Vamos a ello...
13.- Desconfía si sólo cuentan con muy pocos elementos de aparatología. Te los intentarán vender a toda costa, aunque no te hagan falta; deberán amortizar su coste como sea. Me viene a la cabeza un minúsculo centro de estética de Madrid, atendido por una sola persona, que me vendió la cavitación, que funcionó, dicho sea de paso. Pero no me contó que había que alternarlo con otros tratamientos reafirmantes para no terminar con extremidades colganderas. Esta persona sólo tenía un aparatito que le había costado un riñón y tenía que pagarlo cuando antes... y ese era el de la cavitación. Le daba igual que fuese lo más adecuado para su cliente, ella tenía que venderlo. ¿No habría sido mejor olvidarse de la aparatología (y de endeudarse) y haberse diferenciado por ser la mejor en tratamientos de tipo manual (masajes reafirmante, drenaje linfático...)? Menos mal que el trabajo duro en el gym y las cremas lift funcionan ;)
14.- Cerciórate de que los productos cosméticos sean de calidad, con marcas identificables y con el sello de la Comunidad Europea.
15.- Pregunta todo lo que consideres necesario acerca del centro, del personal, de las instalaciones y de los tratamientos. Si son de fiar, satisfarán tu curiosidad con agrado.
16.- Infórmate acerca de los precios y bonos, pero ten en cuenta que nadie da duros a pesetas, así que recela de los chollos. Comprueba si esos precios tan económicos no te están quitando tiempo (o algún punto importante del tratamiento) o van a utilizar productos de ínfima calidad.
17.- Desconfía si te prometen resultados milagrosos y en un tiempo récord. La estética ayuda (y mucho) a tener un buen aspecto, pero no hace magia.
Todavía recuerdo cuánto volví a tener pestañas "normales" |
19.- Si recaban cualquier tipo de datos de carácter personal (nombre, apellidos, domicilio, teléfono, fotografías, medidas, peso, tipo de piel, etc.) deberán presentarte una autorización conforme a la LOPD. Si no es así, desconfía, las empresas serias cumplen la legislación vigente (multas de muchos miles de euros). Presta atención especial a la cesión de datos a terceros, si no quieres que te inunden de spam.
20.- Exige intimidad a la hora de recibir los tratamientos: cabinas individuales, cortinas, batas, braguitas desechables, etc. Hay un pequeño cuchitril regentado por orientales cerca de mi casa donde hacen manicuras, pedicuras y depilación a la cera. Lo llamo cuchitril porque tendrá unos 3 x 2 m., no porque quiera ser cruel. Pues bien, depilan en una camilla situada al fondo del establecimiento separada de las dos mesas de manicura por ¡una cortina de baño! Y es un centro con un escaparate que da a la calle. ¿Os imagináis? Esta joya no la he probado, sólo la he visto desde fuera.
21.- Comprueba que utilizan toallas y protectores limpios en las camillas.
22.- Si te vas a hacer algún tratamiento con láser o luz pulsada, exige gafas protectoras. Y, por supuesto, cerciórate de que cumplen los requisitos para poder aplicarte ese tipo de tratamientos.
23.- Desconfía si antes de hacerte el tratamiento no te informan exhaustivamente del proceso, de los riesgos, de los beneficios y de las posibles interacciones (medicamentos, luz solar, etc.).
24.- No consientas que te vendan ningún producto o servicio mientras te están realizando un tratamiento. Es una práctica infame, porque cuando se está expuesta de esa forma en una camilla, se es mucho más vulnerable; por lo que la venta se podría considerar coactiva. Una buena esteticista te recomendará lo que considere que hace falta una vez que hayas salido de la cabina. Recuerdo a una esteticista (por llamarla así) que, mientras que te estaba dando un masaje facial, te daba la murga con los productos que necesitabas comprar; cuando lo que te apetecía en ese momento es que se callase para poderte relajar a gusto.
25.- Y si, como me ha ocurrido a mi, la esteticista limpia los aparatos o material cuando tú estás todavía en la cabina, no vuelvas. Te está llamando cochina y es muy poco profesional. Lo lógico es tener todo dispuesto y limpio cuando tú entres a recibir tu tratamiento y, en el peor de los casos, que lo higienice cuando lo va a utilizar contigo.
¿Tienes algún consejo más o alguna anécdota que quieras compartir?
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