Mostrando entradas con la etiqueta artesano. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta artesano. Mostrar todas las entradas

09 marzo, 2013

Cómo Hacer una Caja de Luz Casera (Y Fácil)

Como tengo constancia de que muchas (sí, la mayoría sois mujeres) de las lectoras del blog sois también bloggers, he decidido compartir este DiY con vosotras (y también, chicos, que no me olvido de vosotros) porque creo que lo encontraréis muy útil. Y, por supuesto, este tutorial también es interesante para artesanos, fans de las manualidades y papás orgullosos de las obras de sus peques.

Muchos de los bloggers incluimos fotos en nuestros artículos y algunas son handmade; lo que, a veces, significa una calidad claramente mejorable. Por ello, es imprescindible contar con una caja de luz, que nos facilitará las condiciones necesarias para que las fotos sean dignas de nuestros artículos :) 

La caja de luz consigue varios objetivos:

  • Difumina la luz, las sombras y el fondo.
  • Elimina y/o matiza los brillos.
  • Al facilitar la colocación de una cartulina de fondo con distintos colores, os permitirá resaltar el objeto fotografiado según vuestras necesidades y os ayudará a generar diferentes ambientes según el color empleado.
  • Os permitirá controlar los puntos de luz, puesto que los focos se pueden colocar en cualquier punto de la estructura.

Como las cajas de luz profesionales son caras y no están las cosas para dispendios, os dejo este tutorial, para que la podáis hacer fácilmente en casa en casa y por muy poco dinero (menos de 50 €, incluidos focos):

Materiales

  • Tubo de PVC de 20 mm. de diámetro (*)
  • 4 codos de 90º para tubo de 20 mm.
  • 4 tapones ciegos para tubo de 20 mm.
  • 4 "tes" para tubo de 20 mm.
  • Pegamento para PVC o cola de contacto.
  • 3 focos de pinza y orientables.
  • Tela blanca traslúcida, tipo visillo.
  • Cartulina blanca.

(*) en mi caso los tubos, los encontré de 2,5 m., por lo que necesité comprar 2.

Herramienta

Sierra de cualquier tipo con hoja apropiada para PVC.

Realización

1.- Corta el tubo de PVC para conseguir las siguientes piezas (**):

  • 4 piezas de 40 cm.
  • 4 piezas de 5 cm.
  • 2 piezas de 60 cm.
  • 2 piezas de 45 cm.

(**) Las medidas son orientativas, podéis hacer la caja tan grande o tan pequeña como necesitéis.

Aquí podéis ver algunos de los materiales:


Los codos, los tapones ciegos y las "tes".
Los cuatro cortes de 5 cms.


2.- Una vez que tengáis hechos los cortes, montad los tapones ciegos en los tubos de 40 cm. que formarán las patas de la caja, uniéndolos con el adhesivo. Si sois perfeccionistas, os recomiendo que pongáis unas protecciones de fieltro en los tapones para no arañar la superficie cuando uséis la caja de luz.


Tubos con los tapones ciegos en los cortes de 40 cm.


3.- Colocad los 4 codos de 90º en las 4 piezas de 5 cm. que habéis cortado. Estas piezas serán los conectores de las patas con el armazón superior de la caja. Estas piezas también se unen con pegamento.

 
Corte de 5 cms. con el codo de 90º.
Los cuatro codos con las piezas de 5 cm.


4.- Tomad uno de los tubos de 45 cms. y ponedles una "te" en cada extremo, pinchándola por el pie de la "te". Repetid la operación con el otro tubo de 45 cm. Monta los 2 tubos de 60 cms. en estas piezas para formar un rectángulo como del de la foto. Os aconsejo que presentéis todo antes de encolar, puesto que el armazón debe quedar bien plano. Una vez bien alineado, pegad todas las uniones.
 
Armazón de la parte superior de la caja.


5.- En el siguiente paso, debéis colocar las 4 piezas formadas por los 4 codos en el hueco que queda libre de las "tes". Truco: para que posteriormente las patas que se introducen en el codo, queden perfectamente perpendiculares, os recomiendo que introduzcáis la pata (sin pegar, of course) y la alineéis la pata con ayuda de una caja o un libro grande a modo de escuadra. Una vez bien ubicados los codos, pegadlos a la estructura.



Armazón con la unión del codo y la pieza de 5cms.


6.- Y con esto termina el montaje. Las patas se dejan sin pegar, para que podáis montar y desmontar la caja de luz fácilmente, sin tener un armatoste más danzando la casa. Cuando necesitéis la caja, le colocáis las patas, et voilá.

A continuación podéis ver un detalle de cómo se coloca la tela, la cartulina del fondo y los focos. Por supuesto, estos elementos también son desmontables



Detalle de la caja de luz y el foco.


Caja montada y preparada para fotografiar.
     

La cartulina se coloca con celo sobre el armazón y la superficie donde coloquéis la caja, para que quede ligeramente curvada, lo que elimina la sensación de perspectiva. Os sugiero un celo malo, para que podáis despegarlo sin problemas y reutilizar la cartulina.

La tela la puedes colocar sencilla o doble, para conseguir una luz más o menos difusa. Yo compré la tela con una medida suficiente para utilizarla doblado varias veces.

La ubicación de los focos os la irá pidiendo el objeto a fotografiar, a la hora de eliminar las sombras y de destacar los detalles que os interesen.

Ojo: desactivad el flash de la cámara o todo el trabajo no habrá servido de nada.

Y dos ojos: la cámara que empleéis debe tener balance de blancos, porque si no, la bombilla que uséis puede colorear la foto.

Y aquí tenéis una muestra de cómo quedan las fotos tomadas sin la caja de luz y el resultado sin ella. Se nota la diferencia, ¿verdad?


Foto "sin"
Foto "con"


Si vuestro nivel fotográfico y bricolajero es mayor que el que se muestra aquí, os aconsejo que os deis una vuelta por internet y busquéis tutoriales algo más sesudos.

05 marzo, 2013

Jabón Natural y Si es Artesano, Mejor

Jabón artesanoYo nunca he sido una apasionada de los jabones en pastilla hasta que, hace algo más de un año, tuve una reacción alérgica fuerte al ácido glicólico y mi cara estuvo más cerca de una paella valenciana que de una piel vagamente humana. Mi dermatólogo me recomendó una jabón natural y muy suave para limpiar mi cara durante el tiempo que durase la (dichosa) reacción. 


Aunque las pastillas de jabón no eran santo de mi devoción, le hice caso al médico, como debe ser y comencé a usarlas. ¡Y menudo descubrimiento! Me encantó el gesto de usar la pastilla y hacer espuma suavemente, por no hablar del efecto tratante del jabón. Y ahí comenzó mi love story con el jabón natural. Una vez que mi piel estuvo sana, me decidí a probar el jabón artesano de argán... y me enamoró. Y ahí descubrí que había muchos más: arcilla verde, aceite de oliva, avena, cocholate (¡sí, chocolate!) y una larga lista de jabones atractivos y golosos. Y qué aromas más ricos...


Los jabones naturales no integran en su composición elementos irritantes, como por ejemplo, la sosa cáustica. Su base suele ser de grasas y aceites vegetales o, incluso, animales. Los mejores jabones son los que tienen base de aceites de alta calidad, como el de coco.


Si se trata de jabones naturales artesanos, es imprescindible que el artesano (maestro jabonero) cuente con todos los requisitos (licencias, instalaciones, protocolos, etc.) para fabricar ese producto. Así nos evitaremos problemas a la hora de usarlos. No se debe confundir el jabón casero con el jabón artesano, puesto que éste último está sujeto a una exigente normativa por parte del Ministerio de Sanidad.


El jabón artesano es el mejor aliado de nuestra higiene personal
El jabón artesano, el gran aliado de nuestra higiene
Los jabones artesanos de calidad suelen presentarse en distintas variedades para cubrir las diferentes necesidades de cada persona y cada momento, incluyendo en cada composición distintos ingredientes y aceites esenciales que limpian, tratan y embellecen la piel. 


Si tienes que elegir una jabón natural artesano, elige los que están fabricados en frío, como antiguamente. Se elaboran en unas grandes bandejas y, cuando están listos, se cortan con unos alambres para darles forma de pastilla.


Los jabones naturales ofrecen muchos beneficios:


  • Son capaces de mantener la humedad y los aceites naturales de la propia piel.
  • Limpian en profundidad aunque, como no tienen ingredientes agresivos, no resecan.
  • Ayudan a mantener el Ph de la piel (aunque hay muchos defensores de los jabones industriales que afirman lo contrario, el secreto está en elegir el adecuado para nosotros).
  • Mantienen la piel suave y elástica.
  • Actúan como tónico.
  • Tienen propiedades reparadoras y regenerantes.
    Jabones artesanos
  • Si tienen aceites esenciales en su composición, se les añaden nuevas propiedades: relajantes, estimulantes, antisépticas, antioxidantes, etc.
  • Según el tipo de jabón, pueden tratar problemas determatológicos: acné, dermatitis, psoriasis, etc.
  • No necesitan hacer mucha espuma para ser efectivos. 
  • Su precio, en la mayor parte de los casos, no es mucho mayor que el de los industriales (de cierta calidad).


Y ahora que le he dado jabón al jabón, ¿tú qué opinas de este espumoso cosmético?



Si quieres comprar jabones artesanos de calidad, puedes hacerlo en La Tienda de ¿Quién dijo boda?