En un post anterior ya os di algunas sugerencias para aprovechar bien los tubos de distintos productos. Ahora, os doy otras dos ideas para aprovechar vuestras cremas hasta el final.
Cuando tengáis un tubo de plástico y no podáis usar el truco del binder o la pinza del Ikea porque es muy grande o muy pequeño, os aconsejo cortar el tubo en diagonal, haciendo una especie de muelle. Así podréis acceder fácilmente a su contenido. Si el tubo es muy pequeñito, sólo tendréis que cortar la parte que está termosellada y hacer un corte longitudinal desde ahí hasta la rosca del tubo; así podréis utilizar el dedo o una espátula para utilizar el producto que quede en su interior.
Eso sí, este truco sólo sirve cuando el producto está casi completamente terminado porque, al estar tan expuesto al aire, se degrada rápidamente. Si había más crema de la que pensabais, podéis recogerla con una espátula y trasladarla a otro recipiente con tapa, envolver el tubo en papel de aluminio o ponerlo en una bolsa con cierre zip y meterlo en la nevera.
En otras ocasiones, se trata de un bote o frasco que es rígido, alto y tiene una boca pequeña, por lo que no podemos acceder al fondo para aprovechar hasta la última gota de producto.
Para solucionar este problema, sólo tenéis que haceros con una espátula larga y estrecha o, sencillamente, con una palita o cucharita de las de remover el café de máquina. Esta solución os permitirá llegar hasta el fondo del frasco y terminar el producto hasta el final y, como es de plástico, la podréis lavar y reutilizar.
Nadie podrá decir que no sois unas chicas apañadas...
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