26 abril, 2017

Trucos para no Desperdiciar Comida

Desperdiciamos demasiados alimentos, de hecho según algunos estudios entre el 30 y el 50% de los comestibles acaban en la basura. 


Aunque no toda la responsabilidad recae sobre los consumidores, porque también los fabricantes, restauradores y distribuidores tienen su parte de culpa, por ese orden, en este despilfarro. 


En cualquier caso, los consumidores somos los que más comida desperdiciamos, de hecho, el 80% de los alimentos los desechamos tal cual llegan del supermercado, sin procesar siquiera. 


Esto implica todos, a título individual, debemos comprometernos en un consumo más racional de los alimentos, por ética y por economía. Para contribuir a ello, a continuación de doy algunos trucos para no desperdiciar comida.


Trucos para no desperdiciar comida


Cuestión de organización


Planifica tus menús. De esa forma podrás calcular qué alimentos necesitarás y en qué cantidades. Y, además de no desperdiciar comida, organizar previamente lo que vas a comer te ayudará a que tu alimentación sea más variada y saludable.


Planifica la compra. Una vez que tengas claro los menús, haz una lista para no despistarte cuando vayas a comprar. Si no lo haces, es posible que se te olvide algo importante, y que acabes comprando comestibles que ya tienes en la despensa y se te acaben caducando.


La compra


No vayas a hacer la compra con hambre o con estrés, porque comprarás más de la cuenta.


Compra primero los productos que menos frío necesitan, dejando para el final los refrigerados y congelados, así evitarás que se deterioren y tengas de tirarlos cuando llegues a casa. 


Lee cuidadosamente el etiquetado de los alimentos. De ese modo no sólo sabrás exactamente lo que compras, además, el mero hecho de pararte a leer evitará que compres por impulso.


Comprueba las fechas de caducidad. A la hora de comprar procura elegir los productos que tengan una fecha de caducidad más lejana. En casa coloca en primera fila los productos que caduquen antes para consumirlos primero.


No confundas fecha de caducidad con fecha de consumo preferente. La de caducidad implica que, llegada la fecha, el producto no debe ser consumido, porque puede suponer un peligro más o menos importante para la salud. La de consumo preferente indica que, a partir de esa fecha, el alimento pierde propiedades organolépticas, pero que es apto para el consumo. Por eso, no tires los alimentos que han excedido la fecha de consumo preferente sin comprobar si tienen un buen sabor, olor y textura.


La conservación


Hazte con un buen arsenal de elementos para conservar alimentos: bolsas con cierre hermético, tupperwares, botes para hacr conservas, papel de aluminio y film, etc. Es una pequeña inversión que te ayudará a ahorrar dinero y a no desperdiciar comida.


Si sobra comida, congélala. Aunque no todos los alimentos soportan bien la congelación, la mayoría sí lo hace. Procura congelar en raciones pequeñas, para que no tengas que descongelar una gran cantidad y luego tengas que tirar el resto a la basura. Ya sabes que una vez descongelada, la comida debe consumida en poco tiempo y que no puede volver a congelarse.


Frutas del bosque congeladas


Planifica el consumo de los alimentos que tengas en el congelador, porque se estropean. Cada tipo de alimento tiene un tiempo máximo de congelación, aunque ronda los 3 meses. 


No introduzcas comida aun caliente en la nevera o el congelador. Si lo haces estarás forzando al electrodoméstico a gastar más para mantener la temperatura, además de poner en peligro otros alimentos que puedan entrar en contacto con el recipiente caliente. 


A la hora de introducir alimentos en la nevera o en el congelador, hazlo siempre en recipientes herméticos, así evitarás que se contaminen o que pierdan propiedades nutricionales y organolépticas.


La cocina


Cocina en lugar de comprar productos preparados. Te costará más tirar comida que hayas cocinado tú que la que hayas comprado preparada.


Aprende a cocinar con sobras. Hay multitud de platos deliciosos que puedes cocinar con sobras, así que deja volar la imaginación. Por ejemplo, si te sobra pollo asado, quítale la piel y los huesos, desmenúzalo y utilízalo para enriquecer una ensalada, para hacer un arroz con pollo, para preparar una rica tortilla o para hacer unos sandwiches. Si te han quedado garbanzos cocidos, además de congelarlos, puedes hacer hummus, comerlos en ensalada, añadirlos a un puré, etc. O si te ha sobrado arroz con leche, quítale el exceso de leche, haz porciones, pásalas por huevo y pan rallado, fríelas y tendrás unas estupendas croquetas dulces.


Aprende a medir las cantidades para que no sobre comida. Utiliza una báscula de cocina o un medidor, por ejemplo, para cocinar exactamente las raciones que vayas a consumir en ese momento, así no sobrará comida.


Los alimentos


Saca el máximo partido a frutas y verduras. Si tienes piezas de frutas que están comenzando a pasarse, puedes hacer una macedonia o añadirlas a una ensalada. También puedes hacer compota, almíbar o un smoothie


Verduras


En caso de que tengas plátanos que hayan madurado demasiado, puedes utilizarlos para sustituir al huevo en tus bizcochos. 


En el caso de las verduras, puedes trocearlas y congelarlas para utilizarlas en purés, sofritos o pasteles salados.


Cuando te sobren patatas cocidas, haz puré para tomarlo como guarnición o en forma de pastel con atún, carne, pollo... 


Si tienes hierbas aromáticas que se van a echar a perder, puedes picarlas, añadirles aceite de oliva o agua y congelarlas en forma de cubitos para utilizarlas en tus guisos. 


Para que no se te estropeen los ajos, puedes congelarlos envolviendo las cabezas enteras en papel de aluminio o pelarlos y congelarlos.


Si te ha sobrado caldo y no lo vas a consumir en pocos días, puedes congelarlos en una cubitera y utilizarlos para enriquecer tus platos. 


En caso de que tengas zumo natural o refrescos que hayan perdido el gas, puedes congelarlos en cubitos para refrescar y saborizar tus bebidas o hacer polos caseros empleando una polera. 


Si compras más pan del necesario, una buena idea es congelarlo en raciones y sacar únicamente lo que vayas a consumir en cada momento. 


Pan en raciones


Cuando te sobre pan de molde, puedes utilizarlo para hacer croutons o picatostes. Sólo tienes que cortar el pan en cuadrados pequeños, añadir un poco de aceite de oliva y especias, colocarlos sobre papel de horno y hornearlos durante unos minutos. Tendrás un estupendo complemento para tus ensaladas, sopas y cremas. También puedes introducir una rebanada en el recipiente en el que conserves los bizcochos, magdalenas o pasteles y evitarás que se sequen y endurezcan. 


Cuando te sobre pan de barra, no lo tires y prepara cualquier de las muchas recetas a base de pan duro que hay en nuestra gastronomía.


Los bizcochos, magdalenas, roscones y bollería los puedes congelar si no los vas a consumir, así no se estropearán. 


En caso de que tengas bollería o repostería que se haya quedado seca, puedes preparar un pudin para reciclarla. 


La leche que no vayas a consumir se puede congelar, siempre que no pueda estar contaminada por haberse conservado mal o por haber excedido la fecha de caducidad. Eso sí, puede que la grasa se coagule y cambie su sabor, apariencia y textura. La mantequilla, la margarina y el queso también se pueden congelar, así que no hay ninguna razón para que dejes que los lácteos se echen a perder.


Fuera de casa


Si sales a comer fuera y no vas a consumir el pan o el aperitivo, pide que te lo retiren. No sólo evitarás pagar por algo que no vas a consumir, además evitarás que acabe en la basura. Porque lo que te hayan puesto en la mesa no puede ser servido de nuevo (o al menos no debería ser así, por higiene), así que lo desecharán.


En restaurantes y bares con menú, si no tienes mucha hambre pide un único plato. Hay ya muchos hosteleros que lo ofrecen directamente como opción.  


Restaurante


Cuando vayas a hoteles o restaurantes con buffet acostúmbrate a no llenar el plato con todo lo que te entre por los ojos, porque al final se desperdiciará. Que lo hayas pagado no significa que tengas que desperdiciarlo.


Si vas a un restaurante y te han puesto demasiada comida o bebida, llévatela a casa. Al fin y al cabo has pagado por ella, y en el restaurante las sobras terminarán en la basura.





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La primera vez que apareció el post Trucos para no Desperdiciar Comida fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.


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