¿Conoces la máxima de que lo barato sale caro? Pues suele ser cierta, y en el caso del maquillaje todavía lo es más, puesto que es algo que pones en contacto directo con tu piel, con tus ojos y con tu boca.
Mi consejo es que en tu neceser de maquillaje haya siempre productos de calidad, aunque sean pocos, por tu piel y por tu salud en general.
Y cuando hablo de calidad no hablo de un precio elevado, sino de buscar marcas confiables, con buenas formulaciones y que cumplan toda la normativa sanitaria exigible. No hace falta comprar artículos de maquillaje de alta gama, porque en perfumerías, grandes superficies y farmacias encontrarás muchos y muy buenos.
Sigue leyendo y te cuento los motivos por los que el maquillaje de mala calidad no te conviene en absoluto.
No tienen un etiquetado correcto
Los buenos productos cumplen con la normativa aplicable. En España la de obligado cumplimiento sería la europea. Esta exige que aparezca el nombre y dirección de la empresa, el nombre del producto, cuál es su función, las precauciones a la hora de utilizarlo, el contenido, la lista de ingredientes (ordenados de mayor a menor según su concentración y según la Nomenclatura Internacional para Ingredientes Cosméticos o INCI), la fecha de caducidad o de duración después de abierto y el número de lote.
También es importante que el etiquetado esté escrito en tu idioma, para que puedas interpretarlo correctamente.
Un etiquetado correcto implica que el fabricante cumple con la normativa, lo que ya es una garantía. Muchos cosméticos de los que se encuentran en bazares orientales o establecimientos low cost ni siquiera respetan el etiquetado, así que imagina lo que puede suceder con los ingredientes o la manipulación.
Pueden provocar problemas en la piel y los ojos
Un maquillaje de calidad inferior puede provocarte inflamación, sequedad o grasa excesivas, descamación, irritación en la piel o los ojos, granitos, manchas, infecciones, alergias, o incluso problemas más graves en caso de que no se hayan seguido las medidas higiénicas correctas a la hora de fabricarlo o manipularlo o que los ingredientes sean nocivos para la salud.
No suelen tener en cuenta necesidades específicas
Los maquillajes de mala calidad suelen ser bastante genéricos, por decirlo de alguna manera. Eso quiere decir que no tendrán formulaciones para necesidades específicas, como las de la piel sensible, grasa, seca, madura, con tendencia al acné. Si utilizas un producto que no se adapta a tu piel, puedes acabar con la piel aceitosa, acartonada, seca, irritada o con granitos.
No tienen una duración óptima una vez aplicados
Otro de los problemas de este tipo de productos es que no permanecen ni tanto ni tan bien como debieran en la piel. Tienen tendencia a derretirse, emborronarse o desaparecer al poco tiempo de aplicarse; algo que empeora cuando hace calor o se tiene la piel grasa.
Sus pigmentos no son intensos
Probablemente alguna vez te has aplicado una sombra de ojos, un colorete o un lápiz de ojos y no había manera de que se viese el color, por más capas que te has puesto.
Los productos de buena calidad tienen pigmentos intensos que únicamente necesitan unos toques para que el color se perciba.
Su presentación es más segura
El buen maquillaje suele ir acompañado de una mejor presentación. Si se trata de productos en polvo (sombras, polvos bronceadores, blush...), los estuches cierran bien, no se rompen fácilmente si se caen al suelo y los polvos están bien compactados en el contenedor.
En el caso de las bases de maquillaje fluidas, los envases evitan que el producto se toque con las manos y son más robustos.
Las máscaras de pestañas tienen aplicadores eficientes y las tapas cierran perfectamente, esto último es imprescindible para evitar que el rímel se contamine y se seque.
Y las barras de labios no se rompen ni se doblan fácilmente y la capucha protectora cierra bien, por lo que el labial no terminará desparramado por tu neceser o por tu bolso.
Las marcas suelen ofrecer muestras
En el caso de los productos de buena calidad los fabricantes ofrecen muestras para que puedas probarlos antes de comprarlos. Esto sucede sobre todo con las bases de maquillaje, aunque también puedes encontrar muestras de labiales y polvos compactos. Esto es de lo más recomendable, porque así podrás probarlos tranquilamente en casa, sin arriesgarte a utilizar los probadores de las tiendas, que están repletos de bacterias y otros bichos malos.
La devolución es más sencilla
Muchas marcas de calidad permiten que devuelvas el producto si no parece estar en buenas condiciones o no es el adecuado para tu piel, incluso aunque lo hayas abierto y usado varias veces.
Una vez que lo lleves a la tienda en la que lo has comprado (física u on-line), se remite a la marca para que estudie el producto, indicándole el motivo por el que lo ha devuelto. Esto le sirve a la firma para investigar y mejorar.
Ya sabes, mejor poco y bueno, que mucho... y que tu piel se caiga a pedazos ;)
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La primera vez que apareció el post Productos de Maquillaje: Cuando lo Barato Sale Caro fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
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