¿Sueles cuidar de la belleza de tus uñas? Y no me refiero a llevarlas más o menos cortas, a elegir una forma u otra a esmaltártelas con los colores de tendencia o a decorarlas con el nail art más sofisticado. Hablo de la belleza que tiene que ver con la salud y los hábitos que las mantienen perfectas sin necesidad de adornos.
Hay muchas maneras de lograr que tus uñas estén saludables y bonitas, y una de ellas es utilizar un producto imprescindible para tu manicura: los aceites para cutículas.
Qué es la cutícula
La cutícula es la piel que está entre la uña y el dedo, que tiene como finalidad proteger la matriz de esa uña, sirviendo de barrera a la entrada de humedad, hongos, virus y bacterias. Eso significa que esa piel tiene una función, a pesar de que a veces no nos parezca muy estética, especialmente cuando crecen en exceso.
¿Hay que eliminarlas?
Para evitar que sean muy visibles y que puedan aparecer pieles muertas (que se quedan duras y levantadas) y padrastros, es importante cuidarlas, tanto o más que las propias uñas.
No se recomienda cortar las cutículas completamente. Si quieres, puedes empujarlas hacia atrás con un palito de naranjo, si te haces la mani en casa. O hacerte la manicura rusa, en la que se pule y da forma a la uña, se eliminan células muertas y se rebajan las cutículas con una fresadora, pero que debe ser realizada por profesionales. Lo que sí debes cortar con unos alicates específicos o con unas tijeras de manicura son las pieles muertas y los padrastros, siempre con cuidado de no apurar demasiado.
Cómo cuidar las cutículas
Si hay un gesto que te ayudará a mantener tus uñas siempre bonitas y cuidadas, es el aceite para las cutículas. Este tipo de productos hidrata, nutre, suaviza y mantiene las cutículas a raya, además de evitar que se te levante pielecillas y que te salgan padrastros. En algunos casos, el mismo aceite sirve para cuidar y reforzar las uñas, aunque para ello deben estar sin esmaltar.
Lo ideal sería utilizar estos aceites a diario, mejor por la noche, puesto que es el momento del día en el que se tiene más tiempo para dedicarle al cuidado personal. Aunque si las cutículas no se te secan ni te crecen demasiado, con que te los apliques cada 2 ó 3 días es suficiente. En mi caso se me resecan mucho y, como me gusta llevar las manos siempre impecables, los uso un par de veces al día: al salir de casa por la mañana y por la noche antes de acostarme.
Los aceites se deben aplicar con un masaje para que penetren bien en la piel (y en las uñas si sirve para ambos fines), y también para que no dejen sensación grasienta en los dedos.
Tienes aceites formulados específicamente para las cutículas y las uñas en el mercado, la mayoría de ellos de excelente calidad y a un precio razonable. Aunque te aconsejo que sean lo más naturales posible y que contengan antioxidantes.
Pero también puedes utilizar aceites o mantecas vegetales, tanto de manera individual como creando tus propias combinaciones. Algunos de ellos pueden ser aceite de almendras dulces, de coco, de jojoba, de girasol, de ricino, de semillas de uva, de melocotón, de semilla de albaricoque, de nuez de macadamia... Y también puede aplicarte manteca de karité, si lo prefieres. Si vas a preparar una mezcla propia, añade vitamina E (Tocopherol) como antioxidante. También puedes utilizar otras vitaminas, pero con la E es más que suficiente. Todos estos productos los encontrarás en tu herbolario de referencia, alguno incluso en supermercados y, por supuesto, en Internet.
Lo que sí que deberías evitar son los aceites vegetales que puedan teñir tanto las cutículas, como las uñas y parte de los dedos. Cualquiera que tenga una coloración muy anaranjada o verdosa, puede darte algún quebradero de cabeza.
Pueden enriquecer tus mezclas con unas pocas (poquísimas) gotas de aceites esenciales, aunque es importante que evites aquellos que son fotosensibilizantes (como el del limón o el de eucalipto, entre otros) o aquellos que puedan tintar piel y uñas, como el de canela.
En caso de que no tengas alguno de estos aceites a mano y te notes las cutículas resecas, puedes utilizar cualquier crema hidratante y/o nutritiva. Incluso puedes utilizar un aceite capilar o corporal, si no tienes otra cosa a mano.
Un truco que puede que te interese
Termino dándote un truco para que siempre tengas un aceite para cutículas a mano. Rellena un pequeño envase, como el vial de una muestra de perfume o de cualquier otro cosmético y mételo en el bolso o déjalo en el cajón de la mesa de tu despacho, así siempre podrás darte un retoque si ves que tus uñas lo necesitan. Yo tengo un gotero mini, que me permite poner una gotita sobre cada uña, incluso si voy caminando por la calle, y masajearlo rápidamente.
Si no lo haces todavía, te invito a que uses aceites para cutículas, porque un gesto tan pequeño tiene un efecto notable sobre la salud y belleza de tus uñas.
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La primera vez que apareció el post Aceites para las Cutículas: Imprescindibles para Tu Manicura fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
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