La seda natural es todo un lujo, no sólo por su precio, también porque es muy agradable llevarla sobre la piel y porque tiene una caída que le aporta elegancia a cualquier prenda.
Pero es un tejido sumamente delicado, tanto a la hora de lavarlo como de plancharlo.
Para que tus prendas de seda estén siempre en perfecto estado, no te pierdas los consejos que encontrarás a continuación.
Antes de nada
Lee la etiqueta antes de lavarla. Si eres de las que, como yo, corta las etiquetas con las instrucciones de lavado, al menos procura recordar si requiere limpieza en seco.
Si tienes dudas acerca de si la prenda destiñe o está pintada a mano, deberías limpiarla en seco.
Para comprobar si la seda destiñe, sólo tienes que pasar un algodón humedecido ligeramente con agua por una zona no visible. Si aparece manchado, está claro, destiñe.
Las manchas
Si la prenda tiene poca suciedad o sólo está manchada de sudor, puedes animarte a lavarla en casa. Si tiene manchas más contundentes, te recomiendo que la lleves a la tintorería y no te arriesgues a estropear definitivamente tu ropa.
Si las manchas son ligeras, puedes pretratarlas con un poco de detergente neutro, ayudándote de una esponjita y agua fría, frotando suavemente tanto por el derecho como por el revés.
Para tratar las manchas también puedes utilizar un poco de vinagre blanco diluido en agua, probando antes en una zona que no se vea. Utiliza una esponja o un algodón y pásalo por la mancha, tanto por el derecho como por el revés de la prenda.
El lavado
Jamás uses la lavadora para la seda, hazlo a mano y utiliza siempre agua fría o templada (nunca más de 30º) y jabón neutro.
No te excedas con el jabón, puesto que luego te será más difícil aclararla. Si no consigues un buen aclarado la seda te quedará acartonada y con residuos blanquecinos.
Cerciórate de que el detergente se ha disuelto completamente antes de introducir la prenda, para que no deje manchas ni residuos. Te recomiendo que la seda la laves siempre con jabón líquido en lugar de en polvo.
No utilices lejía bajo ningún concepto. Si la prenda es blanca y quieres devolverle su color, puedes utilizar unas gotas de agua oxigenada disueltas en el barreño donde laves la prenda.
Si quieres devolverle el brillo y el color a la seda, puedes añadir en el último aclarado un poco de vinagre blanco o unas gotas de limón. Después tendrás que terminar de aclarar cuidadosamente. El vinagre blanco de vino no sólo aporta brillo, además te ayudará a retirar cualquier resto de jabón que haya podido quedar.
Deja la prenda en remojo durante solo unos minutos, si has eliminado o ablandado las posibles manchas previamente no necesitará más tiempo.
Lo ideal es que para lavar introduzcas y saques la prenda varias veces del agua en lugar de restregar. Si necesitas un lavado algo más intenso, frota suavemente, teniendo cuidado de no romper la tela.
A la hora de aclarar, hazlo tanto por el derecho como por el revés, para eliminar todo el jabón.
El secado
Olvídate de la secadora y de retorcer la prenda. Puedes secar extendiéndola sobre una toalla, teniendo precaución de que no se deforme. Si quieres eliminar más humedad, puedes enrollar la toalla con la prenda en medio, sin apretar demasiado. Una vez que hayas retirado la humedad, estírala y deja que termine de secarse.
Seca las piezas de seda en horizontal, si las cuelgas en vertical, de pinzas o perchas, se deformarán y marcarán. Y muchas veces no podrás recuperar su aspecto original incluso si vuelves a lavarlas de nuevo.
Si vas a tender una prenda de seda, ten cuidado de que no le de la luz directa del sol, porque dañará su color y las fibras.
Evita también secar sobre una fuente de calor, porque la prenda quedará aspera y acartonada.
El planchado
Plancha siempre a temperatura suave y del revés. Utiliza siempre la temperatura que marque la rueda selectora de tu plancha para ese tejido.
Evita planchar con vapor, porque la tela quedará deformada y no terminará de quedar completamente estirada.
Para proteger mejor la prenda, coloca un paño o tela sobre la seda para protegerla.
No vaporices agua sobre la prenda para facilitar el planchado, como se suele hacer habitualmente con otros tejidos, porque tendrás que volver a lavarla de nuevo. Si quieres facilitar el trabajo de plancha, sólo tendrás que hacerlo cuando aún no haya terminado de secarse y esté todavía un poquito húmeda.
El almacenamiento
Guarda tus prendas de seda de tal forma que no queden dobladas, arrugadas o con pinzas o alfileres que puedan marcar o desgarrar el tejido.
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La primera vez que apareció el artículo Cómo Lavar la Seda Sin Estropearla fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
Cómo lavar la seda sin estropearla by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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