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13 abril, 2016

Cómo Comportarse en un Restaurante (II)

En la primera parte de Cómo Comportarse en un Restaurante, te hablé de cómo comportarse con los camareros y el maitre, de cómo reclamar y de cómo sentarse adecuadamente a la mesa. 


En esta me gustaría compartir contigo mis consejos sobre la comida y la bebida, la sobremesa y el momento de pedir la cuenta.


A por ello, que el plato se enfría...


Cómo comportarse en un restaurante (II)


La comida y la bebida


No pidas la carne muy hecha, porque los cocineros suelen reservar las peores piezas para estas peticiones. Consideran que la carne pierde propiedades cuando se cocina demasiado, por lo que prefieren reservar la mejor carne para quien la degusta al punto o poco hecha. Así que, si te gusta la carne al punto suela de zapato, déjala para comerla en casa y pide otro tipo de alimento en los restaurantes.


No ordenes pescado los lunes, porque los mercados no lo tienen hasta el martes. Así que, si te pides una lubina o una merluza el primer día de la semana, tomarás pescado que es ya de confianza, porque llevará ya varios días en la cámara. O será congelado, aunque el precio no habrá bajado en la misma medida que los grados a los que se ha conservado, claro. 


Si pides alimentos que estén fuera de temporada, ten por seguro que serán congelados, enlatados, insípidos... o mucho más caros. 


Ordena los condimentos cuando pidas la comanda, así  no molestarás innecesariamente al camarero. 


PanSi no vas a comer pan, avísalo antes de pedir la comanda. Suelen ponerlo según te sientas a la mesa y, en muchos restaurantes, lo cobran. Pssst... si el concepto de pan no está incluido en la lista de precios o la carta, no pueden cobrártelo. 


Con el aperitivo sucede igual que con el pan: avisa si no lo quieres y comprueba si está en la lista de precios antes de pagar.


No te sientas avergonzado si quieres pedir agua del grifo en lugar de agua embotellada. Contra la creencia popular, el restaurante no está obligado a servírtela e incluso puede cobrarte por ello... siempre que esté recogido su importe en la lista de precios o la carta. En este punto, habría que aprender de otros países europeos donde te la sirven según te sientas, y gratis.


Si pides vino, ten en cuenta que sólo lo podrás devolver si está picado, el que no te guste no es motivo para retornarlo. Un consejo: si no tienes clara la calidad del vino que te van a servir, pide antes una copa y pruébala. Es mejor dejar una copa que la botella entera. Y otra recomendación más: si puedes pedir por copas, calcula si te sale más rentable pedirlas en lugar de una botella el mismo caldo. Aunque sea difícil de creer, hay veces que es más económico. 


Plato de comidaEvita quitar ingredientes de tu comida, sobre todo si es muy elaborada. Cuando se crea un plato, se hace buscando un equilibrio de sabores, aromas y texturas. Imagina que pides una ensalada Niçoise y que le dices la camarero que te la traiga sin tomate, sin cebolleta, sin aceitunas negras, sin alcaparras... incluso sin lechugas. Entonces no estás pidiendo esa ensalada, sino otra cosa muy diferente. Si no te gustan varios de los ingredientes de un plato, elige otra cosa, será más rápido y más fácil.


A la hora de pedir los cafés, recuerda que no estás en casa. Así que si te gusta el café largo, con una nube de leche de soja ecológica, una pizca de canela, otra de nuez moscada, con azúcar integral, en vaso de caña y con un cubito de hielo... quizás deberías simplificar un poco tus exigencias. Es cierto que en un restaurante están para prestarnos un servicio y atender nuestras peticiones, pero de ahí a comportarse como una niña malcriada y caprichosa (o niño, según el caso), hay un mundo. 


La sobremesa


No alargues indefinidamente la sobremesa, porque el personal, después de iros vosotros, todavía tiene que limpiar y preparar las mesas para el siguiente turno. Cuando tengas la tentación de pensar que los camareros están siendo muy desconsiderados porque miran con mala cara a vuestra mesa (la última), porque ya ha pasado la hora de cierre con creces, piensa en lo mal que te sienta que tu jefe te pille justo cuando estás saliendo por la puerta, porque necesita algo que sólo te va a suponer un momentito. O si trabajas cara al público, el enfado que te producen esos clientes que llegan justo cuando estás bajando el cierre para pedirte información sobre algo tan sencillo como un crucero por el Pacífico o un ordenador personal. 


La cuenta


A la hora de pedir la cuenta, hazlo con tiempo. En caso de que necesitéis distintas cuentas o vayáis a pagar con distintos medios, avísalo con antelación al camarero. Una vez sacada la cuenta es bastante engorroso tener que anularla y sacar otras nuevas. 


Hablando de cuenta, eso tan habitual de sacar la calculadora e ir pasando dinero, no es la mejor opción. Se suele crear un barullo importante que puede molestar al resto de las mesas y retrasar el momento del pago. Lo ideal es que pague uno sólo y luego hacer las cuentas fuera del restaurante o pedir diferentes cuentas según lo que haya pedido cada uno. 


DineroPor cierto, si quieres pagar la factura y es probable que se produzca ese momento tenso del "pago yo, no, que pago yo", te aconsejo que salgas fuera de la sala con antelación para abonarla. Y es que esa situación de tira y afloja es incómoda para todas las partes: los aguerridos pagadores, el resto de invitados, los camareros e incluso el resto de comensales que haya sentados en otras mesas. 


Ojo al dato: debes revisar la factura cuando te la traigan. Hay muchas personas que consideran que revisar la cuenta es algo de mal gusto, cuando es todo lo contrario. Si se va a pagar un dinero, lo lógico es comprobar si nos están cobrando lo que deben o nos están clavando algún extra. Todavía recuerdo con estupor cómo nos pretendieron cobrar 600 euros en cervezas en la cena con la que celebramos nuestra boda, las cuales no se consumieron, por supuesto. Si no hubiésemos revisado la cuenta, el restaurante hubiese hecho la noche a costa de los novios.


Exige factura de la consumición. Tú estás en tu derecho y el establecimiento está en la obligación de proporcionártela. De esa forma tendrás un comprobante por si hubiese algún problema posterior y, según el caso, podrás utilizarla a nivel fiscal.


Espero que hayas quedado satisfecha/o con el menú... digo con el post. 






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La primera vez que apareció este post fue en el blog de La Meiga y Su Caldero

 
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Cómo comportarse en un restaurante (II) by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

06 abril, 2016

Cómo Comportarse en un Restaurante (I)

Ir a restaurantes es algo frecuente, ya sea por trabajo o por ocio. Pero que sea una actividad habitual, no significa que se haga siempre con un mínimo de cortesía y acierto. 


Es cierto que no es lo mismo un restaurante con estrellas Michelín que un bar de menú de un polígono industrial, por mucho que ambos sean dignos y recomendables, pero sí que es necesario conocer algunos consejos generales que nos harán desenvolvernos mejor en cualquier tipo de establecimiento.


Comenzamos...


Cómo comportarse en un restaurante (I)


Cómo comportarse con el maitre y los camareros


Saluda siempre al entrar y al salir. Es un gesto de educación básica que no se puede olvidar, incluso si el camarero no te responde. 


Utiliza las palabras mágicas: por favor y gracias. Recuerda siempre que los camareros y maitres están ahí para darte un servicio, pero son seres humanos como tú y como yo, que aprecian un comportamiento respetuoso.


Establece contacto visual con quien te está prestando el servicio. No sólo demostrarás educación y consideración por el otro, sino que te será más fácil comunicarte con él.


Si tu camarero o maitre se presenta o tiene una tarjeta identificativa, procura dirigirte a él por su nombre. Piensa que la palabra que nos suene a música celestial a todos nosotros, es nuestro propio nombre, por lo que llamar a alguien por su nombre es la mejor manera de que te presten más atención. Por no hablar de que es un gesto de respeto. Y si tienes que quejarte, al menos sabrás de quién debes hacerlo.


CamareroPor el mismo motivo, por respeto, procura usar el usted en lugar del , salvo que tengas confianza en el establecimiento. Aunque el tuteo es la norma, se nos olvida que llamar de usted a alguien sirve para dos finalidades: 1) Manifestar respeto a quien nos presta un servicio, evitando la muestra de superioridad y paternalismo que puede significar el tuteo en este caso. 2) Poner una barrera psicológica entre el camarero o el maitre, de tal forma de tengamos más fácil la tarea de quejarnos o reclamar si fuese necesario. Todos somos más proclives a faltar al respeto al otro si le tuteamos, porque lleva implícita una dósis de familiaridad, ya sea real o imaginada. 


El maitre y los camareros no son amiguetes, ni tampoco enemigos. Sé amable y cordial, pero sin excesos. 


Cuando llames al camarero jamás lo hagas gritando, dando palmas, chistando o golpeando la mesa o la barra. Son gestos de pésima educación. Levanta la mano o haz un pequeño gesto al camarero para que se acerque.


Aunque lo correcto es que no utilices los gestos para pedir cosas al camarero, sino que esperes a que llegue a tu lado para hacerlo; si el sitio es de confianza o no se trata de un restaurante de lujo, puedes hacer el gesto de firmar para pedir la cuenta, o tomar la botella o la copa para pedir otra ronda.  


Y, por supuesto, exige la misma corrección y respeto que le estás brindando al personal. No tienes por qué soportar malos modos o desidia por su parte. Y en caso de que no recibas un mínimo de calidad y respecto, vete, en nuestro pais hay oferta más que suficiente de restaurantes y bares.  


Las quejas


No cometas el error de no protestar si algo no es adecuado, ya sea la comida o el servicio. Hazlo educadamente, pero hazlo. A ti, como a mí, seguro que te cuesta mucho ganar cada euro, así que no tiene ningún sentido soportar un mal producto o un mal servicio por el que vas a pagar tu dinero. 


Si debes quejarte, hazlo de forma discreta, sin montar un escándalo. Una cosa es señalar algo que está mal y otra muy distinta la humillación. Ya sabes, no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. 


Procura que las quejas se resuelvan amistosamente. Si no es así, no dudes en pedir la correspondiente hoja de reclamaciones.


A la hora de sentarse a la mesa


Si el restaurante tiene guardarropa, utilízalo. Si todos los clientes llevan sus prendas de abrigo al salón, necesitarán más espacio, que quitarán al resto de comensales y a los camareros a la hora de pasar. Por no hablar de que hay posibilidades de que tus prendas acaben con salsas o bebidas derramadas. 


Recepcionista de restauranteCuando la recepcionista o el camarero te siente en una mesa, por lo general, es por motivos del servicio, por lo que deberías comprenderlo. Si quieres cambiar de sitio, pídelo por favor y con una sonrisa.


Avisa al camarero para que te tome nota cuando todos los comensales estéis listos y sepáis lo que queréis comer. 


Permite que los demás pidan primero, es un gesto de consideración hacia los demás, especialmente si eres el anfitrión.


Recuerda que la comida se sirve por el lado izquierdo y se retira por el derecho. También por el lado derecho se sirven las bebidas. Teniéndolo presente facilitarás el servicio y evitarás que te derramen comida o bebida encima.  


Espera a comenzar los aperitivos o el primer plato cuando todos los demás estén servidos. Cuando se trate del segundo y cada uno hayáis pedido una comida diferente, puedes comenzar el plato según te lo pongan delante. 


Si quieres probar del plato de alguien, evita el tradicional tenedor volador haciendo acrobacias por encima de la mesa. Pásale el platito del pan a la otra persona para que te pase un poco de su comida. Así no habrá derrames ni manos pasando por encima de los demás.


No hables a gritos, porque es algo muy molesto para el resto de personas que estén en el restaurante, incluidos los camareros. Además, cuando hay una mesa que habla muy alto, se produce un efecto contagio y la sala acabará pareciendo un verdadero gallinero.


Si el centro de flores molesta, pide que te lo retirenSi al sentarte a la mesa ves que los cubiertos, la copa o el plato están sucios, no los limpies con la servilleta. Llama al camarero y pide que te los cambien. No sólo porque ellos están en la obligación de ofrecerte unos mínimos de higiene, también es una forma ostentosa de demostrar al resto de clientes que son algo cochinos, que es mejor evitar.


Si hay algún centro de flores o adorno que te molesta, no lo retires tú, pide que lo haga el camarero. No porque a ti se te vayan a caer los anillos, sino porque puede ser delicado y el mejor que lo manipule el personal que lo ha colocado.   



Evita colocar el móvil, la tablet, las llaves y otros objetos personales encima de la mesa. No sólo es una forma de invadir el espacio común, sino que dificultarás el servicio de los camareros si deben ir depositando platos, copas y botellas y esquivando al mismo tiempo todo tipo de elementos.


Hablando de móviles. No es adecuado hablar por el móvil o consultarlo mientras se está sentado a la mesa, porque es una falta de respeto hacia el resto de los comensales. Si es imprescindible hacerlo, lo correcto es abandonar la mesa. 


Respecto a abandonar la mesa para ir a hablar por teléfono, fumar o ir al baño, es importante hacerlo de manera oportuna. Hay que evitar hacerlo mientras se están sirviendo los platos, porque se ralentiza el servicio, salvo que se trate de una urgencia. 


Si ves a alguien conocido sentado a otra mesa, debes tener en cuenta una máxima: no molestar. Si la persona está sentada con personas que no conoces, no te acerques a la mesa, simplemente saluda con la mano o con un gesto. Y si las personas son conocidas, pero están comiendo, saluda desde lejos y acércate una vez que estén con los cafés y los licores. 


RestauranteSi se trata de una comida de negocios, recuerda que sólo se habla de ellos al final de la comida. Dejando el trabajo para la hora del café y los licores. 


Y un tema delicado: si vas al restaurante con niños, es tu responsabilidad que se porten bien. Ser generoso están bien, compartir también, pero compartir a los vástagos con el resto del restaurante... no es lo más adecuado. Evita que correteen y griten entre las mesas, no sólo porque pueden molestar al resto de comensales, sino porque pueden tropezar con los camareros y sus bandejas.  


Hablando de niños, si tienes un bebé y el baño no está preparado para funcionar como cambiador, pide a un camarero que te indique donde podrás asear cómodamente al chiquitín. Nunca cambies a tu hijo en tu mesa o en las mesas cercanas, sobre todo si hay otras personas cerca. Y no es una exageración. Me viene a la mente un asador (lleno de clientes, para más señas) donde una mamá, ni corta ni perezosa, apartó los platos y copas de una mesa contigua y se puso a limpiar las aguas mayores de su retoño; tan ricamente. Verídico.


Y hasta aquí llega la primera parte del post. No te pierdas la siguiente, porque te hablaré de la comida y la bebida, de la sobremesa y la hora de pedir la cuenta.






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La primera vez que apareció este post fue en el blog de La Meiga y Su Caldero


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