apareció el post Cómo Cuidar Tu Calzado de Verano fue en el blog de La Meiga y Su Caldero. 


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