08 febrero, 2023

Cómo Averiguar Cuál es Tu Tipo de Piel

Se habla mucho de los distintos tipos de piel, que se nos presentan en muchos casos como permanentes. Pero lo cierto es que el tipo de piel puede variar a lo largo de la vida, y también puede hacerlo en gran medida su estado. Si eso del tipo de piel para siempre fuese verdad, todos la tendríamos como los bebés, lo que sería algo maravilloso. Pero, no, la piel cambia, aunque sus cimientos están determinados por la genética.

 

Hay distintos factores de pueden modificar el tipo y estado de la piel, tanto internos como externos. La edad, los factores hormonales, el estado de salud, la temperatura y otros factores climáticos, la contaminación, la exposición al sol a lo largo del tiempo, la medicación, la alimentación, la hidratación interna o los productos para su cuidado son algunas de las causas de estos cambios. 


En cualquier caso, es muy importante que conozcas tu tipo de piel y su estado para actuar en consecuencia. Y, ojo, que puede parecer algo sencillo, pero no todas (y todos) saben cuál es su tipo de piel. En algunos casos es la propia persona la que se equivoca al interpretar las señales, mientras que en otros es un diagnóstico erróneo por parte de alguien poco instruido. No será la primera vez que hay alguien que usa durante años productos para pieles mixtas porque se lo indicó un dependiente de una perfumería, y resulta que la suya es normal, de modo que ha estado desequilibrando y agrediendo la suya a lo largo del tiempo. Este es uno de los factores por los que hay quienes se quejan de que su piel siempre está en malas condiciones o que los cosméticos no les funcionan, así de sencillo. 


En este post quiero darte algunas claves básicas y sencillas para que puedas identificar tu tipo de piel, pero si tienes dudas, te recomiendo que recurras a tu dermatólogo o a un facialista o asesor realmente profesional e informado. 

 

Cómo averiguar cuál es tu tipo de piel


La prueba


Hay una forma muy sencilla para que averigües en casa cuál es tu tipo de piel. Primero lávate la cara con un jabón suave, aclárala con agua templada y luego sécala con mucho cuidado. Espera 30-40 minutos.


Una vez transcurrido ese tiempo comprueba cómo está tu piel. Si no notas tirantez, deshidratación, irritación ni grasa en tu rostro, lo más probable es que sea normal. Si está brillante en toda su superficie, casi seguro que será grasa. En caso de pasado ese tiempo ya la notes deshidratada, tirante e incluso con descamación, será seca. Si notas brillos en la zona de la barbilla, la nariz y la frente, mientras que el resto lo notas confortable o incluso con sequedad, será mixta. Y si suele irritarse o enrojecerse fácilmente, te pica, te salen granitos cuando aplicas determinados productos, sufres reacciones alérgicas en tu piel con frecuencia, o si el frío o el calor afectan a su aspecto y a tu confort, probablemente la tengas sensible. 


Si te sientes identificada con los síntomas de una piel sensible, mi consejo es que acudas a un dermatólogo para que te lo confirme y te aconseje en cuanto a los productos y rutinas que debes seguir para cuidarla lo mejor posible.

 

Mujer con las manos sobre el rostro

 

Piel normal

 

Es una piel equilibrada (eudérmica), con una buena circulación sanguínea, que no se irrita ni se enrojece con facilidad, a la que no le suelen salir granitos, suave, firme, con pocas arrugas o líneas de expresión, con un tono uniforme y cuyos poros son de pequeño tamaño. Vamos, la piel que muchas de nosotras desearíamos. 


Como este tipo de piel está equilibrada, lo que debes evitar es todo aquello que pueda romper esa armonía. Sigue una rutina de belleza eficiente, pero respetuosa, y no te compliques demasiado. Eso sí, elige siempre cosméticos que no estén específicamente formulados para pieles con necesidades especiales (grasa, seca...), porque terminarás por desequilibrarla.

 

Piel grasa

 

En este caso la piel produce un exceso de lípidos (seborrea), por lo que su aspecto es graso y con abundancia de brillos, tiene tendencia al acné y los granitos, está engrosada y los poros están visiblemente dilatados. ¿La ventaja? Es un tipo de piel en el que aparecen menos arrugas.


Debes cuidar la limpieza del rostro, por supuesto, pero no utilices productos muy agresivos pensando que con ellos podrás retirar mejor la grasa, porque lo que puedes conseguir es justo lo contrario.


Y no te olvides de la hidratación, porque tu piel también la necesita. Lo que debes evitar son los productos muy densos y con gran cantidad de aceites, porque la sensación grasa y los brillos se incrementarán, y los poros se obstruirán rápidamente.


Los productos matificantes serán tus mejores aliados, tanto a la hora de tratar como de maquillar tu rostro.


Mujer aplicándose un cosmético


Piel seca

 

Al contrario que en la piel grasa, la producción de lípidos es poca, por lo que tiende a la deshidratación y a tener una barrera de protección débil frente a los factores externos. Es aquella que suele sentirse tirante y seca si no se le brindan los cuidados necesarios, está áspera al tacto, se descama, se irrita, se enrojece y tiene un aspecto apagado y poco uniforme, incluso con abundancia de manchas.


No uses jabones excesivamente fuertes, ni productos con alcohol y otros productos que puedan deshidratar todavía más tu piel. También deberías evitar el agua muy caliente al a hora de lavarte el rostro.


Hidrata, hidrata e hidrata tantas veces como sea necesario. Y no te olvides de la nutrición, tanto en cremas como en mascarillas. 


Piel mixta

 

Es aquella que tiene zonas del rostro con características diferenciadas. Por una parte está la zona "T" (frente, nariz y barbilla) que es grasa, lo que significa que tiende a tener brillos, que luce unos poros muy visibles y en la que los granitos y espinillas aparecen con frecuencia. Y luego está el resto de la piel, que es normal o seca. 

 

Utiliza productos específicos para este tipo de piel. Incluso puede ser interesante emplear unos para la zona más grasa y otros para la más seca o normal. Así le aportarás lo que necesita a cada una de esas partes de tu rostro. Incide en la limpieza y la hidratación en cualquier caso. 

 

Mujer con el rostro dividido por una línea blanca

 

Piel sensible

 

Más que un tipo de piel, podríamos decir que es un estado de la misma. Es aquella que reacciona en exceso a efectos externos e internos con mucha facilidad, lo que se traduce en irritación, enrojecimiento, inflamación, descamación, picor y sensación de quemazón. Suele reaccionar en exceso a los perfumes y los productos cosméticos, sobre todo los nuevos. Al perder su capacidad de barrera, además de todo lo que te he mencionado, es más susceptible de sufrir infecciones y reacciones alérgicas. Y cualquier tipo de piel (grasa, mixta o seca) puede ser sensible, tanto de forma puntual o permanente. 

 

Intenta identificar cuáles son los ingredientes que afectan negativamente a tu piel y elimínalos de tu rutina de belleza. Utiliza siempre cosméticos suaves y respetuosos con tu piel, evita el agua muy caliente, los cambios bruscos de temperatura y no la frotes ni la rasques.


¿Ya sabías cuál es tu tipo de piel?



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La primera vez que apareció el post Cómo Averiguar Cuál es Tu Tipo de Piel fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.


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