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28 noviembre, 2018

Manchas y Cicatrices: el Camuflaje Perfecto

¿Tienes manchas o cicatrices en la piel? Probablemente sea así, al menos en mi caso lo es, porque tengo manchas producidas por el sol, herencia de los excesos bronceadores e irresponsables que muchas de nosotras (y muchos) cometíamos hace años. Y lo peor de todo es que aunque ahora me tome en serio la protección solar, librarse de las manchas que me han dejado los rayos solares es difícil.


Aunque también hay otras manchas que quedan tras el acné o por los cambios hormonales (embarazo, menopausia, anticonceptivos...), incluso las hay de nacimiento. Y todas ellas son igual de molestas.


A continuación encontrarás consejos para camuflar esas cicatrices y manchas de un modo eficaz, y también para prevenirlas, así que no te lo pierdas...


Manchas y cicatrices: el camuflaje perfecto


Lo primero... y lo segundo


Mi primer consejo para combatir las manchas es consultar antes con un dermatólogo, así sabrás a qué te enfrentas, si debes tratarlas y cómo prevenir que empeoren o te salgan más.


Mi segunda recomendación es que no te obsesiones con las manchas y las cicatrices. Camúflalas o siéntete orgullosa de mostrarlas, elige tú qué es lo que quieres hacer, porque tan buena es una opción como la otra; pero ten siempre en cuenta que eres preciosa, con o sin manchas. 


Lo mejor: la prevención


Utiliza protector solar de manera habitual, incluso aunque no vayas a tomar el sol en la playa o la piscina. La radiación solar afecta a tu piel todo el año y es importante protegerla.


Tomando el sol en la playa
Si te expones al sol, hazlo siempre con protección


No tomes rayos UVA, ni siquiera para estar morenita antes de ir a la playa o la piscina y no quemarte cuando te tumbes al sol. Es una mala idea, porque los daños en tu piel serán enormes... y te quemarás igual si te expones al sol sin protección solar. 


Evita exponerte al sol inmediatamente después de la depilación, de una exfoliación o después de aplicar sobre tu piel ingredientes que produzcan fotosensibilidad, como los perfumes.


Si te están haciendo tratamientos con láser, ya sea depilación, fotorrejuvenecimiento o tratamientos médico-estéticos, infórmate de las precauciones que debes tener con el sol o los medicamentos, y sígue al pie de la letra las recomendaciones que te den.


Tipos de manchas


De forma muy básica, podemos dividirlas en dos categorías: hiperpigmentación e hipopigmentación. Las primeras implican una coloración de las manchas más oscura que el tono básico de la piel. Las segundas conllevan una decoloración, un tono más claro que el de la piel.


Según su origen, y pido disculpas a los dermatólogos por atreverme a una clasificación tan tosca, podemos diferenciar:


Manchas de sol suelen ser de un color marrón, más o menos oscuras, que se van haciendo más grandes según pasa el tiempo, sobre todo si no se protege la piel.


Manchas de nacimiento y pecas: de color marrón clarito o rojizo.


Chica con pecas mostrando una gran sonrisa


Acné: son de color marrón claro, rojizas y se caracterizan por ir acompañadas de hoyitos en la piel.


Rosácea:  se trata de una afección cutánea que se caracteriza por brotes en los que la piel toma un tono rojizo, con los vasos sanguíneos dilatados e incluso puede ir acompañada de abultamientos rojos y con pus.


Cicatrices: las hipertróficas y queloides suelen ser rojas; las atróficas pueden ser rojas o marrones.


Hormonales: producidas por el embarazo, la menopausia o por la toma de anticonceptivos orales. Pueden ser marrones, con matices grises o anaranjados, según el tono natural de la piel.


Qué hacer con las manchas


Puedes recurrir a tratamientos dermatológicos o cosméticos que, si son los adecuados, llegan a ser bastante efectivos (sobre todo los dermatológicos). Los inconvenientes: requieren tiempo y paciencia, además de ser caros.


Chica tumbada en una cabina de estética


La otra opción a la hora de deshacerse de las manchas es algo más efímera, pero funciona: cubrirlas con maquillaje. Si se usan los correctores y las bases con acierto, se disimulan bastante bien. Los peros: requieren una aplicación diaria y cierta destreza y no atajan el problema, únicamente lo camuflan.


Prepara la piel


Limpia la piel de manera escrupulosa, mejor con productos que no aporten grasa, para facilitar la aplicación y duración de los correctores. Los geles limpiadores y las aguas micelares son productos ideales.


Exfolia la piel con un producto y una frecuencia apropiados para tus necesidades, de esa forma la piel estará más lisa, uniforme y suave, lo que facilitará el maquillaje posterior. 


Utiliza un tónico o un agua de belleza para cerrar los poros, preparar la piel para el resto de la rutina de belleza y conseguir que los correctores y la base se fijen mejor.


Hidrata el rostro con productos ligeros y que no aporten mucha grasa, por los mismos motivos que en el caso de los limpiadores.


Consejos para elegir y aplicar el corrector


Como norma general debes aplicar un corrector que neutralice el color de la mancha.


Sobre ese neutralizador puedes aplicar sólo la base de maquillaje únicamente o poner sobre esa base también un corrector del mismo tono de la piel.


En caso de que no quieras emplear un neutralizador, puedes utilizar un corrector del color de tu rostro o un tono más claro (sólo un tono), aunque no es tan efectivo, sobre todo si las manchas son muy evidentes.


Correctores de diferentes colores


Si en tu rostro tienes hiperpgimentación, deberás contrarrestar con un tono más claro que la piel para igualar. Si tienes hipopigmentación tendrás que usar un color más oscuro para igualar.


Aplica el corrector con pequeños toques y sin arrastrar el producto. Puedes hacerlo con una brocha específica o con los propios dedos.


No te olvides de difuminar bien el corrector en los bordes de la mancha que quieras camuflar, así quedará más natural e integrada con el color de tu rostro.


Según el tipo de mancha puedes actuar de forma diferente:


Sol: puedes utilizar un corrector naranja oscuro, después la base y finalizar con corrector del mismo tono que la piel o algo más claro bien difuminado. También puedes usar un corrector de color coral y luego la base de maquillaje. O puedes utilizar un corrector claro y finalizar con tu base.


Nacimiento: una forma de esconderlas es utilizar un corrector verde, base de maquillaje y luego corrector del tono natural de la piel.


Acné: puedes utilizar un corrector verde, luego un corrector del tono de la piel y finalizar con la base de maquillaje. También puedes poner primero el corrector verde, la base y luego el beige. Y, por supuesto, puedes utilizar el corrector del tono de tu piel y luego la base. Una buena idea es elegir correctores con vitamina E para suavizar y dióxido de titanio para protegerte de los rayos solares.


Rosácea: en lugar de un corrector, utiliza un primer corrector o prebase de color verde en la zona a cubrir y luego la base.  


Cicatrices: en las que tengan color rojizo, emplea corrector verde, base y luego un corrector del color de la piel bien difuminado; en las que tengan tonos marrones puedes poner corrector naranja; y si tienden a ser violáceas, mejor utiliza un corrector amarillo dorado. En el caso de las cicatrices es muy importante aplicar los correctores sólo en la zona que quieres camuflar. Y ten en cuenta que si la piel tiene abultamientos o cavidades debidas a las cicatrices no las evitarás, lo único que corregirás es el color.


Hormonales: las manchas marrones anaranjada se camuflan bien si utilizas un corrector lila, la base y luego un corrector de tu tono natural de piel. Si tienden a ser grisáceas, es mejor que en lugar de lila, el corrector sea anaranjado o melocotón.


Consejos para escoger y aplicar la base


En general, utiliza bases de cobertura media (manchas oscuras y rojeces), incluso puedes atreverte con las ligeras (para manchas leves). Los maquillajes muy espesos suelen quedar poco naturales y si usas bien los correctores no necesitarás tanta cobertura.


Emplea capas finas y repite tantas capas como necesites. Es mejor ir corrigiendo la cobertura según sea necesario que excederse.


Maquillaje


Aunque si lo que tienes que tapar son grandes cicatrices o quemaduras, deberías utilizar un maquillaje corrector cubriente específico, preferentemente de farmacia. Lo ideal es que en este caso sí sea muy cubriente, que sea resistente al agua, que se seque rápidamente y no manche. Y si siempre es importante elegir un color igual al de la piel, en el caso de los maquillajes correctores de este tipo todavía lo es más. Para acertar, pruébalo en el mentón o incluso en el cuello, y siempre con luz natural.


Si tienes rosácea te conviene utilizar bases doradas o tirando a amarillas para contrarrestar el rosa de la piel. Es importante que tenga protector solar.


Utiliza bases con protección solar si te maquillas durante el día, especialmente si vas a estar caminando por la calle.


Utiliza una pequeña capa de polvos para sellar el maquillaje o un fijador de maquillaje en spray.


Ahora ya puedes decirle adiós a las manchas... al menos hasta la hora de desmaquillarte.




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28 junio, 2017

Errores Más Frecuentes al Maquillarse (II): Ojos, Mejillas y Labios

En la primera parte del este post sobre los errores más frecuentes con el maquillaje, te hablé de los relacionados con la preparación de la  piel, los correctores y la base. En éste quiero darte todas las claves para identificar las equivocaciones a la hora de maquillar cejas, ojos, mejillas y labios y que pueden poner en peligro tu imagen sin apenas darte cuenta. 


Vamos con ello...
 

Errores más frecuentes al maquillarse (II): ojos, mejillas y labios


Las cejas


No cuidar las cejas. Las cejas enmarcan el ojo, si están descuidadas, ningún maquillaje lucirá como debe. La sombra de ojos, por ejemplo, consguirá que los pelos impertinenes que estén bajo la ceja se noten mucho más. O un entrecejo exuberante te dará un aspecto rústico salvaje que sólo sabía llevar con dignidad y estilo Frida Kahlo. Aunque el trazado o el grosor están dictados por la moda, siempre hay una premisa: elimina los pelitos que estén fuera de su sitio y péinalas antes de maquillarte.


Maquillarlas en exceso. Unas cejas demasiado maquilladas dan un aspecto severo al rostro, así que se mejor evitarlas. El maquillaje de cejas está para definirlas y perfeccionarlas, procurando un aspecto lo más natural posible.


Utilizar un color inadecuado para tus cejas. Si tienes el cabello oscuro, maquíllalas con uno o dos tonos por debajo. Si tienes el pelo claro, todo lo contrario, utiliza uno o dos tonos por encima.


Las sombras


Utilizar demasiados tonos de sombra de ojos al mismo tiempo. Utilizar todo el colorido de tu paleta de sombras al mismo tiempo es un error (salvo que seas un maquillador profesional excelente), porque acabarás pareciendo un ave exótica. Es importante que los tonos estén en armonía y que difuminen muy bien.


Emplear tonos metalizados de sombra de ojos cuando ya has superado con creces la treintena. Los tonos con mucho brillo o metalizados marcarán las arruguitas de tus párpados, por lo que no conviene abusar de ellas si ya no eres una jovencita. Eso no quiere decir que no puedas utilizarlas, aunque es mejor aplicarlas en el lagrimal para aportar luz a a los ojos, o con un toque de glitter en el final del delineado de los ojos en ocasiones especiales, por ejemplo. 


Sombras de ojos


El delineado de ojos


Aplicarte el eyeliner sólo en el párpado inferior. Si te delineas sólo las pestañas de abajo, le darás un aspecto envejecido, triste y apagado a tus ojos.


Utilizar el eyeliner en la línea de las pestañas superiores, en las inferiores y un lápiz negro en la línea de agua cuando tienes los ojos pequeños, muy juntos o has superado la treintena.


Delinear la línea de agua con un lápiz oscuro si tienes los ojos pequeños y juntos. Los hará aparecer aún más diminutos. Para abrir visualmente tus ojos utiliza un lápiz blanco, nude o rosa claro en la línea interior del ojo.


Hacer un trazo grueso con el lápiz de ojos en la línea de las pestañas superiores, si tienes los ojos pequeños. Y si además el trazo no es limpio, es del mismo grosor en todo el arco y no finaliza con un pequeño rabillo ascendente, la cosa empeora aún más. 


La máscara de pestañas


Excederte con la máscara de pestañas. Una o dos capas son más que suficientes para enmarcar tu mirada, si te pones demasiado rímel, sólo conseguiras unas pestañas apelmazadas y un aspecto sucio. Un consejo: no dejes secar el producto entre una capa y otras, para evitar grumos y que las pestañas se peguen entre sí.


Emplear rímel waterproof a diario. Este tipo de máscara es muy cómodo, porque no se mueve de su sitio en todo el día; pero es difícil de desmaquillar, lo que implica que tus pestañas pueden sufrir. A diario es mejor utilizar una máscara normal y dejar la waterproof sólo para ocasiones especiales. 


No utilizar rímel waterproof cuando hace mucho calor, tienes la piel grasa y las pestañas muy largas. Cuando se dan las tres circunstancias anteriores, es fácil terminar con la máscar repartida por todo el ojos a los pocos minutos de salir a la calle. Para evitarlo, nada mejor que aplicarse un rímel waterproof en esas ocasiones. Tus ojos estarán impecables hasta que vuelvas a casa.


Maquillar con rímel las pestaña inferiores. Aunque hay a quien le gusta el efecto muñeca en sus pestañas, lo cierto es que maquillarlas suele dejar el ojo con un aspecto sucio, además de empequeñecerlo. Si quieres remarcar las parte inferior de tus ojos de un modo natural, no hay nada mejor que un lápiz bien difuminado en esa zona.


Maquillaje de ojos


Rizarte las pestañas después del rímel. Un error importante, más allá de la estética. Cuando la máscara se seca, vuelve las pestañas más débiles y quebradizas, por lo que aplicar el rizador en ese momento puede arrancarlas y partirlas. Es mejor utilzar el rizador antes de maquillarlas o aplicar el calor del secador desde abajo (a unos 30 cm.) para curvar las pestañas sin presión.


Bombear el aplicador de la máscara de pestañas en el tubo. Si introduces y sacas el aplicador varias veces para que el cepillo quede mejor impregnado de rímel, sólo conseguirás dos cosas: que las bacterias entren en el tubo y que tus pestañas queden apelmazadas y con grumos. La cantidad que absorbe el cepillo es la justa para maquillar con una capa las pestañas, si la cargas más, seguro que te excederás. Es mejor aplicar dos capas para controlar la cantidad. Y si no consigue sacar demasiado producto del tubo, probablemente es que esté ya seca o a punto de terminarse, lo que es un indicador claro de que debes reponerlo.


Utilizar rímel seco y/o que lleve mucho tiempo abierto. Hay miles de trucos para recuperar un rímel seco en Internet... y no te recomiendo ninguno. Muchos de ellos son realmente peligrosos para tus ojos. Y, por otra parte, cuando la máscara está seca, es un indicador de que no se ha cerrado bien, ha entrado aire o ya tiene tan poco rimel dentro, que se ha secado por el simple hecho de sacar el aplicador. En cualquier caso, hay que reponerla, no añadirle agua, solución única para las lentillas o desmaquillante.


Los polvos de sol y el blush


Emplear los polvos bronceadores como colorete. El tono de este tipo de polvos de colores terracota y marrones es poco favorecedor para usarlo como blush. Los colores ideales para darle color a tus mejillas deberían ser los que aparenten un tono saludable y jugoso, como los rosados, naranjas o corales. De hecho, lo realmente recomendable es utilizar polvos bronceadores y blush, cada uno en su sitio. 


Utilizar un sólo tono de colorete. Para sacarle todo el partido a tus mejillas lo mejor es tener dos tonos: uno para remarcar la línea del pómulo y otro más claro para aportarle luz y jugosidad, en la zona superior.  


Blush


Aplicar demasiado blush sobre las mejillas. Para conseguir un buen aspecto no hay que poner mucho colorete, sino saber cómo y dónde hacerlo. En general, recuerda que no debes dar brochazos circulares en el centro del pómulo, sino en dirección a la sien, partiendo de la mitad de la mejilla. Pero ten presente que el lugar donde aplicar el blush variará según la forma de tu rostro.


Utilizar el colorete inadecuado para tu tipo de piel. Si tienes la piel seca, te conviene utilizar un blush en crema o líquido, si lo usas en polvo, tu piel se resecará más aún. Y, por el contrario, si la tienes grasa, te conviene usar el colorete en polvo, si lo usas en crema no se mantendrá en su sitio y le aportará grasa a tu rostro.


Los polvos


Excederte con los polvos translúcidos. Los polvos es mejor aplicarlos únicamente sobre la zona "T", que es en la que más grasa y brillos se acumulan, así matificarás, pero sin que tu piel parezca tan empolvada como la de María Antonieta.


Los labios


Maquillar los labios si están secos, despellejados o cuarteados. Cualquier labial, incluso el brillo, queda rematadamente mal en unos labios descuidados. Los pigmentos del producto marcarán las pielecillas y las grietas aún más, ofreciendo un aspecto descuidado. Y la cosa empeora si se trata de barras de labio de acabado mate.


Maquillaje de labios
 

Perfilar los labios antes de pintarlos si lo que quieres es un resultado natural. Delinear los labios cuando ya están maquillados aporta un toque natural, además de lograr que el labial no se mueva de su sitio.


Delinear los labios después de pintarlos, si lo que quieres es un resultado pulido y muy definido. Cuando se quiere un maquillaje de labios perfecto y sofisticado, es imprescindible perfilar antes de maquillar los labios.


Emplear un delineador con un color más oscuro que el de la barra de labios. Aunque se ha repetido hasta la saciedad, siguen viéndose boquitas ochenteras... y quedan tan mal. Y no estoy hablando de la técnica ombré lips, sino de mal gusto.


Perfilar los labios por fuera de su contorno natural. Sólo un maquillador profesional (y muy bueno) puede salir airoso de este tipo de truco de maquillaje. Para las que tienen los labios finos hay multitud de trucos sencillos y eficaces para conseguir unos labios con más volumen con dignidad. 


Apretar los labios entre sí una vez pintados, para que, supuestamente, el color se reparta mejor y quede bien sellado. Ese gesto tan femenino puede arruinar tu maquillaje de labios. La barra de labios se puede desplazar, el perfilado se puede emborronar, el gloss puede terminar fuera del contorno de tu linda boquita... un desastre. Cuando te pintes los labios, déjalos tal cual. El único gesto que puedes permitirte: apretar los labios contra un pañuelo para eliminar el exceso de pintura.


Utilizar demasiado gloss, llegando hasta el borde de los labios. Si te pasas con el gloss puede parecer que acabas de comerte un bocadillo de panceta... no te digo más. Lo ideal es aplicarlo en la zona central y luego extenderlo con los dedos o el pincel sin llegar al contorno de los labios.


No elegir los colores adecuados. Un tono de barra de labios inadecuado puede arruinar tu imagen. Para escogerlo es importante saber qué paleta de colores encaja con tu color de piel y de cabello. También es conveniente tener en cuenta tu edad, el tamaño de tus labios, la ocasión en la que lo lucirás... y el estado de tus dientes. Si tienen un cierto tono amarillento, es importante que evites los tonos cálidos y con pigmentos amarillos como los naranjas, los corales o los rosas claros; optando por los colores más fríos y con tonalidades azules como los frutales, los rosas fucsias y los rojizos.


¿Qué otros errores crees que cometemos la mayoría al maquillarnos? Cuenta, cuenta...




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21 junio, 2017

Errores Más Frecuentes al Maquillarse (I): Correctores y Bases

Me encanta el maquillaje, lo reconozco. Aunque a diario y si no tengo compromisos de trabajo sólo suelo utilizar delineador, rímel y barra de labios; me encanta sacar todo el arsenal de maquillaje en cuanto tengo oportunidad. 


Soy de la opinión de que el maquillaje es la herramienta perfecta para sacar la mejor versión de una misma, al menos hablando del rostro. Además, coger esponjas, brochas y lápices me parece de lo más divertido... siempre que tenga tiempo para hacerlo bien, claro. 


Y es que el maquillaje bien hecho es todo un arte, que requiere cierta destreza, práctica y dedicación. Por eso es fácil cometer errores, mucho errores. 


Para que sepas cómo evitar estas meteduras de pata, primero tendrás que saber cuáles son las más frecuentes y cómo solucionarlas. Así que si te interesa el tema, sigue leyendo, porque he recogido estos errores y sus soluciones en este post. 


En esta primera parte encontrarás las equivocaciones más habituales relacionados con la preparación del rostro, los correctores y la base de maquillaje.


Errores más frecuentes al maquillarse (I): correctores y bases


En líneas generales


No limpiar la piel antes de maquillarla. Plantéate el maquillaje como pintura como un lienzo: si este no está impoluto, lo que hagas después con él no lucirá. Una piel con restos del maquillaje anterior, con sudor o con suciedad impedirá que el maquillaje se fije, que quede uniforme y que resulte luminoso.


No hidratar la piel previamente. El maquillaje no disimula una piel seca y cuarteada, todo lo contrario, pondrá de relieve su falta de cuidados. Por no hablar de que el tono quedará desigual y apagado.


No aplicar contorno de ojos antes. La función del contorno de ojos es la de hidratar, nutrir y alisar, por lo que es importante ponerlo en la zona antes de maquillarla. De ese modo los correctores y la base podrán disimular las imperfecciones (ojeras, bolsas...), en lugar de llamar la atención sobre ella.


No nutrir los labios. Si los labios están deshidratados, ningún labial quedará bien, especialmente los más oscuros. Si es necesario, exfolia los labios antes, hidrátalos y luego maquíllalos.


Maquillarse sin tiempo o sin una luz adecuada. Si vas con la hora justa o la luz con la que cuentas no es la ideal (fluorescentes, luz cenital, poca luminosidad...), es mejor que no te maquilles, porque el resultado será deficiente. Es mejor optar por un poco de rímel, un poco de gloss y un toque de colorete, antes que salir a la calle hecha un espantajo. 


Maquillaje


No dejar pasar unos minutos desde que te has aplicado la hidratante hasta que vas a maquillarte. Si te pones la hidratante e inmediatamente te maquillas, lo único que conseguirás es que la base resbale sobre la crema y que no se fije lo suficiente. Además de asegurarte todo tipo de brillos y aspecto grasiento.


Utilizar ampollas flash para que el maquillaje te dure todo el día. Este tipo de productos están formulados para alisar y mejorar el aspecto de la piel durante unas pocas horas, si pasa mucho tiempo lo que acaban haciendo es cuartear la base y modificar su tono. Si después del trabajo tienes un compromiso, es mejor que te desmaquilles y comiences de nuevo, aplicándote entonces la ampolla.


No tener en cuenta tu edad y la ocasión para la que te maquillas. Maquillarse a los 20 no es lo mismo que maquillarse a los 50, porque ni la piel ni el ritmo de vida es el mismo. Del mismo modo, el maquillaje que es apropiado para una noche de fiesta con amigas, no lo es para ir a trabajar durante el día a un despacho de abogados. La intensidad, las texturas, los colores y los productos deben ser los apropiados para cada mujer y para cada ocasión.


Excederte con el maquillaje. Un maquillaje exagerado es uno de los peores errores que puedes cometer y que sólo se perdona cuando no se han cumplido los 20 años. Un rostro demasiado maquillado hace parecer mayor, es poco elegante y, aunque sea injusto, resta credibilidad profesional.


Los correctores


Utilizar el corrector de ojeras para disimular cualquier tipo de imperfección. Cada defecto se corrige con un producto específico. Si intentas tapar granitos o manchas con el correcto de ojeras, lo que lograrás es que se noten más aún.


Emplear el corrector después de la base de maquillaje. Aunque hay partidarias del corrector postbase, porque afirman que al aplicar la base desaparecen, lo cierto es que el efecto es más natural si se corrige antes de maquillar. Sólo si hace falta una mayor cobertura para imperfecciones importantes, es recomendable utilizar el corrector después de la base. El secreto para no arrastrar el corrector con la base: difuminarlo bien y aplicar el maquillaje con pequeños toques, sin frotar. 


Correctores


Poner capas gruesas de corrector para esconder imperfecciones. Utilizar cantidades ingentes de corrector no ayuda a disimular mejor los defectos, sino todo lo contrario. Lo mejor es aplicar capas finas y difuminarlas bien y, sólo si es necesario, poner un poco más sobre la zona en la que estás trabajando.


No difuminar bien los correctores y neutralizadores. Si no difuminas bien este tipo de productos no conseguirás fundirlos bien con la base y se notará una especie de parche sobre tu piel. Y, por otra parte, cuánto más gruesa sea la capa, más fácil es arrastrarla con el maquillaje que apliques después.


Utilizar el iluminador como corrector de ojeras. El iluminador es para eso, para iluminar. ¿Te imaginas la incongruencia que implica iluminar un defecto como las ojeras o las bolsas para que se noten más aún? Para corregir, el corrector y el neutralizador.


La base


Elegir una base con uno o varios tonos por encima del color de tu piel. Hay quien piensa que un color algo más oscuro que el suyo le dará un aspecto más bronceado y saludable, cuando lo único que se consigue es un efecto de lo más artificial. Además, pone años encima y consigue que se noten las divisiones entre las zonas que están maquilladas y las que no lo están. 


Base de maquillaje


Escoger una base de maquillaje con uno o varios tonos por debajo de tu color natural. Al igual que en el caso anterior, escoger un tono que no es el propio es un error, aunque en este caso por defecto en lugar de por exceso. Un tono muy claro le dará un tono enfermizo a tu piel y marcará las divisiones del maquillaje. Para acertar lo mejor es probar la base en la zona del mentón o del cuello.


Utilizar el mismo tono de base cuando estás bronceada. Lo ideal es tener dos bases, una más clara para el invierno y otra más oscura para la época en la que tu piel esté más dorada. Para las épocas intermedias puedes irlas mezclando para irlas adaptando a las distintas etapas por las que vaya pasando tu piel.


Aplicar la base de maquillaje con movimientos ascendentes. La base debe aplicarse con movimientos descendentes, especialmente en la zona que está bajo los ojos. De ese modo conseguirás una cobertura más natural y evitarás levantar el vello y que se note más.


Apostar por el maquillaje compacto si no tienes mucha experiencia. El maquillaje en polvo requiere de una técnica muy depurada para obtener unos buenos resultados, si no tienes mucha práctica, es mejor que optes por maquillajes fluidos o en crema, o que lo emplees sólo para retoques. 


Maquillaje compacto


Olvidarse del cuello, las orejas y el escote. Si maquillas tu rostro, no debes olvidarte de lo que le rodea y que no tapa la ropa. Esto no quiere decir que tengas que maquillarlos completamente, pero sí que debes utilizar el exceso que haya quedado en tus dedos, esponja o brocha para darle unos pequeños toques que igualen el tono. También puedes darle un toque de polvos para igualar visualmente las zonas. En caso de que te guste el maquillaje muy natural, tienes otro truco: si comienzas a maquillar desde la zona "T" (la más problemática) y extiendes desde ahí la base, ni siquiera necesitarás igualar, porque el degradado de tonos es progresivo.


Te espero en la segunda parte, en la que te hablaré de las equivocaciones más recurrentes en el maquillaje de ojos, mejillas y labios. Nos vemos pronto...






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