El humilde esparadrapo tiene usos distintos para el que fue concebido y, aunque peculiares, muy útiles.
Uno de ellos es para "reparar" los lóbulos de nuestras orejas.
Muchas de nosotras tenemos los agujeros de las orejas ligeramente rasgados por el uso continuado de pendienes pesados, incluso por algún pequeño accidente. Por ello, nos cohibimos de llevar pendientes largos o un poco más pesados; tenemos miedo de que terminen de rasgarse, pues bien, para eso está el esparadrapo.
Corta un pequeño cuadradito de esparadrapo y pégalo detrás de la oreja, presionando bien con tus dedos para que el pegamento del esparadrapo haga su labor.
Después, sólo tienes que ponerte el pendiente, cuidando de que éste quede bien prendido entre tu oreja, el esparadrapo y la tuerca. Así conseguirás una sujección extra, que te permitirá llevar los pendientes que desees sin ningún temor.
Luego, sólo tienes que retirar el pendiente y el esparadrapo, humedeciéndo el lóbulo con alcohol o colonia de baño para retirar los restos de pegamento que hayan podido quedar en tu oreja.
Otra utilidad del ESPADRADAPO. Evitar el mareo en un barco: Con el dedo índice de la mano izquierda, te aprietas el ombligo y con los dedos gordo y corazón, te coges un pellizco. ¡No sueltes! y con la otra mano, pones un trozo de esparadrapo de más o memos una cuarta, de lado a lado, sobre la zona ‘pellizcada’.
ResponderEliminarGracias, Javier, por tu comentario; me parece curioso. Lo probaré y ya os comentaré qué tal resultado da el truco.
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