09 marzo, 2016

Consejos para Aliviar el Dolor de Garganta

Los dolores de garganta son unos invitados no deseados durante todo el año, aunque se empeñan en visitarnos con más frecuencia durante la época de frío. Y son molestos, muy molestos.


Por eso te quiero dar algunos remedios naturales para aliviar tus dolores de garganta.


Consejos para aliviar el dolor de garganta


Estos consejos son para afecciones leves. En cualquier caso, te recomiendo siempre que ante cualquier problema de salud consultes con tu médico o, al menos, con tu farmacéutico. Especialmente:


  • Si tu dolor de garganta de dura más de tres días, porque puede ser un síntoma de una infección que necesite atención médica.

  • Si tienes fiebre alta, dolor de oídos, tos fuerte, inflamación en las amígdalas, bultos en la garganta u otros síntomas preocupantes.


Pero antes de darte esos trucos para atenuar las molestias de la garganta, quiero poner en práctica eso de más vale prevenir.


Cómo evitarlo


  • Lávate las manos con frecuencia. Si no tienes a mano un lugar donde lavarte las manos con agua y jabón, utiliza un gel antibacteriano. De ese modo evitarás el contagio de muchas enfermedades.

  • Si no estás en tu casa o hay alguien con gripe o infección que afecte a la garganta, no te seques con toallas de uso común. Es más recomendable utilizar un secador de aire o toallas de papel.

  • Cambia tu cepillo de dientes de forma periódica. Es una manera de evitar los gérmenes y los autocontagios recurrentes. 

  • Hidrátate, incluso aunque haga mucho frío. Bebe agua a pequeños sorbos para mantener la humedad en tu garganta. 

  • Evita las bebidas y alimentos muy fríos y los muy calientes. En el caso del agua, es más saludable que la bebas a temperatura ambiente o ligeramente fresca.  

    Protege tu garganta del frío con bufandas y fulares
  • Protege tu garganta del frío con bufandas, fulares o jerséis de cuello alto.

  • Evita los cambios bruscos de temperatura, que son poco recomendables para tu garganta y para el resto de tu anatomía. 

  • Intenta no permanecer en lugares muy secos.

  • Huye de las corrientes de aire y los chorros directos de aire acondicionado. 

  • No te expongas a productos químicos fuertes: lejía, amoníaco, disolventes, etc. Si debes utilizarlos, ponte una mascarilla y ventila bien la zona en la que los estés usando.

  • No grites ni fuerces la voz.

  • Evita fumar y los lugares con mucho humo.
 
  • Haz gárgaras de forma preventiva. Esta costumbre (no demasiado común, dicho sea de paso) puede ayudarte a evitar dolores de garganta y otras afecciones en la zona.  


Consejos para mitigar las molestias


  • Bebe agua en cantidad suficiente. Siempre del tiempo y a pequeños sorbitos. Al hidratarte la zona, disminuirás la sensación de dolor y quemazón.
 
  • Usa y abusa de las infusiones. Por el mero hecho de estar calentitas te aliviarán mucho las molestias en la garganta y, además, te hidratarán. Las de tomillo, salvia, jengibre o regaliz son ideales en este caso. Y si las endulzas con miel, mucho más. 
 
  • Bebe zumos naturales y alimentos ricos en vitamina C, que nunca viene mal. Esta vitamina no protege de la gripe o los resfriados, pero sí que parece ayudar con los síntomas. 

  • Hazte fan de los caldos. Te hidratarán y te calmarán al tomarlos calentitos. Y si no puedes tragar apenas nada, será una forma de ingerir algo de alimento.  
 
  • Si también tienes mucosidad, procura evitar los lácteos unos días, porque suelen aumentarla. Después de curarte, puedes seguir con tu dieta habitual. 

  • Si tienes mucha dificultad al tragar, toma alimentos blandos para evitar las molestias. Si te cuesta deglutir, al final no te nutrirás como es debido y necesitas reponer fuerzas. 
 
  • Prepara un jarabe casero con el zumo de medio limón y una cucharadita de miel. Este jarabe puedes tomarlo a cucharaditas a lo largo del día o mezclarlo con agua para irlo bebiendo poco a poco. 

    Infusión de jengibre, menta, limón y miel
  • Haz una infusión de jengibre y limón y tómala a lo largo del día. Pon agua a hervir. Según hierva, añádele una rodaja de jengibre. Deja reposar la infusión tapada durante unos 5 minutos. Luego añádele el zumo de medio limón y, si quieres endulzar ponle una cucharadita de miel. También puedes enriquecer la infusión con menta.

  • Pon en un vaso el zumo de medio limón, una cucharada de miel y una cucharada de aceite de oliva. Caliéntalo ligeramente en el microondas (con cuidado de que no queme) y bébetelo mientras todavía está tibio. El limón y la miel tienen propiedades antisépticas y antiinflamatorias, mientras que el aceite de oliva te suavizará y nutrirá la garganta. 
 
  • Haz gárgaras varias veces al cabo del día, especialmente por la noche. Puedes hacerlas añadiéndole al agua:
 
      • El zumo de medio limón y una cucharadita de bicarbonato.
      • Una cucharada de vinagre de manzana y una cucharadita de bicarbonato.
      • Una cucharadita de sal (para 1 vaso de agua).
      • Agua oxigenada (50% agua, 50% agua oxigenada). 
 
  • Ojo, si haces gárgaras, no te olvides de enjuagarte la boca para evitar que se dañen tus dientes. Eso sí, no lleves el agua durante el enjuague hasta la zona de la garganta, para no arrastrar la mezcla anterior. Y, por supuesto, no tragues el líquido con el que has hecho las gárgaras, porque puede ser peligroso. Es fácil que esté lleno de gérmenes que no te interesa que lleguen a tu estómago o, en el caso del agua oxigenada, puede ser tóxico. 
 
  • Date una o dos duchas diarias con agua bien caliente, insistiendo en la zona. El calor te ayudará a mitigar el dolor y el vapor te hidratará la garganta. Y si tienes congestión nasal también te vendrá muy bien para combatirla de forma natural. Puedes añadirle a la ducha o el baño unas gotas de aceite esencial de menta, eucalipto o tomillo.

  • Aplícate calor en la garganta. Llévala protegida todo el día, pero si necesitas un extra, puedes ponerte una compresa o toalla caliente en la zona afectada. Moja una toalla en agua caliente, escúrrela bien colócatela sobre la garganta. Puedes irla recalentando en el microondas cuando se vaya enfriando, con cuidado de que no esté tan caliente que te pueda quemar.  

  • Mantén la humedad en las habitaciones en las que estés. Un humidificador eléctrico o unos recipientes con agua encima de los radiadores te ayudarán con esta tarea.  
 
    Caramelos para la garganta
  • No abuses de los caramelos y sprays con anestésicos. Si se trata de una infección o dolencia más grave, este tipo de medicamentos pueden enmascararla y retrasar la visita al médico.


Hay otros remedios naturales que tienen como base la cebolla, el ajo o la pimienta de cayena, pero los he considerado menos agradables por su olor o su sabor y por eso no aparecen entre estos consejos.



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La primera vez que apareció este artículo fue en el blog de La Meiga y Su Caldero. 


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