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29 abril, 2020

Miniguía sobre los Impulsores y Levaduras en la Cocina

Si te estás iniciando en esto de la repostería y la panadería casera, este post probablemente te interesa. Porque ambas, repostería y panadería, requieren un ingrediente importante: la levadura.


Pero no es fan fácil, porque no todas las levaduras son iguales. Porque, sí, hay varios tipos de levadura y cada una tiene sus propiedades y sus usos concretos.


Lo más básico que debes tener en cuenta es que una cosa son los impulsores y otra las levaduras. Los primeros generan una reacción que consigue que las masas suban y queden más esponjosas. Las segundas generan un efecto parecido, pero partiendo de la fermentación. Además, las levaduras le aportan a las masas otras características, según la que se use (sabor, textura, duración del alimento...).


Si quieres saber más sobre el interesante mundo de los impulsores y de las levaduras, ponte el delantal y pasemos a la cocina...


Miniguía sobre los impulsores y levaduras en la cocina


Impulsores


Levadura química


Es la más habitual. La encontrarás en cualquier lugar y se presenta en sobres o en latas.


Este producto funciona con la humedad y el calor. Está compuesto por bicarbonato sódico, un ácido y un antiapelmazante, que suele ser almidón de maíz. También se le añade fosfato de calcio ácido y/o sulfato de aluminio sódico y/o cremor tártaro.


Más que una levadura, se trata de un impulsor químico, puesto que no fermenta.


Este producto te será útil si quieres que las masas suban en el horno, no antes como en el caso de los panes o los brioches.


Es ideal para preparar repostería en general y también para preparar rebozados.


Bizcocho


Bicarbonato sódico


Cuando se mezcla con humedad y con un ácido (limón, vinagre de manzana...) se activa y crea unas burbujitas que son las que consiguen que la mezcla suba. Pero, ojo, hay que aprovechar esta reacción con rapidez, porque pierde efectividad enseguida y tu masa no subirá. Si quieres comprobarlo, pon un poco de bicarbonato y unas gotas de limón en un vaso. Verás que enseguida comienza a aparecer una espuma que sube rápidamente.. y que baja también enseguida. Pues eso es lo que sucede cuando lo pones en la masa.


Si no aporta la cantidad suficiente de ácido, la masa no crecerá lo suficiente, porque no se producirá la reacción química que la provoca. 


Cuando a esta combinación se le añade calor, se descompone en dióxido de carbono (CO₂), que es lo que le va a aportar esponjosidad.


También incrementa el pH de la masa, lo que la mantiene algo blanda incluso cuando se ha finalizado el horneado.


Al igual que la levadura química, realmente es un impulsor, porque no implica fermentación de la masa, sino una reacción química que la hace subir. 


Úsalo cuando no necesites que la masa suba fuera del horno.


El bicarbonato puede aportar algo de sabor, tenlo en cuenta si la receta necesita mucha cantidad. Aunque al añadirle un ácido el sabor se neutraliza o se matiza bastante.


Bicarbonato sobre una tabla con moldes de galletas


Es perfecto cuando la receta requiere algún ácido como limón, vinagre, yogur... porque activará el bicarbonato. También si entre los ingredientes están el suero de leche, buttermilk (suero de leche) o leche cortada con un chorrito de limón (que funciona como sustituto del buttermilk si no lo tienes a mano).


Verás que las masas horneadas con bicarbonato tendrán la miga con agujeros (burbujas de aire) más grandes y se doran un poco menos.


Si la preparación lleva frutas ácidas, la aportará dulzor y le restará acidez.


Úsalo en repostería, pero también puedes emplearlo para panes que no necesiten levado (que suban antes de meterlos en el horno).


Magdalenas


Levaduras


Masa madre


Se trata de un fermento que se consigue a partir de harina integral y agua y que no lleva levadura añadida. La fermentación la producen las bacterias y levaduras que tiene de forma natural la harina, siempre que conserve la cáscara del cereal.


Esa masa madre formada por harina y agua será la que consiga que las masas fermenten, por lo que debes usarla igual que la levadura fresca o en polvo, dejando que leve antes de llevarlas al horno.


Lleva un proceso de elaboración sencillo, pero que requiere tiempo y cariño.


La puedes usar para hacer pan, roscones, bollería, pizzas...


Pan


Algo que caracteriza a los alimentos preparados con masa madre es que son más densos, más sabrosos y que duran en perfecto estado durante más tiempo que los que llevan otras levaduras.


Levadura fresca (prensada)


Como su propio nombre indica, requiere refrigeración para conservarse. Esto es debido a que contiene microorganismos frescos, que son los que actúan sobre la masa.


Sirve para que la masa suba, además de aportarle esponjosidad y sabor.


Se emplea para masas que deban subir antes de meterlas en el horno, como el pan. Esto se debe a que las bacterias y los microorganismos hacen su función de fermentación con temperaturas bajas. Estos microorganismos dejar de perder efectividad y mueren cuando la masa se calienta (a partir de unos 55ºC), por lo que deben haber hecho su trabajo antes de hornear, no durante la cocción. 


Se usa principalmente para preparar pan, aunque también es perfecta para preparar pizzas, empanadas, brioches, roscones...


Brioche


Levadura en polvo o de panadería


Se presenta seca y en granulitos. Es como la fresca, pero que se ha deshidratado, de ahí que aparezca en gránulos.


No requiere refrigeración.


No le aporta sabor al producto, pero sí que consigue que éste quede esponjoso y jugoso.


Se emplean en preparaciones que requieran que la masa crezca fuera del horno. 


Se usa para los mismos fines que la fresca.


Y ahora... ¡que nos pillen con las manos en la masa!







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La primera vez que apareció el post Miniguía sobre Los impulsores y levaduras en la Cocina fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.


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Miniguía sobre los impulsores y levaduras en la cocina by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

21 octubre, 2015

Cómo Limpiar el Horno Bien y Sin Tóxicos


Limpiar el horno es una tarea ingrata, para que nos vamos a engañar. Y si a eso le añadimos productos químicos agresivos, la cosa empeora. Por mucho que estos limpiadores se empleen con mascarilla o con la ventana abierta, resulta un auténtico suplicio respirar esos vapores al mismo tiempo que se frota hasta la extenuación.

 
Y qué decir de lo que la mayoría pensamos al limpiar con esos productos: que si se queda algún residuo de esos tóxicos en el horno, por muy bien que aclaremos, pasarán a la comida.

 
Cada vez me apetece más usar productos naturales, ya sea a la hora de comer, de cuidar mi piel o de limpiar. Por eso aquí te traigo algunos trucos que te ayudarán a limpiar el horno de forma más natural y respetuosa con tu salud, además de efectiva. Además, estos trucos suponen un ahorro para tu bolsillo.

 
Aquí tienes los trucos. ¿Tienes preparados los guantes?


Cómo limpiar el horno de forma eficiente y sin tóxicos


En general

 
Cocina con poca grasa y a una temperatura baja. Así salpicará menos grasa y el horno se ensuciará menos.


Pon papel de horno en la bandeja del horno, así evitarás que la grasa y los restos de comida se peguen. Luego sólo tendrás que retirar el papel y lavarás mucho más fácilmente la bandeja. El papel de aluminio también sirve, aunque puede rayar la bandeja.


No dejes que se ensucie demasiado. Procura limpiarlo bien después de cada uso. Cuanto más se resequen la suciedad y la grasa en el horno, más difícil será eliminarlas.

 
No utilices elementos abrasivos para la limpieza de paredes y resistencias: estropajos de aluminio, cepillos con cerdas muy ásperas, productos en polvo y muy corrosivos...


Guantes de cocina
Siempre que puedas, limpia con guantes
Utiliza siempre guantes. Aunque los productos que te propongo son más o menos naturales, el contacto continuado puede ser abrasivo para tu piel. Además, los guantes te protegerán en caso de que roces con alguna zona afilada o cortante. 

 
Procura limpiar el horno en caliente. No quiere decir que te tengas que quemar, por supuesto, pero sí que tenga una cierta temperatura para facilitar la limpieza. El calor hará que la grasa y la suciedad se despeguen mejor de la superficie.


Por cierto, para templar el horno antes de limpiarlo, hazlo con la puerta del horno cerrada. Si la abres, todo el calor irá hacia arriba y es fácil que los muebles o superficies que estén en la zona superior del horno se deterioren. 


Antes de limpiar, retira las migas y limpia con un trozo de papel de cocina la grasa y la suciedad más visible. Así facilitarás la limpieza posterior.


Si lo que se ha caído en el horno es líquido, retira la mayor parte poniendo sal para que absorba toda la humedad posible. Luego sólo tendrás que eliminar la pasta que se habrá formado con un poco de papel de cocina. 


Limpia las resistencias sólo con una bayeta ligeramente humedecida. 


Acuérdate de sacar todos los elementos removibles del horno antes de limpiarlo y lávalos aparte. Déjalos secar bien antes de volverlos a introducir en el horno.


Con bicarbonato y agua


BicarbonatoMezcla bicarbonato de sodio con agua del grifo, con un proporción aproximada de 1 cucharada sopera por 200 ml. de agua. 


Puedes aplicarla con una bayeta, aunque es mucho más cómodo introducir la mezcla en un bote con pulverizador. Una vez pulverizada por todo el horno, permite que actúe el bicarbonato y el agua durante un par de horas y luego aclara. Si la superficie interior está muy sucia, deja la mezcla toda la noche en exposición y aclara al día siguiente. 

 
Otra opción es preparar una pasta con bicarbonato y agua y aplicarla dentro del horno, insistiendo en las zonas más sucias. Déjala actuar al menos 2 horas y luego aclara. Si la suciedad es importante, déjalo toda la noche, como en el caso anterior. 


Puedes enriquecer esta pasta con sal, para que la limpieza sea más exhaustiva gracias a su textura granulada, puesto que es más abrasiva. Eso sí, tendrás que tener mucho cuidado al limpiar la pasta, para no rayar el interior. 
 

También puedes añadir vinagre o limón a la mezcla para aumentar su poder limpiador y desodorizante. O aclarar la pasta con agua y vinagre o agua y limón, a tu gusto.

 
Un inconveniente que tiene el bicarbonato es que puede dejar residuos, así que tendrás que esmerarte en el aclarado. Te darás cuenta enseguida si no has aclarado completamente, porque quedarán unas manchas blanquecinas.


Con levadura y agua


Levadura
Mezcla levadura y agua hasta hacer una pasta y aplícala por toda la superficie interior del horno. Déjala actuar un par de horas, más tiempo si la suciedad está muy incrustada. Luego aclara bien con una bayeta y agua del grifo. 


También puedes aclarar con agua mezclada con vinagre blanco, para aumentar la efectividad. Además, el vinagre ayudará a eliminar los malos olores que hayan podido quedar. No te asustes si al vaporizar el vinagre se crea una especie de espuma, es una reacción química (inocua) de la levadura y el vinagre.

 
Este truco funciona a la perfección para limpiar comida pegada de ollas, cacerolas y sartenes.


SalCon sal y agua


Haz una pasta con agua y sal y ponla sobre las manchas de comida pegada o grasa. Déjala reposar un par de horas y luego retírala con una bayeta, pero con cuidado de no rayar las paredes.


Con limón y agua

 
Introduce en un recipiente hondo (apto para el horno) limones partidos por la mitad, con agua a la que habrás añadido el jugo de esos limones. 

 
Limones
Calienta el horno a 280º durante 20-30 minutos, deja templar el horno y limpia las superficies. 


Al calentar el agua con el limón se generará un vapor que se pegará a las superficies. Ese vapor llevará consigo el jugo del limón, que es desengrasante, limpiador, desinfectante y desodorizante. Luego sólo tienes que pasar un estropajo suave y/o una bayeta y secar. Si no se ha quitado toda la grasa, utiliza el agua con limón del recipiente para darle una segunda pasada y luego aclara. 

 
Este truco también es perfecto para el microondas. 


¿A que ahora ya no te da pereza poner el horno en marcha?





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24 diciembre, 2014

Cómo Limpiar Fácilmente Comida Pegada

cocinando
Uno de los problemas de cocinar: que se pegue la comida
¿A quién no se le ha quemado la comida alguna vez? Y lo peor no es que ese plato que hemos preparado con tanto mimo se eche al perder, sino el frotar y frotar para quitar los restos pegados sin piedad en el fondo de la olla o la sartén.


Para que los ejercicios de brazos sólo los hagas en el gym y no en la cocina limpiando ollas como si fueses Cenicienta, en este post encontrarás varios trucos muy útiles para limpiar comida pegada.


Vamos a ello...


estropajo de aluminio
Con estos trucos: olvídate del estropajo de aluminio
1.- Pon la cacerola o la sartén con agua y caliéntala de nuevo al fuego junto con un poco de levadura química (tipo Royal) durante un par de minutos. Como referencia, añade 2 cucharaditas rasas (de las de café) de levadura por cada taza de agua. Luego sólo tendrás que limpiar suavemente con una esponja o estropajo y verás cómo salen todos los restos de comida pegada. Es mi truco preferido, porque funciona rápidamente y es muy respetuoso con tu salud, con el medio ambiente y con los utensilios.


2.- Puedes hacer lo mismo que en el caso anterior, pero en lugar de levadura, añádele un par de cucharaditas rasas (de las de café) de bicarbonato sódico. Ojo, porque el bicarbonato puede desbordarse, porque tiene tendencia a hacer mucha espuma en un primer momento, así que debes estar pendiente para que no te ocurra.


3.- Otra opción que puedes utilizar es añadir limón o vinagre blanco al agua y calentar durante unos minutos. 


Si no visualizas correctamente el vídeo, pincha aquí


4.- También puedes utilizar 5 gr. de levadura y 50 gr. de vinagre blanco por cada 100 gr. de agua, calentando la mezcla de 2 a 5 minutos.


lavavajillas5.- Otro truco sencillo y eficaz es mezclar agua con lejía dentro del recipiente que se nos ha pegado y dejarlo calentar durante unos minutos. En este caso es necesario tener cuidado con los vapores de la lejía, así que abre las ventanas y sal de la cocina mientras se calienta el agua. A la hora de retirarlo, procura ponerte un pañuelo o una mascarilla que te tape la nariz y la boca para no respirar esos vapores, porque son tóxicos. Si vas a utilizar lejía no la mezcles con ningún otro producto que no sea agua del grifo, porque puedes tener un disgusto, ni siquiera detergente.


6.- Hablando de detergente, también puedes calentar agua y lavavajillas para despegar la comida. Igual que en el caso de la lejía, abre las ventas y procura no respirar los vapores del detergente.


Si no puedes ver el vídeo, pincha en este enlace.


7.- Pero no todo lo que se quema es el fondo interior de la olla o la sartén, también el exterior (el que toca el fuego) se puede quedar negro. Para evitarlo, aquí tienes un truco que me ha parecido impresionante: arena para fregar. Mira, mira...


Si no puedes ver el vídeo, sigue este enlace.


8.- Y, por cierto, si la comida sólo se ha pegado muy ligeramente, te aconsejo que hagas un desglasado. Esto consiste en añadir vino tinto, blanco o coñac al fondo de la sartén o la olla y dejar cocer unos minutos. Esta técnica arrastrará la comida que se ha quedado pegada, con toda su sustancia. Si te ha quedado con muchos trozos, puedes colarlo o batirlo; si te ha quedado demasiado claro, puedes espesarlo con agar-agar, Maicena o puré de patata. Puedes utilizar este desglasado como base para otras salsas, para darle gracia a los asados o a la plancha, para enriquecer unas verduras, etc. Cuidado, que esta técnica sólo sirve si la comida se ha agarrado, no si se ha achicharrado.


Mira cómo se hace...


Si no ves el vídeo, pincha aquí.


¿Cuál es tu truco infalible para limpiar las ollas, sartenes y bandejas de horno quemadas? Cuenta, cuenta...