04 noviembre, 2020

Cómo Mantener Tus Manos Calientes

¿Tienes ahora mismo las manos frías? Si es así, no hace falta que te diga que es una sensación muy desagradable. Por no hablar de la pérdida de sensibilidad y dolor en los dedos que hace difícil cualquier tarea, desde escribir en el ordenador a sacar las llaves de casa del bolso. ¿Que cómo lo sé? Pues porque tengo tendencia a tener las manos heladas en cuanto bajan un poco las temperaturas o estoy en un espacio con el aire acondicionado a tope.

 

Si también es tu caso, en este post vas a encontrar algunos trucos para mantener las manos calientes que espero que te sean útiles.


Cómo mantener tus manos calientes

 

Lo principal

 

Lo ideal es mantener las manos calientes en lugar de tener que calentarlas una vez que se han enfriado, porque lo segundo cuesta mucho más tiempo y esfuerzo. Ya sabes, mejor prevenir...

 

Si tu cuerpo siente frío, incluso aunque tú no lo percibas, dirige más flujo de sangre a los órganos vitales, reduciendo el que llega a las extremidades, como las manos y los pies, también a zonas como la nariz, las orejas...  Por eso es importante que mantengas el resto de tu cuerpo caliente, sobre todo su centro, para que las manos no se enfríen.

 

En caso de que tengas las extremidades siempre frías (más allá de una simple molestia), te cueste mucho calentarlas, percibas cambios de color o de textura en la piel y tengas otros síntomas, es conveniente que consultes con tu médico, porque puede tratarse de algo más serio.

 

Manos sobre un tronco con nieve

 

Abrígate

 

Abiga bien tu cuerpo en invierno, no solamente tus manos. Si el resto del cuerpo, sobre todo la zona central, está caliente tus manos se enfriarán menos.

 

Usa mangas largas que te cubran bien las muñecas.

 

No te olvides de los guantes cuando comiencen a bajar las temperaturas. 

 

Tienes guantes de distintos materiales para que los uses según la temperatura que haga en el exterior. Los más finos son perfectos para el otoño. Para el invierno más crudo los tienes de lana, tejidos técnicos o con forros especiales para mantener el calor.

 

Mujer abrigada con guantes, gorro y bufanda

 

Procura que los guantes sean transpirables, porque si el sudor se acumula en su interior notarás mucho más frío.

 

Elige guantes que cubran tus muñecas, porque si están desprotegidas tus manos se enfriarán con más facilidad.

 

Lo ideal es que los guantes se puedan ajustar a la muñeca con un elástico o con algún tipo de cierre como pequeñas cremalleras o botones. 

 

Guantes de lana

 

Si quieres un plus, coloca tus guantes sobre una fuente (segura) de calor para que estén más tibios antes de ponértelos. Ten mucho cuidado con el lugar en el que los pones para que no puedan prenderse los guantes o que no se tapen las zonas de ventilación de la fuente de calor y se pueda recalentar o incendiar. Puedes colocarlos cerca del radiador, de la tele o de tu ordenador, sobre el capó del coche cuando está caliente...

 

También puedes usar calentadores de manos, tanto electrónicos como desechables. Aunque son productos utilizados para quienes hacen montañismo, escalada, esquí, acampada y otras actividades al aire libre, también les puedes sacar partido en cualquier otra circunstancia si tienes tendencia a tener las manos frías.  

 

Ejercicio

 

Muévete para que la circulación llegue a tus extremidades más rápidamente. Pero debe ser un movimiento relativamente intenso para que lo notes. 

 

Si estás caminando, el paso debe ser vivo si quieres activar todo tu cuerpo.

 

También funcionan los ejercicios cortos e intensos que impliquen que los brazos se muevan con cierta intensidad, sobre todo si se realizan levantándolos por encima de la cabeza. 

 

Sea cual sea el ejercicio que hagas, las manos deben acompañarlo estando activas. Es decir, no las dejes flojas mientras te mueves. Estira los dedos, la palma de la mano y las muñecas mientras lo haces. 

 

Si no puedes levantarte del sitio para hacer ejercicio, puedes realizar movimientos de manos en tu silla o tu cama. Haz rotaciones con las muñecas, mueve las manos hacia arriba y hacia abajo dejando las muñecas fijas, abre y cierra los dedos vivamente, mueve tus dedos como si estuvieses bailando flamenco...

 

En cualquier caso, hacer ejercicio de forma regular mejorará tu circulación de forma general, así como el resto de tu salud física... y mental.  

 

Clase de fitness


Al agua...

 

Lávate las manos con agua tibia. No uses agua muy caliente, porque el cambio brusco de temperatura puede ser muy desagradable (picor, hormigueo, enrojecimiento...) y porque la piel se te resecará mucho. También es importante que no esté muy caliente, porque al tener las manos frías perderás sensibilidad y es posible que termines quemándote la piel sin apenas darte cuenta.

 

Dúchate con agua tibia, así no sólo se te calentarán las manos, también el resto del cuerpo. 

 

Es importante que te seques bien las manos una vez que te las laves, porque si te las dejas húmedas se te volverán a enfriar rápidamente. Esto también es aplicable al sudor. Evita que tus manos suden (al llevar guantes o si las metes en un bolsillo, por ejemplo). Si te ocurre, procura secar la transpiración lo antes posible.

 

Algunos trucos que también funcionan

 

Evita los cambios bruscos de temperatura.

 

Echa el aliento sobre tus manos. Haz una especie de cuenquitos con las palmas de tus manos, únelas y sopla el aire caliente en su interior. Luego frótalas rápidamente para que el calor de tu aliento se reparta bien por toda su superficie. 

 

Masajea tus manos y tus dedos. También puedes masajear muñecas, antebrazos y brazos.

 

Una forma de calentar las manos es ponerlas en zonas del cuerpo que estén calientes como las axilas. Aunque la sensación de las manos frías sobre la piel no es nada agradable, claro. También sirve que tu pareja te tome de las manos para calentarlas...


Pareja tomada de las manos

 

Evita todo aquello que pueda restringir la circulación hacia tus manos como las correas de pulseras y relojes, mangas con puños ajustados, etc. 

 

Ponte crema en las manos con frecuencia, sobre todo texturas untuosas y que aporte nutrición además de hidratación. El aporte de grasa las protege, también del frío.  

 

Cremas de manos

 

Apúntate a las infusiones. Además de ser reconfortantes, te servirán para que entren en calor tu cuerpo y tus manos. No sólo al beberla, también al tener la taza entre tus manos. 

 

Manos sujetando una infusión

 

Hay ingredientes que tienen propiedades termogénicas como la canela, la  pimienta, el té verde, el jengibre... Puedes tomarlos en infusión o añadirlos a tus platos. Ojo, si tienes la tensión alta o tienes la sospecha de que puedes tener alguna enfermedad o trastorno, consulta con tu médico o tu farmacéutico antes de tomar alguno de estos ingredientes.

 

Acerca tus manos a una fuente de calor. Eso sí, ten cuidado de no quemarte. Esta es una de las opciones menos recomendable, porque si tienes las manos muy frías, es probable que al producirse una vasodilatación intensa y rápida, notes hormigueo, enrojecimiento e incluso dolor. 

 

Hombre acercando las manos a un fogón

 

Y no dejes de lado un estilo de vida saludable

 

Aliméntate de manera saludable. Así tu circulación sanguínea será mejor y notarás que tus manos se enfriarán menos. 

 

Si fumas, plantéate dejarlo, porque el tabaco es vasoconstrictor y daña las paredes de tus vasos sanguíneos y los vuelve más rígidos.  

 

El alcohol tiene el mismo efecto que el tabaco, porque empeora la circulación, a pesar de que en un principio pueda parecer que hace entrar en calor. 


Si estos trucos te ayudan a mantener tus manos calientes, misión cumplida. Y si eres de los afortunados a los que nunca se les enfrían, no te olvides de compartirlos con quienes puedan necesitarlos.



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La primera vez que apareció el post Cómo Mantener Tus Manos Calientes  fue en el blog de La Meiga y Su Caldero. 


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