Y esto suele pasar cuando más falta nos hace contar con unas gotitas de este cítrico.
Para evitar esta situación tan incómoda y tener siempre disponible zumo de limón, aquí tenéis un truco sencillo y que os facilitará mucho la vida cocinil: congelarlo en cubitos.
Os servirá para hacer aliños, marinados, guisos, cócteles o, sencillamente, para prepararos un té con limón de forma limpia y fácil. Además, os ayudará a evitar que los limones se echen a perder, si no los usáis con frecuencia.
Sólo necesitáis:
- Limones (o limas).
- Un exprimidor.
- Un embudo.
- Bolsas o bandejas para cubitos de hielo.
A mí me gustan más las bolsas para cubitos que las tradicionales bandejas, porque son más limpias y, al estar cerradas, evitan que el limón coja olor o sabor de otros alimentos del congelador.
Cómo hacerlo:
Primero exprime los limones o limas y reserva el jugo.
Prepara las bolsas o bandejas para cubitos y déjalas a mano.
Vierte cuidadosamente el zumo dentro de las bolsas o bandejas.
Ya está listo para congelar.
Luego sólo tienes que ir sacando los cubitos según los vayas necesitando.
Así siempre tendrás limón a mano...
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