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28 junio, 2023

Qué Hacer Antes de Lavarte el Cabello

¿A quién no le gusta tener una melena saludable, brillante y densa? Porque creo que es una de las aspiraciones de la mayoría. Y es que el pelo enmarca el rostro y es casi una seña de identidad, por no hablar de que es un reflejo de nuestro estado de salud e incluso de ánimo. Por eso es importante prestarle atención y cuidados.

 

Y ese cuidado del cabello no comienza con el lavado, empieza antes. Por eso en este post quiero compartir contigo lo que debes hacer antes de lavarte el pelo para que siempre esté bonito y lustroso.


Qué hacer antes de lavarte el cabello


Cepíllate el cabello para eliminar buena parte del polvo, suciedad y residuos de los productos de peinado antes de lavártelo. Este pequeño gesto te ayudará a que el champú y el acondicionador o la mascarilla que utilices después sean más eficientes. 

 

Salvo que la grasa sea un verdadero problema para tu pelo, puedes aplicar un masaje en el cuero cabelludo con ciertos aceites para mejorar la circulación sanguínea, para hidratarlo, para evitar el picor y la irritación, para fortalecer el cabello y frenar su caída. El aceite de jojoba, almendra o neem son perfectos para cuidar el cuero cabelludo.

 

Persona sosteniendo un frasco topacio con aceite vegetal

 

Hay aceites esenciales que en aceites portadores como el de almendra, jojoba o incluso ricino, pueden tratar algunos problemas del cuero cabelludo. Si tienes caspa, puedes añadir al aceite portador 2 ó 3 gotas de aceite de mandarina (también sirve para mitigar la sequedad), de menta piperita o de lavanda. En caso de que lo tengas irritado o que te pique, puedes usar la misma cantidad de aceite de manzanilla. Si lo que quieres es estimularlo, el de romero o cedro te serán de ayuda. El de geranio lo fortalece. El de Ylang Ylang lo repara. Y el de salvia, cedro o romero fomentan su crecimiento. Para usarlos debes mezclar el aceite portador con los aceites esenciales, calentar la mezcla con la mano y realizar un masaje por todo el cuero cabelludo, abriendo rayas con un peine para que llegue hasta el último rincón. Nunca utilices más cantidad ni los apliques en puro directamente sobre la piel.  

 

Para tratar tu cabello antes del champú, puedes utilizar otros aceites, que tendrás que aplicarlos en medios y puntas. Estos aceites son: albaricoque, aguacate, argán, coco, oliva, sésamo... La manteca de karité se puede utilizar si el pelo es muy rizado y/seco.

 

Aceite de coco

 

A estos aceite vegetales para medios y puntas también les pueden añadir unas gotas de aceites esenciales, como el sándalo (sobre todo para puntas secas) o la manzanilla. 

 

Deja que el aceite actúe durante unos minutos (te recomendaría un mínimo de 20 minutos, pudiendo llegar incluso a horas) antes de lavarte el pelo de la manera habitual. Puedes recogerte el pelo para no mancharte o incluso envolverlo en papel film o en una toalla humedecida con agua entre templada y caliente (sin que queme, por favor). Si quieres un tratamiento extra, puedes aplicarte el aceite en medios y puntas y envolverte el cabello en un turbante y dormir con él toda la noche, para lavarlo a la mañana siguiente. 

 

Mujer con el cabello recogido en un moño

 

Por supuesto, también tienes aceites comerciales estupendos a tu disposición para tratar tu pelo antes del lavado. Consulta con profesionales de peluquería para que te recomienden el más adecuado para ti. 

 

Luego ya sólo tendrás que lavarte el cabello, utilizando acondicionador o mascarilla para finalizar el cuidado básico.

 

Estos trucos tan sencillos mejorarán tu cabello más de lo que parece, doy fe de ello.


 

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21 junio, 2023

Cómo Vestirse para Evitar el Calor

¡Qué calor! Probablemente sea una de las frases que más estás escuchando estos días. Incluso para las personas a las que no le gusta el frío en absoluto, entre las que me encuentro, las temperaturas muy altas se convierten en un verdadero fastidio. La incomodidad, el sudor y la sensación de fatiga acompañan todo el día y toda la noche. 

 

Por eso es importante combatir por todos los medios los efectos de las temperaturas elevadas de esta época del año. Y una de las maneras de refrescarse, al menos un poco, es vestirse para evitar el calor, que es lo que quiero compartir contigo. ¿Me acompañas?

 

Cómo vestirse para evitar el calor

 

Tejidos

 

Procura que los tejidos sean ligeros, transpirables, que se sequen rápidamente y en las que el sudor no deje manchas.

 

Las fibras naturales como el algodón o el lino son perfectas para el verano, puesto que cumplen la mayor parte de requisitos anteriores. La seda puede ser una opción, aunque no siempre es la ideal si hace mucho calor.

 

Los tejidos de poliéster, rayón o nailon no son las más recomendables, puesto que generan una especie de efecto sauna, además de no transpirar apenas.

 

La lana y otros materiales gruesos, no son apropiados para el calor. Salvo de que se trate de lana fría para los trajes masculinos.

 

Protección

 

Hay ropa cuyo tejido tiene la capacidad de protegerte del sol. Si vas a exponerte al astro rey durante mucho tiempo y en las horas de más calor, puede que te convenga recurrir a prendas confeccionadas con este tipo de telas con protección anti-UV.

 

Los colores

 

Los tonos claros no absorben tanto el sol, por lo que son los más adecuados para la época de calor. Eso sí, atraen más a los insectos, tenlo en cuenta.  

 

Ojo con la ropa blanca, porque suele transparentarse, así que si no quieres ese efecto, procura que la tela sea algo más tupida o lleva algo debajo. Aunque si el tejido es más grueso o añades otra prenda, la ventaja del blanco o el beige puede irse al traste, puesto que tendrás más calor.  


Prendas blancas y livianas colgadas de un perchero

 

Los tonos más oscuros los puedes reservar para la noche. 

 

Los cortes

 

Cuanto más holgada son las prendas, más frescas serán, puesto que el aire circulará entre la piel y el tejido.

 

Las prendas con mangas cortas o sin ellas son tu mejores aliadas durante el verano. Si por lo que sea quieres cubrir un poco más tus brazos, opta por mangas francesas. 

 

Camiseta de algodón colgada de una percha

 

Si tienes que llevar manga larga por algún motivo, siempre puedes arremangarte la camisa o camiseta cuando te sea posible relajar la etiqueta.

 

Hablando de arremangarse, tengo una recomendación para los chicos. Las camisas con manga corta no son la elección más elegante, por lo que si trabajáis en un lugar en el que se exija cierta corrección en cuanto a vestuario, pero sin llegar a llevar corbata, lo mejor es optar por prendas con manga larga y llevarlas arremangadas. 

 

Los pantalones largos suelen dar calor, aunque si están confeccionados con tejidos ligeros y tienen un corte amplio no te serán demasiado incómodos. 

 

Evita los pantalones vaqueros largos, porque te agobiarán y te impedirán moverte con soltura. Y si encima son estrechos, la mínima película de sudor que tengas en las piernas convertirá en misión imposible subírtelos. 

 

Los pantalones cortos y bermudas suelen ser los más cómodos para el verano, pero lo cierto es que no son apropiados en ciertas ocasiones, sobre todo si son muy reveladores.

 

Mujer con camiseta y pantalones cortos

 

Las faldas cortas también son ideales para combatir el calor, aunque las largas, si son fluidas y de telas vaporosas también lo serán.

 

Los vestidos fluidos y de telas vaporosas, sobre todo si son de tirantes son una bendición en el verano, además de facilitarte mucho la tarea de vestirte.

 

Mujer con vestido vaporoso y sandalias

 

La ropa ajustada no es la más apropiada para el verano, puesto que no permite que circule en aire entre el tejido y tu piel, además de impedirte que te muevas fácilmente. Las prendas más sueltas y ligeras son las más adecuadas.

 

Evita vestirte a capas, porque terminarás sudando a mares y con una tremenda sensación de agobio. Esta fórmula es perfecta para el invierno, incluso para el entretiempo, pero no para la estación más cálida del año. 

 

Procura no cubrirte el cuello, porque incluso aunque la prenda superior sea liviana, te dará mucho calor.

 

La ropa interior

 

Tan importante como lo que lleves en el exterior es lo que lleves puesto en el interior. Lleva lencería ligera y muy transpirable. 

 

Si sueles llevar sujetadores con aro y relleno, quizás sea el momento de buscar otros modelos más cómodos y con los que no tengas tanto calor. 

 

El calzado

 

Los zapatos abiertos o que permiten que el pie transpire son los más adecuados. Las sandalias y alpargatas son posiblemente el calzado más cómodo para esta época del año.  

 

Sandalias blancas

 

Complementos

 

Las gafas de sol son imprescindibles en verano, pero deben cumplir todas las normativas de seguridad y salud. Lo ideal es que protejan la mayor parte de tus ojos y su contorno, pero que sean livianas.

 

Evita las joyas muy grandes, porque te darán mucho calor. Además, hay materiales que con el sudor provocan picores y alergias. Y ten en cuenta que el metal se puede calentar mucho si te expones al sol directo. 

 

Procura que los bolsos no sean muy grandes y que estén fabricados con materiales naturales y/o que no te den mucho calor. No hay nada peor que un shopping bag de material sintético que se pega a tu piel sin piedad y te hace sudar más que en una sesión de Bikram Yoga.

 

Los sombreros, pamelas, gorras y pañuelos son ideales para protegerte del sol, además de ser complementos que pueden resultar muy atractivos a la hora de completar un look veraniego. 

 

Mujer en una tumbona con un vestido claro y una pamela

 

Las gomas, los coleteros, los pañuelos, diademas y todo tipo de complementos que te ayuden a retirar tu pelo de la cara (y sobre todo del cuello) serán tus mejores amigos todo el verano. 

 

Procura evitar los pañuelos y bufandas, pero mi consejo es que lleves alguno en el bolso si vas a ir a algún lugar en el que sabes que el aire acondicionado estará muy fuerte. Ya sabes, centros de trabajo con compañeros muy calurosos que bajan la temperatura hasta que los pingüinos hacen su aparición, salas de cine que casi están a temperaturas bajo cero, pasillos de alimentos que necesitan frío o de congelados en el súper...

 

Espero que estos consejos te hayan parecido refrescantes...


 

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14 junio, 2023

Así Puedes Evitar y Eliminar las Callosidades de las Manos

Que aparezcan callos en las manos no es algo raro, porque cualquier actividad que lleves a cabo con ellas y que implique fricción y repetición de movimientos puede fomentar la aparición de callosidades. Desde los trabajos más duros a planchar la ropa, cargar bolsas pesadas, tirar del carro de la compra o del bebé, tocar un instrumento musical, hacer jardinería o practicar ciertos deportes. 

 

Los callos tienen su origen en el roce y la presión constantes, lo que genera irritación y desgaste en la piel (a veces incluso heridas), y posteriormente la aparición de durezas. Esas callosidades son una especie de escudo que forma la piel ante una agresión repetida sobre ella. 

 

Son un problema estético, pero también son incómodos o incluso dolorosos. Si quieres evitar y eliminar las callosidades en las manos, sigue leyendo, porque te doy algunos consejos.


Así puedes evitar y eliminar las callosidades de las manos

 

Los guantes siempre son una buena elección para proteger tus manos del roce. Los puedes encontrar para trabajar (si realizas trabajos duros), para entrenar, para conducir (si pasas muchas horas al volante)... Son una barrera para que los roces no acaben produciéndote callos en las manos. Además, notarás un mejor agarre, lo que se traduce en mayor fuerza y seguridad. Eso sí, debes elegir con acierto tus guantes.

 

Ponte guantes para llevar a cabo las tareas domésticas o cuando tus manos vayan a entrar en contacto con productos químicos agresivos. 

 

Guantes de goma colgados y sujetos por una pinza

 

Exfolia tus manos cada cierto tiempo. Hazlo con un producto adecuado y así eliminarás las células muertas de tu piel, lo que las dejará más lisas y suaves. 

 

La piedra pómez, las limas o las herramientas que se utilizan para la manicura y la pedicura en casa que tienen accesorios limadores, te puedes ayudar a eliminar las callosidades. Es importante hacerlo con cuidado para que no dañes tu piel, y lo digo por experiencia, porque alguna vez me he producido una especie de quemadura o erosión... y no es agradable. 

 

Si vas a limar los callos de las manos, lo ideal es poner las manos en remojo unos minutos para facilitar la tarea. Puedes poner un chorrito de jabón neutro, infusión de manzanilla o de vinagre de manzana en el agua para que luego puedas eliminar mejor las durezas. Las sales de Epson también pueden ser estupendas para poner tus manos (y tus pies) en agua.


Palma de la mano femenina en primer plano

 

Puedes tener una piedra pómez o similar en el baño, para darte una pasada en las manos (y en los pies si te hace falta) cuando te des una ducha.

 

El ácido cítrico (zumo de limón) puede ser una forma de eliminar tus callosidades, pero personalmente no me gusta demasiado, porque puede terminar dañando tu piel si lo dejas mucho tiempo sobre la piel (se suele recomendar dejarlo toda la noche y tapado con una gasa o un algodón y esparadrapo). Por no hablar de que si luego te expones al sol, puedes tener problemas, porque provoca fotosensibilidad. 

 

Limones en un bol

 

Una pasta de bicarbonato con agua puedes combatir las callosidades de las manos. Aplícala como si fuese una crema sobre la zona que quieras tratar, frotando un poco para que funcione como exfoliante. Luego tendrás que aclarar las manos completamente.

 

Aplícate crema nutritiva en las manos todas las noches, y si puedes cada vez que te laves las manos. 

 

Tubo de crema

 

Las cremas con ácido salicilico te puedes ayudar a eliminar las durezas, aunque son algo agresivas, por lo que debes consultar antes con tu dermatólogo o tu farmacéutico antes de usarlas.  


Espero que estos consejos te ayuden a tener siempre unas manos siempre suaves y cuidadas.



 

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07 junio, 2023

Pan de Garbanzos, Sésamo y Cominos (Sin Gluten y Vegano)

Todas las legumbres son nutritivas y saludables, pero los garbanzos probablemente estén entre las más recomendables. Contienen una buena cantidad de proteínas, fibra, almidón resistente, ácidos grasos poliinsaturados, vitaminas, minerales, polifenoles... 


Estas legumbres ayudan a mantener a raya el colesterol y a controlar el azúcar en sangre, pueden contribuir a una mejor salud cardiovascular, facilitan el tránsito intestinal, son saciantes, previenen en cierta medida las anemias... Aunque, por supuesto, comer garbanzos sin mantener una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable no servirá de mucho.


Además, los garbanzos son un alimento de lo más versátil, que está presente en la cocina mediterránea, la india, la de Oriente Medio o la de algunos países de América del Sur. Desde el cocido madrileño hasta el hummus, estas legumbres son todo un regalo para el paladar. 


Y son tan versátiles, que también se puede hacer pan con ellos. Y si necesidad de utilizar harina, porque puedes prepararlo con los garbanzos secos y remojados. 


Aquí tienes una receta para preparar pan de garbanzos con sésamo y cominos, que es realmente rico y saludable. Y es más fácil y rápido de hacer de lo que crees. ¿Te animas a probarlo?

 

Pan de garbanzos, sésamo y cominos

 

Ingredientes

 

400 gr. de garbanzos (en seco)

1/4 taza de aceite de oliva virgen extra

3/4 taza de agua 

1 cucharadita (de postre) de levadura química

1 cucharadita (de café) de sal 

2 cucharaditas (de postre) de semillas de chía 

3 cucharaditas (de postre) de semillas de sésamo tostadas

Cominos molidos

Cominos en grano


Notas sobre los ingredientes


Los garbanzos necesitan un remojo prolongado, de al menos 48 horas, aunque te recomiendo que lo alargues a las 72 horas. El agua debe estar fría y es importante que la cambies al menos 1 vez al día. 

 

En este caso no puedes sustituir los garbanzos secos y remojados por otros ya cocidos, porque la textura y el sabor cambian mucho.

 

Para esta receta he utilizado garbanzos pedrosillanos, aunque puedes utilizar cualquier otro, como los lechosos (son muy cremosos) o cualquier otro que tengas a mano. 


Garbanzos

 

Puedes cambiar el aceite de oliva virgen extra por otro vegetal de tu elección, aunque el de oliva siempre es una buena elección, porque es saludable y le aporta un sabor especial. 

 

Las semillas de chía sirven para que la masa quede más estable y que no se desmigaje con facilidad, además de aprovechar todos los beneficios que aporta este ingrediente. 

 

Semillas de chía

 

Las semillas de sésamo las puedes comprar ya tostadas, o hacerlo en casa (en la sartén) si están en crudo. Debes hacerlo con cuidado, porque se queman con mucha facilidad.

 

Puedes cambiar las semillas de sésamo por tahini si lo prefieres.

 

Puedes prescindir de los cominos, cambiándolos por nuez moscada, anises, etc. O prescindir totalmente de las especias si así lo deseas.

 

Materiales

 

Un vaso de batidora grande o un recipiente profundo similar

Batidora 

Molde para el pan tipo bizcocho (en mi caso de silicona)

Papel de horno (para desmoldar mejor)


Preparación


Una vez que los garbanzos hayan estado en remojo entre 48 y 72 horas, retira toda el agua y lávalos bien. 

 

Pon las semillas de chía en remojo con un poco de agua durante al menos 15 minutos.

 

Pon los garbanzos en un vaso de batidora, junto con el agua, el aceite de oliva, las semillas de chía remojadas, la levadura y la sal.

 

Bate todo muy bien, teniendo cuidado, porque al principio pueden saltar pedacitos de garbanzos. Verás que, aunque no lo parezca, batir los garbanzos secos (y remojados) sin cocinar es más fácil de lo que parece. Es importante que todo quede bien batido, sin que queden trozos de garbanzos en la mezcla.

 

Añade el sésamo, el comino molido y en grano y mézclalas bien. Procura no utilizar la batidora para no romper las semillas.

 

Forra el molde de silicona (si vas a hornear en microondas) con papel de horno y úntalo con un poco de aceite de oliva utilizando un pincel de cocina o los propios dedos. 

 

Vierte la mezcla para el pan en el molde y espolvorea con unas semillas de sésamo su superficie.

 

Hornea durante unos 15-18 minutos a 600 W y deja enfriar antes de desmoldar. 

 

Si vas a hornear en un horno convencional, como orientación tendrás que precalentar a 180ºC unos 25-30 minutos. Aunque el tiempo y la temperatura dependerán de tu horno, así que ve comprobando de  vez en cuando cómo se va cocinando.  


Pan de garbanzos con sésamo y cominos

 

Lo puedes cortar en rebanadas y congelarlo. Si lo vas a hacer así, te recomiendo que utilices papel de horno para separar las rodajas, así no se pegarán.

 

Pan de garbanzos con sésamo y cominos

 

Este pan es ideal para consumirlo con la comida, aunque personalmente te lo recomiendo para el desayuno o la merienda, acompañado de alimentos salados, como queso, aguacate, tomate, pavo, jamón cocido, atún, sardinas en aceite...

 

Su sabor te va a sorprender, créeme, y además es un pan de lo más saludable. 


 

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