Las ensaladas apetecen siempre, pero en esta época mucho más. Sobre todo si cada día varías la receta; porque comer ensalada de lechuga y tomate los 7 días de la semana, puede convertirse en una verdadera tortura, por muy fan que seas de los productos de la huerta
Para que tengas otra variedad de ensalada en tu repertorio, hoy te dejo una ensalada de col al estilo de la meiga. La gracia de este plato está en su salsa a base de queso Roquefort, pero también en la col cruda.
Hablando de col, recuerda que si se consume en crudo conserva todas sus propiedades nutricionales, que son muchas y muy variadas.
Esta receta, como todas las de la meiga, es muy sencilla de hacer, pero muy sabrosa. Espero que te guste...
Ingredientes (para 4 personas)
1 col pequeña 2 zanahorias medianas 12 anchoas 100 gr. de queso Roquefort 50 gr. de queso Philadelphia Aceite de oliva virgen extra Vinagre de manzana Sal Notas sobre los ingredientes
Esta ensalada también la puedes hacer con lechuga iceberg, pero pierde algo de personalidad.
Si vas a utilizar col, córtala en trozos pequeños, porque es más fácil de comer. Si te vas a decantar por la lechuga, es mejor que los trozos sean algo más grandes, para que conserve más los nutrientes.
La col cunde mucho; si te sobra ya cortada, guárdala en una bolsa con cierre zip y te durará varios días en la nevera.
Puedes utilizar cualquier otro queso crema, si no tienes a mano Philadelphia (o no te gusta).
Otra posibilidad es sustituir el Roquefort por cualquier otro queso azul o cremoso, pero con un sabor potente.
Si no te gustan las anchoas, prueba a añadir nueces.
Materiales
Bol Varillas para batir Ensaladera Preparación
Deja los dos quesos a temperatura ambiente. Eso sí, sólo las cantidades que vayas a utilizar.
Corta la col en juliana o en cuadrados pequeños. Lava, escurre bien y reserva.
Pela y lava las zanahorias. Córtalas de la misma forma que la col, en juliana o en cuadraditos, lo que prefieras; pero ambas hortalizas con el mismo tipo de corte (por sabor y por estética). Resérvalas también.
Corta las anchoas en trozos pequeños.
En un bol mezcla el queso Philadelphia, el Roquefort y aceite y vinagre al gusto. Bate con unas varillas hasta conseguir que todos los ingredientes queden bien integrados y adquieran una textura cremosa. Cuando esté la crema esté lista, incorpora las anchoas y mezcla bien, pero ya no batas, para que no se desmenucen.
Coloca en una ensaladera la col y la zanahoria. Ponle un poco de sal (muy poca, porque el queso y las anchoas ya tienen mucha sal) y remueve. También puedes prescindir de este condimento, si no te gustan las comidas muy sabrosas.
Añade la crema de queso a la ensalada y mezcla muy bien.
Ya tienes la ensalada de col lista, si quieres, puedes adornar con unas anchoas enteras o una juliana de zanahoria.
Si te gusta la lectura tanto como a mí, seguro que cuidas mucho tus libros. Los forrarás si los llevas en el bolso, no doblarás las esquinas para marcar el punto de lectura... todo esto si no es un e-book, claro. Y hablando de señalar la página en la que te has quedado en tu última lectura, para que puedas confeccionar tus propios puntos de libro de una forma sencilla y rápida, aquí tienes un tutorial para hacerlos de origami. No necesitarás ni pegamento ni papel celo. Aquí tienes el tutorial...
Materiales
Papel (no muy grueso)
Tijeras o cúter
Regla
Cómo hacerlo: Paso 1.- Corta un cuadrado de papel. En este caso es de 10 x 10 cm. Pero tú puedes hacer con el tamaño que prefieras. Eso sí, ten en cuenta que debe ser suficiente para que realice su función.
Mi recomendación es que no sea muy grueso, porque el proceso del doblado puede resultar mucho más complicado y, además, el marcapáginas quedará muy abultado cuando se coloque entre las páginas de tus libros. En este caso he utilizado un papel decorativo de los que se usan en scrap. Paso 2.- Dobla el papel en las dos diagonales del cuadrado.
Para que el doblez quede bien marcado, puedes repasarlo con el canto de la regla o con el mango de las tijeras.
Paso 3.- Ahora dobla una de las esquinas del cuadrado en forma perpendicular hacia el centro del papel. Y repite la misma operación con la esquina contraria.
Paso 4.- En este punto deberás doblar la figura resultante por la mitad, de manera longitudinal.
Paso 5.- Dobla sobre sí mismas las esquinas de la figura y hacia la parte central, de tal forma que consigas un nuevo cuadrado. Ayúdate de una regla para hacer el doblez más exacto.
Paso 6.- Ya sólo resta que guardes las puntas de la mitad del cuadrado (las que están separadas y que forman una figura como la de los picos de un frac) en el bolsillo que se ha creado.
Paso 7.- Ya tienes listo tu punto de libro. Ahora ya sólo tienes que colocarlo en la página en la que te has quedado leyendo... et voilà.
Como ves es de lo más fácil. Tanto que puede ser un estupendo DiY para hacer con los más pequeños. Esta es la forma más sencilla de confeccionar este punto de libro, pero puedes hacerlo de una manera mucho más artística si te atreves con formas más complicadas o lo decoras.
Aquí tienes algunas ideas...
Con forma de corazón...
Si no ves el vídeo correctamente, puedes hacerlo directamente en YouTube.
Llega el buen tiempo y es el momento en el que la celulitis nos comienza a preocupar. Y, aunque es un problema que se debe tratar todo el año, ahora es cuando está de rabiosa actualidad... y utilizo rabiosa en sentido literal y figurado, ya sabes.
Para combatir la temida piel de naranja hay muchas promesas, pero pocas de ellas se cumplen. Mucho gasto y poco resultado suele ser la cruda realidad cuando nos enfrentamos a la celulitis.
Aunque hay algunos productos (pocos) que merece la pena incluir en nuestro arsenal de belleza anticelulítica. Uno de ellos es el aceite de abedul de Welleda.
Te cuento...
Los antecedentes
La marca Welleda es uno de esos clásicos que nunca falla. Se vende en herbolarios y parafarmacias y lleva a gala ofrecer productos de cosmética certificada, sin conservantes, colorantes o perfumes sintéticos; y no utiliza materias de origen petroquímico.
Este producto me lo recomendaron hace años en el herbolario y, tras probar otras marcas y fórmulas, siempre acabo volviendo a él. Porque funciona bastante bien. Eso sí, funciona todo lo bien que se puede esperar con un problema que no va a desaparecer. Un buen producto anticelulítico, no elimina la celulitis, pero sí mejora notablemente su aspecto. Quien te diga que hay algo que la elimina para siempre, te miente.
La marca recomienda aplicarlo 2 veces al día con un masaje, preferentemente después de la ducha.
Y hablando de masaje, en los últimos packs que suelen sacar antes de la temporada veraniega, han comenzado a incluir una herramienta para potenciar el efecto del producto, al que le han puesto el nombre de CeluliCup.
Consiste en una especie de copa elástica que utiliza para hacer succión y masajear el aceite. Tiene como finalidad:
Activar la circulación.
Aliviar la tensión muscular.
Estimular el flujo sanguíneo.
Favorecer el drenaje linfático.
Incrementar la absorción del producto.
Y se recomienda utilizarla así:
Aplica siempre el aceite antes de utilizarla. Nunca la utilices con la piel seca.
Tienes que hacer una especie de ventosa. Para ello, tienes que poner el
CeluliCup sobre la piel que vas a tratar, apretar y soltar. Entonces
deberás notar la succión. Tendrás que ir ajustando la potencia de
succión poco a poco. Verás que, una vez que haya hecho succión, podrás
deslizar la CeluliCup por la piel sin problemas.
Utiliza el CeluliCup con movimientos
circulares desde la rodilla a la cadera. Después en línea recta,
también desde la rodilla y en dirección al corazón. Se termina haciendo
un movimiento ondulante, como si hicieses eses.
Debes
lavar la CeluliCup después de cada uso. Puedes hacerlo con agua y
jabón. Luego se deja secar y ya está lista para guardarla en su
bolsita.
También te dan algunos consejos más:
Ten cuidado las primeras veces con la intensidad.
La
zona se puede enrojecer, puesto que estás aumentando el flujo sanguíneo
y estás friccionando la zona. No te preocupes, porque se va a unos
minutos.
Debes tener cuidado en las zonas con varices.
Mi experiencia
Respecto al aceite de abedul, como ya te comento, lo he utilizado mucho. Aunque por mi naturaleza y por mi labor como blogger, suelo probar muchos productos de todo tipo, anticelulíticos y reafirmantes también, acabo volviendo siempre a este aceite, porque me gusta mucho.
Y me funciona, incluso aunque sólo lo utilizo por la noche. Como tiene textura de aceite y es necesario un buen masaje para su absorción completa, no me puedo permitir utilizarlo por la mañana, por cuestión de tiempo.
En cuanto al CeluliCup, me parece muy interesante, aunque los primeros días acabé con algún hematoma; probablemente por exceso de succión. Además de que incrementa los beneficios del aceite, tiene una ventaja extra: acelera la absorción del producto.
Funciona de verdad, tanto en el aspecto de la celulitis como en la firmeza y tonicidad de la piel.
Deja la piel suave y tersa.
Cunde muchísimo. No es necesaria mucha cantidad, sólo hace falta masajearlo bien para extenderlo.
Tiene un aroma agradable y tonificante, entre cítrico y herbal.
El que esté hecho con productos naturales, sin conservantes, y sin colorantes y aromas artificiales, es algo que me deja muy tranquila.
Inconvenientes
La textura de aceite necesita un masaje concienzudo para su completa absorción.
No es el típico producto que te puedes aplicar y vestirte inmediatamente, necesita un masaje y unos instantes para que se termine de absorber.
Como en todos los productos cosméticos: necesita mucha constancia.
Si tienes la piel sensible, la piel se enrojece un poquito durante unos minutos, lo que puede resultarte raro o ligeramente molesto.
Mi veredicto
Sólo te puedo dar uno: pruébalo y ya me contarás.
Complementos
La marca te ofrece algunos complementos para potenciar el efecto del aceite de abedul:
Exfoliante corporal de abedul de 150 ml.
Prepara la piel para aplicar el aceite. Activa la renovación celular. También lo utilizo y me encanta, da una sensación de frescor espectacular (ideal para el tiempo que viene) y exfolia suavemente sin dañar la piel. Lo empleo 1 ó 2 veces por semana y me deja la piel como de bebé.
Zumo detox de 200 ml. Con hojas de abedul y zumo de limón biodinámico. Depura y elimina toxinas. Purifica la piel desde el interior. Tiene efecto revitalizante. No lo he probado aún, así que no te puedo contar más que lo que promete en teoría.
Por cierto, esto no es un post patrocinado, se trata únicamente mi experiencia personal, que quiero compartir contigo.
Hoy te traigo uno de esos platos que haces una vez y que sabes que vas a repetir con frecuencia. Queso y risotto en la misma receta ya es un atractivo suficiente, pero si el queso es Torta del Casar... ya son palabras mayores.
Y, además, es un plato de lo más resultón. Al utilizar la propia Torta como contenedor, queda de lo más espectacular a la hora de llevarlo a la mesa.
Es todo un placer para los sentidos, créeme.
No me enrollo más, aquí tienes la receta de Torta del Casar rellena de risotto de espárragos... Ingredientes (para 2 personas)
1 Torta del Casar (700 gr. aprox.) 2 vasitos (de los de vino) de arroz arborio 8 espárragos medianos 1 cebolla grande 1/2 puerro 1/4 de una rama de apio Aceite de oliva virgen extra 1 litro de caldo de verduras Vino blanco Sal Pimienta Perejil Cúrcuma Azafrán Notas sobre los ingredientes
La Torta del Casar la puedes sustituir por cualquier otra torta de queso que te guste: de la Serena, Cañarejal cremoso, etc.
Si las tortas son más pequeñas, puedes hacerlas individuales. Si es entre los 600 y los 700 gr. es perfecta para dos personas.
Los espárragos los puedes cambiar por alcachofas, setas... sólo deja volar la imaginación.
El arroz debe ser especial para risotto, porque si es de otro tipo no te quedará con la misma textura y el mismo sabor.
Materiales
Sartén (con profundidad). Tabla de corte. Bandeja de presentación. Cuchillo largo y estrecho o cortador de hilo para el queso. Cuchara para servir helados. Preparación
Si es necesario lava la Torta del Casar para eliminar cualquier resto de moho o suciedad. Sécala bien.
Corta la parte superior de tal forma que consigas una especie de tapa. No utilices un cuchillo de pequeño tamaño, porque te será difícil hacer un corte limpio y recto. Tampoco lo uses de tipo jamonero, porque se dobla y lo más probable es el corte quede desigual.
Guarda el queso ya abierto en la nevera, para que te resulte más fácil el vaciado posterior. Si está muy caliente, se queda demasiado cremoso y es más difícil la tarea.
Corta la cebolla, los espárragos, el puerro y el apio, ya limpios, en trozos pequeños. Deja las puntas de espárragos para decorar después.
Ponlos a pochar en una sartén honda con un poquito de aceite de oliva. Añade un chorrito de vino blanco mientras se dora la verdura.
Una vez lista la verdura, saca las puntas de los espárragos de la sartén y resérvalas, añade el arroz a la sartén y dóralo durante unos instantes. Si es necesario, incorpora un poco más de aceite de oliva.
Aprovecha para salpimentar ligeramente y para añadirle una pizca de cúrcuma, de perejil y unas hebras de azafrán.
Mientras se termina de dorar el arroz, pon un cazo con el caldo de verduras para que se vaya calentando.
Incorpora un poco de caldo al arroz y las verduras, cuidando siempre de que todo el líquido que añadas a partir de ahora esté muy caliente.
Vete removiendo constantemente y añadiendo caldo cuando el arroz lo vaya necesitando.
Ahora ya puedes vaciar el queso. Puedes utilizar una cuchara sopera o, mejor aún, una de las que son específicas para servir helados. Hazlo con cuidado para dejar una capa de queso suficiente sin llegar a la corteza. Si te pasas, el risotto corre el peligro de acabar rompiendo la corteza y se acabará saliendo del queso. Algo que no quieres, porque parte de la gracia de este plato está en el contenedor.
Si la tapa tiene queso, ráspala también, para poder aprovechar todo el producto posible.
Te sobrará mucho queso, por lo que te recomiendo que lo que no utilices en este plato lo pongas en un tupper y lo consumas en los días siguientes. No te voy a decir ya que no te va a durar mucho tiempo en la nevera... con lo bueno que está, porque ya lo sabes.
Por cierto, una vez vacía la Torta del Casar, vuelve a colocarla en el frigorífico. Así conseguirás que esté fría y te durará en mejores condiciones una vez que introduzcas el risotto caliente.
El arroz estará entre los 17 y los 20 minutos. Depende del arroz, de la calidad del agua y de un largo etcétera de variables. Vete probándolo hasta que comience a estar al dente.
Entonces incorpórale al arroz 3 ó 4 cucharadas soperas del queso que has obtenido tras el vaciado. Verás que se deshace rápidamente y que le aporta una textura de lo más cremoso al risotto. Y una aroma... Aunque esta forma de preparar el arroz suele llevar mantequilla, la untuosidad de la Torta del Casar no lo hace necesario. Con este paso le das el toque final al arroz.
Y ahora ya puedes emplatar.
Rellena la Torta con el risotto, colócale la tapa algo ladeada y decóralo con las puntas de espárragos.
Si te sobra arroz, puedes rellenarlo de nuevo. Si vas a hacer esto, te aconsejo que dejes el sobrante en la sartén a fuego bajo para que se mantenga caliente.
Parte del encanto del plato, ya lo verás, es rebañar los bordes del queso que están pegando a la corteza y que se han ido deshaciendo con el calor. De-li-cio-so.