Seguro que reconoces la situación: compras un cuadro nuevo y, después de pensártelo varios días porque no te gusta nada el bricolaje, te decides a colgarlo. Coges tu Black&Decker y te pones a taladrar la pared, pones tu taco, tu escarpia y, por fin, cuelgas el cuadro. Lo miras, te enorgulleces. Guardas la taladradora y, entonces, miras al suelo. ¡Aghhh! ¡Todo está lleno de polvillo! El suelo, el rodapié, la pared, la mesita del teléfono... ¿cómo has podido manchar tanto con tan poca tarea? Te pones a limpiarlo y, no hay manera, no lo terminas de recoger nunca.
Pues bien, hay un pequeño truco, que quizás muchos ya conoceréis: el sobre americano.
Sólo tienes que coger un sobre, pegarlo con celo o cinta aislante en la pared por la solapa para que se haga una especie de bolsito, taladrar y, voilá, no se ha ensuciado nada. Sólo tienes que coger el sobre y vaciar el polvillo.
Consejo plus: si el sobre tiene autoadhesivo, mejor aún. No tienes que utilizar celo ni cinta aislante y, además, al pegarlo sobre una pared pintada no se lleva la pintura al retirarlo, porque es un adhesivo más suave. Y puedes reciclarlo para un nuevo uso, simplemente trasladándolo a la zona donde necesites hacer otro nuevo taladro.
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